Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
El crimen del siglo. El mayor de todos los tiempos. El autor Danny Schechter lo llama «Saqueo.» Es el título de su importante nuevo libro sobre la crisis subprime y financiera generalizada. El economista Michael Hudson y otros se refieren a una cleptocracia. Una venta piramidal evidente. Tal vez una «Amenaza de Andrómeda» fuera de control. Económica. Letal. Irrevocable. Ciencia ficción convertida en vida real. Potencialmente catastrófica. El gobierno mundial que trata de contenerla. Prueba todo pero sin estar seguro de que pueda resultar. Tal vez sólo capaz de cubrirlo de papel para lograr un breve alivio. Para ganar tiempo, pero vindicar al final la máxima de que las cosas que no pueden continuar eternamente, no lo harán.
El mundo tal como lo conocemos está cambiando. El capitalismo industrial. Todo el sistema económico global. Interconectado. Lo que afecta a una nación, toca a otras. Si el país con problemas es EE.UU., llega a todas partes, por doquier, y si la crisis es suficientemente grande, la enfermedad puede ser fatal y los despojos humanos catastróficos. Es precisamente el dilema actual que los dirigentes y expertos financieros del mundo se apuran para tratar de comprender. Desesperados por contenerlo, e inseguros de lo que, si algo, pueda dar resultado. ¿Cómo sucedió, y por qué?
Es el resultado del defecto fatal del capitalismo desinhibido – la codicia desenfrenada en un sistema amañado que recompensa a los pocos a costa de la mayoría. Primero explicaré como opera. El fundamentalismo irresponsable de «libre mercado» de la Escuela de Chicago tal como lo propugnó el economista Milton Friedman en su libro de 1962 «Capitalismo y libertad» y lo enseñó a sus estudiantes durante décadas. Creía que la única función del gobierno es «proteger nuestra liberad contra enemigos (externos)… y contra nuestros conciudadanos.» Preservar la ley y el orden. Imponer contratos privados. Proteger la propiedad privada y «fomentar mercados competitivos (no regulados).» Todo lo demás, en manos públicas, es «socialismo… blasfemia.» No debe ser tolerado.
Dijo que los «mercados libres» funcionan mejor. Sin trabas de reglas, regulaciones, sin impuestos onerosos – o ninguno – sin barreras comerciales, intereses establecidos, e interferencia humana. Que todo lo que hace el gobierno, lo hacen mejor los negocios, así que permítanlo. Que el mejor gobierno es el que gobierna menos. Que la riqueza pública debiera estar en manos privadas. La acumulación de beneficios sin restricciones. Abolir los impuestos a las corporaciones y los servicios sociales, y «la libertad económica es un fin en sí… y un medio indispensable para (lograr) la libertad política.»
Calificó a la mayor parte de la injerencia gubernamental de restricción de la libertad. Se opuso a la ayuda al extranjero. A los subsidios, A las cuotas y a los aranceles de importación, y a leyes contra drogas ilícitas por ser un subsidio para el crimen organizado, pero no consideró nada malo que los grandes bancos lavaran sus ganancias. Creía que los negocios no debieran ser restringidos cuando las llevan al máximo, incluso al parecer cuando son ilegales.
Se opuso al salario mínimo y al derecho de negociación colectiva de los sindicatos en condiciones de igualdad con la dirección de las empresas. Creía que altos salarios y prestaciones perjudican a todos. Elevan los precios, y finalmente, perjudican a los trabajadores así como a la dirección de las empresas. Calificó a la Seguridad Social de «La mayor venta piramidal en la Tierra,» a pesar de que ha sido el programa de reducción de la pobreza más efectivo de la historia para millones de adultos mayores que estarían desesperados sin ella. Especialmente hoy en día ante una crisis económica que se profundiza. La red de seguridad social de la nación está desapareciendo y se orienta hacia que cada cual se las arregle por su propia cuenta. Según su ingeniosidad, sus recursos y su buena suerte. El mundo ideal de Milton Friedman. Para los que no pueden lograrlo, es por su propia culpa. A su juicio es todos para uno, y ¡sálvese quien pueda!
En cuanto a la mayor venta piramidal que se despliega actualmente, no es otra cosa que el funcionamiento del «libre mercado.» Destrucción creativa. «Libertad de elegir.» El mejor de todos los mundos posibles, y el capitalismo irrestricto hallará las soluciones correctas. Siempre que el gobierno se aparte del camino y le deje libres las manos. Dinero gratuito para arruinar economías mundiales y vidas humanas aún más de lo que ya se ha hecho.
Ahora pagamos las consecuencias
Siempre es así, y es lo que vivimos ahora. Una burbuja de activos globales. Una crisis previsible que se permitió que creciera y proliferara. Comenzó después de que la economía de la Escuela de Chicago se impusiera bajo Ronald Reagan. Continuada bajo GHW Bush. Se convirtió en religión bajo Bill Clinton, y terminó siendo fundamentalismo bajo GW Bush.
El resultado – un «choque de trenes a cámara lenta» que ganó velocidad. Bancos y otras instituciones financieras que quiebran en todo el globo. El 25 de septiembre, la mayor quiebra bancaria en la historia de EE.UU. con el colapso de Washington Mutual. Antes fue el gigante de los seguros, AIG. Antes de eso Fannie Mae y Freddie Mac, Lehman Brothers, Bear Stearns, y Merrill Lynch en subasta forzada al Bank of America.
