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EE.UU., un país de Pinochos y Pinochets

Fuentes: Novas Pensatas

Traducido del portugués para Rebelión por Catherine M. Bryan

Vivimos en un país de Pinochos y Pinochets. Aquí en los EE.UU., la mentira es (como en la oración católica Padre Nuestro) «nuestro pan cotidiano», » así en la tierra» (de los medios corporativos), «como en el cielo» (de Washington, el centro de gobierno de este país).

Para refrescar la memoria de los lectores acerca de las historias de Pinocho y Pinochet, debo recordarles que Pinocho es un personaje de un cuento para niños. Cada vez que él decía una mentira su nariz crecía en una forma desproporcionada. Pinocho, según la historia, era una marioneta de madera, un cara de palo, como los representantes de los medios de comunicación y del gobierno de los EE.UU. Las aventuras de Pinocho ( «Pinocchio»  en italiano) es el título del libro escrito por Carlo Collodi, un italiano que se hizo famoso a través de la película «Pinocchio», dirigida por Walt Disney Productions, una de las más famosas y mentirosas industrias del entretenimiento del mundo occidental.

En cuanto a Pinochet, no podemos olvidar que él fue el general chileno que, el 11 de septiembre de 1973, dio un golpe de Estado contra Salvador Allende, el presidente democráticamente elegido por el pueblo de Chile. Con el golpe militar, el general Augusto Pinochet estableció, entre los años 1973 y 1990, una de las dictaduras más sanguinarias y corruptas en la historia de América del Sur. La dictadura de Pinochet fue responsable de la tortura, la desaparición y el asesinato de decenas de miles de estudiantes, profesores, profesionales, artistas, obreros, campesinos chilenos (1) Actualmente, Pinochet es considerado uno de los más grandes terroristas (de Estado) en América Latina, además de ser identificado como uno de los títeres latinoamericanos más sumisos al servicio del gobierno imperial de EE.UU.

El primer estímulo que me impulsó a escribir este texto, basado en las historias de Pinocho y Pinochet, me fue dado por la noticia que llenó, hace unas semanas, los espacios de los periódicos, las revistas, los programas de noticias de la TV de los EE.UU., Europa, Brasil y América Latina.

Resumiré aquí la sensacional noticia: La NBC (National Broadcasting Company), la cadena de televisión y de radio más grande y antigua de los EE.UU., castigó al famoso presentador Brian Williams por mentir a su público. De este modo, el famoso presentador, editor gerente del programa de noticias «NBC Nightly News» fue castigado por contar una falsa historia sobre un incidente que ocurrió durante la guerra de Irak en 2003. De acuerdo a las noticias, Williams dijo que estaba a bordo de un helicóptero estadounidense que había sido derribado por granadas de cohetes enemigos. Algunos soldados estadounidenses que participaron en el evento, negaron públicamente la declaración de Williams, diciendo que él estaba muy lejos del helicóptero derribado. Brian Williams se disculpó públicamente, pero NBC suspendió al presentador por seis meses sin goce de sueldo a causa de sus falsas declaraciones.

La noticia que siguió a la suspensión de Brian Williams también informaba que en millones de televidentes estadounidenses (que habían sido fans de Brian Williams y devotos creyentes de su programa nocturno de noticias de la NBC), quedaron destrozados por la revelación y el castigo del presentador.

Yo, que no soy fan de cualquier presentador de los medios corporativos de EE.UU. (o de cualquier programa de noticias de estos mismos medios), no me quedé sorprendido por esa revelación; sin embargo, confieso que siempre me sorprende cada vez que constato el alto nivel de ignorancia y/o credibilidad ingenua de los millones de espectadores estadounidenses al seguir creyendo en la decencia y la honestidad de los medios corporativos de Estados Unidos.

Por esta razón, siempre que esto sucede, me pregunto: ¿cómo es posible que después del gran escándalo debido a las mentiras de los medios de comunicación y del gobierno de Estados Unidos [de la administración del presidente George W. Bush y el vicepresidente Dick Cheney (2)] para ganar el consenso y la aprobación de la población de los EE.UU. para la invasión y la guerra contra el pueblo de Irak; ¿cómo es posible que (después del gigantesco fraude informativo) millones de estadounidenses aun sigan creyendo en las mentiras de los medios (3) y del actual gobierno de los EE.UU.? (4)

La triste realidad es que millones de personas, dentro y fuera de los EE.UU., no se dan cuenta de que los medios de comunicación/(des)información y el gobierno del presidente Barack Obama mienten y engañan cotidianamente a la mayoría de las personas dentro y fuera de este país. Son las mentiras sistemáticas sobre los acontecimientos relacionados con las guerras de Estados Unidos [en cooperación con los gobiernos de Israel y Arabia Saudita (5)] contra el pueblo de Irak, Afganistán, Pakistán, Siria, Yemen, Palestina, Libia. Son las mentiras frecuentes para ganar la simpatía y el consenso mundial a favor de las guerras imperialistas de los EE.UU. contra los pueblos del «Tercer Mundo».

