Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
El régimen marroquí, al alimentar una guerra mediática entre islamistas e izquierdistas, pretende aislar a los independientes que le critican e impedir que estas fuerzas formen una coalición antipalacio.
Durante los últimos meses, es constante la guerra mediática entre algunos grupos islamistas marroquíes y la mayoría de las facciones izquierdistas del país. Personalidades de alto perfil por ambos lados, como es el caso de Abdelilah Benkirane, expresidente del Partido de Justicia y Desarrollo (PJD), y de Nabila Mounib, líder de la Federación de Izquierda Democrática (FID), se han lanzado a la lucha tratando de llamar la atención del público sobre cuestiones candentes.
La más destacada de esas cuestiones ha sido el juicio de Taoufik Bouachrine, el editor-jefe de Akhbar Al Yaoum, conocido por sus destemplados editoriales contra el régimen. El 23 de febrero de 2018, Bouachrine fue arrestado por cargos de trata de personas y violación, siendo posteriormente condenado a doce años de prisión. Sin embargo, una parte significativa del público marroquí, junto a ONG como Reporteros sin Fronteras y el Comité para la Protección de Periodistas, creen que el arresto fue un mero acto de represalia política. El Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detención Arbitraria calificó asimismo el juicio de Bouachrine de «injusto» y «políticamente motivado» [1]. El Grupo de Trabajo exigió que el gobierno pusiera en libertad de inmediato a Bouachrine e investigara las circunstancias que rodearon su arresto, le indemnizara y adoptara medidas contra quienes le habían detenido.
Poco después de que arrestaran a Bouachrine, varios medios de comunicación afirmaron que el periodista había estado trabajando en nombre de los islamistas, específicamente de Benkirane. Esto provocó una guerra de palabras que duró un mes entre los medios de tendencia islamista y los de tendencia izquierdista, a pesar de que Bouachrine había atacado abiertamente al líder del PJD en 2011 por su oposición a las protestas de la Primavera Árabe, que Akhbar Al Yaoum había apoyado tan expresivamente que los manifestantes progobierno organizaron en un determinado momento una manifestación frente a la sede del periódico y quemaron copias de su última edición.
Cuando Benkirane se convirtió en jefe del gobierno, Bouachrine continuó criticándole de vez en cuando. En un artículo publicado el 23 de mayo de 2012, Bouachrine censuró a Benkirane por afirmar que la constitución había puesto la toma de decisiones enteramente en manos del rey, escribiendo: «¿De qué constitución está hablando, Sr. Benkirane? ¿De la escrita o de la no escrita?». Esto último hace referencia a la costumbre política profundamente arraigada en la que todos dejan la última palabra al rey y no cuestionan sus decisiones. A principios de ese mes, Bouachrine había criticado a Benkirane de manera similar por no haber reivindicado sus poderes constitucionales como jefe de gobierno y por repetir el «error fatal de Abderrahmane Youssoufi de tratar desesperadamente de establecer un clima de confianza entre el gobierno y palacio a costa de sacrificar los poderes del gobierno [del primer ministro]».
En 2013, cuando Benkirane demostró ser incapaz de cumplir la mayoría de las promesas de su campaña, posterior a la Primavera Árabe, Bouachrine le atacó amargamente diciendo que «la mayor parte de los proyectos de reforma que prometió han quedado suspendidos, y que las principales decisiones en las que debería estar pensando y discutiendo han quedado aplazadas». El periodista volvió a preguntar por qué en lugar de defender sus propios derechos constitucionales frente a palacio, el primer ministro se limitaba a hacer meros gestos de cortesía.
En aquel momento, aproximadamente un año después de la Primavera marroquí, Bouachrine apoyó a los líderes del PJD que se oponían a las políticas de Benkirane, específicamente a su decisión de prohibir que los miembros de PJD se unieran a las protestas callejeras del Movimiento 20 de Febrero. Entre esos líderes se encontraban Mustapha Ramid (conocido en esa época por su oposición al palacio), Abdelali Hamieddine, Lahbib Choubani y Amina Maelainine. Pero, después de 2013, cuando Ramid (entonces ministro de Justicia) se volvió aún más conciliador que Benkirane frente al palacio, Bouachrine comenzó a desplazar su apoyo más a menudo hacia Benkirane, quien se enfrentaba cada vez más con palacio y con los miembros propalacio del PJD, como Aziz. Rabbah, su ministro de Transportes.