Otros se balancean ahora al borde del abismo. Atrapados por la deuda tóxica. El resultado de codicia de beneficios fáciles fuera de control. Fraude masivo para conseguirlos. Pensando que son los mejores y los más inteligentes, y que sólo se arruinan los simples mortales. Seguros de que el riesgo moral de la Reserva Federal los protegerá si lo hacen. Vale para algunos. No para otros, seguros de que la Reserva Federal (el principal banco central del mundo) no cumplió con su tarea primordial. Proteger el sistema financiero del país de la insolvencia. Al contribuir a una crisis financiera y a una de confianza. Al crear cantidades casi ilimitadas de capital. Al alimentar una burbuja de la vivienda. Enormes deudas de consumidores, e inversiones irresponsables, libres de supervisión gubernamental. Fraudulentas, involucrando multi-billones de dólares.
Asociándose con el gobierno para facilitarlo. Arriesgando una catástrofe económica global como resultado. Batallando por encontrar soluciones. Inseguros de que haya alguna. La actual crisis no tiene igual. Tal vez pueda ser solucionada, tal vez no. El problema es multifacético. Una tormenta perfecta, que involucra:
– viviendas;
– bienes raíces comerciales;
– sobre-endeudamiento de consumidores;
– montos desconocidos de deuda tóxica (de multi-billones);
– que afectan a las finanzas y a las economías del mundo;
– causando bancarrotas;
– muchas más por venir;
– poniendo en peligro todo el sistema;
– el mercado monetario, las cuentas bancarias y los fondos privados de pensión de los consumidores;
– el contagio se extiende; amenaza las economías del mundo y a la gente por doquier.
Esta vez es realmente diferente. Un plan de rescate de 700.000 millones de dólares (llamado Ley de Emergencia de Estabilización Económica de 2008, EESA) es sólo un pago a cuenta. Al final se necesitarán billones. Que otras naciones contribuyan para ayudar. Los problemas son más profundos y más intratables de lo que nadie esperaba. Antes de que esto termine, se darán por perdidas cantidades inimaginables de capital. Demasiadas para pensar en ellas. Inversiones malas que contaminan las buenas. Que amenazan con paralizar las estructuras financieras del mundo. Como resultado: un severo daño a sus economías.
La erosión del capitalismo industrial como lo conocemos. En el mejor de los casos se logrará un arreglo a corto plazo y la postergación de un desenlace final para más tarde. Bajo un nuevo gobierno, y el actual y los anteriores que afirmarán que no es de su responsabilidad. Y sin preocuparse por millones de dueños de casas que enfrentan embargos y la bancarrota. Uno de cada diez está actualmente atrasado con sus pagos. Otros están perdiendo sus puestos de trabajo y su modo de vida. Son los más vulnerables. Los menos capaces de enfrentar la situación, y en el caso de algunos de su capacidad de sobrevivir.
Según el New York Times, el plan de Paulson para ayudarles: «requiere que el gobierno utilice su nuevo papel como propietario de valores para hacer esfuerzos ‘más agresivos’ para impedir ejecuciones hipotecarias.» Palabras equívocas. Nada específico. Ninguna certidumbre, y al parecer nada para propietarios de casas que ya han sido embargadas.
El 22 de septiembre, antes del acuerdo anunciado, American Research Group (ASG) publicó los resultados de su último sondeo del sentimiento público, y fueron sorprendentes. Con un 19% George Bush obtuvo los puntos más bajos de la historia para un presidente de EE.UU., aún menos que Harry Truman en la peor parte de la Guerra de Corea y que Richard Nixon durante Watergate. Sucedió cuando los resultados de ASG mostraron que un 82% de los estadounidenses cree que la economía empeora, y sólo un 17% aprueba como Bush la está encarando. Entre los votantes registrados, la cantidad es de un 18% cuando nadie (0%) dijo que la economía está mejorando y un 68% dice que está en recesión. Verdadero o falso, es como se sienten. Como la crisis los afecta, y es lo que más cuenta.
Sin embargo, el 24 de septiembre, el presidente se dirigió audazmente a la nación. Dejando de lado cruelmente el dolor y la cólera pública. Expresando engañosamente mentiras descaradas. Una actuación típica. Exigió que el Congreso dé al secretario del tesoro autoridad total sobre 700.000 millones de dólares para enfrentar «una seria crisis financiera.» Pidió a los contribuyentes que paguen por el fraude corporativo. Que recompensen a los criminales e ignoren sus crímenes. No dijo nada sobre las causas. El efecto sobre la gente de a pie, o como el plan de Paulson le servirá de ayuda. Ignoró la creciente oposición pública. Que grandes cantidades de observadores creíbles creen que la solución propuesta es peor que el problema. Los más honestos de entre ellos dicen que enriquecerá a los estafadores y que no ofrece ayuda alguna a los propietarios de casas.
Pero Bush concluyó que «el capitalismo democrático (es el) mejor sistema que el mundo haya jamás imaginado» a pesar de la evidencia obvia de que está roto y corrompido. Explota a la gente para lograr beneficios. Enriquece a los pocos a costa de los muchos. Recompensa a los criminales por sus crímenes. Protege a los ricos contra el cambio social beneficioso.
Antes del discurso del presidente del 24 de septiembre, el New York Times mostró una rara demostración de franqueza en un artículo de opinión crítica de Timothy Egan. Sobre «la casi nacionalización del sistema bancario y que se otorgue al secretario del tesoro más poder que a un rey… cuyas decisiones no puedan ser reexaminadas por ningún tribunal o ninguna agencia administrativa.» Pidió a los lectores que recordaran «donde tuvo lugar el mayor atraco, y como Wall Street llevó a rastras al resto del país una vez antes,» refiriéndose a la Gran Depresión, pero omitiendo todo lo demás desde entonces.
