El presidente guineano Lansana Conté anunció sorprendentemente la destitución del primer ministro Lansana Kouyaté, quien fue nombrado para encabezar un «gobierno de consenso» y consiguió poner fin a los disturibios del pasado año. Ayer, enojados jóvenes tomaron las calles en Conakry, planteando el temor de que los disturbios puedan regresar. La destitución del primer ministro […]
El presidente guineano Lansana Conté anunció sorprendentemente la destitución del primer ministro Lansana Kouyaté, quien fue nombrado para encabezar un «gobierno de consenso» y consiguió poner fin a los disturibios del pasado año. Ayer, enojados jóvenes tomaron las calles en Conakry, planteando el temor de que los disturbios puedan regresar. La destitución del primer ministro Kouyaté fue anunciada a través de un decreto presidencial leído en la televisión estatal la noche del martes. El presidente Conté, al mismo tiempo, anunció que Ahmed Tidiane Souaré, ex ministro de Minería y Educación, será el nuevo primer ministro de Guinea. Souaré es un estrecho aliado del presidente Conté.
El nombramiento de un nuevo primer ministro se considera una clara señal de la intención del presidente Conté de retomar con firmeza el control político del día a día en Guinea. El fin de la era Conté ha sido predicho en numerosas ocasiones por distintos observadores, dado el mal estado de salud del presidente y sus pocas apariciones públicas. Pero el lunes, sorprendentemente, Conté aparecía públicamente, con motivo de la recepción del jefe de la ONU para África, Haïlé Menkerios, dando una impresión vital, e incluso permitiendo que se tomasen fotografías. Algo poco habitual.
Según informaciones recogidas en los medios de Guinea durante los últimos meses, se ha advertido una creciente distancia entre el presidente Conté y el ahora destituido primer ministro Kouyaté. Especialmente, el círculo cercano al presidente se había sentido frustrado ante el inaudito nivel de poderes traspasados a Kouyaté.
A diferencia de sus predecesores, Kouyaté tenía el pleno control de las funciones gubernamentales. También se le permitió designar a sus propios ministros; un privilegio reservado hasta entonces por el presidente Conté. Estos amplios poderes – en una perspectiva de Guinea – fueron el resultado de las negociaciones del año pasado para compartir las competencias entre los seguidores de Conté y los grupos de oposición junto con los sindicatos. Kouyaté fue elegido como un primer ministro de consenso.
El año pasado, una huelga general se fue convirtiendo poco a poco en sangrientos disturbios en la capital, Conakry y otras ciudades de Guinea. Los sindicatos y otros grupos de oposición exigieron un mejor gobierno y la adopción de medidas contra la galopante corrupción en este país rico en recursos naturales pero con elevados índices de pobreza.
El gobierno de consenso de Kouayaté resultó como una solución de compromiso entre el presidente Conté y la oposición. Gracias a la actitud del primer ministro Kouyaté, la situación se ha mantenido en calma en Guinea, y la gobernabilidad económica y las reformas habían comenzado a dar sus frutos. Asimismo, los inversores extranjeros habían comenzado a mostrar un mayor interés en el país.
Los analistas temen ahora que la sorprendente decisión del presidente Conté puede poner ahora en peligro la frágil paz y la nueva confianza de los inversores en Guinea. Informaciones desde Conakry a las que afrol News tuvo acceso la tarde del miércoles indican que la destitución del primer ministro Kouyaté está provocando protestas populares.
Jóvenes enfurecidos tomaban el miércoles las calles en las ciudades de Conakry y Tantan. Sin embargo, los sindicatos todavía tienen que anunciar su reacción ante la actual situación. Los sindicatos son considerados como la única fuerza en Guinea capaz de conducir a las masas en protesta contra el régimen. La estabilidad en Guinea, por lo tanto, depende ahora de la reacción sindical.