Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Fathi Ben Khalifa es un bien conocido disidente amazigh de Libia. Estuvo viviendo en Marruecos durante dieciséis años hasta que se marchó a Holanda como refugiado político debido a las presiones de Gadafi sobre Rabat para que se lo entregara. Ben Khalifa reanudó su actividad disidente desde Túnez cuando empezó la revolución en Libia y más tarde llegó a ser uno de los representantes del CNT. Formó parte de la delegación internacional de éste que se creó para ganar el reconocimiento de la comunidad internacional. El pasado mes de agosto abandonó el CNT debido a «diferencias insalvables» con el comité rebelde, sobre todo acerca del enfoque religioso y de la falta de reconocimiento del pueblo amazigh. En una conferencia celebrada el pasado mes de octubre en Djerba (Túnez) fue elegido presidente del Congreso Mundial Amazigh.
Usted ha denunciado que su pueblo «todavía no está reconocido en la nueva Libia». ¿Cómo lo explica?
En el borrador de Constitución aprobado el 6 de agosto no hay ninguna mención a nosotros, los amazigh. No se reconoce nuestra lengua ni nuestra presencia en el país. Ahora dicen que tenemos que olvidarnos de estas cosas por el bien de la estabilidad en el país, que podremos «discutir este asunto más tarde», así que tenemos una sensación de déjà vu. ¿Cómo puedo ser ciudadano de un país que no reconoce mi existencia? En realidad, nos dijeron lo mismo cuando Libia consiguió la independencia en 1951, que teníamos que esperar hasta que las cosas se asentaran… Entonces llegó Gadafi con su política de asimilación y una dictadura terrible que ha durado cuatro décadas, así que el asunto quedó completamente olvidado. Lo último que nosotros, los amazigh, podíamos esperar era que el nuevo gobierno también recurriera a esa vieja retórica.
Pero usted también fue miembro del CNT desde el principio, ¿no?
Sí, básicamente viajaba por toda Europa y África con una delegación del CNT para lograr que éste fuera reconocido. Con todo, siempre he sido consciente de este riesgo y también de otros, pero nunca planteé la cuestión porque había una guerra y teníamos que estar unidos en contra del régimen de Gadafi. Simplemente, no era el momento. Pero cuando me di cuenta de que se había ignorado completamente a los amazigh en la nueva Constitución, para mí estuvo muy claro que no podía permanecer más tiempo en el CNT, así que el 20 de agosto rompí la relación.
¿Acaso temen que Libia se divida de alguna manera si se reconoce a su pueblo?
Hemos rechazado tajantemente enfocar la política desde un ángulo religioso o nacionalista. El problema que hay detrás de todo esto es que el CNT sigue apegado a las ideologías árabe e islamista. No se dan cuenta de que gran parte de lo que ha ocurrido en este país durante las últimas décadas proviene de esta ideología «árabo-islamista». ¿Por qué nos convertimos en un país pobre teniendo tantos recursos? ¿Por qué nuestro pueblo carece de educación? ¿Por qué Libia era uno de los países más corruptos? Cuando afirman que Libia es un país árabe están equivocados. Libia no está en el Golfo Pérsico, sino en el norte de África. Nos hemos preocupado demasiado de los problemas ajenos y hemos olvidado los nuestros. Libia gastó una enorme cantidad de dinero en otros países africanos simplemente porque Gadafi se tomó a sí mismo por el «rey de todos los reyes africanos». Además, también perdimos a muchos jóvenes en Iraq y Afganistán. Aunque nuestros niños se mueren de hambre y caminan descalzos en lugares como Sabah (al sur de Libia) la cuestión palestina sigue siendo una prioridad mayor para muchos libios. ¿Va a cometer los mismos errores el nuevo gobierno libio?
¿Los va a cometer?
De hecho, no sería una sorpresa ya que quienes están en el CNT son exactamente los mismos que en el régimen anterior. Están tratando de dar una imagen de liberales y de tener un actitud abierta, pero la realidad es que la mayoría de ellos siguen pensado apegados a los mismos viejos métodos autoritarios. Hoy están trabajando en favor de sus propios intereses, pero son completamente inconscientes de lo inestable que se está volviendo la situación en Libia, y esto no sólo se debe a la cuestión amazigh.
¿Cuáles son las otras fuentes potenciales de descontento?
La visión de la nueva Libia arraigada en una Constitución islámica. Los partidos islamistas no deberían ser un problema mientras obtengan su representación por medio de una Constitución democrática, pero esto no es lo que ellos buscan. Quieren una Constitución excluyente basada en el islam. Además, hablan de la sharia -la ley islámica-, pero la sharia se puede interpretar de un millón de maneras. Irán tienen su propia sharia, lo mismo que Pakistán, Arabia Saudí, Afganistán, Marruecos… y todos ellos son diferentes entre sí.
¿Cómo se sintió cuando Mustafa Abduljalil, el ex presidente del CNT, mencionó la ley de la sharia en su Discurso de Liberación el 24 de octubre?
Fue escandaloso. ¿Quién otorgó a Mustafa Abduljalil el derecho a decir semejante cosa? Él era simplemente el líder de un gobierno de transición que no había sido elegido democráticamente por el pueblo. Ésta es otra prueba de que los actuales dirigentes de Libia son incapaces de adaptarse a los nuevos tiempos.
Entonces, ¿qué van a hacer ustedes, los amazighs, respecto a esto?
Estoy seguro de que ningún amazigh aceptará esta situación. No podemos aceptar que Libia sea un «país islámico y árabe». Algunas personas en el CNT afirman que no se podría reconocer oficialmente nuestra lengua porque somos una minoría. ¿Por qué no nos dijeron que paráramos cuando estábamos combatiendo? Diez de cada cien combatientes habrían dejado las armas. No luchamos para no conseguir nada en absoluto, así que ya hemos empezado a movilizarnos. Celebramos una conferencia amazigh el 26 de septiembre, la mayor en la nueva Libia. Al día siguiente tuvimos la mayor manifestación de nuestro pueblo en la historia de Libia. ¿Se puede creer que después de eso nadie en el CNT se molestó en llamarnos para que nos sentáramos a hablar?
Por desgracia, [los miembros del CNT] son personas sin educación y sólo reaccionan ante acciones agresivas debido a una mentalidad anticuada.
Usted vivió en Marruecos durante 16 años y gracias a su posición también tiene contactos con su pueblo en Argelia. ¿Cuándo se desvaneció la «Primavera Árabe» en estos países?
Argelia será el próximo país que explotará. Estoy seguro de que la revolución está en camino. Argelia es un país claustrofóbico que está bajo el control absoluto del ejército y éste nunca dejará el poder de forma pacífica. Incluso el propio presidente Abdelaziz Buteflika es una marioneta del ejército argelino. En Marruecos es diferente. El régimen político es más inteligente, no es un régimen militar sino una especie de régimen civil y religioso. Siguió los acontecimientos y se adaptó rápidamente de manera que esto le hace más seguro. Hay más espacio para la libertad y un mejor nivel de vida que en Argelia, aunque hay todavía muchas cosas que mejorar.
*El Congreso Mundial Amazigh es una organización internacional cuya sede está en París desde 1995 y que tiene la finalidad de proteger la identidad amazigh.
Fuente: http://www.dw-world.de/dw/article/0,,15515687,00.html