Subrayó, sin embargo, «como Wall Street derribó a la calle principal,» y las cosas ahora han cerrado el círculo. La desregulación dio rienda suelta al capitalismo de casino, y los banqueros hicieron su agosto. Ahora tienen problemas y Bush exige «el mayor rescate en la historia de EE.UU… o el mundo se desmoronará. Dijo algo parecido cuando se preparaba la guerra» así que ¿quién le va a creer ahora? Egan cita a un pequeño agricultor que pregunta por qué existen las mismas «preocupaciones (por) los estadounidenses de a pie.» Porque «nosotros el pueblo» al que habla Bush son ellos, no nosotros.
En cuanto al plan de Paulson, lo que sigue es lo que dijo el escritor del Financial Times, Martin Wolf, el 23 de septiembre. Dijo que «no es una verdadera solución para la crisis.» No encara «el problema fundamental.» «No es una solución necesaria ni eficiente. No es necesaria porque (la Reserva Federal puede) tratar la iliquidez mediante sus numerosas funciones como prestador-de-último-recurso. No es eficiente porque sólo puede enfrentar la insolvencia comprando activos malos (chatarra demasiada cara) muy por encima de su verdadero valor, garantizando así grandes pérdidas para los contribuyentes y suministrando un rescate ilimitado a los inversionistas más irresponsables.»
Wolf también objeta a que se den poderes descontrolados a Paulson. Suministrando poca o ninguna ayuda a los pobres y «mal informados» (léase embaucados) prestatarios, y enumera otras sugerencias operativas esenciales para la salud a largo plazo de cualquier sistema financiero» sin necesitar «un centavo de dinero público.» Entre ellas, obligar a los acreedores a aceptar las pérdidas y no a los contribuyentes.
No menciona en su artículo el fraude subyacente tras la crisis y una falta de supervisión reguladora que la facilitó. También se omitió lo que cubre la sección a continuación:
La Autoridad de la Sección 8 de Empoderamiento de la Ley de la Vivienda de 1937
Una frase de la Sección 8 suministró la base para el empoderamiento del secretario del tesoro. Dice:
«Decisiones del Secretario conformes a la autoridad de este Ley no son examinables y comprometidas con la discreción de la agencia, y no pueden ser examinadas por ningún tribunal o ninguna agencia del gobierno.»
En otras palabras, poderes zaristas indiscutibles. En contraste con las operaciones estrechamente supervisadas de la Corporación de Finanzas de la Reconstrucción (RFC) de los años treinta. La Corporación de Préstamos para Dueños de Casas de esa era (HOLC) que refinanció casas para impedir ejecuciones hipotecarias. Y el mandato de la Resolution Trust Corporation (RTC) de los años ochenta para liquidar activos de compañías de ahorros y préstamos. Ningún gasto de dinero libre sin control para malas inversiones. Las autoridades mencionadas sometidas al examen judicial. No gobernadas por un jefe financiera para hacer como le da la gana.
El acuerdo anunciado de «rescate» – La Ley de Emergencia de Estabilización de 2008 (EESA)
Según el New York Times, EESA requiere la supervisión del programa por un panel del Congreso y reglas de conflicto de interés para firmas contratadas por el Tesoro para ayudar en la ejecución del programa. También «un cambio en las leyes de bancarrota solicitado por algunos demócratas para dar a los jueces autoridad para modificar los términos de las primeras hipotecas.»
Considerando la culpa bipartidaria por la crisis actual. La disposición posterior al 11-S para dar al gobierno casi una autoridad de carta blanca generalizada. Ocho años de indiferencia ante las necesidades sociales y la asistencia social pública. ¿Quién cree ahora que la continuación de esa política cambiará y que el plan acordado protegerá a la gente o limitará la autoridad del secretario? Por su propia iniciativa, George Bush usurpó poder supremo después del 11-S y pocos en el Congreso palidecieron. Ninguno en puestos de dirección. Poco ha cambiado hoy en día.
A pesar de las denegaciones de ambos lados del pasillo, Wall Street está contento. Paulson consiguió lo que deseaba. La letra chica del plan lo garantiza. Dinero público. Mucho más, si es necesario, que 700.000 millones de dólares. El poder para gastarlo libremente. En el mejor de los casos, una supervisión y examen judicial débiles, y la capacidad de ocultar el fraude y la mala conducta. En breve, el significado entre las líneas cuando Paulson dice es: «Hemos hecho gran progreso hacia un acuerdo, que funcionará y será efectivo en el mercado.»
El mismo que esquilmó a la nación y traicionó la confianza pública. Empoderado ahora para tomar más con toda la fe y la bendición del gobierno de ambos lados del pasillo. Contradiciendo el insulto de George Bush de que «el esfuerzo de rescate… no apunta Wall Street; apunta a vuestra calle.» Y la hipocresía de Nancy Pelosi de que: «Todo esto fue hecho de manera que se aísle a la calle principal y a los estadounidenses de a pie de la crisis en Wall Street… Quiero felicitar a todos los negociadores por el gran trabajo que han hecho.» ¿Quién va a estar en desacuerdo en las salas de consejo de los bancos?
Algunos hechos relevantes
Es obvio que la crisis actual no tiene precedentes. Como dijéramos anteriormente, tal vez pueda ser arreglada y tal vez no. Nadie está seguro porque nadie la entiende por completo. Dónde residen todos los problemas. En qué medida pueden ser contenidos. Qué tamaño tendrán las consecuencias. Su pleno efecto en las economías del mundo. Cuánto podrán empeorar las cosas antes de que se estabilicen y mejoren, y como se verá el mundo cuando lo hagan.
