¿Qué hubiera pasado si el presidente Obama decidía que un discurso diferente era necesario? ¿Y si hubiera decidido utilizar la sede de la organización mundial para anunciar una nueva política exterior de Estados Unidos, y llamar al mundo a unirse a sus esfuerzos? ¿Y si? Dirigiéndose a presidentes, primeros ministros, ministros de relaciones exteriores, y […]
¿Qué hubiera pasado si el presidente Obama decidía que un discurso diferente era necesario? ¿Y si hubiera decidido utilizar la sede de la organización mundial para anunciar una nueva política exterior de Estados Unidos, y llamar al mundo a unirse a sus esfuerzos? ¿Y si?
Dirigiéndose a presidentes, primeros ministros, ministros de relaciones exteriores, y tal vez un rey o dos en el «debate general» anual de la Asamblea General de la ONU, el presidente Barack Obama tuvo una enorme tarea por delante. En más o menos veinte minutos(es difícil imaginar al encargado del protocolo, sacando del podio al presidente de los Estados Unidos si se pasa unos minutos) necesito justificar y convencer como continuar su nueva guerra, racionalizar la militarización de una política dirigida al resto del mundo y reasegurar el poder y la legitimidad (aunque en declive) del imperio estadounidense.
No fue una tarea fácil
Hubo dos grandes crisis a las que se refirió, Ucrania e ISIS. Obama uso un lenguaje duro contra Rusia, acusando a Moscú de usar una política de «el poder da la razón» mientras aseguraba que todo lo que hace los Estados Unidos está basado en una política de «lo correcto da la razón». Fue una letanía sobre todo lo que Rusia debe hacer y la poca responsabilidad que los Estados Unidos tienen sobre la crisis.
Luego abordo el tema de ISIS y la escalada de ataques aéreos de los Estados Unidos contra Irak y Siria. Ahí se puso interesante su discurso. Claramente ansioso por evitar parecer demasiado militarista en el ámbito de las Naciones Unidas (se basó en su discurso del premio Nobel para eso…) Obama se enfocó en solamente una de sus cuatro estrategias militares. Los Estados Unidos, como lo ha dicho tantas veces en ocasiones anteriores, «degradaría y finalmente destruiría ISIS». A pesar de su propio mantra repetido con frecuencia, no existe una solución militar, degradar y destruir con ataques aéreos era la primera estrategia.
Las otras tres estrategias eran tratar de cambiar el terreno político / ideológico en el que extremistas como ISIS florecen: rechazar su ideología, abordar el sectarismo, empoderar a los jóvenes. Todo bien. Salvo – aquí es donde se puso interesante. El papel de Estados Unidos era sólo militar – degradar y destruir, nada más. Todas las otras cosas deben ser hechas por los demás – las comunidades musulmanas deben rechazar la ideología de ISIS. Los conflictos sectarios deben abordarse dentro del Islam. Y los países árabes y musulmanes deben centrarse en su juventud.
No hubo reconocimiento de la responsabilidad de los Estados Unidos en respaldar un gobierno sectario brutalmente anti- suní en Bagdad, no hay reconocimiento de que la invasión estadounidense de Irak estableció por primera vez el escenario para extremistas como ISIS. En respuesta a la horrible guerra civil en Siria con tantos protagonistas, los Estados Unidos sólo entrenara y armara a la llamada oposición «moderada » – sin tomar ninguna responsabilidad de organizar una iniciativa diplomática en la que participen todas las grandes potencias de la región e inclusive de más allá.
Fue una reafirmación de la primacía del militarismo en la política exterior de Estados Unidos. Y eso significaba, en última instancia, la recuperación y el relanzamiento de la Guerra Global contra el Terror 2.0.
¿Qué hubiera pasado si el presidente Obama decidía que un discurso diferente era necesario? ¿Y si se hubiera decidido utilizar la sede de la organización mundial para anunciar una nueva política exterior de Estados Unidos, y llamar al mundo a unirse a sus esfuerzos? ¿Y si?
Tal vez su discurso se hubiera escuchado así…
Sus excelencias, me dirijo ahora no a los líderes mundiales y embajadores que están llenando esta gran sala, me dirijo a sus pueblos. Los mismos quienes vieron cuando ustedes abordaban sus jets de lujo para venir aquí y decir que hablan en su nombre. Yo he hecho lo mismo con demasiada frecuencia también. Y hoy doy por terminado con todo eso. Hoy me dirijo a los Pueblos de las Naciones Unidas.