Día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, el gobierno y los medios estadounidenses producen gigantescas montañas de mentiras oficiales contra los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina y Cuba en América Latina, y, en Europa, contra el gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin.

Son mentiras sistemáticas de las autoridades de Estados Unidos y los medios de comunicación occidentales para promover a Petro Poroshenko (el dictador de Ucrania) y su administración política de estilo nazista. Así, los medios de comunicación y el gobierno, describen la acción imperialista de Estados Unidos, de la sumisa y cómplice Unión Europea y de la OTAN (una organización militar, guerrerista y fascista al servicio del terrorismo de Estado occidental) en la región de Ucrania como una ayuda «humanitaria» y «democrática» más.

Por lo tanto, dado el poder del gobierno y de los medios de comunicación de EE.UU. para manufacturar consenso a través de la mentira, lo que me quita el sueño no es el castigo de Brian Williams en sí mismo; lo que me provoca pesadillas es que individuos mucho más mentirosos y peligrosos como George Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Barack Obama, Henry Kissinger, Tony Blair, Benjamín Netanyahu (cuyas mentiras han llevado a prisión, tortura, crímenes de guerra y genocidio contra millones de seres humanos), estén libres y sin castigo, disfrutando de su libertad sin ningún castigo por los crímenes cometidos contra la humanidad.

Recordemos, por ejemplo, el caso del famoso Henry Kissinger. Durante la administración del criminal Richard Nixon (presidente de EE.UU. que se vio obligado a dimitir debido al proceso de juicio político en su contra), Kissinger fue nombrado para el cargo de Secretario de Estado de este país. Como Secretario de Estado, Kissinger tuvo un papel principal en la guerra de Vietnam (guerra que mató a más de 20 millones de vietnamitas). Kissinger también fue uno de los responsables de la intervención de la CIA en los golpes de Estado que se produjeron en América Latina (Chile, Argentina, Brasil, Uruguay). Además, Kissinger ha sido acusado, por organizaciones internacionales, como cómplice de la tortura, de la desaparición y del asesinato de cientos de miles de ciudadanos de América Latina durante las dictaduras militares del general Pinochet en Chile y el general Jorge Videla, en Argentina. Además Kissinger fue patrocinador de los regímenes dictatoriales (Chile, Brasil, Argentina, Uruguay) y ha sido acusado de colaborar con los planes represivos y de exterminio como la «Operación Cóndor».

La evidencia de la actividad criminal de Kissinger como un terrorista de Estado ha dado lugar a numerosas investigaciones, quejas, denuncias y procesos ante los tribunales internacionales de justicia que lo responsabiliza por crímenes contra la humanidad. Estos procesos demandan sacarle el Premio Nobel de la Paz (que le fue descaradamente concedido) y para ponerle en la cárcel, el lugar que lo merece.

Así, según nuestro criterio, lo que más indigna en el propagado castigo de Brian Williams, es que la mayoría de los periodistas corruptos de los medios corporativos lo utiliza hipócritamente (y por las autoridades del gobierno) para seguir difundiendo (a través de la narración visual y retóricamente fraudulenta) el mito de que vivimos en EE.UU, en «un país democrático», un país que vive dentro de la ley internacional, un país libre de la mentira, de la corrupción y de la impunidad.

Sin embargo, las estadísticas muestran que no hay nada más lejos de la verdad social, pues las imágenes y las palabras producidas por la narrativa oficial del gobierno de los EE.UU. y los medios corporativos occidentales (incluidos los periódicos brasileños y los canales de televisión como la TV Globo de Roberto Marinho) son falsificaciones para seguir engañando a la opinión pública mundial.

Pero también hay un conjunto de estadounidenses (una minoría significativa) que ha luchado para develar las informaciones que trascienden las mentiras de los grandes medios de comunicación y del gobierno. Estos estadounidenses son conscientes de que este país está lleno de repelentes figuras mafiosas, corruptas, dictatoriales, asesinas, genocidas que practican el terrorismo de Estado en el mismo estilo del ex dictador Augusto Pinochet.

