Las mujeres de Makoko, un asentamiento irregular cerca de la laguna de Lagos, en la costa atlántica de Nigeria, siempre duermen con un ojo abierto. Muchas temen despertarse con sus casas y comercios inundados. «El otro día soñé que sentía una aire frío. Cuando me desperté me di cuenta que estaba durmiendo en una habitación […]
Las mujeres de Makoko, un asentamiento irregular cerca de la laguna de Lagos, en la costa atlántica de Nigeria, siempre duermen con un ojo abierto. Muchas temen despertarse con sus casas y comercios inundados.
«El otro día soñé que sentía una aire frío. Cuando me desperté me di cuenta que estaba durmiendo en una habitación inundada», narró Dupe Faseun, madre soltera de cinco hijos y propietaria de una cantina.
«Las inundaciones son un gran problema aquí, se lleva todo, incluso las ollas se llenan de agua sucia», apuntó, añadiendo que la frecuencia del fenómeno aumentó en los últimos años.
Los asentamientos de zonas bajas que hay en varias partes de Lagos sufren el peor impacto de las inundaciones causadas por el cambio climático, según Desmond Majekodunmi, ambientalista de la Fundación de Conservación Nigeriana.
El programa de asentamientos humanos de la Organización de las Naciones Unidas, ONU-Hábitat, ubica a Lagos entre las ciudades costeras africanas con posibilidad de sufrir graves consecuencias del aumento del nivel del mar.
La laguna de Lagos, conectada al océano Atlántico, registró un aumento del nivel del agua como consecuencia del mismo fenómeno ocurrido en el mar.
El nivel del océano Atlántico aumenta debido al cambio climático, según una investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Las precipitaciones también se intensificaron en la región, de acuerdo con un nuevo estudio del Instituto de Investigación Social y Económica de Nigeria.
«La tendencia indica que las lluvias se reiteran cada vez más. Los consultados señalaron que en los últimos 10 años hubo un aumento del nivel del mar en Lagos que causó inundaciones en muchas partes de este estado», señala el estudio. Pero la organización no indica la frecuencia del fenómeno.
La Agencia Meteorológica de Nigeria, Nimet, atribuye las prolongadas y mayores precipitaciones registradas en la región al cambio climático. Las consecuencias de esto han asido devastadoras, en julio murieron al menos 25 personas por consecuencia de las lluvias torrenciales.
«El nivel del agua había aumentado de forma increíble y los canales previstos para vaciar los caminos y drenajes están totalmente tapados por la marea alta y porque el océano Atlántico y la laguna de Lagos crecieron más de lo usual», señaló Tunji Bello, comisionado de ambiente del estado de Lagos, poco después del incidente.
Majekodunmi señaló que el elemento más perturbador era la amenaza que supone el cambio climático para las actividades económicas en los barrios pobres. Las mujeres están entre las personas más afectadas porque muchas son las únicas responsables de la familia.
«Son las que tienen que alimentar a sus bebés y niños pequeños. Algunas tienen familias bastante grandes porque la cultura nigeriana promueve la procreación y las familias extensas», explicó.
Faseun, propietaria de una pequeña cantina cerca de su casa, señaló que las inundaciones son la mayor amenaza para su negocio porque a veces debe esperar una semana a que el agua se retire para volver al trabajo.
«Nadie quiere comprar comida en un lugar lleno de agua sucia», señaló. «Suelo deprimirme cuando no puedo vender comida por las inundaciones. Siempre me preguntó de donde sacaré dinero para ocuparme de mis hijos», añadió.
En Ajegunle, otro asentamiento ubicado en una zona baja de Lagos, las inundaciones también perturban las actividades económicas femeninas.
La mayoría de las mujeres se ganan la vida procesando pescado fresco, pero es difícil hacerlo cuando la zona está inundada.
«No pueden trabajar cuando el lugar donde ahúman el pescado está inundado, pues no cuentan con habitaciones frescas y la mayoría de las veces los peces se pudren antes de que el agua se retire», dijo a IPS el secretario del sindicato de pescadores de Ajegunle, Fatai Ojulari.
«Las mujeres pasan momento difíciles y no hay ninguna asistencia económica», apuntó.
Sin embargo, el gobierno sostiene que atiende este problema.
«Tenemos una estrategia costera de defensa, que incluye un muro de seguridad para proteger a Lagos de la amenaza del océano Atlántico», dijo a IPS el gobernador de este estado, Babatunde Fashola.
Tunde Akingbade, un ambientalista que participó en varias conferencias sobre cambio climático, señaló que los fondos para la adaptación, como el acordado en la COP 17, que terminó el domingo 11 de este mes en la ciudad sudafricana de Durban, podrán ayudar a las personas que viven en asentamientos como los de Makoko y Ajegunle.
«Pero es importante señalar que el grado de transparencia y de buena gobernanza es crucial para que los fondos satisfagan las necesidades de la gente», dijo a IPS.
Pero hasta entonces, no es mucho lo que Faseun y otras mujeres como ella, pueden hacer para resolver el problema.
«Las inundaciones empeoran cada año, pero no me puedo ir porque no tengo dinero para mudarme a un lugar mejor», se lamentó.