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La imposibilidad iconográfica de dos estados distintos para Israel y Palestina

Dos piezas nada fáciles de ensamblar

Fuentes: PeacePalestine

Traducido para Rebelión por Manuel Talens (www.manueltalens.com)

Adoro los mapas y crecí rodeada de ellos. Tuve la suerte de que mi padre tenía un trabajo extra de portero en una fábrica de Rand McNally y solía traernos a casa como regalo especial las muestras de mapas anticuados o con errores de imprenta, que nosotros esperábamos con fruición. A sabiendas de que los mapas son sólo una representación simbólica y abstracta de algo imposible -la naturaleza de la superficie terrestre, una entidad que está en continua evolución-, lo que se espera de nosotros es que aportemos nuestra propia sensibilidad en la interpretación de su significado.

Los mapas esconden tanto como revelan, porque son obra de personas investidas con la tarea de que se parezcan lo más posible a la realidad del objeto, mientras que al mismo tiempo deben darle un nombre gráfico a lo representado para que proporcionen información. La mayo parte de esa información es ideológica. ¿Quién entre los estadounidenses ha olvidado los habituales mapas académicos de nuestra niñez, con Norteamérica situada en pleno centro de la tierra plana y Asia extrañamente dividida en dos por la única razón de darle protagonismo al nuevo continente? Hay muchísima información que se deja fuera de un mapa para volverlo legible. ¿Acaso necesitamos ver los caminos y las calles traseras, que existen únicamente para dar acceso a garajes y recogedores de basura? En general no los encontraremos en un mapa urbano, pero seguramente ocupan casi un tercio de todas las vías pavimentadas de una ciudad como Chicago y hay mucha vida que ocurre allí.

También hay muchas clases de mapas. Los dos más comunes son los «geopolíticos», que muestran los elementos naturales y artificiales que definen el estado del área representada y hacen gran hincapié en las fronteras políticas y administrativas, y los «topográficos» o «en relieve», que aspiran a una imagen más tridimensional de las características físicas de la tierra. A veces, los mapas topográficos revelan la arbitrariedad de algunas fronteras que un mapa geopolítico oculta bastante bien. En ambos casos, existe una gran selectividad en lo que se representa y en lo que se deja fuera.

A diferencia de un «mapa de carreteras», que básicamente existe para mostrar las posibles rutas que conectan un lugar con otro -en realidad son mapas centrados únicamente en el transporte, en cómo ir allí, no en estar allí o, mucho menos, en qué hay «allí»- estos mapas tienen la finalidad de ser concisos y bastante objetivos, así como de ayudar a la comprensión del área examinada.

Se ha dicho que los mapas no mienten. Sin embargo, tampoco dicen necesariamente la verdad… O, más bien, parafraseando a Tierno Bokar, el notable dirigente espiritual sufí de Malí, «hay tres verdades: mi verdad, tu verdad y la verdad».

Por eso, es natural que nos preocupe la imagen representada de Israel y Palestina, ya que ésa es la realidad por la que se enfrentan israelíes y palestinos. En fechas recientes, Salman Abu Sitta ha compilado el monumental Atlas de Palestina. En una entrevista que concedió a Al Ahram Weekly dejó claro que tiene muy presente el carácter ideológico de la cartografía:

«El Atlas entrelaza ingeniosamente el pasado (un prolijo mapa de Palestina en 1948), el presente (las carreteras existentes hoy en día) y el futuro (el punto de vista de Abu Sitta sobre cómo cinco millones de refugiados palestinos esparcidos en todo el mundo pueden regresar a su hogar).

Abu Sitta, quizá mucho más que nadie, reconoce la importancia política, legal, histórica, social y emocional del Atlas para los palestinos desposeídos.

«El mapa tiene una función muy importante, es la identificación, la partida de nacimiento del lugar», dice.

Sin embargo, aparte de este mapa, que es básicamente una fiel reconstrucción del territorio de Palestina a través de su historia, obtenida de todas las fuentes históricas disponibles, cualquiera diría que casi todo el mundo tiene una idea de lo que son Palestina e Israel. ¡Ambos están en los noticieros a diario, por favor! ¡Por supuesto, podríamos incluso dibujar el mapa! ¿¿No?? De hecho, se supone que los dos Estados surgirán de las cenizas de lo que tenemos ante nuestros propios ojos.

Pero la cosa se complica cuando uno trata de visualizar cómo es el Estado de Israel y cómo imaginar el futuro Estado Palestino. No es tarea fácil. Dudo que incluso dos cartógrafos profesionales dibujasen el mismo mapa. Básicamente, es mucho más fácil y más habitual visualizar la Palestina Histórica. Puede que sea porque es la imagen iconográfica que tenemos impresa en la conciencia.