Pase lo que pase, el capitalismo industrial se está erosionando. Una cleptocracia lo ha reemplazado. Si se salva el sistema, será algo temporal, y emergerá uno aún mayor. ¿Por qué se llama «Gran Robo EE.UU.» este artículo Una clase criminal lo dirige, y es recompensada por sus crímenes? Respaldada por toda la fe y el crédito del gobierno con dineros públicos. Una cantidad casi ilimitada creada y prestada. ¡Quién dijo que el crimen no paga!
Durante más de 30 años, ha tenido lugar una inimaginable transferencia de riqueza a los ricos. Al 1% máximo y a EE.UU. corporativo de la mayoría de los demás. Prueba el fracaso de un sistema que recompensa a los pocos a costa de los muchos. Licencia la codicia y crea este tipo de crisis financiera, que hasta ahora no ha podido ser contenida. Provoca las preguntas: ¿qué la causó y cuáles son las consecuencias?:
– los efectos ruinosos de la militarización; cantidades insanas de gastos con ese fin; «keynesianismo militar;» creencia en que el capitalismo prospera con guerras en el extranjero: «Guerras Globales contra el Terrorismo» en la actualidad; sus costes son insostenibles y llevan a la nación a la bancarrota;
– el gasto innecesario para una economía ya debilitada;
– consumidores saturados que ahora son esclavos de sus deudas;
– lo mismo sucede con el gobierno, por obligaciones que no pueden ser reembolsadas de decenas de billones de dólares; no las cifras ficticias «oficialmente» mencionadas:
– la posibilidad de cesación futura de pagos; híper-inflación; bancarrota nacional, y el fin de la república;
– asimismo, el default humano: bancarrotas masivas; embargos de casas; creciente desempleo; aumento de la pobreza; y cada vez más familias que no pueden sobrevivir;
– la crisis hipotecaria ‘subprime’ es sólo una parte; siete millones de hipotecas vendidas a los incautos; la idea era defraudarlos de modo criminal; ofrecer dos años de tasas de interés atractivas como gancho, luego aumentarlas cada seis meses basándose en una cota de referencia de tipos de interés; los pagos aumentaron hasta en un 30% y se hicieron inasequibles; el timo era cobrar a costa de los poseedores de hipotecas, y cinco millones arriesgan la pérdida de sus casas y de sus ahorros de toda la vida;
– un «Pearl Harbor» económico para Warren Buffett; para el senador Chris Dodd un «Katrina en 50 Estados;» un «castillo de naipes (construido sobre) finanzas inmanejables» para el autor Kevin Phillips; finanzas Frankenstein; capitalismo de casino; para la mayoría de los estadounidenses, una catástrofe humana;
– el fin de nuestra base manufacturera; que los centros comerciales reemplacen a las fábricas como motor de la economía;
– se permitió la financialización de la economía; finanzas especulativas, el hecho más notable e importante; el reemplazo de la inversión productiva; totalmente desregulada; dirigida por defraudadores; libre de supervisión gubernamental; permiso para los bancos de inversión para que se aprovecharan del sistema con un apalancamiento de 40 a 1; hasta 2004, el máximo era 12 a 1:
– una conspiración entre el gobierno y los negocios para la dominación global y para la busca determinada de beneficios; cantidades ilimitadas de estos mediante estratagemas inteligentemente manipulados; la transferencia de multi-billones de dólares de los trabajadores a los más ricos; hecha sin que la gente siquiera se diera cuenta;
– destrucción creativa para permitir que negocios gigantescos crecieran aún más, eliminando y devorando a los más pequeños; incluso a algunos grandes;
– la autorización, y / o que se hiciera caso omiso, de el fraude masivo; involucrando multi-billones de dólares; la venta piramidal más grande de todos los tiempos; un crimen calculado con la complicidad de los medios de información a través del silencio; que no se informara sobre un problema creciente cuando este emergía; que se esperara hasta que proliferara, todavía sin explicarlo exacta y honradamente; y
– preguntarse cuál será la manera mejor y más brillante de arreglar las cosas o si alguna cantidad de dinero o de ingeniosidad podrá lograrlo.
El arquitecto del plan – Henry Paulson
De asistente de planta del secretario adjunto de defensa en el gobierno de Nixon a adjunto del responsable crucial de Watergate, John Erlichman. A Goldman Sachs en 1974. A ser socio de la firma en 1982. Luego a convertirse en Oficial Jefe de Operación (COO) en 1994 y en presidente de la compañía en 1998 en un golpe de palacio contra el co-presidente y actual gobernador de Nueva Jersey, Jon Corzine, según el columnista del New York Times Floyd Norris.
Incluso antes de la actual crisis, Goldman fue la firma preeminente de Wall Street. Un sobreviviente. La mayor, y junto con Morgan Stanley, los dos gigantes restantes de Wall Street que quedaron en pie. Pero ya no como bancos de inversión después del anuncio de la Reserva Federal del 21 de septiembre de que ambas compañías se convertirán en entidades bancarias comunes después de un período obligatorio de cinco días, que ya ha pasado.
Teóricamente están bajo una supervisión más estricta de la Reserva Federal, pero obtendrán ayuda de la Reserva para completar su transición y después de ella. Como una potencia financiera bien conectada, Goldman obtiene todo lo que quiera. Siempre en el pasado, mediante el reciclaje de máximos ejecutivos a los gobiernos demócratas y republicanos, y ahora más que nunca, dados los poderes extraordinarios de Henry Paulson como zar de las finanzas.
