Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
El Departamento de Estado de EE.UU. emitió el domingo una alerta terrorista para ciudadanos estadounidenses que viajan a cualquier parte del continente europeo, una acción sin precedentes que parece calculada a fin de propagar alarma sin ayudar realmente a nadie para que evite convertirse en objetivo de un ataque terrorista. El Pentágono impuso un toque de queda para el fin de semana a los soldados en la base de la Fuerza Aérea de EE.UU. en Ramstein, Alemania, y ordenó que los soldados no porten sus uniformes fuera de la base «como reacción ante el estado de alarma».
Gran Bretaña, Japón, Suecia y Canadá hicieron todos lo mismo, emitiendo alertas a sus propios ciudadanos que puedan viajar a Europa. En cada caso citaron la alerta estadounidense como evidencia de que existe un aumento del peligro de un ataque terrorista en los centros de tránsito y atracciones turísticas de Europa.
La propia declaración del gobierno de EE.UU. habla sólo de «potenciales ataques terroristas», sin ningún dato específico. «Información actual sugiere que al-Qaida y organizaciones afiliadas siguen planeando ataques terroristas», dijo el Departamento de Estado.
Considerando que esto también vale para todos los días desde que Osama bin Laden publicó su «declaración de guerra» contra EE.UU. en 1996, no está claro que la alerta tenga alguna base objetiva o represente una nueva amenaza.
Ciudadanos de EE.UU. que viajan a Europa «deben adoptar toda precaución posible para conocer su entorno y adoptar medidas apropiadas de seguridad para protegerse cuando viajan», dijo el Departamento de Estado, aunque los portavoces, cuando se les pidió más orientación, admitieron que no había nada que los viajeros debieran hacer excepto correr en otra dirección en caso de una explosión o tiroteo.
Los medios estadounidenses, en especial las noticias de la televisión, han estado repletos de siniestras advertencias de ataques «al estilo Mumbai» involucrando grupos de hombres armados en ataques suicidas contra estaciones ferroviarias, aeropuertos y atracciones turísticas como la Torre Eiffel. Se refieren a los ataques contra el centro financiero indio de hace dos años, durante los cuales 10 hombres armados mataron a 166 personas e hirieron a más de 300, utilizando armas portátiles y granadas en hoteles y en la principal estación de ferrocarril.
La derechista cadena Fox News mostró el camino con una espeluznante enumeración de objetivos en los que incluyó la Torre Eiffel, la Catedral de Notre-Dame, la Puerta de Brandenburgo en Berlín y la principal estación de ferrocarril y la torre de televisión de esa ciudad.
Un oficial anónimo estadounidense, quien confirmó los informes de inminentes ataques terroristas a la agencia noticiosa francesa AFP, calificó la amenaza de «creíble pero no específica». Siguió diciendo: «No hay precisión, por ejemplo, de dónde puede a ocurrir algo. Por ese motivo la gente no debe limitar su consideración al Reino Unido, Francia, o Alemania.»
Después de la advertencia estadounidense, funcionarios británicos elevaron el nivel de su alerta terrorista a «alto» para ciudadanos británicos que visiten Francia y Alemania. El ministerio de Exteriores sueco publicó una alerta semejante el lunes, llamando a los viajeros suecos a tener cuidado «en sitios públicos, dentro y alrededor de edificios públicos, atracciones turísticas, en el transporte público y en otros sitios con grandes multitudes». La semana pasada, el Servicio de Seguridad sueco publicó una alerta elevada de un ataque dentro de Suecia, citando un «cambio de actividades» no especificado de grupos islámicos en Suecia.
La alerta japonesa, dada a conocer el lunes por su ministerio de Exteriores, fue igualmente vaga. Un funcionario japonés dijo al periódico británico The Guardian «que la advertencia extremadamente inusual no fue provocada por informaciones de inteligencia específicas sino por las anteriores alertas británicas y estadounidenses».
El gobierno canadiense emitió una declaración advirtiendo a los canadienses que viajen a Europa de que se mantengan vigilantes, citando también las advertencias británicas y estadounidenses.
El ministerio de Exteriores francés dijo que la alerta iniciada por EE.UU. «estaba en línea con recomendaciones generales que nosotros hacemos a la población francesa». El gobierno del presidente Nicolas Sarkozy, en una profunda crisis por sus ataques contra los derechos democráticos de inmigrantes gitanos y musulmanes, así como por sus esfuerzos impopulares por elevar la edad de jubilación, ha apoyado la alarma antiterrorista como una maniobra de distracción.
Ha habido un esfuerzo continuo por estimular los temores de terrorismo del público por el secuestro de cinco ciudadanos franceses en el Sahara, uno de los cuales, según se informa, fue ejecutado por al-Qaida del Magreb Islámico. Bernard Squarcini, un alto funcionario de inteligencia, dijo a los periodistas hace tres semanas que la amenaza de un ataque en Francia «nunca ha sido mayor». El gobierno francés ha cerrado la Torre Eiffel dos veces el pasado mes, el destino turístico número uno, por supuestas amenazas terroristas.
En otros sitios del continente europeo, sin embargo, parece que hay una actitud más escéptica ante la alarma terrorista inspirada por EE.UU. El ministerio del Interior alemán, que controla la policía, dijo que Alemania «todavía no tiene indicaciones concretas de ataques inminentes», concluyendo: «El gobierno no ve actualmente ningún motivo para modificar su evaluación de riesgos concretos».
