No sabe uno a qué atenerse en los debates electorales en EEUU. El de los candidatos a vicepresidentes, por ejemplo. Competían Cheney y Edwards a ver quién era más duro. «Nosotros sabemos destruir países como nadie» decía Cheney. «Sacaré a los terroristas de sus guaridas» rebatía Edwards. «Yo soy duro entre los duros» dice uno. […]
No sabe uno a qué atenerse en los debates electorales en EEUU. El de los candidatos a vicepresidentes, por ejemplo. Competían Cheney y Edwards a ver quién era más duro.
«Nosotros sabemos destruir países como nadie» decía Cheney. «Sacaré a los terroristas de sus guaridas» rebatía Edwards. «Yo soy duro entre los duros» dice uno. «Yo, más», el otro
«Nosotros destriparemos sin piedad a quienes nos amenacen» Cheney dixit. «Y nosotros los haremos picadillo», escalaba Edwards. Y así el debate. Bombas, destrucción, muerte…
Ninguna mención a Derecho o Justicia internacional. Tampoco a los foros legítimamente constituidos. Debates girando en torno a quién machacará a más gente. Atropellará países.
No habrá grandes cambios en política exterior avisan expertos. Gane quien gane. Si acaso, de estilos. Kerry sería más diplomático. Tipo Clinton. Que tenía buena imagen externa.
Clinton ordenó la agresión contra Yugoslavia, en 1999. Los brutales bombardeos sobre Belgrado y otras ciudades. Bombardeos criminales. Prohibidos en los tratados de Ginebra.
Conviene no olvidar el antecedente. Para no levantar expectativas. Crear vanas ilusiones. El imperio tiene objetivos. Designios políticos. Gobierne quien gobierne. Pepsi o Coca Cola.