Además, el periódico de Bouachrine, Akhbar Al Yaoum, era uno de los pocos periódicos importantes que publicaba regularmente columnas de críticos del autoritarismo, ya fueran izquierdistas o islamistas. Durante las elecciones legislativas de 2016, el periódico brindó una cobertura solidaria a las organizaciones de izquierda sin vínculos con la monarquía, como el Partido Socialista Unificado, publicando una página completa en apoyo a su secretaria general, Nabila Mounib, firmado por cien destacados marroquíes. A pesar de todo ello, la campaña mediática emprendida contra Bouachrine afirmaba que era un enemigo de la izquierda y un portavoz de los islamistas y Benkirane.
El mismo escenario se desplegó en el procesamiento de Abdelali Hamieddine, un parlamentario del PJD que trabaja en su secretaría general. En 1993, un tribunal de Fez había condenado a varios estudiantes universitarios de izquierda e islamistas, incluido Hamieddine, a dos años de prisión por participar en una pelea en la que murió otro estudiante, Mohamed Benaissa Ait El Jid. El 7 de diciembre de 2018, el Tribunal de Apelaciones de Fez decidió reabrir el caso por segunda vez y acusó a Hamieddine de cómplice de asesinato. Su primera audiencia estaba programada para el 12 de febrero de 2019, a pesar de que ya ha cumplido dos años y debería haber estado protegido de nuevas apelaciones por el estatuto de limitaciones, ya que el incidente se produjo hace 26 años.
El juicio de Hamieddine ha sido también utilizado por los poderosos medios de comunicación promonarquía para provocar tensiones entre islamistas e izquierdistas, incluidas las redes sociales. Hamieddine fue probablemente atacado como consecuencia de sus críticas al palacio, como su declaración en una reunión del partido en julio de 2018 asegurando que «la monarquía, en su forma actual, es un impedimento para el progreso, la evolución y el desarrollo». Hamieddine también pidió al PJD que siguiera el ejemplo de la transición democrática en España estructurada a través de «una mesa redonda que reúna a todas las facciones», en referencia a las negociaciones tras la muerte de Francisco Franco en 1975, que reunieron al régimen y a la oposición de izquierdas, allanando el camino para volver a una monarquía de tipo constitucional.
Si Hamieddine fue juzgado tras haber criticado duramente a la monarquía, Bouachrine fue también arrestado después de desafiar individualmente al rey por las deficiencias del régimen en un artículo de opinión ampliamente leído en agosto de 2017. La frase de apertura de Bouachrine era extremadamente provocativa: «Gobernar no es irse de picnic a la playa con el buen tiempo», una posible referencia a que el rey estaba en aquel momento en su palacio en la playa, en la costa norte, para celebrar su cumpleaños.
Bouachrine siguió adelante utilizando un lenguaje aún más audaz: «Mohammed VI ya no es un hombre joven, ni su reinado es nuevo, ni su gobierno carece de determinados precedentes. Lleva gobernando dieciocho agridulces años y ha vivido crisis grandes y pequeñas, aunque ninguna tan grave, en mi opinión, como la crisis actual, en la que las protestas del Rif son solo la punta del iceberg». Bouachrine estuvo arrestado varios meses después de esta crítica al rey, al igual que el editor-jefe de Lakome, Ali Anouzla, había sido arrestado en 2013, solo meses después de criticar lo que llamaba repetidas y prolongadas ausencias del rey.