Antes de su plan de obsequio de 700.000 millones de dólares, la Ley de Vivienda y Recuperación Económica de 2008 le dio autoridad para esquilar a los contribuyentes al rescatar a Fannie Mae y Freddie Mac, así como para aumentar la deuda nacional en más de 5 billones de dólares. También orquestó el fin de Bear Stearns, Lehman Brothers y Washington Mutual, la venta forzada de Merrill Lynch, y organizó la adquisición por el gobierno de AIG.
Tiene autoridad casi ilimitada para recompensar a buenos aliados con préstamos y dinero gratuito y permitirles que adquieran a bajo precio activos con problemas. Esto, en el caso de un hombre con mucha responsabilidad por la crisis actual. El 12 de junio de 2006 un artículo de primera plana de Business Week intitulado «Mister riesgo va a Washington» lo llamó «uno de los arquitectos fundamentales de un Wall Street más atrevido, donde las firmas de inversión están tomando riesgos cada vez mayores en su busca de beneficios.» Como ser, asumir inmensas cantidades de deudas y «apostar grandes sumas (con su propio dinero) a toda clase de derivados exóticos y otras inversiones.» Aconsejando a sus clientes que hicieran lo mismo. Capitalismo de casino con un apalancamiento de hasta 40 a uno. Enormemente rentable en mercados en alza. Desastroso en los que están en baja.
Paulson ganó millones y ahora posee un patrimonio neto estimado de más de 700 millones de dólares. En general, en 2007, según Bloomberg.com: «Las cinco mayores firmas de Wall Street (pagaron) una suma récord de 39.000 millones de dólares en bonificaciones (y lo hicieron en) un año en el que tres de las compañías sufrieron las peores pérdidas trimestrales en su historia y los accionistas perdieron más de 80.000 millones de dólares.»
Las finanzas especulativas pagan bien, incluso en años a la baja, e incluso provocaron la ira de Bloomberg en un comentario de Michael Lewis del 24 de septiembre intitulado: «EE.UU. debe rescatar las bonificaciones en Goldman Sachs.» Reflexionó sobre un posible colapso financiero global pero el sacrificio de las bonificaciones de Goldman es otra cosa. Si «empleados (aceptan) cortes de paga, sería (equivalente a la quiebra y) nuestro país podría no recuperarse jamás.» ¿Cómo inducirá la compañía a nuevos talentos para que se le unan? Goldman está bien posicionada para obtener el máximo de ventajas de la donación de 700.000 millones de dólares de su ex presidente.
¡Qué otro motivo puede haber tenido Warren Buffett para apostar 5.000 millones de dólares a la firma! Por acciones preferenciales que pagan un dividendo anual de 10%. Garantizan también la compra de 5.000 millones de dólares en acciones comunes a un precio de ejercicio de 115 dólares por acción. Bastante menos que su pico de 251 dólares y bajo el último precio del 26 de septiembre de 138 dólares por acción.
Joseph Stiglitz sobre la economía
Stiglitz fue otrora parte del sistema que ahora critica. El fundamentalismo de libre mercado en su forma más extrema. Durante muchos meses advirtió sobre un empeoramiento de la economía global y una creciente crisis financiera que es tan mala o peor que la Gran Depresión.
Ve problemas similares ahora como entonces:
– especulación gigantesca resultante del excesivo apalancamiento;
– artimañas piramidales;
– burbujas múltiples resultantes de así llamadas innovaciones de Wall Street; y
– falta de transparencia y de supervisión gubernamental.
En combinación crearon una crisis «tan grande que nadie sabe exactamente la magnitud del riesgo que enfrenta. Es particularmente mala porque nuestras instituciones financieras se basan en la confianza. Uno coloca dinero en el banco y se confía en que podrá recuperarlo, de modo que la confianza es absolutamente esencial para el financiamiento de nuestros mercados financieros y de la economía.»
El problema es exacerbado por los que presentan las noticias. Los medios dominantes y frecuentes portavoces. Representantes de la industria como el presidente de Lehman Brothers quien dijo en abril pasado que «empezamos a mejorar, y la economía va mejorando.» Lo mismo del presidente, del secretario del tesoro y de otros en el gobierno, mientras las cosas siguen empeorando.
Stiglitz lo llama una «crisis de arriba hacia abajo.» «El «coste de 3 billones de dólares» de las guerras en el extranjero es una clave. La creación de inmensos déficit y del consumo de recursos vitales requeridos para el crecimiento. «Es el primer año en la historia de EE.UU. que ha sido totalmente financiado con tarjetas de crédito. Durante los últimos cinco años… hemos sido una economía de deuda.»» Desde la Guerra Revolucionaria no hemos «tenido que dirigirnos a extranjeros,» de modo que ahora «un 40% de nuestra deuda nacional es financiada por (ellos). Incluso cuando fuimos (a la guerra) teníamos un gran déficit, y sin embargo el presidente pidió recortes de impuestos para la clase media alta estadounidense.» Insano pero lo hicimos.
Otro factor es que otros países confiaron en el buen funcionamiento de nuestra economía, y cuando el presidente lo dice es creíble. «Este gobierno destruyó esa confianza… no sorprende que todos en el mundo estén perdiendo confianza.» Aún peor es que el gobierno no encare responsablemente estos problemas, sobre todo porque han sido creados por él mismo.
Stiglitz se preocupa por la disminución de los precios de casas «de la economía real»; que propietarios sean forzados a la ejecución hipotecaria; más firmas financieras en crisis; y muchas de ellas no sobrevivirán. Ve un sistema financiero que se debilita y es incapaz o reacio «a suministrar crédito (el alma de la economía para) préstamos, hipotecas,» y eso significa menores precios de casas, negocios de construcción, aumento del desempleo, y un «círculo vicioso descendiente. Hay que vivir en un mundo de fantasía para decir que todo vaya bien (o incluso) que vayamos mejorando.» Ve por lo menos 18 meses más de sufrimiento. Tal vez más. Quién vaya a saber durante cuanto tiempo.