En su libro Don’t Think of an Elephant [No Piensen en un elefante], el profesor de Lingüística en Berkeley George Lakoff menciona el poder que posee la imagen mental original que tenemos de algo, sobre todo de un concepto. Cualquier imagen que hayamos desarrollado en nuestra primera infancia es la que permanecerá y las que compitan con ella deberán reemplazarla por la fuerza. Lo más habitual es que muchos palestinos vean la imagen de Palestina entera (la de antes de 1948) como el territorio palestino, ya que históricamente ha sido así. (Si la reclamación del territorio por parte de los judíos se remonta a hace 2000 años ¿por qué varias décadas deberían ser problemáticas cuando hablamos de los derechos que toda persona tiene a su patria? Ése es un argumento lógico). Muchos judíos, y no sólo en Israel, ven la totalidad de Israel, junto con Cisjordania, como un Estado judío único. Pretenden que su reclamación se inspira en la divinidad y se remonta a hace más de 2000 años. En ambos casos, lo percibido como Palestina o como Israel no es una imagen de dos Estados, sino más bien el mismo territorio, que puede ser Palestina o Israel. La gran diferencia estaría en que Israel es un Estado exclusivista reservado, en lo que respecta a los derechos, sólo a los judíos. El Israel actual ha adoptado este modelo y la perspectiva de Eretz Yisrael es igual de poderosa entre judíos seculares y religiosos. Palestina nunca ha reclamado ser un Estado para un grupo exclusivo étnico o religioso y en su historia administrativa ha sido capaz de permitir la coexistencia de múltiples grupos étnicos, pero también prevé una Palestina localizada en el territorio habitado durante generaciones por el pueblo palestino, lo que significa la totalidad de la Palestina Histórica.

¿Es posible concebir una solución con dos Estados? Si observamos los mapas actuales apreciaremos pruebas muy interesantes que demuestran la probabilidad de que al final del conflicto, si es que éste llega, la única solución posible es un solo Estado. Y ello básicamente porque no tendría que vencer el salto mental que para Lakoff es necesario a la hora de formular el pensamiento sobre algo. La mayoría de la gente tiene la imagen de un territorio completo. Un territorio que tiene la forma de la Palestina Histórica. Lo único necesario sería reconocer que dicha tierra no se puede dividir. No es un cuadro mental que cualquiera de nosotros podamos aceptar.

Por ello, veamos lo que nos depara una simple investigación en un motor de búsqueda. Una tarea como ésta se convierte en un auténtico desafío cuando uno lo hace armado con un ordenador. Mientras que en la mayor parte de los mapas de sitios palestinos uno encontrará el reconocimiento de Israel, la búsqueda de la palabra Palestina en un sitio israelí es casi una tarea imposible.

¿Por qué no empezar por el sitio principal? El mapa del Israeli Ministry of Foreign Affairs es muy simple, aunque no exactamente actualizado tras la retirada de la franja de Gaza. Pero lo importante es que uno se topa con un título muy enigmático, «Dentro de fronteras y líneas de alto el fuego» [Within boundaries and cease-fire lines] y, sobre todo, no verá las palabras Cisjordania [West Bank] o Territorios (ocupados) palestinos, sino más bien Samaria y Judea. Be’er Sheva parece casi tan importante como Jerusalén y los altos del Golán tienen el mismo color que los territorios palestinos.

Un hermoso mapa que puede verse es The Science.Co map of Israel. Se trata de una asociación de un mapa geopolítico y topográfico, pero no hay absolutamente ninguna línea de demarcación de cualquier territorio que pudiera ser otro Estado. Todo es Israel, incluso los altos del Golán, si bien muestran la piel de leopardo de las zonas controladas por la administración palestina. Jerusalén tan sólo está indicada como ciudad de densa población, pero, de nuevo, a Nablus se la llama Shechem y se utilizan nombres como Galilea, Samaria y Judea.

Más sionista que los propios sionistas, el mapa del grupo cristiano Constructores del Templo divide el territorio como si hubiesen utilizado una regla sobre una hoja de papel. Sin embargo, para compensar este extraño mapa, imposible de comprender, proporcionan un mapa de carreteras del que se sentiría orgulloso Netanyahu. Para los cristianos Constructores del Templo, Jenin o Beth Haggan son la misma cosa.

Gemas en Israel, un sitio web oficial de turismo, ofrece un mapa sonoro muy útil que da la pronunciación hebrea de las principales ciudades. No se molesta en utilizar la palabra Palestina en ninguna de las áreas de su mapa de Israel, pero, de nuevo, tampoco muestra las ciudades. Tal vez no pudieron decidir si realmente pronuncian mal Ramala.

Info Please muestra los territorios palestinos claramente separados con color. El nombre de ISRAEL está impreso por encima de esas áreas en provocativas mayúsculas.

El mapa de la CIA es la imagen más real de un Israel separado que puede hallarse. Se refiere a Cisjordania y a la franja de Gaza como a territorios ocupados por los israelíes. El único problema es que llaman a Israel a la página entera.