Estas abominables figuras, vivas o muertas, se encuentran en todos los niveles de la jerarquía política, económica y militar de los EE.UU e incluyen una gran lista de nombres de actuales y ex presidentes, congresistas y senadores, como por ejemplo, el senador demócrata por Nueva Jersey, Robert «Bob» Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado (acusado de alta corrupción financiera y sexual) y el senador republicano John McCain, acusado por el cabildero Jack Abramoff de recibir parte del dinero robado de los casinos de los indígenas de EE.UU (6). Esta lista también incluye los nombres de figuras jerárquicamente inferiores, tales como los terroristas que fueron o son miembros de la CIA: Orlando Bosch Ávila (7) y Luis Posada Carriles (8); o como los asesinos torturadores de la CIA, Manuel Contreras y Jaime García Covarrubias de la DINA (jefes de la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet) y responsables de la Operación Cóndor, pero que continúan protegidos y beneficiados por el gobierno de los Estados Unidos, como es el caso del notorio Covarrubias, que es actualmente profesor de un centro de estudio del Pentágono.

Los datos estadísticos también nos informan que los EE.UU. es un país que no respeta la ley, ni respeta los derechos humanos y políticos a nivel nacional e internacional. Así, son los dados estadísticos que nos muestran que los EE.UU. es el país que tiene más bases militares en otros países extranjeros; que es el país que fabrica y vende más armas de destrucción masiva en el planeta; que es el país que produce las guerras de exterminio y las invasiones contra los países pobres; que es el país que comete más atentados, torturas y ataques terroristas (incluyendo los ataques de aviones no tripulados, los drones) contra seres humanos; que es el país que comete sistemática espionaje contra los países (incluso los países aliados) en todo el mundo.

Ya han pasado más de 50 años desde cuando Daniel Elsberg (escandalizado por las mentiras de los poderosos Pinochos, sus jefes burocráticos, en los años 60), reveló públicamente, en 1971, para el periódico New York Times, los documentos secretos del Pentágono (Pentagon Papers). Daniel Elsberg, actuó en contra de la sumisión y la cobardía de los funcionarios del Estado al denunciar las mentiras del presidente Richard Nixon, del Secretario Robert MacNamara y del secretario Henri Kissinger que querían continuar justificando y legitimando el genocidio de los Estados Unidos contra el pueblo vietnamita durante la guerra de Vietnam.

Así que desde la guerra de Vietnam, una parte de la sociedad estadounidense (compuesta por ciudadanos que luchan contra los Pinochos y Pinochets en ese país) luchan incesantemente contra la mistificación, contra la manipulación, resistiendo diariamente para mantener la conciencia ética y humana, por mantener la solidaridad y la cooperación a favor de los pueblos oprimidos. Estos son los ciudadanos que han luchado para mantener el derecho a estar bien informado y contra las maquinaciones sistemáticas del gobierno y de los medios de (des)información públicos y privados para fabricar consenso entre la opinión pública mundial a través de la producción de mistificaciones aberrantes.

Es dentro de esta lucha contra los Pinochos y Pinochets que debemos entender las razones por las cuales el periodista Julián Assange filtró para Wikileaks, las informaciones secretas del gobierno de los EE.UU.: eran informaciones que demostraban las sistemáticas violaciones del derecho internacional por parte del gobierno estadounidense. Gracias a las revelaciones de Julian Assange, hoy, por ejemplo, estamos informados de las acciones criminales de espionaje del gobierno de Estados Unidos en contra los países aliados.

Es también dentro de esta lucha contra la destrucción de la conciencia humana y ética por el gobierno de EE.UU., que debemos entender las razones por las cuales el soldado estadounidense Bradley (Chelsea) Manning reveló las cintas de video que muestran a los soldados estadounidenses disparando sus ametralladoras desde un helicóptero contra unos ciudadanos indefensos del Irak.

Es también dentro de la lucha contra Pinochos y Pinochets que debemos aplaudir las razones por las que el experto en inteligencia de Estados Unidos, Edward Snowden, reveló los crímenes de espionaje de los servicios de inteligencia de Estados Unidos contra los gobiernos de los países aliados y no aliados de los EEUU.

