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La criminalidad de la política exterior estadounidense

De la Doctrina Truman a los neo-conservadores

Fuentes: Global Research

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

  1. El Contexto Contemporáneo

El mundo se encuentra en la encrucijada de la crisis más grave en la historia moderna. Estados Unidos se ha embarcado en una aventura militar, «una larga guerra», que amenaza el futuro de la humanidad.

Desde que se lanzó la primera bomba atómica sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945, nunca ha estado la humanidad tan próxima a lo inconcebible, a un holocausto nuclear que podría potencialmente extenderse, en términos de lluvia radiactiva, sobre gran parte de Oriente Medio.

Hay cada vez más evidencias de que la Administración Bush, junto a Israel y la OTAN, está planeando, para colmo de ironías, lanzar una guerra nuclear contra Irán en represalia por el inexistente programa de Teherán de armas nucleares. Se dice que la operación militar israelo-estadounidense está en «avanzado estado de preparación».

Si ese plan se pusiera en marcha, la guerra sufriría tal escalada que posiblemente se cerniría sobre toda la zona que abarca todo Oriente Medio y Asia Central.

La guerra podría incluso extenderse más allá de la región, como algunos analistas han apuntado, situándonos, en última instancia, en un escenario de III Guerra Mundial.

El despliegue naval dirigido por EEUU (que implica un despliegue masivo de hardware militar) está teniendo lugar en dos escenarios diferentes: el Golfo Pérsico y el Mediterráneo Oriental.

En términos generales, la militarización del Mediterráneo Oriental esta bajo jurisdicción de la OTAN en connivencia con Israel. Dirigida contra Siria, está siendo implementada bajo la tapadera de una misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. En este contexto, la guerra de Israel contra el Líbano del pasado verano, que propició innumerables atrocidades y la destrucción completa de todo un país, debe ser considerada como una etapa de una hoja de ruta militar más amplia patrocinada por EEUU.

 

 

Líbano: Efectivos de la defensa civil sacan el cuerpo de una mujer de un coche civil alcanzado por un misil -rmayleih juy 17- disparado desde un avión de combate israelí (AP)

  1. Concentración naval en el Golfo Pérsico y el Mediterráneo Oriental

La armada naval en el Golfo Pérsico está en gran medida bajo mando estadounidense, con participación de Canadá.

Grupo de Ataque de la Armada USA

El portaviones Eisenhower, de la Armada USA

La concentración naval va coordinada con ataques aéreos. La planificación de los bombardeos aéreos de Irán empezó a elaborarse a mediados de 2004, según la formulación de CONPLAN 8022, a principios de 2004. En mayo de 2004, se emitió la Directiva Presidencial de Seguridad Nacional 35 (NSPD, en sus siglas en inglés), denominada Autorización para el Despliegue de Armas Nucleares.

Aunque su contenido sigue siendo materia reservada, existe la presunción de que la NSPD 35 forma parte de la acumulación y despliegue de armas nucleares tácticas en el escenario de guerra de Oriente Medio, de conformidad con CONPLAN 8022.

En desarrollos recientes, hay informes de que Washington está planeando lanzar ataques aéreos desde bases militares en Rumania y Bulgaria. «Las fuerzas estadounidenses podrían estar utilizando sus dos bases de fuerzas aéreas (USAF) en Bulgaria y una en la costa del Mar Negro en Rumania para lanzar un ataque sobre Irán en el mes de abril [2007]», según la agencia búlgara de noticias Novinite.

  1. El Crimen de Guerra Máximo: Utilización de Armas Nucleares en un Escenario de Guerra Convencional

A pesar de las declaraciones del Pentágono, que describe las armas nucleares tácticas como «seguras para la población civil circundante», el uso de armas nucleares en un escenario de guerra convencional dirigido contra Irán desencadenaría el máximo crimen de guerra: el holocausto nuclear. La contaminación radioactiva resultante, que amenazaría a las generaciones futuras, no quedaría limitada en manera alguna al Oriente Medio.

Bomba termonuclear B61-11 NEP

  1. La «Guerra Contra el Terrorismo» o los Pretextos para Hacer la Guerra

En el 2005, se informó que el Vicepresidente Cheney había ordenado el USSTRATCOM para preparar un plan de emergencia «que se pondría en marcha en respuesta a otro ataque terrorista contra USA similar al del 11-S». Las víctimas masivas, como consecuencia de acontecimientos que impliquen la muerte de civiles, se usarán para galvanizar a la opinión pública. Las muertes de civiles se utilizan para justificar acciones preventivas que defiendan la patria estadounidense contra un supuesto enemigo exterior, que se identifica como «terroristas islámicos».