A ciencia cierta, se necesita estímulo económico. Inversiones productivas. No el falso tipo de «rescate» propuesto. Ayuda a los gobiernos estatales y locales. Mejor seguro de desempleo y más para la infraestructura. Proveer una base para un crecimiento a largo plazo. No alimentar los mercados y matar de hambre a los hambrientos, como lo describe un autor. No imaginar que los mercados vayan a arreglar las cosas por sí solos.
Hay que comprender que el gobierno debe intervenir. Responsablemente. Facilitar la creación de empleos. Terminar con el capitalismo de casino. Suministrar incentivos para un crecimiento económico real. Permitir que los propietarios de casas embargadas o amenazadas permanezcan en ellas. Desarrollar una manera equitativa de hacerlo. «Aprendimos una lección dolorosa en los años treinta y hoy: La mano invisible parece a menudo invisible porque no existe.» Llevó al tipo de predicamento que ahora enfrenta el país. Las soluciones propuestas sólo lo complicarán.
Los que pueden solucionarlo
No se considera a la gente buena. Lo dicen personas como Dean Baker del Centro de Investigación de Economía y Política. Otros también con consejos sólidos para:
– hacer que los defraudadores se traguen el grueso de sus pérdidas:
– utilizar fondos públicos solo «para sostener la operación sistemática del sistema financiero»;
– «minimizar el peligro moral» – que los Paulson (y Bernanke) tomen las cosas donde Greenspan las abandonó.
– que los propietarios de casas ofensores se queden en sus casas y paguen arriendo;
– que se restrinja la compensación de ejecutivos en las compañías que reciben ayuda gubernamental;
– que la prevención de burbujas de activos sea una responsabilidad crucial de la Reserva Federal; que se reestablezcan las regulaciones para hacerlo; para comenzar, Glass-Steagall, que prohibía que se combinaran los bancos comerciales y de inversión y las compañías de seguros;
– la imposición de un modesto impuesto a las transacciones financieras para frenar los excesos y aumentar los ingresos;
– que se transen abiertamente en los mercados los activos, como los swaps de activos como los CDS (Credit default swaps [esencialmente contratos de seguros entre un comprador y un vendedor, para bonos o préstamos]) para establecer su justo valor;
– imponer estrictos límites al apalancamiento;
– mantener a Fannie y Freddie como instituciones públicas, su condición antes de ser privatizados en 1968, y reestructurar democráticamente la Reserva Federal; una solución mucho mejor es abolirla y permitir que el gobierno controle su propio dinero; utilizarlo responsablemente para todos los estadounidenses, no sólo para los pocos privilegiados.
Otras recomendaciones no reconocen soluciones rápidas o fáciles para problemas de esta dimensión. El economista James Galbraith dice que los prestatarios necesitan colateral. Una nueva Corporación de Préstamos a Propietarios de Casas para que reescriba las hipotecas. Para que administre las conversiones a arriendos, y decida qué propiedades deterioradas deben ser demolidas. Cuáles hay que salvar y reacondicionar. Establecerla en comunidades bajo líneas directivas federales y hacerlo rápido. Ayudar a gobiernos estatales y locales con problemas de dinero. Reestablecer el prorrateo de los ingresos federales. Un Banco Nacional de Infraestructura que ponga a disposición capital para la infraestructura. Poner a trabajar a gente que la construya. Proteger a adultos mayores y a casi-jubilados contra la pérdida de riqueza. Una renta adicional de seguridad social, Medicare y Medicaid ayudará. Poner dinero en las manos de gente que lo gaste.
Encarar otros problemas vitales como la conservación de la energía, su reconstrucción y la energía renovable. Ayuda de matrícula para los estudiantes. Una nueva ley para los soldados. Límites para tasas de interés de tarjetas de crédito y de hipotecas. Que se revoquen las leyes contrarias a los consumidores como la mal llamada Ley de Prevención del abuso de la bancarrota y de protección del consumidor de 2005. Un favor para las compañías de tarjetas de crédito y otros negocios. Inmerecidamente onerosa para el público.
Toda una gama de otros proyectos e ideas para reorientar la economía alejándola de las finanzas especulativas y del militarismo y conducirla hacia la inversión pública de alto rendimiento. Hacerlo antes de que sea demasiado tarde. Reconocer que el camino actual es insostenible. Hay que imaginar un gobierno que trabaje para todos y no sólo para los pocos privilegiados. Hay que imaginar que no se tolere el fraude y las fechorías.
En lugar de hacerlo, el Congreso aprobó un «rescate» y una ley de gastos generales por un récord de 634.000 millones de dólares (para operar el gobierno hasta el 6 de marzo de 2009), incluyendo un presupuesto récord del Pentágono; 25.000 millones de dólares en intereses a bajo interés para la industria automovilística; tal vez sin una provisión de repago; el levantamiento de una prohibición de hace un cuarto de siglo de perforaciones off-shore en el Atlántico y el Pacífico; miles de millones más en programas para comprar favores electorales; y más que probablemente venga después para las líneas aéreas y otras compañías en peligro. Taxpayers for Common Sense criticó la ley al mismo que señalaba que las asignaciones del gobierno para el «rescate» llegarán a cerca de 1,2 billones de dólares, con el plan de 700.000 millones de Paulson. Otros consideran que la suma total será de más de 1,5 billones de dólares y muchos dicen que eso es sólo el comienzo.