Es dentro de esta lucha que debemos entender las razones de John Kiriakou, el oficial de la CIA, cuando él denunció a la prensa nacional/mundial, los crímenes y las torturas de la administración Bush contra los prisioneros de los EE.UU.

Pero, como sabemos, el gobierno imperial de Estados Unidos ha impuesto una brutal y cobarde persecución policial al coraje, al valor, y a la muy desarrollada conciencia intelectual, moral y ética de Julian Assange, de Edward Snowden y de Bradley (Chelsea) Manning.

Para proteger su integridad física, intelectual y moral, Julian Assange se vio obligado a auto-exiliarse en la embajada de Ecuador en Inglaterra, y Edward Snowden se vio obligado a auto-exiliarse en Rusia.

En cuanto a Bradley (Chelsea) Manning, él no ha podido librarse de su injusto castigo. Está encarcelado en la base militar de Quantum (el Estado de Virginia) en condiciones de detención que fueron consideradas inhumanas e ilegales, y que son vistas como tortura por parte de la Amnistía Internacional.

Tampoco John Kiriakou tuvo la suerte de escapar del castigo a través de la obtención de un autoexilio: el estuvo bajo detención en las cárceles de Estados Unidos por denunciar el programa de torturas del gobierno de George W. Bush.

Por último, me gustaría informar a los lectores que la última agresión del imperialismo norteamericano contra América Latina está siendo actualmente llevada a cabo por el gobierno de Barack Obama. Obama ha utilizado los servicios de Pinochos y Pinochet para ayudar a desestabilizar a Venezuela y, una vez más, tratar de dar un golpe de Estado contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro: un presidente elegido democráticamente por la voluntad autónoma y soberana del pueblo de Venezuela.

Después de la muerte (del asesinato según la opinión de muchos observadores) del presidente Hugo Chávez, las corporaciones multinacionales, con la ayuda de los Pinochos y Pinochets venezolanos, continúan tratando de fomentar un golpe militar para desplegar una dictadura que les permita saquear el petróleo del pueblo venezolano. Eso es lo que podemos comprobar con la reciente captura de los líderes del golpe, Antonio Ledezma (alcalde de Caracas), Diego Arria (ex embajador de Venezuela ante la ONU) y el diputado Julio Borges por el gobierno de Nicolás Maduro.

Recientemente (18 de marzo de 2015), Jennifer Rene, también conocida como «Jen» Psaki (la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos y ex portavoz del presidente estadounidense, Barack Obama), trató de atacar al Presidente Nicolás Maduro mintiendo descaradamente en una entrevista televisada con un grupo de periodistas de la prensa nacional e internacional. Al tratar de responder a una pregunta de un periodista (sobre la denuncia del presidente Nicolás Maduro del intento de golpe de estado patrocinado por el gobierno de Obama contra el pueblo de Venezuela), la portavoz Jen Psaki, cínica y descaradamente, respondió: «Es una práctica política de larga data que los Estados Unidos de América (EE.UU.) no tolera las transiciones políticas por medios no constitucionales. Las transiciones políticas deben ser democráticas, constitucionales, pacíficas y legales. «(9)

Al escuchar tan escandalosa mentira de la portavoz del Gobierno de Estados Unidos, el periodista Matt Lee se enojó y dijo irónicamente: «Lo siento … ¿Qué dijiste? …¿que los Estados Unidos tiene una práctica de larga data de no promover… ¿Qué es esto de…desde hace mucho tiempo? Esto no es cierto… Especialmente en el caso de América del Sur y de América Latina, no es ninguna práctica de larga data.» Y la portavoz, desenmascarada, incapaz de responder honestamente, empezó a tartamudear delante de los periodistas en la sala de prensa del Departamento de Estado. (10)

Así que, con o sin la fábula, la verdad histórica aparece inequívoca: Vivimos en un país de Pinochos y Pinochets, uno que busca dominar el mundo a través de las mentiras, los golpes de Estado y las dictaduras militares.

Mientras el pueblo y el gobierno de Venezuela y de otros países latinoamericanos como Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Cuba estén unidos contra el imperialismo norteamericano, estarán en condiciones para luchar y defenderse contra el golpe de Estado planeado por los EE.UU., pues ya muchos sabemos que un pueblo y un gobierno realmente unido jamás será vencido.

