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El genocidio franquista en Valencia

Fuentes: Rebelión

Empar Salvador entra en una de las salas que se ha preparado para su conferencia en la Universidad Jaume I de Castellón. Lo primero que hace al entrar es pedir que le ayuden a sacar fuera las tres banderas que hay presidiendo la sala; la de la Comunidad Valenciana, la española y la de la […]

Empar Salvador entra en una de las salas que se ha preparado para su conferencia en la Universidad Jaume I de Castellón. Lo primero que hace al entrar es pedir que le ayuden a sacar fuera las tres banderas que hay presidiendo la sala; la de la Comunidad Valenciana, la española y la de la UE. Algunos entienden el gesto de retirar las dos primeras ya que conocen que Empar pertenece al Fórum per la Memòria del País Valencia pero entre los asistentes extranjeros hay quien se asombra de que también la bandera de la UE quede fuera. Antes de empezar la conferencia Empar lo explica: «Fue en colaboración con las democracias europeas que la dictadura franquista pudo mantenerse durante casi 40 años. También de la ONU, que admitió a la España franquista como miembro de pleno derecho en 1955, sabiendo que había miles de fusilados entre la población que perdió la guerra. ¿Pero qué se puede esperar de una organización que fue dirigida por un ex-agente de las SS alemanas acusado de crímenes contra de guerra como Kurt Woldheim?»

Antes de continuar avisa: «No estamos aquí para hablar de lo que conviene sino de lo que pasó, para lo otro están todos los demás.»

Una guerra antifascista

En 1931 se constituye un gobierno legítimo y democrático instaurando la II República española que acaba con siglos de poder monárquico. Con el nuevo gobierno se expropian bienes a la iglesia, se instaura el voto femenino y se planea una reforma agraria entre otras nuevas medidas. «Paralelamente a todo esto se produce una revolución social encabezada por los sindicatos CNT y UGT en la que se colectivizan fábricas y comunidades agrícolas, incluso se llegan a formar una defensa militar distinta al ejército convencional, las milicias.» La reacción no se hizo esperar y se hizo todo lo posible para que la revolución no triunfara. «El fascismo internacional se alió para venir a cargarse la república española.» Se dio un golpe de estado apoyado por la mayor potencia del mundo en aquel momento, la Alemania nazi, también se sumaron Italia y Portugal. El fascismo vino a experimentar sus armas y sus técnicas de exterminio de cara a la postrera guerra mundial que vendría después. Por otro lado, la no intervención declarada por Inglaterra, Francia y tácitamente por los EEUU, fue una manera muy particular de intervenir y de intervenir en contra de la República para salvaguardar sus propios intereses. Los gobiernos no intervinieron pero los países sí lo hicieron. La neutralidad de los estados dejó libre el camino para que agentes de cada país (empresarios, banqueros, inversores, partidos políticos) actuaran según su conveniencia. «A nadie le interesaba un posible proceso de nacionalización o la culminación de la revolución social que estaba en marcha en España. Inglaterra y Francia tenían inversiones en minas, industrias y servicios; empresas como la estadounidense Texaco no dudó en apoyar a Franco con sus combustibles.» La no intervención supuso la intervención de todos menos de los gobiernos que se declaraban neutrales en un conflicto sangrante. «Durante 3 años el pueblo español resistió al fascismo internacional. No fue una guerra civil, fue una guerra antifascista

Hay que decir que ya durante la República se intentó desmantelar la revolución social. El Consejo de Aragón donde se centralizaban todas las colectividades de la región, fue destruido con armas soviéticas. Muchos anarquistas murieron. «Hubo muchos muertos y prisioneros, además se destruyó la documentación que habían generado las colectividades, Enrique Líster fue uno de los responsables. Como a la URSS, tampoco a la República le interesaba que existieran estructuras horizontales que pudieran acabar sustituyendo la tradicional jerarquía piramidal de gobierno.»

La dictadura y la represión

Una vez que el nazismo pierde la guerra, quienes van a mantener el fascismo en el estado español son EEUU, Francia y Reino Unido. «Una dictadura militar fascista no dura 40 años sin tener apoyos tanto dentro como fuera del país. Es imposible mantener un régimen de terror durante tanto tiempo si no tienes fuertes apoyos y eso es lo que pasó aquí.» Cuando se instaura el régimen franquista se organiza un genocidio con el fin de desmembrar todo el tejido social que perdió la guerra. «Desde el Fòrum per la Memòria defendemos la idea de que hubo un genocidio llevado a cabo por el Estado español una vez acabada la mal llamada guerra civil; en realidad hubo un pueblo que se enfrentó a un imperio.» Ese genocidio está organizado por la Falange y la Iglesia Católica que lo primero que hace es ceder sus edificios para que sean utilizados como cárceles. «Crean órdenes religiosas específicamente para que sus miembros sean carceleros de los revolucionarios y republicanos. Organizan la represión desde sus conventos y en sus iglesias mueren miles de personas. Nadie les ha pedido nunca responsabilidades.» Como tampoco se les pidió a las empresas que explotaron a presos políticos hasta la muerte mediante trabajos forzosos, algunas de ellas son multinacionales a día de hoy. «En la Alemania empresas como Volskwagen o Mercedes que apoyaron a los nazis, tuvieron luego que pagar indemnizaciones pero aquí no se ha pedido responsabilidades a nadie. El estado español es el único en el mundo en el que después de haber tenido una dictadura militar fascista durante 40 años, todavía no ha sentado en el banquillo de los acusados ni siquiera a una persona

