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Doce años abocando a los egipcios a la pobreza

Fuentes: Voces del Mundo

Han pasado doce años desde las protestas del 30 de junio de 2013 sin que los egipcios hayan obtenido lo que esperaban, a pesar de las grandes promesas hechas por el entonces ministro de Defensa, el mariscal de campo Abdel Fattah Al-Sisi.

Ese día allanó el camino para un golpe militar el 3 de julio del mismo año, que derrocó al primer presidente civil elegido democráticamente del país, el difunto Mohamed Morsi, quien murió en prisión en junio de 2019.

El poder fue transferido temporalmente, durante un año, al expresidente del Tribunal Constitucional Supremo, Adly Mansour, tras lo cual Al-Sisi llegó al poder mediante las elecciones celebradas en mayo de 2014, en las que ganó con el 96,91 % de los votos, en medio de las dudas de la oposición sobre la integridad del proceso.

Las promesas de Al-Sisi

«Mañana veréis Egipto», «Egipto es la madre del mundo y será tan grande como el mundo», «Sois la luz de nuestros ojos», «Este pueblo no ha encontrado a nadie que le muestre compasión» son ejemplos de los eslóganes y promesas que el actual presidente hizo a su pueblo, pero todos ellos se esfumaron.

La sangre y las lágrimas ensombrecieron las celebraciones del régimen egipcio por el doceavo aniversario de las protestas del 30 de junio, que coincidieron con la muerte de 19 niñas en un terrible accidente en una autopista construida por empresas afiliadas al ejército e inaugurada por Al-Sisi el 9 de septiembre de 2018.

La carretera de circunvalación regional, escenario del accidente de las «chicas de Monufia» el pasado viernes, ha sido testigo de 63 accidentes desde su inauguración, que han causado 116 muertos y 470 heridos, según los periódicos egipcios.

Tras el accidente, Al-Sisi ordenó a su Gobierno aumentar la indemnización a 100.000 libras egipcias (unos 1.718€) por cada víctima mortal y a 25.000 libras egipcias (430€) por cada herido, sin destituir a ningún responsable oficial del incidente.

El presidente egipcio conmemoró el aniversario del 30 de junio de 2013 y en un discurso grabado el lunes pasado pidió a los egipcios que se mantuvieran unidos, mientras ignoraba enviar a su primer ministro a dar el pésame a las familias de las víctimas, unas niñas que regresaban de trabajar en la vendimia por un mísero salario diario que no superaba los 130 libras egipcias (2,2€).

Los egipcios sufren un grave deterioro de sus condiciones de vida y económicas, un fuerte aumento de los precios de los bienes y servicios y un colapso de la moneda local, que se ha depreciado de unos 0,12 libras egipcias por euro a casi 0,86 libras egipcias.

La deuda externa se ha más que triplicado durante el mandato de Al-Sisi y ha pasado de unos 36.661 millones de euros a 132.247 millones a finales de 2024, según el Banco Central de Egipto.

Los intereses de la deuda consumen el 79% de los ingresos presupuestarios de Egipto. Con la continua dependencia de Al-Sisi de los préstamos, el país sigue estando estrechamente vinculado a las exigencias del FMI, que incluyen recortes de subsidios, privatización de activos y devaluación de la moneda.

Bajos indicadores

En los últimos años la clasificación mundial de Egipto ha descendido. Ocupó el puesto 90 de 133 países en el Índice Global del Conocimiento de 2023 y el 136 de 142 países en el Índice del Estado de Derecho de 2023 publicado por el World Justice Project (WJP).

Egipto ocupó el puesto 135 de 146 países en el Índice Mundial de Felicidad y el 84 de 88 países en el Índice de Calidad de Vida de 2024.

Egipto ocupó el puesto 130 de 180 países en el Índice de Percepción de la Corrupción de 2024, según Transparencia Internacional, y el 170 de 180 países en el Índice de Libertad de Prensa de 2025, publicado por Reporteros sin Fronteras.

Por el contrario, Egipto ocupó un lugar destacado a nivel mundial como el séptimo mayor importador de armas del mundo durante el período 2019-2023, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo.

Egipto también ocupó el sexto lugar a nivel mundial en cuanto al número de periodistas encarcelados durante el último año, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), con sede en Estados Unidos.

Logros del 30 de junio

Sus partidarios afirman que Al-Sisi salvó a Egipto del dominio de los Hermanos Musulmanes, a quienes las autoridades clasifican como organización terrorista, a pesar de la victoria del grupo en todas las elecciones celebradas tras la revolución del 25 de enero de 2011.

El presidente egipcio puso en marcha una serie de megaproyectos, entre los que destacan la nueva capital administrativa, una extensa red de carreteras y puentes, nuevas ciudades residenciales, museos, además de la ampliación del canal de Suez y la construcción de la mezquita, la iglesia y el teatro de ópera más grandes de la región.

Los partidarios del 30 de junio atribuyen el deterioro económico y de las condiciones de vida a razones externas, como la pandemia del coronavirus, la guerra entre Rusia y Ucrania, las guerras en Gaza y Sudán y la escalada entre Irán e Israel.