Acontecimientos que Provocan Pérdidas Masivas

«Un acontecimiento terrorista que produzca cantidades masivas de víctimas [ocurrirá] en algún lugar del mundo occidental -quizá en EEUU- y hará que nuestra población cuestione nuestra propia Constitución y que se empiece a militarizar nuestro país para evitar una repetición de otro acontecimiento que produzca víctimas masivas.» General Tommy Franks.

«Estamos al borde de una transformación global. Todo lo que necesitamos es una oportuna crisis grave y las naciones aceptarán el Nuevo Orden Mundial.» (David Rockefeller)

«Como Estados Unidos es de forma creciente una sociedad multicultural, puede que cada vez sea más difícil encontrar un consenso en temas de política exterior, excepto si se dan las circunstancias de una amenaza externa directa verdaderamente masiva y ampliamente percibida.» (Zbigniew Brzezinski en el libro «The Grand Chessboard»)

La presunción era que si un acontecimiento similar al 11-S implicara muertes de civiles (acontecimientos que provocan pérdidas masivas), Irán, según Cheney, estaría detrás de esos hechos, proporcionando así un pretexto para desencadenar bombardeos de castigo, más de lo mismo de los ataques patrocinados por EEUU contra Afganistán en octubre de 2001, supuestamente en venganza por el presunto apoyo del gobierno talibán a los terroristas del 11-S.

Más recientemente, varios analistas se han centrado en la creación de un «Incidente similar a los hechos del Golfo de Tonkin», que se utilizaría por la administración Bush como pretexto para emprender la guerra contra Irán.

  1. El Objetivo Auténtico de esta Guerra es el Petróleo

El petróleo yace en tierras musulmanas. El objetivo es tomar posesión del petróleo, transformar los países en territorios y remodelar el mapa de Oriente Medio.

La guerra construye una falsa «agenda humanitaria». A través de la historia, siempre se ha utilizado la difamación del enemigo para justificar la guerra y sus crímenes.

La satanización del enemigo sirve a objetivos económicos y geopolíticos. Asimismo, la campaña contra el «terrorismo islámico» (que es apoyada secretamente por la inteligencia estadounidense) apoya la conquista de la riqueza petrolífera. El término «fascismo-islámico» se utiliza para degradar las políticas, instituciones, valores y tejido social de los países musulmanes, a la vez que se defienden los principios de la «democracia occidental» y del «libre mercado» como la única alternativa para esos países.

La guerra dirigida por EEUU en la amplia región de Oriente Medio-Asia Central persigue obtener el control de más del 60% de las reservas mundiales petrolíferas y de gas natural. Los gigantes anglo-estadounidenses buscan también conseguir el control sobre los oleoductos y gaseoductos fuera de la región.

(Copyright Eric Waddel, Global Research 2003)

Los países musulmanes, incluidos Arabia Saudí, Iraq, Irán, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Yemen, Libia, Nigeria, Argelia, Kazajstán, Azerbaiyán, Malasia, Indonesia, Brunei, poseen entre el 66,2 y el 75,9% del total de las reservas petrolíferas, dependiendo de la fuente y metodología de la estimación de que se trate.

En contraste, los EEUU de América tienen apenas el 2% del total de esas reservas. Los países occidentales, incluidos los mayores productores de petróleo (Canadá, EEUU, Noruega, Reino Unido, Dinamarca y Australia) controlan aproximadamente el 4% del total de las reservas de petróleo. (En la estimación alternativa de The Oil and Gas Journal, que incluye las arenas petrolíferas de Canadá, este porcentaje sería de alrededor del 16,5%)

La mayor porción de las reservas mundiales de petróleo se encuentran en una región que se extiende (norte) desde la punta del Yemen hasta la cuenca del mar Caspio y (Este) desde la franja costera del Mediterráneo Oriental hasta el Golfo Pérsico. Esta región más amplia formada por Oriente Medio y Asia Central, que es el escenario de la «guerra contra el terrorismo» dirigida por EEUU abarca, según estimaciones de World Oil, más del 60% de las reservas mundiales petrolíferas. (Véase tabla inferior)

Iraq tiene cinco veces más petróleo que los Estados Unidos.