La Falange española, un grupo paramilitar encargado de mantener la pureza de las ideas fascistas, organizó, en colaboración con la Iglesia, los secuestros, violaciones y asesinatos que alcanzaron a todos los sectores de la población que había perdido la guerra.»Se produjeron ejecuciones sumarias que podían pasar sin registrarse oficialmente hasta tres meses después de haber sido ejecutadas. Se desmembró el tejido social de los perdedores, asesinados, encarcelados, marginados. Mucha gente murió por la marginación y la pobreza a la que les sometió el régimen, doblemente perdedores, murieron de hambre, por enfermedades no asistidas y por carencias de todo tipo.» Se legisló incluso el robo de bebés. En Argentina durante la dictadura de Videla también se robaba a los hijos de los encarcelados pero España es el único lugar donde el Estado legisla el desmembramiento de la familia. «Desde 1940 hasta los 60, toda familia que no estuviese en condiciones de acreditar el poder educar a sus hijos en los principios del régimen que dictaba Falange, el Estado estaba legitimado a asumir su tutela. Obviamente quienes no podían cumplir esto eran los perdedores de la guerra, los adeptos al régimen tenían sanidad, comida y techo». Esta legislación dio lugar a un lucrativo negocio en el que casi 500 mil niños fueron llevados a conventos y edificios de otras entidades como Falange, donde se vendían a otras familias o donde permanecían trabajando para la Iglesia. «La participación de la Iglesia Católica fue fundamental, tenían gran experiencia ya que en otro periodo histórico habían formado la Inquisición, modelo de represión y tortura.» La dictadura estaba legitimada también por el Vaticano con quien Franco firmó un concordato.

Transición y democracia

«La llamada transición española fue un proceso muy beneficioso para la Iglesia, los franquistas y falangistas, ya que sirvió para cambiar a un régimen democrático sin que nadie tuviera que rendir cuentas de los crímenes cometidos durante la dictadura, ni devolver todo lo que se había robado.» Son ellos mismos los que ocupan los cargos públicos y políticos. La Falange, el PSOE, PC, CCOO y UGT hicieron la transición. El artífice de los pactos, Adolfo Suárez, fue un jefe de Falange con cargo de ministro durante la última etapa del franquismo. «Hubo impunidad para los genocidas y olvido para las víctimas. La cúpula franquista enriquecida con la explotación de presos políticos y el negocio de la venta de criaturas no tuvo que devolver nada.»

Tras los años de la Transición, llega la Monarquía constitucional y el sistema democrático. «Los falangistas pasaron a ser funcionarios del estado en el nuevo sistema, se reciclaron en la UCD, incluso en el PSOE. En los dos gobiernos socialistas que ha habido en época democrática, era difícil encontrar un alto cargo que no tuviera vinculaciones con el franquismo, muchos eran hijos, nietos o familiares del régimen anterior.»

Empar también critica la nueva democracia instaurada, donde todas las leyes que rigen la actividad democrática de las personas son preconstitucionales. La ley electoral también es preconstitucional. «Sólo formalmente hablando España es un país democrático. Se nos dice a quién tenemos que votar, nos dan una lista con nombres y esas personas no son movidas de sus cargos por quienes les votan sino por los partidos políticos. Sólo pueden presentarse a las elecciones partidos políticos que hayan sido previamente legalizados, cualquier persona no puede presentarse libremente. La ley está diseñada para que haya siempre un bipartidismo en el poder.» También el ejército tiene la misma estructura que el franquista.

«Mientras el Estado Español esté configurado como hasta ahora, no se hará justicia a las víctimas del franquismo. Para que haya justicia hay que romper los pactos de silencio de la Transición y crear un nuevo proyecto constituyente. Pero mientras sean los descendientes de los franquistas y quienes defienden sus intereses los que estén al frente, no se hará justicia.»

El Fòrum per la Memòria del País Valencià

El 26 de Enero de 1939 Barcelona cae en manos de las tropas Franco. El 30 de marzo, cae Valencia, última capital de la II República. «El 1 de abril el fascismo celebra el día de la victoria, es el día del terror para la gente de nuestra tierra.»