Hace casi cinco años que fui galardonado con el Premio Nobel de la Paz. Fue inmerecido. Sin duda fue prematuro – como dije en mi discurso de aceptación: «Yo estoy en el principio, y no el final de mis labores en el escenario mundial. En comparación con algunos de los gigantes de la historia que han recibido este premio – Schweitzer y King; Marshall y Mandela -. Mis logros son pequeños». En ese momento dije la verdad – mis logros eran realmente pequeños.
Pero no fue sólo prematuro. Fue confuso, porque yo no hice el bien después de recibir el premio, tampoco. Rompí la promesa que hice cuando dije «Yo no quiero simplemente poner fin a la guerra, quiero terminar con la mentalidad que nos llevó a la guerra en primer lugar». He fracasado en lograr ese objetivo vital. Desde el día de mi discurso en la entrega del Nobel, de hecho, he logrado mucho. Y hoy confieso ante ustedes, que la mayoría de lo que he logrado ha provocado no la justicia, sino injusticia. No igualdad, sino la desigualdad. No la paz, sino la guerra interminable.
Y lo digo hoy, lo siento. Estaba equivocado. Cuando hablé frente al Comité Nobel también hablé con los «ciudadanos de los Estados Unidos y con los ciudadanos del mundo.». Lo que ahora me doy cuenta, es que debía haber escuchado a los ciudadanos de mi país y del mundo, a los que exigían un verdadero fin de las guerras, un verdadero cambio de la economía de Wall Street a una justa y verde economía de Main Street. En vez de eso yo escuché a las voces que me empujaban hacia las guerras por los recursos naturales y por poder, desarrollando diseños para hacer ricos a los más ricos en lugar de eliminar la pobreza, y al abuso del poder que destruyó cualquier esperanza de la democracia.
Hoy, cinco años después, me presento ante ustedes, aquí en las Naciones Unidas, en esta sala que simboliza la parte más democrática de la ONU, para decir que recién ahora estoy aprendiendo lo que significa ser un estadista. Y aunque creo nunca llegare a alcanzar la grandeza de algunas personalidades a las que me referí anteriormente – Dr. King, el presidente Mandela y otros – ahora creo que puedo llevar a mi país a ser parte de un nuevo tipo de sistema mundial, uno en el cual los Estados Unidos se destaquen como un país entre iguales, no de pie como el antiguo Coloso que una vez se alzaba sobre el puerto de Rodas.
Guerra Global contra el Terrorismo
Finalmente he aprendido, gracias a uno de los más grandes estadistas de mi país, Jon Stewart, que no podemos eliminar el extremismo solamente «agitando una bomba mágica». Mis decisiones en los últimos meses para escalar dramáticamente los bombardeos en Irak, y para iniciar una gran campaña de bombardeos en Siria, están marcados por una flagrante violación del derecho internacional, la Carta de la ONU, y las exigencias de nuestra propia Constitución en los Estados Unidos. Están en contradicción con mi compromiso, que manifesté hace un año en este mismo podio aquí en la Asamblea General, la de revertir la política de mi país de «pie de guerra perpetua».
Así que hoy estoy anunciando la creación de un nuevo consorcio mundial de las naciones, y los exhorto a todos a unirse conmigo en la creación de la Coalición de la No – Matanza. Esta coalición iniciará poderosas estrategias diplomáticas, políticas, económicas y no militares, urgentes para desafiar y eventualmente revertir la crisis de la guerra, el terrorismo, la brutalidad y la pobreza que ahora están devastando un amplio arco de países centrados en Irak y Siria. No será la diplomacia encaminada a justificar la nueva acción militar, sino más bien a sustituir a la acción militar.
Le dije al mundo que mi objetivo en el lanzamiento de nuevos bombardeos contra Siria era destruir el cuartel general de la milicia violenta y extremista de ISIS. Pero esas bombas no cayeron en el «extremismo», cayeron sobre Raque, una ciudad siria de 2.000 años de antigüedad, con una población de más de un cuarto de millón de personas – hombres, mujeres y niños que no tenían voz ni voto en la toma de posesión de su ciudad por ISIS. El Pentágono, bajo mis órdenes, tenía que bombardear objetivos como la oficina de correos y las oficinas del gobernador, y la probabilidad que haya un gran número de víctimas civiles, así como la devastación de la ciudad antigua, era casi segura.