La B.B.C. utiliza básicamente el mismo mapa que la CIA, pero ofrece una explicación sobre la causa del conflicto: «El núcleo del conflicto israelopalestino es una disputa territorial y de fronteras». También se titula Israel y Territorios Palestinos.

Si al lector le gusta la tecnología, Eye on Israel le ofrece un mapa a su medida. Es enormemente detallado, pero en él no existen entidades como Palestina o los Territorios. Forman parte integral de Israel.

El Atlas del Mundo muestra el Golán como ocupado, pero no Palestina. Indica ciudades árabes palestinas en Cisjordania, pero las ciudades «importantes» y «significativas» son todas judías. Por alguna razón nos enteramos de que el Negev es un «páramo».

El de Infotour, the Official Israeli Tourism Site es un mapa casi inútil. Su Israel es enorme, no señala Cisjordania, la franja de Gaza no es más que una ciudad y el Golán forma parte de Israel. Es el mapa ambicioso por definición.

Los Relative size maps de la Biblioteca Virtual Judía comparan Israel con muchas partes del mundo, incluso con Nueva Jersey, para quien quiera saberlo. Israel, de paso, es Eretz Yisrael.

El mapa Israel desde el espacio es muy bonito. De hecho, Science.co ofrece muchos mapas del área, pero ninguno de ellos menciona la palabra Palestina. Aunque uno encuentre escrito «NOTA: Israel es una diminuta partícula en el enorme territorio de Oriente Próximo», se maravilla de lo pequeña que debe ser la mota de territorio que tienen los palestinos.

Cuando uno pincha en este mapa, que Google denomina Mapa de Palestina y sus vecinos, su título cambia a Mapa de Israel y sus vecinos, y uno no ve Israel en absoluto, sino sólo las poblaciones que habitaron el Oriente Próximo en tiempos pasados.

El mapa Planeta solitario es interesante. Todo es Israel, incluso un trozo grande de Siria. Este mapa aparece de manera prominente en Araboo, una especie de motor de búsqueda de cosas árabes.

Geographic tiene un mapa que es bastante idealista. Es sólo un mapa de fronteras, sin muchos detalles. Le da a Israel una frontera, no menciona los Territorios Ocupados y, por otra parte, el sitio web no ofrece un mapa de Palestina, únicamente uno de la Franja de Gaza y de Cisjordania.

¿Cómo representan el territorio los partidarios de causas palestinas? En realidad, resulta interesante señalar que con mayor frecuencia parecen ser menos idealistas y más realistas, pues muestran el territorio dividido. PASSIA, que ofrece muchos mapas, muestra básicamente un mapa de Cisjordania y de la franja de Gaza y sólo nombra las ciudades de Tel Aviv y Jerusalén fuera de dicha área. El Logotipo del sitio web es otro ejercicio en el arte de lo posible. Tiene en cuenta a Palestina como Palestina Histórica y como la proposición Bantustán.

Global Security ofrece un curioso mapa de Palestina. Jerusalén incluso no aparece, Tel Aviv es la capital de Israel y el Estado Israel está representado, pero ningún otro. Lo que este mapa pueda representar es un misterio para mí, digno de meditación.

Miftah ofrece una lista de 85 mapas, pero ni uno solo etiquetado como Palestina. Ésta parece ser una tendencia en casi todos los investigadores serios palestinos.

The Applied Research Institute of Jerusalem representa Palestina en dos pedazos. Se trata de un grupo interesante de mapas, al menos a juzgar por el índice. Pertenece a un grupo que se ocupa del medioambiente, de la gestión del territorio y de cuestiones de recursos.

El Palestine Center ofrece un mapa geopolítico… con la imagen que parece más exacta de lo que será la Palestina propuesta. No muestra territorios contiguos.

The Palestine Land Society muestra el mapa probablemente más importante de todos. Ofrece la vital información de los resultados de la Nakba [N. del T.: literalmente, la catástrofe. Se refiere a la deportación masiva de casi un millón de palestinos fuera de sus territorios en 1948, con masacres de civiles y destrucción de cientos de sus pueblos].

Palestine History muestra Israel, pero explica que está situado sobre territorios palestinos ocupados e ilustra los dos Estados propuestos.

Un mapa absolutamente asombroso, firmado y, por lo tanto, utilizado por Moshe Dayan, puede encontrarse aquí. Es el mapa de Palestina antes de la Nakba.

Pero si todo esto empieza a parecer muy, pero que muy confuso… todavía hay un mapa que es posiblemente el más verdadero de los verdaderos: está a la espera de un paciente ensamblaje para su formación.

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Mary Rizzo vive en Italia y trabaja como restauradora de arte. Su blog personal es http://peacepalestine.blogspot.com. Colabora en Al-Awda, Arabmonitor y otros sitios web con traducciones y textos originales.