El pago de precios «mantenidos hasta el vencimiento» exacerba el fraude. Para activos titularizados que valen una fracción del valor total. En gran parte centavos por dólar, si valen algo. Billones de dólares tóxicos. De todo tipo. Recién inventados. Finanzas estructuradas y seguros. Valores respaldados por activos. Re-empaquetados en paquetes negociables. Vendidos a inversionistas. Lo han hecho durante décadas pero recién hace poco perdió hasta tal punto el control. Alquimia financiera. En gran parte fraude total, incluyendo:
n Obligaciones de Deuda Colaterales (CDO), incluyendo préstamos para autos, crédito y deuda corporativa;
n obligaciones hipotecarias colaterales (CMO);
n Valores comerciales respaldados por hipotecas (CMBS);
n Valores respaldados por hipotecas (MBS) y préstamos palanqueados;
n Vehículos de inversión estructurada (SIV);
n Vehículos de propósito especial (SPV);
n Certificados de participación hipotecaria;
n Seguros de pago de crédito e intereses en caso de bancarrota:
n Obligaciones negociables a corto plazo y otros;
n Materia misteriosa re-empaquetada, que la mayoría de la gente no comprende; ni siquiera inversores que la compraron; es como comerse un guiso sin tener la menor idea de lo que contiene; una receta sin una lista de ingredientes; información demasiado tardía de que se trata de algo tóxico y de que te has metido en líos:
Las compañías de tarjetas de crédito, así como crecientes cantidades de deuda de tarjetas de crédito. La industria automovilística ya está asegurada de obtener para comenzar un préstamo a bajos intereses de 25.000 millones de dólares (o tal vez sea una donación). Luego vienen las líneas aéreas. Constructores de casas y compañías con problemas seleccionados calificadas de demasiado grandes para permitir que quieren. Si son demasiado grandes para quebrar, dice un observador, son demasiado grandes para existir.
EESA dará al secretario del tesoro poderes casi de carta blanca para ocultar el fraude y ayudar a los defraudadores, incluyendo a su antigua compañía, Goldman Sachs, que ahora tiene problemas. Seleccionar y escoger. Cuáles sobrevivirán, y cuáles de los menos favorecidos van a la picota a precios de remate por incendio o desaparecerán. Actualmente hay 9000 bancos en el país. En una década, la mitad o más de ellos pueden haber cerrado.
El economista Michael Hudson llama a EESA «dinero por basura» y una «donación,» no un rescate. Una «transferencia de riqueza a los conocedores.» Un golpe de Estado financiero. Del (tipo) «mayor y menos equitativo desde los regalos de tierras (del Siglo XIX) a los barones del ferrocarril.»
En este caso, la socialización de las pérdidas para permitir que los defraudadores «vendan todas sus malas apuestas.» Basura de todo tipo: un guiso de activos titularizados, malas hipotecas, préstamos para coches, préstamos de tarjetas de crédito, préstamos para estudiantes, cualquier cosa para conocedores que poseen demasiadas.
Un plan condenado al fracaso que aumentará el nivel de deuda en lugar de reducirlo. Que enriquecerá a los defraudadores con fondos públicos. Que clavarán al público con chatarra tóxica. Tal vez para ganar tiempo antes de que más gente y mercados se den cuenta, pero que, a fin de cuentas, paralizará la economía y socavará con ella al capitalismo industrial.
Hudson tiene razón al enfurecerse ante tanto fraude y engaño. El plan amañado por el gobierno para blanquearlo. Recompensar a los criminales. Dañar a la mayoría de los otros, y arruinar al país al mismo tiempo. Dice que una «clase cleptocrática se ha apoderado de la economía para reemplazar al capitalismo industrial… «bánksters» para Roosevelt y condenados anteriormente por Jefferson con el mordiente comentario:
«Creo sinceramente que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que los ejércitos permanentes… Ya han creado una aristocracia del dinero que ha desafiado al gobierno. El poder emisor debería ser arrebatado a los bancos y restaurado a la gente a la que pertenece correctamente.»
Medio siglo después, Lincoln dijo:
«Veo que en el futuro cercano se aproxima una crisis que me pone nervioso y me lleva a temblar por la seguridad de mi país… corporaciones (incluyendo a los banqueros) han sido entronizadas y seguirá una era de corrupción en los altos cargos, y el poder del dinero del país se esforzará por prolongar su reino influenciando los prejuicios de la gente hasta que toda la riqueza sea acumulada en unas pocas manos y la república sea destruida.»
Lincoln se negó a pagar a los banqueros tasas de usura para financiar la Guerra Civil e hizo que el Congreso aprobara la Ley de moneda de curso legal de 1862. Empoderó al Tesoro de EE.UU. para emitir «papel moneda» libre de intereses porque el gobierno imprimió su propio dinero. Cuando Lincoln fue asesinado en 1865, la «Ley del papel moneda» fue revocada. Se aprobó una nueva ley bancaria nacional y el gobierno tuvo que volver a pagar intereses a los banqueros.
El 4 de junio de 1963, el presidente Kennedy promulgó la orden ejecutiva (EO) 11110 dando al presidente autoridad para emitir dinero. Ordenó que el Tesoro comenzara a imprimir «Billetes (del Tesoro) de EE.UU.» para reemplazar los «Billetes de la Reserva Federal.» Comenzó un proceso para dejar que el gobierno controlara su propio dinero y ya no los banqueros privados bajo la guisa de la Reserva Federal. Meses después Kennedy fue asesinado. Cuando Lyndon Johnson asumió el poder revocó EO11110 y reestableció el sistema actual. Más al respecto a continuación.