Yo dije, muchas veces, que no hay solución militar a la crisis de ISIS. Pero no le hice caso a mis propias palabras. Al contrario, me decidí a bombardear Siria, sin autorización del Congreso, sin la aprobación de las Naciones Unidas, en oposición directa a la posición declarada del gobierno de Siria – a sabiendas, en el fondo, que dicha acción sólo haría que la crisis empeore. Sabía que iba a dar a ISIS y sus aliados una nueva base para reclutar más gente, que fortalecería al gobierno represivo de Siria, que socavaría la lucha de movimientos de oposición no violenta dentro de Siria, y fortalecería aún más los vínculos entre los partidarios de ISIS en Siria e Irak.
Así que hoy, conciudadanos del mundo, yo os digo que he ordenado cesar el bombardeo de Irak y Siria de inmediato. Ahora estamos pidiendo una nueva iniciativa diplomática centrada aquí en las Naciones Unidas, no en Washington, que reunirá a todas las partes envueltas en los conflictos que azotan la región. Le dije a mi país de que estábamos ante una nueva guerra que podría durar tres años, o incluso más. Hoy anuncio que estamos ante una nueva diplomacia – que durará mucho más allá de tres años.
Queremos abrir conversaciones directas inmediatamente después de esta reunión con mis colegas de Irán para hablar sobre cómo alentar el fin del sectarismo anti- suní en el gobierno iraquí. Y queremos entablar conversaciones directas con Rusia para ponernos a trabajar en cómo poner fin a la guerra civil pluripartidista en Siria. Tales conversaciones podrían tal vez conducir a una zona de alcance regional sin armas -de- destrucción masiva – sin excepciones, por lo que no sólo nos confirmamos que el programa nuclear de Irán es para fines pacíficos, sino que reconocemos y eliminaremos el arsenal de armas nucleares de Israel. Vamos a presionar a nuestros aliados en la región para evitar que sus gobiernos y pueblos armen, financien y faciliten el movimiento de ISIS y otros grupos terroristas. Pero lo haremos sin crear nuevas y vastas redes mundiales de represión y vigilancia con el pretexto de la lucha antiterrorista.
Vamos a crear medios para promover que combatientes de ISIS – incluyendo los que vienen de nuestros propios países – abandonen esa lucha nihilista. En lugar de criminalizarla permitiremos volver a casa, con terapias de rehabilitación (como Dinamarca ha establecido) y programas de reinserción para los jóvenes que se den cuenta que cometieron un gran error al unirse a ISIS. Y vamos a cambiar los cientos de millones, muy pronto miles de millones de dólares, que estamos gastando en esta nueva guerra, lejos de las bombas y los misiles y en su lugar habrá un aumento significativo de la ayuda humanitaria a los refugiados, desplazados internos y otras víctimas de estas crisis violentas.
Porque ahora, mis conciudadanos del mundo, entiendo que mis políticas, así como los de mis predecesores, han sido responsables de gran parte del sufrimiento en esta región del mundo e inclusive más allá. Y tenemos una enorme deuda con los pueblos de Irak y Siria, de Yemen y Somalia, Pakistán y Palestina.
Palestina e Israel
Hablando de Palestina, hoy estoy aquí para anunciar que mi país ya no usará nuestro veto en el Consejo de Seguridad para proteger a Israel de tener que rendir cuentas por sus crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Estamos abandonando, a partir de hoy, la fallida diplomacia que por 23 años se basó en mantener la supremacía militar israelí, la ocupación, el apartheid y la impunidad. En cambio, estamos pasando a la Asamblea General, la agencia más democrática dentro de la ONU (o la será cuando dejemos de sobornar y castigar a los países por sus votos), el poder de convocar a un nuevo proceso. Esto se basa en el derecho internacional, los derechos humanos y la igualdad para todos, para garantizar el fin de la ocupación israelí de todos los territorios ocupados en 1967, el fin del apartheid israelí, y el reconocimiento y la aplicación del derecho de retorno de los refugiados sobre la base de los términos de la resolución 194 de la ONU.
Hoy estoy aquí para decirles que los Estados Unidos está terminando tantos años de donaciones regulares de miles de millones de dólares para el ejército israelí, y estamos convirtiendo esos fondos, que comienzan con $ 3.1 mil millones cada año designado por el Congreso antes de las adiciones habituales, en un fondo de reconstrucción humanitaria para Gaza para así iniciar el proceso de ayudar a reconstruir la infraestructura física y social devastada de los 1,8 millones de habitantes de Gaza.
