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Cuba inicia el conteo regresivo hacia una transición política

Fuentes: IPS

 Millones de personas acudieron este domingo a las urnas para elegir a sus delegados del Poder popular (concejales), en un proceso electoral que abre la recta final de los comicios generales encargados de renovar, o no, la presidencia en 2018.  De forma preliminar, la Comisión Electoral Nacional (CEN) informó el lunes 27 que 7.608.404 electores, […]

 Millones de personas acudieron este domingo a las urnas para elegir a sus delegados del Poder popular (concejales), en un proceso electoral que abre la recta final de los comicios generales encargados de renovar, o no, la presidencia en 2018. 

De forma preliminar, la Comisión Electoral Nacional (CEN) informó el lunes 27 que 7.608.404 electores, de un total de 8.855.213 personas habilitadas para votar, concurrieron a las urnas dispuestas en 24.365 colegios electorales.

Alina Balseiro, presidenta de la CEN, comunicó que la participación fue de 85,94 por ciento, en una jornada electoral que calificó de «tranquila», «organizada» y «apegada a la ley». Indicó que, del total de boletas, 92 por ciento fueron válidas, cuatro por ciento estuvieron en blanco y cuatro por ciento, anuladas.

Hasta ahora resultaron electos 11.415 concejales pero 1.100 circunscripciones irán a una segunda ronda electoral el próximo 3 de diciembre, para solucionar empates y otros problemas. Del grupo ya electo, Balseiro adelantó que 35 por ciento son mujeres y 14 por ciento son jóvenes.

La jurista de formación aclaró que aún no existe una fecha definida para la próxima etapa de las elecciones generales, ni la constitución del nuevo parlamento y ni del siguiente período presidencial, que por tradición suele realizarse en el mes de febrero.

Estos comicios remozarán los 168 gobiernos municipales, que hoy tiene mayores cuotas de poder gracias a presupuestos propios y nuevas prerrogativas otorgadas por las reformas iniciadas en 2008, que también comenzaron a reordenar las instancias gubernamentales más cercanas a la población de 11,2 millones de habitantes.

No obstante, las y los electores esperan más de sus representantes municipales y que se continúen los reajustes locales.

«Hay que reivindicar más el papel del delegado (concejal)», dijo a IPS el jubilado Esteban Varona, quien acudió a las urnas este domingo en el municipio habanero de Plaza de la Revolución. «Se ha convocado a elegir los mejores (candidatos), a quienes trabajen en beneficio de la comunidad», continuó.

«Para lograr eso, los niveles superiores de las organizaciones, instituciones y empresas deben cooperar más con los delegados (en la solución de los problemas)», propuso.

Críticos del sistema político de Cuba reclaman que para que el modelo electoral sea válido, se deben permitir candidatos de la oposición a fin de que existan alternativas para los electores.

Pero medios oficiales defienden que el modelo comicial cubano es más democrático, por la masiva participación ciudadana y la calidad de los candidatos.

Luego de esta primera etapa electoral, el sistema cubano establece una segunda fase para elegir en sufragio directo a las y los representantes en los gobiernos provinciales y diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento unicameral).

Una vez constituido, el parlamento elige de entre sus integrantes al Consejo de Estado, integrado por un presidente, un primer vicepresidente, cinco vicepresidentes, un secretario y 23 miembros más, para un mandato de cinco años.

«Yo espero que los cambios que vengan sean favorables para el país y para los estudiantes», compartió Lorena Valdés, una alumna del técnico medio de rehabilitación en salud que vive en el mismo barrio de Varona. «Ahora hay bastantes personas jóvenes que nos representan», valoró.

Como el resto de la población, la joven quisiera que la economía cubana despegue y eso mejore servicios públicos. «Hay cosas de la salud que deberían cambiar: a veces faltan insumos en los hospitales para dar una atención más rápida y mejor a los pacientes», puso como ejemplo.

La posibilidad de que Raúl Castro, en el poder desde 2008, decline su elección para un tercer período de cinco años como presidente de los Consejos de Estado y de Ministros fue anunciada por el propio gobernante en el sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) de 2011.

En aquel escenario aseguró que no esperaría un cambio constitucional para abandonar el cargo.

Esa cita del PCC, único permitido en el país, acordó limitar a un máximo de dos períodos consecutivos la permanencia de los principales cargos estatales y gubernamentales y estableció topes de edad para ocuparlos (60 años en el comité central del PCC y 70 en cargos de dirección). Raúl Castro tiene 86 años.

Pero esa y otras reformas requieren modificar la Constitución mediante un referendo pendiente. Vigente desde 1976, la actual ley fundamental fue reformada parcialmente por última vez en 2002, cuando se proclamó mediante plebiscito la irreversibilidad del carácter socialista de la Revolución.

Junto a la expectativa respecto al alcance que tendrá la renovación del gobierno cubano en 2018, analistas resaltan que los desafíos a enfrentar comienzan por las crecientes tensiones con Estados Unidos, luego de asumir el 20 de enero la presidencia el republicano Donald Trump.

Los retos impuestos por la administración de Trump «marcan un desfavorable panorama de involución diplomática, en comparación con el aceleramiento que dio Barack Obama al restablecimiento de relaciones entre los dos países», destacó a IPS la profesora universitaria de origen cubano residenciada en Estados Unidos, María Isabel Alfonso.

En su opinión, «el no contar por primera vez en más de 50 años con los liderazgos fuertes y carismáticos de Raúl, y especialmente Fidel Castro (1926-2016), de cuya muerte se conmemoró un aniversario este 25 de noviembre, añade aún más peso a esta incertidumbre».

La experta y fundadora de Cuban Americans for Engagement (Cubanos-Estadounidenses por el  Compromiso, Cafe en inglés), un grupo de presión por el entendimiento bilateral, subrayó el efecto negativo de «la reactivación de narrativas de Guerra Fría que para nada harán avanzar las relaciones entre ambos países».

El reforzamiento del embargo y las restricciones de viajes de estadounidenses a Cuba aplicadas por Trump, añadieron nuevos ingredientes a la ya tensa situación económica del país, agravada por el desastroso impacto en septiembre del huracán Irma, que prácticamente cruzó toda la costa norte de la isla, de oriente a occidente.

Cuba terminó 2016 con un decrecimiento de 0,9 por ciento en el primer semestre de este año solo se registró un aumento de 1,1 por ciento del producto interno bruto.

Las previsiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), son de que esta nación caribeña podría finalizar 2017 con un crecimiento de solo 0,5 por ciento.

En lo inmediato, el gobierno que resulte elegido deberá lidiar con el desabastecimiento y encarecimiento alimenticio y de otros artículos de primera necesidad, incluidos los medicamentos, acentuados por las secuelas del desastre natural.

Reducir el déficit de vivienda y elevar el poder adquisitivo de los salarios, figuran también entre los desafíos más urgentes a encarar.  «Pero quizás el principal reto consista en imaginar formas creativas de acelerar el proceso de reformas económicas», comentó Alfonso.

La especialista recordó que desde agosto permanece congelada la entrega de nuevas licencias para negocios privados en unas 20 áreas y otras fueron eliminadas por completo.

«Se espera que el nuevo gobierno vislumbre una solución a estas trabas, así como la agilización de un proceso que ha estado marcado por una agenda demasiado lenta y conservadora», concluyó.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/11/cuba-inicia-conteo-regresivo-hacia-una-transicion-politica/