 

Notas:

1) Según el informe oficial de la Comisión Valech de 2011, el total de víctimas entre asesinados, desaparecidos y torturados durante los 17 años que duró la dictadura de Pinochet (1973-1990) se elevó a 40.280. Sin embargo, entre las personas de los grupos que fueron víctimas de la dictadura se estima que el número es superior a 100.000 seres humanos. Una de las denuncias más fuertes del golpe militar (y de la dictadura del general Pinochet terrorista) en Chile, se puede observar en las imágenes de la película Missing (1982) del director griego Costa Gavras; película que está basada en la historia verdadera de la desaparición (y asesinato) del periodista estadounidense Charles Horman , y que tiene como actores principales a Jack Lemmon y Sissy Spacek.

2) Recientemente, Dick Cheney lanzó su libro In My Time: A Personal and Political Memoir, un relato lleno de mentiras auto justificadoras en donde trata 1) de legitimar su decisión ilegal y genocida de declarar la guerra contra el pueblo de Irak y 2) de defender su programa de tortura contra seres humanos indefensos. Pero el libro de Dick Cheney es uno más de los libros de memorias de ficción que han sido utilizados por los responsables de la invasión y la guerra contra Irak para reescribir, en beneficio proprio, la historia de esa abominable guerra. Este es el caso, por ejemplo, de los siguientes libros: A Journey, del ex primer ministro Tony Blair; Decision Points de George W. Bush; Kown and Unknow: A Memoir, del ex secretario Donald Rumsfeld; At the Center of the Storm: My Years at the CIA del ex director de la CIA, George Tenet

3) Antes, durante y después de la administración de George W. Bush, los Pinochos más insidiosos (al servicio de la propaganda mentirosa del gobierno y los medios corporativos de EE.UU.) fueron Robert Novak, Judith Miller, Bill O’Reilly y Sean Hannity. Este fue el período en el que Fox News Channel, FNC (uno de los programas de televisión más falsificadores de las noticias en EE.UU.) se autoproclamaba como un canal de noticias «fair» (justo) and «balanced» (equilibrado).

4) Una de las principales denuncias de las mentiras sistemáticas de la administración de George W. Bush, Dick Cheney y sus consejeros, pueden ser leídas en el libro Fair Game: My Life as a Spy, My Betrayal by the White House   de Valerie Plame Wilson. La famosa película «Fair Play» (2010) del director Doug Liman se basa en este libro, en la historia de la traición de Bush, Cheney y de la CIA a la ex agente Plame y a su esposo, el ex senador Joseph C. Wilson. La película «Fair Play» tiene a Sean Penn y a Naomi Watts en los papeles de los protagonistas.

5) Una de las evidencias de la escandalosa relación de complicidad terrorista entre el gobierno de Estados Unidos y el gobierno de Arabia Saudita puede ser verificada mediante la entrevista del profesor Reza Aslan, un súper especialista en las historias de las religiones (especialmente la cristiana y la musulmana) de los EE.UU.. Aquí está la respuesta del profesor Reza Aslan a la pregunta de la revista brasileña EPOCA: Profesor Reza Aslan, ¿es Arabia Saudita la responsable de un aumento del radicalismo y del terrorismo islámico?

Aquí está la respuesta del profesor Reza Aslan: – Sin duda ninguna El Wahabismo, esta vertiente ultra ortodoxa, puritana y pseudo reformista del islam sunita empezó en Arabia Saudita en la mitad del siglo XVIII, fundada por el clérigo Abdul Mohamed Ibn Wahab. Es una vertiente religiosa que predica el retorno puro al culto monoteísta del islam y que llama a todos los demás religiosos, islámicos o no, de apóstatas. Los saudíes gastaron $100 mil millones en los últimos años para difundir esta vertiente del islamismo por el resto del mundo, a través de la construcción de escuelas y mezquitas wahabistas. No hay un rincón del mundo donde haya musulmanes que no hayan sido inundadas por el dinero saudí y la propaganda religiosa saudí. Ellos crearon un virus que se propagó por todo el mundo musulmán. Cuando usted tiene un virus, es necesario erradicar su fuente. Bueno, el mundo sabe cuál es el origen de este virus. Ellos, los saudíes son los mejores amigos de los Estados Unidos. Es un absurdo que un país que patrocinó el ascenso de una ideología que es responsable de la muerte de cientos de miles de personas no se haya hecho responsable por ello. Por el contrario, los saudíes continúan siendo prestigiados por los EE.UU. Cuando el rey Abdullah, el monarca saudí, murió la semana pasada, el presidente Barack Obama, el secretario de Estado, John Kerry y una docena de miembros del gobierno de alto rango de los Estados Unidos fueron a Arabia Saudita en honor del fallecido rey Abdullah. Sin llevar en consideración que Abdullah conducía un país que decapita a 80 personas al año, condena a 1.000 latigazos a la persona que expresa sus opiniones, impide a las mujeres a conducir y a votar, y patrocina el terrorismo global. ¿No es extraño? Si Arabia Saudita no fuera el mayor productor de petróleo en el mundo, sería tratado como la Corea del Norte, con disgusto, rechazo y con las sanciones internacionales.