La revista alemana Der Spiegel publicó un largo informe sobre la fuente de la alarma terrorista, afirmando que se trata de un solo ciudadano alemán de ascendencia pastuna, Ahmad Sidiqi, quien fue detenido por fuerzas estadounidenses en Afganistán en julio y que actualmente se encuentra en custodia estadounidense. Es interrogado por «unidades especiales de la CIA y los militares estadounidenses», dijo la revista. En otras palabras, está siendo torturado en un «sitio oculto» de la CIA, la prisión sobre el terreno de la inmensa base aérea de EE.UU. en Bagram.
Según los informes, Sidiqi dijo a sus interrogadores estadounidenses que se había reunido con un operador de al-Qaida de alto nivel en Pakistán y que éste le informó de instrucciones de bin Laden para ataques en Europa.
Según un informe del lunes en CNN, funcionarios alemanes dijeron que han tenido acceso a Sidiqi en Afganistán y que estaba cooperando con la investigación estadounidense. CNN informó: «Sidiqi divulga cada día información nueva, no verificada, dijeron las fuentes de inteligencia alemana». A pesar de esas supuestas revelaciones, funcionarios alemanes dijeron que no existen planes para elevar el nivel de seguridad del país.
El furor mediático en EE.UU. ha ignorado en gran parte el hecho de que no ha habido un ataque terrorista importante a gran escala en Europa desde los atentados suicidas en el sistema de transporte de Londres del 7 de julio de 2005, en los que murieron 52 personas.
En cuando a su impacto práctico, la alerta terrorista no sirve para nada a los 10,6 millones de estadounidenses que visitan Europa cada año o a los cientos de miles que viajan al continente en cualquier momento dado. El Departamento de Estado no publicó una «advertencia terrorista», un nivel de alerta más elevado que hubiera provocado una cancelación generalizada de planes de viaje.
La oportunidad de la alerta, menos de un mes antes de una elección nacional en EE.UU., sugiere una motivación política. El Partido Demócrata del presidente Obama va a la zaga en numerosos sondeos pre-electorales, y podría perder el control de la Cámara de Representantes, del Senado de EE.UU., o de ambos.
En EE.UU., portavoces del gobierno tuvieron problemas para presentar a Obama como un verdadero «comandante en jefe». La Casa Blanca informó a la prensa el domingo mediante un correo electrónico de que Obama «ha estado siguiendo a diario la información sobre la amenaza y ha sido informado permanentemente sobre la alerta para los viajes». Los funcionarios dijeron que Obama ha convocado a reuniones de su equipo de seguridad nacional para el viernes por la noche y el sábado por la mañana, y que fue informado nuevamente el domingo por la mañana antes de que el Departamento de Estado emitiera su alerta.
El gobierno de Bush utilizó frecuentemente alertas terroristas antes de las elecciones de 2002, 2004 y 2005, bien en forma de alertas como la emitida el domingo por el Departamento de Estado, o declaraciones en vídeo y audio de Osama bin Laden y otros personajes de al-Qaida, publicadas usualmente durante el fin de semana anterior a la elección.
La fuerte publicidad dada a la amenaza transatlántica también se utiliza para justificar la intensificación de medidas policiales en EE.UU. El FBI y el Departamento de Seguridad Interior (DHS) enviaron el domingo por la mañana un boletín a las agencias locales de policía declarando que no existe una amenaza específica a objetivos estadounidenses, pero advirtiendo de que al-Qaida puede tratar de inspirar a gente con «la capacidad de ingresar legalmente a EE.UU.» para que realice ataques utilizando «armas portátiles, tiradores solitarios y tácticas de unidades pequeñas».
Una advertencia semejante es tan general que podría ser aplicada a casi cualquiera en EE.UU. Tiene lugar dos semanas después de las incursiones del FBI en las casas de activistas contra la guerra en Minneapolis y Chicago que no tienen precedentes desde los abusos del período de J. Edgar Hoover en los años sesenta y setenta. La advertencia del FBI y del DHS instó a la policía local a controlar a individuos que «vagabundean sin motivo aparente, haciendo bosquejos o contando sus pasos».
La alarma terrorista también tiene lugar dentro del contexto del aumento de huelgas y protestas en toda Europa contra medidas draconianas de austeridad dirigidas contra la clase trabajadora. Los gobiernos europeos tienen evidentemente motivos políticos para distraer la atención pública de sus políticas derechistas y crear una atmósfera de temor y pánico que pueda utilizarse para justificar medidas represivas.
Una motivación adicional para la alerta terrorista es justificar la escalada de los bombardeos y ataques de misiles estadounidenses contra objetivos en Pakistán bajo condiciones de creciente oposición, tanto en el propio Pakistán como dentro de la población estadounidense. Informes en los medios afirman que la supuesta conspiración terrorista se prepara en bases de al-Qaida en las regiones tribales de Pakistán al otro lado de la frontera afgana, y que el fuerte aumento de los ataques de drones estadounidenses en Pakistán es, por lo menos en parte, una reacción ante esta supuesta amenaza.
Los gobiernos europeos también se enfrenta a la oposición popular a su participación o apoyo a la guerra de estilo colonial dirigida por EE.UU. en Afganistán.
Funcionarios paquistaníes dijeron el lunes que un drone estadounidense mató a ocho personas de nacionalidad alemana en Waziristán del Norte, el distrito en las Áreas Tribales bajo Administración Federal (FATA) de Pakistán que EE.UU. afirma que es un refugio para dirigentes de al-Qaida que huyeron de Afganistán después de la invasión estadounidense. Los misiles destruyeron un edificio en la localidad Mir Ali.
© Copyright Patrick Martin , World Socialist Web Site, 2010
Fuente: www.globalresearch.ca/PrintArticle.php?articleId=21314
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