Los países musulmanes poseen al menos dieciséis veces más petróleo que los países occidentales.

Los países no musulmanes con mayores reservas petrolíferas son Venezuela, Rusia, México, China y Brasil. (Véase tabla)

Las víctimas de los crímenes de guerra son difamadas a través de la satanización que se suele aplicar a un enemigo que posee las tres cuartas partes de las reservas petrolíferas mundiales. «Eje del Mal», «estados canallas», «naciones fallidas», «terroristas islámicos»: la satanización y la difamación son los pilares ideológicos de la «guerra contra el terror» de EEUU. Se usan como casus belli para emprender la batalla por el petróleo.

La Batalla por el Petróleo necesita de la satanización de quienes lo poseen. El enemigo es caracterizado como el mal para poder justificar acciones militares que incluyen el asesinato masivo de civiles. La región de Oriente Medio-Asia Central está fuertemente militarizada (Véase mapa). Los campos de petróleo están rodeados: los buques de guerra de la OTAN estacionados en el Mediterráneo Oriental (como parte una operación de «mantenimiento de la paz» de Naciones Unidas) y en el Golfo Arábigo-Pérsico se han desplegado los Grupos de Portaviones de Ataque y Escuadrones de Destructores de EEUU como parte de la «guerra contra el terrorismo».

Remodelando el mapa del Nuevo Oriente Medio

  1. Antecedentes históricos: Desde Hiroshima a la Doctrina de la Guerra Preventiva

¿Cuáles son las raíces históricas de esta agenda militar? ¿Cuál es el balance de los crímenes de guerra auspiciados por EEUU desde 1945 hasta la actualidad?

¿Quiénes son los criminales de guerra: Bush no es el único criminal de guerra en este compendio?

Los crímenes y atrocidades de guerra deberían considerarse como la consecuencia directa de una política exterior y una agenda militar que apoya los intereses corporativos estadounidenses, incluidos los gigantes del petróleo, el establishment financiero de Wall Street y los seis grandes contratistas del sector de la defensa.

La guerra de Oriente Medio es la culminación de una historia de intervenciones militares patrocinadas por EEUU.

El bombardeo de Hiroshima fue el hito inicial que llevó a la formulación de una doctrina nuclear «preventiva», que defiende la utilización de armas nucleares en un escenario de guerra convencional.

Hay una continuidad: el bombardeo de Hiroshima se presentó ante la opinión pública como «seguro para los civiles» porque Hiroshima fue identificado en el discurso de radio del Presidente Truman de agosto de 1945, como una «base militar»:

«El Mundo se fijará en que la primera bomba atómica fue lanzada sobre Hiroshima, una base militar. Eso ocurrió así porque en ese primer ataque deseábamos evitar, hasta donde fuera posible, la matanza de civiles…»

(Presidente Harry S. Truman en un discurso por radio a la nación, 9 de agosto de 1945, Escuchen el extracto de su discurso, al examinar el Diario de Truman, uno tiene la impresión de que creía firmemente que Hiroshima era un objetivo militar ¿Se le había informado de las consecuencias de la bomba atómica? (Presidente Harry S. Truman, Diario, 25 de julio de 1945).

De forma similar, el uso de armas nucleares contra Irán se presenta como un acto de autodefensa, que según el Pentágono, minimizará el riesgo de «daños colaterales» y protegerá las vidas de los civiles. Antes de la invasión de Iraq, el uso de armas nucleares tácticas se había considerado un medio para asesinar a Sadam Husein:

«Si Saddam es el objetivo prioritario en Iraq, entonces sería una buena ocasión para utilizar un arma nuclear como el B61-11 para asegurar que se acaba con él y el régimen quede así decapitado» (Defense News, 8 de diciembre de 2003).

