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Diversidad funcional y derechos humanos

Fuentes: Rebelión

Durante los últimos años vengo observando un tremendo silencio alrededor del tema de la diversidad funcional -discapacidad- por parte de diferentes grupos sociales, partidos políticos, asociaciones feministas, etc., los cuales, por otro lado, al hablarles yo de estos temas quedan totalmente sorprendidos cuando les digo por ejemplo que el 9% de la población presenta algún […]

Durante los últimos años vengo observando un tremendo silencio alrededor del tema de la diversidad funcional -discapacidad- por parte de diferentes grupos sociales, partidos políticos, asociaciones feministas, etc., los cuales, por otro lado, al hablarles yo de estos temas quedan totalmente sorprendidos cuando les digo por ejemplo que el 9% de la población presenta algún tipo de diversidad funcional, es decir tres millones y medio de personas y de los cuales el 40% tiene menos de 65 años, y entre los que están en edad de trabajar el paro alcanza cuotas del 80% y, finalmente, tan sólo un 3,6% tiene estudios universitarios.

Conviene que analicemos más detenidamente estos datos pues si en España hay un gran número de personas con diversidad funcional en edad de trabajar y tan sólo lo hacen un 20% eso quiere decir que del número total de parados en España, que ronda sobre 2.200.000 cuando menos la mitad de estas personas presentan algún tipo de diversidad funcional o bien las cifras de parados no recogen todas las realidades existentes, una realidad que parece que desconocen nuestros políticos porque, por ejemplo, es muy fácil prometer el pleno empleo pero, ¿qué medidas en concreto van a adoptar hacia este colectivo?, y no debemos olvidarnos de otro colectivo dentro de este que es el que presenta las mayores dificultades de integración laboral, esto es, las personas con alguna enfermedad mental, ¿Qué medidas van a tomar? ¿Tendrán en cuenta la opinión de los expertos cuando dicen que lo que precisa este subgrupo es «un trabajo a la carta»? La verdad lo dudo mucho en esta era de competitividad extrema y recortes de derechos.

Llegados a este punto es hora de preguntarnos si cuando nos dicen que la economía crece y crece, ¿para quién crece realmente? Para este colectivo desde luego que no, así como tampoco para los ancianos que muchas veces presentan serias dificultades a la hora de llegar a fin de mes, las mismas por cierto, que presentan las personas con diversidad funcional que trabajan que suelen tener dificultades en llegar a fin de mes pues muchas veces tan sólo trabajan a media jornada. Es por ello que cuando se habla en España de la pobreza debemos de hacer un análisis serio de lo que representa porque se tiende a dar unos datos y no decir nada más, o decir que crecen las desigualdades entre la clase media y la alta, ¿y la baja? ¿Quién habla de ellos?

Quizás es espinoso hablar de este tema en referencia a la diversidad funcional pues yo considero que los poderes públicos no están haciendo lo suficiente por suprimirla porque que yo sepa el Estado, en primer lugar, tiene que estar en las situaciones más vulnerables, en las que más lo exigen, y esta es una de ellas, lo es ahora y lo va a seguir siendo en tanto la diversidad funcional no se puede prevenir, sin embargo parece que no se está tomando nota por parte de ningún estamento de esta situación de injusticia y de violación de derechos civiles porque como sabemos nuestra Carta Magna dice, entre otras cosas, en el artículo 40 que los poderes públicos realizarán una política orientada al pleno empleo, así como también el artículo 35 dice que todos tienen el derecho al trabajo. Creo que queda mucho por hacer para que este derecho sea una realidad para este colectivo, así como para otros y, mientras tanto soportarán situaciones angustiosas al verse abocados al paro con lo que esto significa como muy bien lo expresa A. Giddens, es decir, el trabajo nos da una retribución económica pero también una estructura temporal de la vida así como también favorece los contactos sociales y absorbe energías. Creo que todos hemos visto la película «Los lunes al sol» y podemos imaginar la angustia de quién se encuentra en el paro durante meses, años, etc. Finalmente se podría decir que dentro del movimiento feminista se suele hablar de los conceptos de barreras verticales y horizontales algo que también se puede aplicar a este colectivo sin importar el género sin embargo, creo que también se debe de hablar de otro tipo de barreras que se podrían denominar «barreras de acceso al empleo» y éstas son sobre las que hay que trabajar en primer lugar.

Continuando también nos dice la Constitución en su artículo 27 que todos tienen el derecho a la educación, y, sin embargo, aquí nos encontramos con que tan sólo un 3,6% tiene estudios universitarios, frente al 40% de la población en general, ¿por qué unos si alcanzan los estudios superiores y otros no? ¿se están dando todas las ayudas que precisan?, mas bien creo que no como se pone de manifiesto en una noticia de el país del mes de enero, además hay que tener en cuenta que está es una de las principales vías a la hora de encontrar trabajo.

También es necesario analizar el derecho a una vivienda, artículo 47, que dudo de su acceso por parte de este colectivo pues si mucho de ellos están en el paro o bien cobran pensiones no contributivas que rondan los 300 euros, ¿alguien me puede decir como van a hacer frente a una hipotética o a un alquiler?

Sin embargo aquí nos encontramos con que el único debate que tiene lugar hacia este colectivo es el de la denominada ley de dependencia y autonomía personal, que lo centra entorno a que lo único que precisa este colectivo son unos cuidados, cuando no es así ni de lejos -ciertas personas pueden precisarlos pero no todas- pues yo defiendo la tesis de que las personas que sí puedan trabajar se les de un trabajo digno y un sueldo digno que cubra todas sus necesidades, incluidas las de asistencia personal, y que de una vez no tengamos un único debate que, sostengo, nos hace creer que estas personas son dependientes y que el estado va a velar por ellos dándoles estas ayudas -por cierto ésta es también una representación de gran parte de la sociedad de cara a ofrecer caridad cuando también deberían contribuir al cumplimiento de nuestros derecho. Yo no quiero un estado paternalista y sí un estado que haga cumplir y velar por mis derechos más allá de mi diversidad funcional y especialmente al tenerla.

Entre tanto esto no se cumpla, quizás suene a utópico pero yo lo veo así, quizás tengamos que recordar a Thoreau y su «Desobediencia civil» cuando dijo aquello de que el mejor estado es el que menos gobierna o el que no gobierna en absoluto, creo que estaba en lo cierto pues este estado gobierna y gobierna pero, para quién, pues en este punto, y ya para terminar, conviene citar a Francisco Fernández del Buey cuando nos habla del analfabetismo político de gran parte de la población lo cual dificulta la representación de ciertas clases o grupos yo creo que este es parte del problema la escasa representación política de este colectivo, pues, ¿a cuántas personas con diversidad funcional conocemos ejerciendo la política? Creo que la respuesta se puede contar con los dedos de una mano por lo cual es urgente que el resto de la sociedad tome conciencia de este problema de cara a ir solventándolo o minimizándolo.