La mayor parte de la prensa marroquí ha adoptado la línea semioficial en los casos de Bouachrine y Hamieddine. Esto incluye a personas influyentes en las redes sociales que tienen miles de seguidores en Facebook, algo que solo puede llevarse a cabo a partir de la manipulación de sus complicados algoritmos con fondos suficientes, recursos humanos y tecnología, lo que sugiere el respaldo de grupos organizados.
Una dinámica similar está desarrollándose con la parlamentaria del PJD, Amina Maelainine, después de que los medios compartieran fotografías que la mostraban en París sin cubrirse la cabeza. Se está catalogando a Maelainine como «hipócrita» que vive su vida libremente en el extranjero, pero niega esa misma libertad a sus compañeras, y como una «mercachifle de la religión» que se opone a la ideología progresista e izquierdista. La mayoría de las acusaciones suenan a hueco, ya que Maelainine es una de las pocas mujeres líderes en el PJD que se ha pronunciado en ocasiones en defensa de la libertad de las mujeres para elegir cómo se visten, e incluso defendió a la izquierdista Nabila Mounib contra campañas similares en los medios. En una publicación de 2015 en Facebook que criticó implícitamente a algunos dentro del PJD, Maelainine dijo: «La campaña contra Nabila Mounib por su apariencia y vestimenta es patética, inconsistente e inadecuada. Aquellos que quieran confrontar a Mounib, que enfrenten su retórica, sus opciones y las alternativas que está proponiendo dentro del FID. «Tres años más tarde, Maelainine escribió nuevamente en solidaridad con Mounib, quien fue difamada después de pedir la liberación de los detenidos arrestados en las protestas del Rif. Maelainine insinuó que estos ataques estaban organizados por actores poderosos, no por ciudadanos comunes, y que describían la «manera sistemática» en que se difamaba a las figuras políticas; continuaba expresando su «verdadero temor por el futuro de un país que mata a sus instituciones y partidos, menosprecia a sus funcionarios y políticos electos, creando vacíos». Maelainine sugería que la razón por la que Mounib era atacada era política: «Nabila Mounib, como otros políticos, tiene derecho a expresar libremente sus opiniones y posturas».
Parece haber dos razones principales para estas ofensivas de los medios contra las tres personalidades, que en los casos de Hamieddine y Bouachrine fueron también acompañadas de demandas legales. En primer lugar, Hamieddine y Maelainine se encuentran entre los pocos parlamentarios del PJD que no dudan en criticar el autoritarismo en Marruecos. Las tres figuras defendieron a Benkirane frente a los cuatro partidos lealistas (la Unión Constitucional, la Unión Socialista de Fuerzas Populares, el Movimiento Popular y la Concentración Nacional de Independientes) durante el estancamiento postelectoral 2016-2017, que terminó en la expulsión de Benkirane como primer ministro, a pesar de que no había base constitucional para hacerlo. En segundo lugar, los tres siguen manifestando estar a favor de un acercamiento entre islamistas e izquierdistas para crear un frente diverso que pueda conseguir un equilibrio de poder a favor de las fuerzas progresistas, lejos de la arraigada élite que, desde 2013, ha estado consolidando su control sobre la toma de decisiones políticas y económicas, así como sobre gran parte de los medios de comunicación (incluidas las redes sociales).
Las fuerzas que lanzan estos ataques mediáticos han tratado de matar dos pájaros de un tiro. A pesar de estar debilitando a actores influyentes dentro de la oposición política, están agravando la estigmatización islamista-izquierdista, que se ha prolongado durante años y se ha intensificado en los últimos meses, lo que hace que cualquier acercamiento amplio y efectivo entre los dos sectores sea prácticamente imposible en un futuro próximo. Todo esto alivia la presión sobre la élite poderosa y descarta cualquier cambio significativo en el equilibrio de poderes que podría impulsar el país por el camino de la democracia.
Nota:
[1] Revisión del autor de documentos de la ONU aún no publicados.
(Este artículo fue escrito originalmente en lengua árabe)
Maâti Monjib es analista político, activista de los derechos humanos e historiador en la Universidad Mohamad V, en Rabat.
Fuente: https://carnegieendowment.org/sada/78200?lang=en
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