En general, las armas nucleares pequeñas se consideran seguras en su utilización en un escenario de guerra convencional:

«Lo que necesitamos ahora es algo que pueda amenazar un bunker construido en un túnel bajo 300 metros de granito sin matar a la población civil que hay en los alrededores.» (Palabras de un oficial del Pentágono citado por Michel Chossudovsky, 2006 http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=20060217&articleID=1988

Esas declaraciones, que reflejan la doctrina nuclear estadounidense, promueven, según la Federación de Científicos Americanos (FAS, en sus siglas en inglés) «la ilusión de que las armas nucleares podrían usarse de forma que se minimicen sus ‘daños colaterales’, convirtiéndolas en herramientas aceptables para su uso como armas convencionales». (Véase http://www.fas.org/faspir/2001

  1. Las Guerras Estadounidenses de la «Era Post-Guerra»

Las referencias al «período post-guerra» son un eufemismo porque la realidad es que ha sido un período de guerra y militarización continuas. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, esta «larga guerra» no persigue sino establecer la hegemonía estadounidense en todo el planeta.

Este período ha venido marcado por una sucesión de escenarios de guerra patrocinados por EEUU (Corea, Vietnam, Camboya, Afganistán, Iraq y Yugoslavia), varias formas de intervenciones militares, incluyendo conflictos de baja intensidad, «guerras civiles» (El Congo, Angola, Somalia, Etiopía, Sudán), golpes militares, escuadrones de la muerte y masacres auspiciados por EEUU (Chile, Guatemala, Honduras, Argentina, Indonesia, Tailandia, Filipinas), guerras encubiertas dirigidas por la inteligencia estadounidense, etc.

Todo el período (1945 hasta la actualidad) ha venido marcado por una sucesión de guerras patrocinadas por EEUU y una serie de intervenciones militares y de inteligencia en todas las regiones importantes del mundo (véase mapa inferior).

Recogiendo todas esas diversas operaciones, desde agosto de 1945 los EEUU han atacado, directa o indirectamente, alrededor de 44 países en vías de desarrollo en diversas regiones, y a varios de ellos muchas veces (Eric Waddell, 2003):

«El confesado objetivo de esas intervenciones militares fue llevar a cabo ‘un cambio de régimen’. Invariablemente, siempre se evocaron como tapaderas los «derechos humanos» para justificar que eran actos ilegales e unilaterales.» (Eric Waddell, 2003)

Los apuntalamientos en política exterior a los que ahora se refieren los funcionarios de Bush como la «larga guerra» se encuentran entre lo que se conoce como «Doctrina Truman», formulada por primera vez por el consejero de política exterior George F. Kennan en un informe de 1948 del Departamento de Estado.

Lo que este documento de 1948 transmite es la continuidad en la política exterior estadounidense, de «Contención» a Guerra «Preventiva». Afirma en términos corteses que EEUU debería buscar el dominio estratégico y económico a través de medios militares:

«Además, tenemos alrededor del 50% de las riquezas mundiales pero sólo el 6,3% de su población. Esta disparidad es especialmente grande entre nosotros y los pueblos de Asia. En esta situación, no podemos evitar ser objeto de envidia y resentimiento. Nuestra tarea real para el período venidero es urdir un modelo de relaciones que nos permitan mantener esta posición de disparidad sin detrimento alguno de nuestra seguridad nacional. Para lograrlo, tendremos que obviar todo sentimentalismo y ensoñaciones; y nuestra atención deberá concentrarse en cualquier lugar donde nuestros objetivos nacionales inmediatos se vean afectados. No necesitamos engañarnos y pensar que actualmente podemos permitirnos el lujo del altruismo y constituirnos en benefactores del mundo. (…)

 

Frente a esta situación, sería mejor prescindir ahora de una serie de conceptos que subyacen en nuestro pensamiento con respecto al Lejano Oriente. Deberíamos prescindir de la aspiración de cómo «nos gustaría ser» o de ser considerados como el depósito del altruismo internacional de elevados principios. Deberíamos acabar con la actitud de colocarnos en la posición de ser el cuidador de nuestros hermanos y abstenernos de ofrecer consejo moral o ideológico. Deberíamos acabar de hablar sobre objetivos vagos e irreales -para el Lejano Oriente- tales como los derechos humanos, la mejora de los niveles de vida y la democratización. No está lejos el día en que vamos a tener que abordar de forma directa conceptos de poder. Cuantos menos problemas nos creemos con eslóganes idealistas, mejor.» (George F. Kenan, 1948, Informe al Departamento de Estado)

  1. Destruyendo el Internacionalismo

La planeada desintegración del sistema de Naciones Unidas como entidad internacional independiente e influyente ha estado en la pizarra de la política exterior estadounidense desde su creación en 1946. Se planificó su desaparición como parte integral de la Doctrina Truman definida en 1948. Desde la misma creación de las Naciones Unidas, Washington ha tratado, por un lado, de controlarlas en su beneficio, por otro, de debilitarlas y, en última instancia, de destruirlas. El Secretario General saliente Kofi Annan se convirtió en una herramienta de la política exterior estadounidense. 