En los finales de la guerra mucha gente fue a refugiarse a Valencia donde pensaban que estarían más protegidos. Al ser la última capital de la República, la ciudad disponía de infraestructuras que no había en el resto del Estado; hospitales, colonias para niños, refugios. La población que llegó a Valencia durante el último período de guerra no se puede calcular, la mayoría no se registró por lo extraordinario de la situación. «Llegaron muchos niños para alejarse de las ciudades en guerra, heridos del frente, unidades del ejército republicano. La gente huía del avance de las tropas franquistas, muchos llegaban incluso andando desde sitios muy dispares. Pensaban que allí estarían seguros pero al acabar la guerra Valencia se convirtió en una ratonera de la que nadie pudo salir.»

Muchos años después Empar, comenzó una investigación para conocer el alcance de la represión en aquellos años. » Había oído a mis mayores contar barbaridades de aquella época, hablaban de miles de muertos pero me preguntaba, ¿si fueron tantos dónde los habían enterrado?» Desde el mismo día en que se dispuso a investigar se encontró con dificultades. Con el silencio de quienes sabían y callaban por miedo, aun 60 años después. También con el silencio de quienes abogaban por el olvido de aquellos años, bien por conveniencia, bien por autoprotección. Amparo comenzó revisando los montes y los caminos de los montes más próximos a la ciudad, hasta que alguien le puso sobre la pista: » el mejor sitio para esconder algo que no quieres que encuentren es el más obvio y el más inesperado .» Fue así como dio con el cementerio de Valencia. Sus investigaciones la llevaron a encontrar en el propio cementerio de la ciudad, las terribles fosas comunes. Algún tiempo después de estas averiguaciones se funda el Forum per la Memoria del País Valencià «Muchos de los miembros hemos tenido vinculación con el genocidio que se llevó a cabo. Mis padres eran anarquistas en la revolución del 36. Buscamos una explicación a tanto silencio y tanto dolor pero nadie nos apoya. Partidos políticos de toda índole encubrieron las fosas y destruyeron pruebas, el nuevo cementerio se construyó sobre las fosas para taparlas. Trataron también de hacer desaparecer los libros de registro del cementerio pero conseguimos rescatarlos. Nosotros no inventamos datos, mostramos los datos de los propios fascistas.»

Las fosas están construidas en filas individuales, cavadas con paredes de ladrillo y con varias alturas por debajo del suelo. «El genocidio fue programado y las obras hechas para tal fin, con la idea de que se pudieran almacenar el mayor número de personas posible. En todo conflicto armado, un combatiente sabe que será fusilado si pierde la guerra pero cuando el grupo social que apoya a un determinado bando es reprimido, como fue el caso, hablamos de genocidio.» Hay quien cuestiona el empleo de esta palabra. «Genocidio se dice cuando un Estado toma medidas económicas, sociales, políticas y militares para el desmembramiento de un grupo social por razón de su ideología, religión o raza.»

Desde el Fòrum, la tarea por el reconocimiento de las víctimas ha sido continua. «Nuestra organización ha agotado todas las vías judiciales posibles demandando justicia y reparación.» El Tribunal Constitucional contestó dando por ciertos los hechos pero alegaron que no estaban suficientemente justificados legalmente. «Así, fuimos a Europa, al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Este tribunal suele tardar entre 4 y 12 años en hacer una resolución, nosotros presentamos la denuncia el 15 de diciembre de 2011 y nos contestaron el 4 de abril del año siguiente, 4 meses después. Cuando llegó a Estrasburgo la palabra Valencia, paralizaron todo para contestar. La respuesta fue que nuestro recurso no tiene la formalización suficiente para ser tramitado y niegan taxativamente toda posibilidad de recurso. Lo niegan todo para protegerse.» Si lo declaraban como crimen contra la humanidad se podría juzgar pero todos los delitos que no son admitidos quedan prescritos según una ley de 1978.

Los juicios de Núremberg tras la II Guerra Mundial se llevaron a cabo gracias a la presión del lobby judío que consiguió indemnizaciones con las que después pudo crear el estado de Israel. «En España los represaliados fueron pobres y no interesaban a nadie.»

«Hace 75 años que ocurrió todo esto, estamos aquí para recordarlo y para reivindicar justicia para las víctimas del fascismo. Cuando nosotros no estemos, se seguirá pidiendo justicia por la simple razón de que no puede haber una sociedad de derecho que esté apoyada sobre la muerte de tantos inocentes de su propio pueblo. Está en juego la salud de la sociedad misma, ya que no puede ser que se cometan crímenes horribles y haya impunidad porque entonces podrá volver a ocurrir. Es una cuestión de supervivencia. Nos han cerrado todos los caminos, nos censuran pero seguimos reivindicando justicia y libertad.»

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.