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De Frantz Fanón para Africa, Con Amor

Fuentes: Refugio de Río Grande

Mientras las economías del Oeste y del Este tambalean, también se pueden sentir tremores en las economías Africanas, porque lo elevado de los precios de los comestibles está llevando a la hambruna a los pueblos africanos. En un país tras otro se hace cada vez más fuerte la lucha por la vida, y los líderes […]

Mientras las economías del Oeste y del Este tambalean, también se pueden sentir tremores en las economías Africanas, porque lo elevado de los precios de los comestibles está llevando a la hambruna a los pueblos africanos.

En un país tras otro se hace cada vez más fuerte la lucha por la vida, y los líderes parece que se hacen cada día mucho más remotos.

Cada vez que leo sobre conflictos económicos o étnicos en cualquier parte de Africa, recuerdo al Dr. Frantz Fanon, el etno-psiquiatra de Martinique, que se convirtió en revolucionario, trabajó por la Revolución de Argelia; y escribió la obra maestra, Los Condenados de La Tierra, (The Wretched of the Earth, 1966.)

Este libro de Fanón fué ampliamente leído en tres continentes, y todavía hoy merece ser estudiado, no sólo porque el penetrante pensador predijo que los gobernantes africanos iban a [mal]gobernar si no se unían y desarrollaban sistemas políticos y económicos verdaderamente independientes y socialistas.

Muchos líderes africanos post-coloniales, que habían sido entrenados en escuelas eurocéntricas, buscaron replicar esas teorías en las sociedades africanas, lo que sólo podía resultar en desastre. Fanón es mordaz cuando describe el papel de esos líderes africanos eurocéntricos, quienes intentaban recrear pedacitos de Europa en las que fueron colonias africanas. Hemos visto que en países subdesarrollados no existe lo que se puede llamar una verdadera burguesía; lo que si hay es sólo una forma de pequeña casta avara, ambiciosa y voraz, con mentalidad de mercachifle, feliz con aceptar las prebendas que les dan sus viejos amos coloniales. Esta clase media de «hazte-rico-a-la-carrera» es incapaz de grandes ideas o de ingenio. Sólo recuerda lo que ha leído en los textos europeos y sin darse cuenta se vuelven no en una réplica de Europa, sino en su caricatura. {141}

Cuando los líderes fueron entrenados en la teoría económica del capitalismo colonial, la primera lección que aprendieron fué como recrear el colonialismo, no como destruirlo.

Muchas naciones africanas, como Kenia, Nigeria, Ruanda, Mauritania y otras, están divididas por mortales y destructivos conflictos étnicos.

Fanón escribió en Condenados, que la «burguesía nacional … que ha asimilado totalmente la forma más corrupta del pensamiento colonialista, toma el poder de los europeos y establece en el continente una filosofía racial que es extremadamente dañina para el futuro de Africa.» {131}

Por éso, bién endoctrinados en la práctica europea de «divide y conquista,» los líderes africanos explotan las diferencias étnicas, (llamada, «tribalismo»), para crear conflictos entre comunidades. Así, los Hutus pelean contra los Tutsis, los Zulus contra los Xhosas, los Kalenjins contra los Kikuyus, y más, y la unidad comunal parece como un espejismo que no se puede alcanzar. Mientras los pueblos piensan en su identidad étnica, pocos piensan en identidades nacionales, y mucho más pocos piensan en lo que en verdad significa la unidad africana.

Dividida en clanes, Africa está lista para que nuevos colonialistas que la ven como un vasto territorio abierto para el pillaje, vengan a llevarse con relativa facilidad todos los recursos que encuentren.

Fanon lo previó hace ya medio siglo. Nkrumah trató de organizar contra éso.

Pero, desgraciadamente nosotros todavía estamos donde estamos.

Fuentes: Frantz Fanón. Los Condenados de la Tierra, (The Wretched of the Earth, New York, Grove, 1966). Traducción de Constance Farrington. Originalmente publicado como, Les damnes de la terre, Paris, Francois Maspero, 1961.

Frantz Fanón. Por la Revolución Africana, (Pour la Revolution Africaine, Librairie Francois Maspero, coll., Cahiers libres, 1964; re-editado por, La Decouverte, coll., Redecouverte, 2001.)

Traducción libre del inglés enviado por Fatirah, [email protected], hecha en REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas, EE.UU.