En palabras de George Kennan (1948):

«Ocasionalmente, [las Naciones Unidas] sirvieron para un objetivo útil. Pero a la larga han creado más problemas que los que han resuelto y han llevado a una dispersión de nuestros esfuerzos diplomáticos. Y en nuestros esfuerzos para utilizar la mayoría en Naciones Unidas para propósitos políticos importantes, estamos jugando con un arma peligrosa que algún día puede volverse contra nosotros mismos. Es una situación que justifica por nuestra parte estudios y previsiones cuidadosos.»

Aunque oficialmente comprometidos con la «comunidad internacional», Washington ha jugado en gran medida un flaco servicio a las Naciones Unidas. En años recientes ha tratado sin descanso de socavarla como institución. Desde la I Guerra del Golfo, las Naciones Unidas han actuado totalmente como un sello de caucho. Han cerrado sus ojos a los crímenes de guerra estadounidenses y han llevado a cabo las denominadas operaciones de mantenimiento de la paz en nombre de los invasores anglo-estadounidenses, en violación de la Carta de Naciones Unidas.

  1. De la doctrina Truman a los Neo-Conservadores.

Bajo la administración Bush, debe considerarse la agenda neo-con como la culminación de un marco de política exterior de «Post-Guerra» (bipartidista) que proporciona la base para la planificación de guerras y atrocidades contemporáneas, incluido el establecimiento de cámaras de tortura, los campos de concentración y el uso extendido de armas prohibidas contra civiles.

Desde Corea, Vietnam y Afganistán, en los golpes militares patrocinados por la CIA en Latinoamérica y en el Sureste Asiático, el objetivo ha sido asegurar la hegemonía militar estadounidense y la dominación económica global, como se formuló inicialmente bajo la «Doctrina Truman». A pesar de importantes diferencias políticas, sucesivas administraciones demócratas y republicanas, desde Harry Truman a George W. Bush, han ido desarrollando esa agenda militar global.

  1. Atrocidades y Crímenes de Guerra Estadounidenses

Todo este «período post-guerra» ha estado marcado por amplios crímenes de guerra que han provocado la muerte de más de diez millones de personas. Esta cifra no incluya a quienes perecieron como consecuencia de la pobreza, el hambre y las enfermedades.

A lo que nos estamos enfrentando es a una agenda criminal de la política exterior de EEUU. La criminalidad no se refiere a uno o más jefes de estado. Se refiere a todo el sistema estatal, a sus diversas instituciones militares y políticas, así como a los poderosos intereses corporativos existentes tras la formulación de la política exterior estadounidense, a los think tanks de Washington y a las instituciones acreedoras que financian la maquinaria militar.

Los crímenes de guerra son el resultado de la criminalidad del Estado estadounidense y de su aparato de política exterior. No se trata sólo de criminales individuales específicos de guerra, sino de todo un proceso que implica a quienes toman las decisiones en los diferentes niveles, con un mandato para desarrollar crímenes de guerra, siguiendo procedimientos y directrices establecidos.

Lo que distingue a la administración Bush si se la compara con los archivos históricos de crímenes y atrocidades auspiciados por EEUU, es que los campos de concentración, los asesinatos planeados y las cámaras de tortura son ahora abiertamente considerados como formas legítimas de intervención que apoyan «la guerra global contra el terrorismo» y respaldan la extensión de la democracia occidental.

  1. Mecanismos de Intervención

Los crímenes patrocinados por EEUU no se limitan a las víctimas de las guerras y a la destrucción física de la infraestructura de una nación.

Se destruyen países, a menudo se transforman en territorios, se aniquila la soberanía, se colapsan las instituciones nacionales, se destruye la economía nacional mediante la imposición de reformas de «libre mercado», el desempleo aumenta en cifras brutales, se desmantelan los servicios sociales, los salarios se desmoronan y la gente se empobrece.

A su vez, los activos y recursos naturales de la nación se transfieren a manos de inversores extranjeros mediante un programa de privatización impuesto por las fuerzas invasoras.