Sin embargo, el periodista egipcio Gamal Sultan, que reside en el extranjero, afirmó en una publicación de Facebook que «la retórica persistente sobre el 30 de junio no podrá ocultar la corrupción en la que se ahoga hoy el país, ni podrá ocultar la pobreza, la necesidad y el sufrimiento que vive la gente. No dará tampoco a la gente ningún atisbo de esperanza de que haya luz al final del oscuro túnel en el que entró Egipto después de 2013».

Según Amnistía Internacional, alrededor de 60.000 personas, entre ellas académicos, periodistas, defensores de los derechos humanos, mujeres y niños, se encuentran entre rejas por motivos políticos.

Dominio militar

La creciente influencia del estamento militar y la expansión de las empresas comerciales de los generales han sido las características más destacadas de los últimos doce años. Estos acontecimientos enriquecieron enormemente a los oficiales del ejército y empobrecieron a casi dos tercios de la población egipcia: alrededor del 60% de los egipcios son pobres o se encuentran en una situación de mayor necesidad, según informes del Banco Mundial.

Con la militarización de la economía egipcia, la influencia de los generales se ha extendido a la política, los medios de comunicación, el poder judicial y los deportes. En cada gobernación, el gobernador militar se ha convertido en una autoridad paralela al gobernador civil, y los generales del ejército y la policía han pasado a dominar los puestos de gobernadores, ministros, jefes de distrito, funcionarios municipales, líderes de partidos, juntas directivas de empresas y clubes deportivos.

En el ámbito político, la coalición del 30 de junio que apoyó el golpe se ha evaporado. Los líderes del «Frente de Salvación Nacional» que se opusieron a Morsi quedaron marginados, como el exdirector de la AIEA Mohamed ElBaradei y el excandidato presidencial Hamdin Sabahi. Algunos acabaron en prisión antes de ser liberados más tarde, como Hazem Abdel Azim, Khaled Dawoud, Ziad Al-Eleimi y otros.

Un investigador político, que pidió permanecer en el anonimato, describió el 30 de junio como un pecado político, estratégico y económico que allanó el camino para que los partidarios del golpe pagaran un alto precio, señalando la concesión de las islas Tirán y Sanafir a Arabia Saudí en 2016, la concesión a los Emiratos Árabes Unidos del derecho a gestionar y explotar unos diez puertos egipcios y el permiso para tomar el control de la zona de Ras El-Hekma, en la costa mediterránea, el año pasado.

Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos son los mayores aliados del presidente egipcio, ya que han apoyado su régimen con decenas de miles de millones de dólares en subvenciones, ayudas, préstamos, depósitos e inversiones directas.

Aumento de la pobreza

Con un aumento de los ingresos fiscales del 36% hasta alcanzar los 1,95 billones de libras egipcias, lo que equivale a alrededor del 87 % de los ingresos totales del Tesoro egipcio, según datos oficiales, los egipcios se quejan de lo que describen como un «gobierno recaudador de impuestos».

Los egipcios entran en un nuevo año bajo el régimen militar, con un salario mínimo de 7.000 libras egipcias (120€), que apenas equivale a un gramo y medio de oro (cuyo precio actual es de 4.600 libras egipcias por gramo). No pueden permitirse comer carne ni siquiera una vez a la semana, ya que el precio del kilo ha alcanzado las 400 libras egipcias (6,87€).

Egipto ocupa el segundo lugar entre los países con los salarios más bajos del mundo y el 95º en la clasificación general, con un salario medio mensual de alrededor de 100€, según la empresa de análisis de datos FinderPass.

Más de 11 millones de jubilados egipcios viven por debajo del umbral de la pobreza, con pensiones mensuales de alrededor de 3.000 libras egipcias (unos 51,5€), lo que supone aproximadamente 1,71€ al día, por debajo del nuevo umbral de pobreza mundial de 2,15 USD por persona y día, según las estimaciones del Banco Mundial.

Cuasi-Estado

A pesar de las enmiendas constitucionales de 2019 que ampliaron el mandato presidencial de cuatro a seis años y aseguraron la permanencia de Al-Sisi en el poder hasta 2030, el presidente egipcio no ha permitido ningún avance político real.

De vez en cuando, decenas de figuras de la oposición son liberadas gracias a indultos presidenciales, pero las fuerzas de seguridad continúan con sus frenéticos esfuerzos por ampliar el círculo de sospechosos y llevar a cabo detenciones periódicas.

El abogado de derechos humanos y activista de izquierda Haitham Mohamedain se disculpó públicamente en su página de Facebook diciendo: «Nos engañaron para que participáramos en el 30 de junio. Nos retiramos rápidamente antes del 3 de julio y declaramos una posición clara y explícita contra el golpe militar en ese momento. Seguiremos reconociendo este grave error y no lo justificaremos».

En mayo de 2016 Al-Sisi se dirigió a los egipcios diciendo: «No somos un Estado real […] esto es un cuasi-Estado». En enero de 2017, los sorprendió de nuevo diciendo: «Somos muy pobres», y el lunes pasado les recordó una vez más: «Las cargas son pesadas y los retos son inmensos», encarnando así personalmente el resultado de doce años de empujar a los egipcios a la pobreza.

Texto en inglés: Middle East Monitor, traducido por Sinfo Fernández.

Fuente: https://vocesdelmundoes.com/2025/07/07/doce-anos-abocando-a-los-egipcios-a-la-pobreza/