Autoridades federales de Texas y Carolina del Sur arrestaron a varios ciudadanos estadunidenses, incluidos dos militares, que deseaban trabajar con Los Zetas en el tráfico de drogas, armas y hasta cometiendo asesinatos por contrato en este país. Tres de los hombres fueron detenidos en Laredo, Texas, y otros tres en Carolina del Sur el pasado […]
Autoridades federales de Texas y Carolina del Sur arrestaron a varios ciudadanos estadunidenses, incluidos dos militares, que deseaban trabajar con Los Zetas en el tráfico de drogas, armas y hasta cometiendo asesinatos por contrato en este país.
Tres de los hombres fueron detenidos en Laredo, Texas, y otros tres en Carolina del Sur el pasado sábado, a raíz de una investigación iniciada en enero de 2011, cuando uno de los acusados entró en negociaciones con quien pensaba eran integrantes de Los Zetas, pero en realidad eran agentes encubiertos de la oficina antinarcóticos (DEA), informó la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).
Durante estas negociaciones sobre distribución de mariguana, dos acusados, Marcus Mickle, de 20 años de edad, y Calvin Epps de 26, comentaron a los agentes encubiertos que tenían un amigo en las fuerzas armadas que podría proveerlos de equipos militares. Los agentes conocieron así a Kevin Corley, de 29 años, quien se identificó como oficial activo en el ejército de Estados Unidos encargado de capacitación de soldados, y les ofreció brindar entrenamiento táctico a integrantes del cártel y adquirir armas para ellos.
Corley fue soldado en activo hasta el 13 de marzo y veterano de la guerra en Afganistán, reporta Reuters. Algunos medios lo identifican como sargento, otros como teniente.
Según la acusación formal presentada por fiscales federales ante un tribunal ayer, Corley se comunicó repetidamente con los agentes sobre otros servicios que podría brindar como soldado activo y hasta les envió un libro de tácticas de batalla. Les ofreció explicaciones detalladas sobre tácticas militares y dijo que podía capacitar a 40 miembros del cártel en dos semanas. También les informó que era fácil robar armas de instalaciones militares y que ya había hablado con varios de sus compañeros en su pelotón, quienes expresaron interés en la oportunidad de trabajar con Los Zetas.
La acusación detalla que Corley viajó a Laredo a fines de 2011 para reunirse con quienes no sabía que eran agentes encubiertos, donde les informó que ya contaba con dos equipos preparados: uno para brindar capacitación y otro para realizar lo que llamó wet work (trabajo mojado), lo cual los oficiales entienden como asesinatos por contrato, o sea, trabajo de sicario.
Un par de semanas después, en enero de 2012, le preguntaron si podía realizar un asalto con un equipo pequeño a un rancho donde supuestamente había 20 kilos de cocaína que, le contaron, fue robada por otro cártel, y asesinar ahí al responsable. Corley dijo que lo podía hacer con otros dos compañeros por 50 mil dólares y cinco kilos de cocaína.
Después de que un primer intento para transportar drogas fue descarrilado, continuaron negociaciones para futuras transacciones de compra y distribución de mariguana y cocaína en Estados Unidos.
A la vez, Corley entregó dos rifles de asalto AR-15 y otro equipo a un agente encubierto en Colorado, a cambio de 10 mil dólares, y ahí se abordó de nuevo el asesinato por contrato y recuperación de cocaína y se estableció la fecha para el operativo -el 24 de marzo. Corley supuestamente comentó que había comprado un cuchillo Ka-Bar, con el cual pensaba marcar una Z en el pecho de su víctima, y también usar un hacha para desmembrar el cuerpo.
El 24 de marzo, Corley y sus socios -Samuel Walker, Shavar Davis y su primo Jerome Corley- viajaron a Laredo, donde se reunieron con los agentes encubiertos y ahí se les dio la supuesta ubicación de la persona que tenían que asesinar, la logística para lograrlo y quién era responsable de diversos aspectos de la misión. Los tres fueron arrestados mientras que un cuarto sospechoso (identificado como el primo de Kevin Corley) fue muerto a tiros por agentes de la DEA en el momento que culminó toda este maniobra, informa la FBI.
Samuel Walker fue identificado como sargento en activo del ejército. La acusación incluye cargos por obtener y distribuir cocaína y mariguana y el uso de armas de fuego en un delito.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/03/28/politica/005n2pol