  1. La Iniciativa Perdana: Invirtiendo la Marea de la Guerra

La Iniciativa Perdana para Criminalizar la Guerra busca romper el consenso.

Una vez que el consenso se rompa, la débil legitimidad de la «Guerra Global contra el Terrorismo» se vendrá abajo como una baraja de naipes. Los criminales de guerra en los altos estamentos no podrán justificar con nada sus acciones.

Cambiar la marea de la guerra implica una campaña masiva de conexión de redes que lleve la información a toda la gente de la tierra, a nivel nacional e internacional, a barriadas, puestos de trabajo, parroquias, mezquitas, colegios, universidades, ayuntamientos, sobre los peligros de una guerra patrocinada por EEUU que contempla el uso de armas nucleares. El mensaje sería alto y claro: No es Irán quien supone una amenaza para la seguridad global sino los Estados Unidos de América e Israel.

El debate y la discusión deben tener lugar asimismo dentro de la comunidad militar y de inteligencia, especialmente en lo que respecta al uso de armas nucleares tácticas, en el interior del congreso estadounidense, en los ayuntamientos y en todos los niveles gubernamentales. Finalmente, hay que desafiar la legitimidad de los actores militares y políticos en las altas instancias.

Parece que hay cierta resistencia por parte de los miembros del Congreso a ejercer los poderes que le otorga la constitución estadounidense para impedir lo inconcebible: la carnicería de una guerra nuclear auspiciada por los EEUU. Las consecuencias de esa abstención serían devastadoras. Una vez que la decisión se tome a nivel político, sería ya muy difícil intentar retrasar los relojes.

Además, el movimiento contra la guerra no ha manejado bien la amenaza nuclear auspiciada por EEUU, en parte debido a las divisiones dentro de sus filas, en parte por falta de información. Es más, un sector importante del movimiento contra la guerra considera que la «amenaza del terrorismo islámico» es real. «Estamos contra la guerra, pero apoyamos la guerra contra el terrorismo». Esta postura ambivalente se utiliza para reforzar la legitimidad de la doctrina estadounidense de seguridad nacional que se predica al lanzar la «Guerra Global contra el Terrorismo» (GWOT, en sus siglas en inglés).

En esta coyuntura, con la popularidad del régimen Bush-Cheney en su nivel más bajo, existe una oportunidad real para iniciar un proceso de impeachment que contribuiría a paralizar temporalmente la agenda militar.

Los medios corporativos también tienen una grave responsabilidad en la cobertura de los crímenes de guerra patrocinados por EEUU. Hasta hace poco, los medios apenas abordaron esos preparativos de guerra que implicaban el uso de armas nucleares. Hay que desafiar forzosamente esta actitud por su parcial cobertura de la guerra de Oriente Medio.

Lo que se necesita es romper la conspiración de silencio, denunciar las mentiras y distorsiones de los medios, enfrentar la naturaleza criminal de la Administración estadounidense y la de los gobiernos que la apoyan, que sostienen su agenda, junto a su denominada «agenda de seguridad interior», que ha moldeado ya los contornos de un estado policial.

En respuesta a la iniciativa Perdana que busca criminalizar la guerra, es fundamental llevar el proyecto de guerra israelo-estadounidense a la vanguardia del debate político, especialmente en América del Norte, Europa occidental e Israel. Los dirigentes militares y políticos que se oponen a la guerra deben adoptar una posición firme, desde el interior de sus respectivas instituciones. Los ciudadanos deben adoptar una postura individual y colectiva contra la guerra.

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ANEJO

1ª CATEGORIZACION: Naturaleza de las intervenciones de EEUU en 44 países.

LAS VICTIMAS NO SE LIMITAN A LAS MATANZAS EN LOS ESCENARIOS DE GUERRA U OTRAS OPERACIONES DE TIPO MILITAR.