Ucrania
Hoy anuncio que no debe y, no habrá guerra fría entre mi país y Rusia. Reconocemos ahora que las acciones de mi gobierno pedidas a la OTAN – que violan los principios de la OTAN de no expandirse hacia el Este – escalaron las tensiones desde el principio. Los esfuerzos para reclutar a nuevos miembros de la OTAN entre los antiguos miembros del Pacto de Varsovia e incluso partes de la antigua Unión Soviética se detendrán a partir de hoy, y prometo que vamos a trabajar para garantizar que la OTAN se retire a su propio territorio geográfico y político.
Desde el día de hoy dejaremos los martillos militares de la OTAN en su caja de herramientas, y no dejaremos que corra por ahí golpeando todo lo que cree son clavos.
La Crisis del ébola – y la militarización de África
Estamos aprendiendo rápidamente que esto es de hecho una amenaza global mucho mayor que la posibilidad de que unos jóvenes combatientes, que hayan recibido algún tipo de entrenamiento militar en algún lugar, puedan regresar a mi país o a Europa, incluso con las intenciones más perversas. Todos tenemos responsabilidad, y yo particularmente quiero agradecer el día de hoy a la gente y al gobierno de Cuba, por ser un ejemplo para todos nosotros. La decisión de Cuba de enviar 165 especialistas médicos a los países del Oeste de África , los más afectados por el ébola, pone el listón muy alto para el resto de nosotros, particularmente para esos países que somos mucho más ricos que Cuba.
Sé que mis políticas hacia África han sido equivocadas. Se han basado en reclamar un acceso privilegiado a los recursos africanos, incluido el petróleo, y mi marcada dependencia en el Comando África de Estados Unidos ha puesto en marcha la amenaza de dominación militar de mi país en todo el continente. Estoy anunciando hoy un cambio drástico en la estrategia militar de AfriCom, y voy a escuchar a los dirigentes africanos – la sociedad civil y líderes de los movimientos sociales, así como representantes de los gobiernos – en cómo los Estados Unidos pueden mejorar la manera de interactuar con el continente que hemos descuidado y explotado por tanto tiempo.
Tomando el ejemplo de Cuba, estoy anunciando el día de hoy que en lugar de enviar tropas de manera perjudicial para África, enviaremos a varios cientos de personal médico a los lugares más urgentes de atención en la crisis del ébola. Esos médicos, enfermeras, epidemiólogos y otros serán sacados de nuestras fuerzas armadas, pero no van a servir como parte de las fuerzas militares, serán retirados del servicio, pagados como civiles, y puestos a disposición de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y otros organismos internacionales competentes. El personal médico no será responsable ante el Pentágono.
Y para agradecer a Cuba aún más por mostrarnos el camino en esta crisis, estoy anunciando hoy que estoy perdonando a los Cinco Cubanos, y los que siguen encarcelados serán liberados para que puedan regresar a su país y a sus seres queridos.
La Tierra y el Clima
Por último, mis conciudadanos globales, estoy aquí para decir que lo siento por lo que mi gobierno, y la mayoría de las empresas que operan con demasiado poder e impunidad en mi país, han hecho a nuestro sufrido planeta. Siento que hayamos rechazado tratados vinculantes que nos obligaban a revertir las políticas de larga data que todos conocemos y que fueron responsables del caos climático y la injusticia climática. Desde hace tiempo para nosotros es hora de que juguemos un papel diferente en el mundo.
Y por eso hoy me complace anunciar – No puedo decir que me siento orgulloso porque yo y mis predecesores hemos hecho demasiado daño como para sentir orgullo ahora – que estamos revirtiendo los largos años de oposición de Estados Unidos a los tratados vinculantes para controlar las emisiones, y nos comprometeremos a las principales reducciones necesarias para responder a la crisis climática. A partir de hoy mi gobierno está terminando con los subsidios peligrosos y que desde hace mucho tiempo teníamos con las empresas de combustibles fósiles que han envenenado nuestra tierra, aire y agua. Y sabemos que más allá de hacer nuestra parte, tenemos que pagar lo que nos corresponde – así que estoy proporcionando una contribución de $ 5 mil millones para el Fondo Verde para el Clima.
Gracias a todos por darme la oportunidad de pedir perdón al mundo a las personas y al planeta por los daños que yo y mi gobierno, y por supuesto mis predecesores, hemos causado. Y por la oportunidad de comprometerme ante ustedes en un nuevo papel para mí, para mi gobierno, para los Estados Unidos. Un nuevo lugar en un mundo renovado.
Gracias.
Y que tal, si…