(6) La película «Casino Jack» (2010), protagonizada por el actor Kevin Spacey, muestra la relación de corrupción entre el cabildero Jack Abramoff, el congresista Tom Delay, el senador John McCain y el robo perpetrado a los casinos indígenas por ellos. El libro del periodista Gary Jafetz (Boston, EE.UU.), The Perfect Villain: John McCain and the Demonization of Lobbyist Jack Abramoff, también denuncia la relación de corrupción entre el senador John Mcain y Jack Abramoff. Además, el robo de las tierras, el racismo, el genocidio y la violación de los derechos humanos de los indígenas norteamericanos por parte de la población blanca de los EE.UU. (colonizadores, políticos, militares, burócratas del gobierno, hacendados de los EE.UU) han sido acontecimientos sistemáticos en la vida de los nativos americanos; han sucedido durante toda la historia moderna del país y, hacen parte del proceso fundamental de la acumulación primitiva de capital del sistema capitalista imperialista de los EE.UU. Los testimonios y pruebas de este inmenso proceso pueden ser rastreados en el libro Gerónimo: Historia de su Vida, del autor S. M. Barrett , que fue traducida y críticamente anotada por el profesor Manuel Sacristán Luzón para el Editorial Grijalbo de España.

7) Orlando Bosch Ávila es un agente terrorista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), quien fue el jefe de la Coordinación de las Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), una organización terrorista anticastrista. Bosch Ávila hizo parte de la Operación Cóndor, una operación que coordinaba las actividades represivas de las dictaduras militares del Cono Sur durante la década de 1970, y él fue uno de los responsable del atentado terrorista (6 de octubre, 1976) al vuelo 455 de Cubana de Aviación, en el que murieron las 73 personas a bordo. Se reporta que la planificación de este ataque terrorista se realizó en una reunión celebrada en Washington DC en el mismo año de 1976. En la planificación del atentado participaron Orlando Bosch, el terrorista Luis Posada Carriles y Michael Townley, el ex agente de la CIA y de la DINA chilena, durante el régimen militar de Augusto Pinochet que también planeó el asesinato (en la capital de Estados Unidos) del general chileno Orlando Letelier (ex ministro del depuesto presidente Salvador Allende Gossens, también asesinado por los militares del general Pinochet).

8) Luis Posada Carriles fue acusado de actividades terroristas por los gobiernos de Cuba y Venezuela, ya que él fue uno de los responsables de la planificación y ejecución del atentado terrorista (06 de octubre 1976) del vuelo 455 de Cubana de Aviación, en el que murieron las 73 personas a bordo. Posada Carriles también fue el organizador de una serie de ataques contra los hoteles de La Habana, Cuba en 1997. Posada Carrlles era un miembro del Ejército de los Estados Unidos e hizo su carrera policial en Venezuela antes del gobierno del presidente Hugo Chávez. Posada Carriles está acusado de ordenar la tortura y el asesinato de varias personas detenidas por motivos políticos. Carrilles fue miembro de la llamada Operación 40 (orquestada por la CIA de los EE.UU.) que planeó y ejecutó la invasión de Bahía de Cochinos en 1961. Afortunadamente la invasión fue abortada por la resistencia y la guerra revolucionaria del pueblo cubano.

9) Jen Psaki :«As a matter of long-standing policy, the United States does not support political transitions by non constitutional means. Political transitions must be democratic, constitutional, peaceful and legal».

Matt Lee : «Sorry. The U.S. has-whoa, whoa, whoa-the U.S. has a long-standing practice of not promoting-what did you say? How long-standing is that? I would-in particular in South and Latin America, that is not a long-standing practice.» El lector puede seguir el desenmascaramento de las declaraciones mentirosas de Jen Psaki y del gobierno de los EE.UU. en este website: https://www.youtube.com/watch?v=frO1T3vZNrA

Fuente original: http://novaspensatas.blogspot.com/2015/03/usa-um-pais-de-pinoquios-e-pinochets.html