La desclasificación de documentos hecha por la CIA el pasado martes, fue vista con cierto escepticismo por algunos sectores estadounidenses, que aseguran que pese a ello, existe un exceso de ocultismo informativo en el gobierno federal y el sector privado estadounidense. La Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) desclasificó el pasado martes un compendio de […]
La desclasificación de documentos hecha por la CIA el pasado martes, fue vista con cierto escepticismo por algunos sectores estadounidenses, que aseguran que pese a ello, existe un exceso de ocultismo informativo en el gobierno federal y el sector privado estadounidense.
La Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) desclasificó el pasado martes un compendio de documentos que dan cuenta de numerosos actos ilegales y de planes «oscuros», gestados desde la principal agencia de espionaje de EEUU.
Y aunque la acción forma parte una revelación voluntaria, hay quienes piensan que las 693 páginas del expediente conocido como «Joyas de la Familia», contienen demasiados espacios en blanco, y proporcionan sólo una información parcial.
La apreciación fue hecha puntualmente por el escritor estadounidense Ted Gup, autor de «Nación de Secretos», quien además señala que existe un exceso de ocultismo informativo en el gobierno federal y el sector privado estadounidense.
El profesional recuerda que mientras la Agencia «descubre unas pocas faltas del pasado y ninguna del presente, un millar de empleados del Departamento de Defensa continúan la diaria clasificación de archivos como secretos», al tiempo que comentó que más de 14 millones de papeles del Pentágono permanecen invisibles para la prensa.
Asimismo, David Barrett, profesor de la Universidad Villanova (Pensilvania), acotó en una entrevista concedida a The New York Times, que «no sabemos todo lo que pasa hoy (en la CIA). Pero parece que ya hay suficientes pruebas como para afirmar que actualmente las cosas no son diferentes».
Aunque la CIA insista que ha cambiado y hoy actúa «en el marco de la ley», según su director, Michael Hayden, muchos estiman que mantiene un profundo silencio sobre sus actividades recientes más controvertidas en el marco de la guerra contra el terrorismo.
Y es que Agencia mantiene el silencio por ejemplo, sobre las prisiones secretas en Europa, donde mantuvo detenidos desde 2001 a individuos sospechosos de terrorismo. Desde 2002, la CIA mantuvo a cerca de 100 sospechosos de terrorismo detenidos en cárceles secretas en el extranjero y está acusada de haberlos torturados, según reseña Efe.
Asimismo, organizaciones de derechos humanos, aseguran que carecen de noticias de cerca de 40 personas que aparentemente fueron detenidas por la CIA y que luego no dieron señales de vida.
Otras revelaciones sobre actuaciones de los servicios de inteligencia estadounidenses tras el 11 de setiembre de 2001 dan la sensación de que las cosas no cambiaron demasiado respecto a los años 70.
La Agencia de Seguridad Nacional, encargada de la inteligencia electrónica, está acusada de haber vigilado las comunicaciones entre Estados Unidos y el exterior sin mandato judicial.
Además como el controvertido programa del Pentágono de vigilancia electrónica bautizado Talon recuerda la vigilancia de activistas opuestos a la guerra de Vietnam. Lanzado en 2003, Talon habría recogido información sobre militantes antiguerra de Irak.