Mobutu Sese Seko. Foto: BBC.
«La historia nos enseña que el hombre no aprende de la historia». (Michaëlle Jean)
Un pequeño recordatorio: el 30 de junio, el Congo-Kinshasa cumplirá 60 años de su independencia (formal). ¿Cómo podemos proceder colectivamente para evitar «el pensamiento 0» del que habla Eric Branca en su entrevista al general Dominique Delawarde y para permanecer unidos y atentos a las enseñanzas de Frantz Fanon después del asesinato de Lumumba? Eric Branca dice textualmente: «La producción ajustada es, de hecho, el pensamiento 0. Es la primacía de la inmediatez sobre la memoria y, por lo tanto, sobre la proyección hacia el futuro».
¿Cómo luchar colectivamente contra «la primacía de la inmediatez» con vistas a replantear nuestro país a largo plazo? ¿Qué sería necesario para reavivar «una memoria colectiva clara e instruida» sobre nuestra historia y participar en la edificación de otro Congo-Kinshasa lúcida y concienzudamente? Me parece indispensable volver a leer ciertos libros y documentos históricos que están archivados. Jean Zielger y Ludo de Witte nos invitan a realizarlo.
El futuro tiene un largo pasado…
Jean Ziegler escribe el prefacio del libro de Ludo de Witte titulado L’ascension de Mobutu. Comment la Belgique et les USA ont installé une dictature (2017) [1] y comenta la siguiente frase enigmática del Talmud de Babilonia: «El futuro tiene un largo pasado». Para él, esta frase expresa una evidencia que yo comparto: «Solo una memoria colectiva clara e instruida en lo que realmente ha ocurrido asegura al pueblo mártir el futuro que tiene derecho a esperar». Opina también que Ludo de Witte está restaurando esta memoria colectiva y escribe lo siguiente: «Para el magnífico pueblo congoleño, Ludo de Witte contribuye a restaurar una memoria clara, sobre todo el recuerdo documentado del largo y terrible periodo de la dictadura de Mobutu Sese Seko, entre 1965 y 1997» (pág.11).
¿Está dispuesto «este magnífico pueblo congoleño», en su totalidad, a apoderarse de esta «memoria colectiva clara e instruida» sobre lo que realmente ha ocurrido? Una buena parte, empobrecida y errante, apuesta por «la vuelta al mobutismo». Estarían olvidando que «Mobutu ha sido durante 32 años el perfecto mercenario de la oligarquía transcontinental del capital financiero globalizado y, en particular, el de las oligarquías americanas, belgas y suizas, favoreciendo indiscutiblemente el imperio y el imperio sobre el mundo» (pág. 11). Mientras los depredadores saqueaban el país, escribe Jean Ziegler, «el gobernador déspota recogía las migajas de este saqueo y acumulaba, a través de la corrupción y el robo, una colosal fortuna personal» (págs.11-12).
¿Sabrá «este magnífico pueblo congoleño» recordar «esta memoria clara e instruida» para que la parte empobrecida y errante se encauce?
Siguiendo la lógica de la restitución de esta «memoria colectiva», Ludo de Witte recuerda, por su parte, que «la crisis en el este del Congo existe ya desde hace mucho tiempo y que no siempre se ve la luz al final del túnel» (pág.16). También plantea una pregunta importante: ¿es preciso decir que esta sucesión de desgracias se las ha provocado el Congo a sí mismo? Su respuesta hace volver a «la memoria colectiva clara e instruida». Ludo de Witte apunta aquí: «El Congo que se muestra actualmente ante nosotros ha tomado forma al final del siglo pasado, cuando una mezcolanza de poderes militares extranjeros y señores de la guerra locales se aprovecharon de la disolución del régimen de Mobutu para ocupar el terreno, preferiblemente las regiones provistas de riquezas naturales. Para poder analizar correctamente estos últimos veinte años, es necesario observar este período desde cierta distancia. Debemos encontrar sus raíces, forjarnos una buena comprensión de la época anterior y de la que ha salido el Congo actual» (pág.16). ¿Por qué escribe esto? Está convencido de que «la evocación de este periodo nos proporciona una idea previa del Congo moderno que nunca ha podido librarse de la dominación neocolonial. La historiografía tradicional intenta ocultar esta idea esencial» (pág.17).
No hemos asimilado las enseñanzas de Frantz Fanon
Para ilustrar esta «idea esencial», Ludo de Witte menciona, entre otros, el ejemplo de la corrupción que él denomina «cáncer» y escribe: «El cáncer que fue fatal para el régimen de Mobutu en los años 90 y que todavía corroe al país, ya lo castigaba duramente cuando nació, treinta años antes. Lo que finalmente hizo que se disolviera el Estado congoleño bajo las órdenes de Mobutu, ya existía en el biotopo que había hecho posible, e incluso inevitable, la instauración de la dictadura: la corrupción endémica y el favoritismo; la arbitrariedad y el terror de los militares; una ‘sociedad civil’ desintegrada; un pueblo empobrecido, abandonado a su suerte y condenado a la supervivencia; una economía dirigida exclusivamente por la exportación de riquezas naturales y minerales al servicio de las codiciosas potencias extranjeras. Todo esto bajo la tutela de Washington, Bruselas y París, que ayudaron a encarrilar y mantener la dictadura con dinero, agentes secretos, «cooperantes» militares y, en caso necesario, a través de intervenciones. La fractura del régimen ya estaba lacrada en su propia concepción» (pág. 19).
Recordar «esta memoria colectiva clara e instruida» ayuda a comprender que «Mobutu light» no inventó la rueda; «Fatshi béton» tampoco. «Tozo ko rond point» [2].
¿Quién nos llevará a realizar una lectura popular y colectiva durante el año 2020, empezando desde junio? ¿Quién nos llevará a debatir sobre ello en los colectivos ciudadanos? ¿Por qué? Porque hasta hoy nos ilusionamos con los conceptos de «asociación», de «responsables», de «ayuda», de los «IFI», etc. No hemos asimilado las enseñanzas de Frantz Fanon cuando escribe: «Nuestro error, africanos, es haber olvidado que el enemigo nunca retrocede de forma sincera. Nunca entiende. Se rinde, pero no se convierte. Nuestro error es haber creído que el enemigo había perdido su combatividad y su peligrosidad».
Notas de la traducción:
[1] Esta obra no tiene traducción al español. El título francés significa: La ascensión de Mobutu. Cómo instalaron Bélgica y Estados Unidos una dictadura.
[2] Expresión en lengua lingala que significa literalmente «estamos en la rotonda», que hace referencia al «círculo vicioso», tanto político como social, en el que se encuentra el país.
Texto original en francés: «Le Congo-Kinshasa : 60 ans déjà ! Une mémoire collective claire et instruite : une urgence !», en Ingeta.
Traducido por Eva Valverde Alonso y Sergio Morillas Wetz para Umoya.
Fuente: https://umoya.org/2020/05/20/memoria-rd-congo-corrupcion/