Los dos mayores crímenes financieros de todos los tiempos – El fraude actual y la Ley de Privatización de la Creación de Dinero de la Reserva Federal de 1913
La mayor parte de la gente cree que la Reserva Federal es una agencia del gobierno, sometida a su control. A veces es llamada erróneamente un banco central casi gubernamental descentralizado para ocultar su verdadera identidad y propósito. Su central en el edificio Eccles subraya el subterfugio. A continuación lo desmontamos.
La Reserva Federal es un cartel bancario privado con fines de lucro. De propiedad de, y dirigido por, importantes bancos y por Wall Street en cada uno de sus 12 distritos. Fue creado y opera en violación del Artículo 1, Sección 8 de la Constitución que declara que sólo el Congreso tendrá el poder de crear dinero y regular su valor. En 1935, la Corte Suprema dictaminó que el Congreso no puede delegar constitucionalmente ese poder a otra autoridad pero, en los hechos, lo hizo.
El 12 de diciembre de 1913, entre la 1:30 y las 4:30 de la mañana, la Ley de la Reserva Federal fue hecha pasar por un Comité de Conferencia especial del Congreso. Luego fue votada y aprobada el día siguiente. Dos días antes de Navidad, mientras muchos miembros estaban ausentes, y otros sin tiempo para leer o considerar ese trascendental documento.
Al promulgar esa ley, el Congreso y el presidente Woodrow Wilson defraudaron al público. Wilson dijo posteriormente (cuando era demasiado tarde para que importara) que había cometido un error y que «sin quererlo arruiné a mi país.» Esto, de un hombre
que era un intelecto. Educado en derecho. Doctor en ciencias políticas y antaño presidente de la Universidad Princeton.
La Ley de la Reserva Federal da a los banqueros privados el más importante de todos los poderes. Al que la mayoría de los gobiernos jamás debieran renunciar. La autoridad para imprimir dinero. Controla su suministro, su precio a través de la tasa de Fondos de la Reserva y como influencia toda la curva de rendimiento. Que se preste para obtener beneficios, y se cobre interés al gobierno por su propio dinero. Más tarde es devuelto menos gastos operativos y un beneficio garantizado de un 6%. Los contribuyentes pagan la cuenta. Un ejemplo temprano y continuo de transferencia de la riqueza del público a poderosos banqueros. Ilegalmente aprobado por el Congreso y el presidente.
La Reserva Federal crea literalmente dinero de la nada. Expande o contrae su suministro a su gusto – sin supervisión o control del gobierno. El oro solía respaldarlo hasta que Nixon cerró la ventana del oro en agosto de 1971. Suspendió la convertibilidad del dólar en el metal, y terminó con el cumplimiento de la provisión central de Bretton Woods. El dólar se convirtió en una moneda fiat [por decreto]. Simple papel. Respaldada por nada, fuera de la fe en la autoridad emisora.
Ante la actual crisis, esa fe se está erosionando rápidamente y tiene la culpa por la debilidad del dólar. Sobre todo por políticas derrochadoras de banqueros privados que dirigen la política monetaria del país para su propio beneficio. El más grandioso de los grandes robos junto con el fraude actual que lo consume todo. Respaldado por la plena fe y crédito del gobierno, y hasta ahora por lo menos, sin que la mayoría de la gente se dé cuenta de lo que sucede.
Una creciente reacción pública ante la crisis
Hasta cuándo, es la pregunta en vista de la creciente cólera del público y de que la gente la está expresando públicamente. Los responsables del gobierno están suficientemente preocupados como para ordenar lo que Michel Chossudovsky describió en su artículo del 26 de septiembre intitulado «Militarización pre-electoral del interior de EE.UU.»
Cita un artículo de Army Times que dice que el Equipo de Combate de la Primera Brigada de la Tercera División volverá a EE.UU. (en octubre) de Iraq como (según el Times) «una fuerza federal de reacción disponible para emergencias naturales o causadas por humanos, incluyendo ataques terroristas.» Tal vez con un incidente fabricado como pretexto. Para defender a la patria contra nosotros mismos. Para ser desplegada contra el disenso. Contra estallidos de cólera pública. En calles de ciudades como Denver y St. Paul. Contra despliegues de desobediencia cívica. De rebeldía contra el fraude, el engaño, las guerras ilegales en el extranjero, y casi ocho años intolerables bajo George Bush y un Congreso cómplice. Llevados al clímax por la actual crisis financiera que afecta a todos mientras el gobierno recompensa el crimen y deja que las víctimas se las arreglen como puedan.
La Primera Brigada de la Tercera División existe para el combate. No es la Guardia Nacional ni la policía local. Está entrenada para la guerra. «Equipada para matar gente» con armas potentes, y puede que se haya planeado un último ardid para distraer la atención pública de la crisis financiera. Un ataque «terrorista» con armas «químicas, biológicas» y otras peligrosas. Un posible pretexto para la ley marcial en días en los que el gobierno y el Congreso son vulnerables. Cuando la gente está furiosa por la protección de Washington para los privilegiados. Asociado con ellos en el crimen. Defraudando al público y asfixiando el disenso. Acercándose un paso más a la tiranía y lejos de nociones estúpidas sobre la democracia. Demostrando que el crimen ciertamente paga, y extremadamente bien en Wall Street. «Es la economía, estúpido.» La de ellos, no la nuestra.
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Stephen Lendman vive en Chicago.Puede visitarse su blog «sjlendman.blogspot.com» y escuchar su programa The Global Research News Hour en radio RepublicBroadcasting.org, los lunes de 11 am a 13 pm, hora del centro de EEUU.
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=10360