DEBEMOS TAMBIEN EVALUAR AMPLIOS MECANISMOS ECONOMICOS, SOCIALES E INSTITUCIONALES, ASI COMO LAS CONSECUENCIAS MEDIOAMBIENTALES DE LA GUERRA Y DEL COLAPSO ECONOMICO

Con respecto a la inteligencia secreta y militar u otro tipo de operaciones de mando, podemos distinguir entre:

Escenario de Guerra (EG)

Golpe Militar Instigado por EEUU (GMI)

Guerra Civil Patrocinada por EEUU (GCP)

Política Militar (PM)

Operaciones secretas de inteligencia, ejércitos paramilitares, escuadrones de la muerte (OS)

Países:

Afganistán (EG, GCP, PM, OS)

Angola (GCP, OS)

Argentina (GMI, OS)

Bangladesh (GMI)

Bolivia (GMI)

Bosnia (EG, GCP)

Brasil (PM, OS)

Colombia (GCP, OS)

Congo (EG, GCP)

Corea del Norte (EG, GCP)

Corea del Sur (GCP, PM, OS)

República Dominicana (GMI, PM, OS)

El Salvador (GCP, PM, OS)

Eritrea (GCP)

Etiopia (GCP)

Filipinas (GMI, PM, OS)

Guatemala (GMI, OS)

Grenada (PM)

Haití (GMI, PM, OS)

Honduras (GMI, PM, OS)

Indonesia (GMI, OS)

Irán (PM)

Iraq (GMI, EG, OS)

Japón (EG)

Laos (EG, GCP)

Líbano (EG, GCP, OS, PM)

Liberia (GCP)

Macedonia (PM, GCP, OS)

Mozambique (GCP, OS)

Nicaragua (GCP, OS)

Nigeria (GCP, OS)

Pakistán (GMI, OS)

Palestina (GCP, OS)

Panamá (GMI, PM)

Ruanda (GCP, OS)

Serbia (GCP, OS)

Somalia (GCP, PM, OS)

Sierra Leona (GCP)

Sudán (GCP, PM OS)

Tailandia (GMI, OS)

Uruguay (GMI, OS)

Venezuela (GMI)

Vietnam (EG, GMI, GCP)

Zimbabwe (GCP)

Ejemplos históricos de crímenes de guerra auspiciados por los EEUU:

Casos de países seleccionados:

Korea (1950-1953)

Corea del Norte perdió casi la tercera parte de una población de 8-9 millones durante los 37 meses de larga guerra «caliente», 1950-53, un porcentaje sin precedentes jamás sufrido por nación alguna como resultado de un conflicto armado. El General Lemay, al frente de las operaciones estadounidenses en Corea, reconoció sinceramente que EEUU había matado hasta el 20% de la población de Corea del Norte en esos tres años de bombardeos intensivos.

Vietnam (1954-1975)

Según fuentes vietnamitas, las víctimas civiles resultantes de la Guerra del Vietnam fueron del orden de 4 millones. De una población de 38 millones, esas cifras representan un 12-13% de la población.

Indonesia

Aunque Indonesia no fue invadida por fuerzas estadounidenses, se trató según un informe de la CIA de «uno de los peores asesinatos de masas del siglo veinte». Irónicamente, fue la CIA la que instigó ese plan.

«El texto de 300 páginas de la CIA no reconoce el papel directo de EEUU en las masacres. Esencialmente «culpa a las víctimas de los asesinatos -los seguidores del Partido Comunista de Indonesai (PKI)- de sus propias muertes… Cientos de miles de personas que fueron fusiladas, pasadas a cuchillo, apaleadas o muertas de hambre fueron etiquetadas como culpables, o autores de atrocidades,

El Congo (1998-2000)

En el Congo y Sudán se produjeron «guerras civiles» patrocinadas por EEUU. Dos años de guerra en el Congo causaron la muerte de unos 3,8 millones de personas, en su mayoría de hambre y enfermedades.

Sudán

Dos millones de muertos como consecuencia de los 18 años de «guerra civil» en Sudán, con objeto de asegurarse el control de sus reservas petrolíferas.

Nigeria-Biafra

Un millón de muertos durante el conflicto auspiciado por EEUU entre Nigeria-Biafra de finales de los años 1960, que también iba unido a intereses petrolíferos.

Ruanda (1994-1995)

Entre 500.000 y un millón de personas murieron como consecuencia de la «guerra civil» y el genocidio ruandés. Informes recientes confirman que EEUU y Gran Bretaña jugaron un papel fundamental en el desencadenamiento de las masacres étnicas.

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(*) Trabajo presentado en la

Conferencia Internacional de Organización por la Paz Global Perdana

«Denuncia de crímenes de guerra»

(5-7 de febrero de 2007, Dewan Merdeka, Putra World Trade Centre, Kuala Lumpur)

Texto original en inglés:

http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=CHO20070201&articleId=4659

Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión