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Los integrantes de la flotilla de Rumbo a Gaza, que zarpará a finales de junio, han sufrido todo tipo de presiones

El Gobierno cede al chantaje de Israel y no garantiza la protección de la flotilla

Fuentes: Diagonal

La II Flotilla de la Libertad ya tiene todo dispuesto para echarse al mar. Desde el Estado español zarpará un barco de pasajeros con 200 personas que se unirá a otros 12 barcos de la coalición internacional de organizaciones de derechos humanos para romper el bloqueo impuesto por Israel en Gaza. A lo largo de […]

La II Flotilla de la Libertad ya tiene todo dispuesto para echarse al mar. Desde el Estado español zarpará un barco de pasajeros con 200 personas que se unirá a otros 12 barcos de la coalición internacional de organizaciones de derechos humanos para romper el bloqueo impuesto por Israel en Gaza. A lo largo de este año, la plataforma Rumbo a Gaza ha recogido gran cantidad de material humanitario que intentará entregar al pueblo palestino. Los miembros de la flotilla han sufrido pinchazos telefónicos, detenciones y seguimiento policial. De momento, el Gobierno no garantiza la seguridad de los cooperantes.

Cuando se cumple un año del ataque a la I Flotilla de la Libertad, una segunda Flotilla esta preparada para zarpar rumbo a Gaza. La tercera semana de junio tiene previsto echarse al mar un barco de pasajeros con 200 personas del Estado español fletado por la plataforma Rumbo a Gaza. Ese barco se unirá a otros 12 con representantes de 50 países y un total de mil personas con destino a la Franja de Gaza.

Hace un año, el 31 de mayo de 2010, Israel asaltó brutalmente el Mavi Marmara, barco turco que formaba parte de la I Flotilla de la Libertad, y asesinó en aguas internacionales a nueve activistas turcos; 50 personas resultaron heridas y 750 cooperantes que viajaban en los barcos de la flotilla fueron secuestrados y detenidos durante días por fuerzas de élite israelíes.

Tras estos hechos, la preparación de la II Flotilla de la Libertad ha contado con el respaldo de un número importante de personas de todo el Estado español. Durante once meses, dos de sus impulsores, Laura Arau y Manuel Tapial integrantes de la primera expedición explican que «han surgido más de 20 grupos de Rumbo a Gaza repartidos por casi todas las provincias y en ellas se ha recogido ayuda humanitaria» consistente sobre todo en material escolar y hospitalario y alimentos no perecederos. Son varias toneladas que se transportarán en uno de los barcos de la coalición internacional de organizaciones contra el bloqueo a Gaza.

Pero la tarea no ha sido fácil. En todo ese tiempo, el primer ministro israelí, Bejamin Netanyahu, ha torpedeado y amenazado al movimiento internacional que se propone alcanzar la costa de Gaza, calificando la entrega de ayuda humanitaria como «una provocación». Netanyahu ha pedido a Naciones Unidas que impida «por todos los medios» la salida de los barcos. El 1 de abril se dirigió al secretario general, Ban Kimoon, para que se detenga a la flotilla, afirmando que «ha sido organizada, por elementos extremistas islámicos con objeto de crear un enfrentamiento y provocar un estallido».

Unos días después, el 10 mayo, Netanyahu, telefoneó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para pedirle que impidiera la salida del barco español, según reveló la embajada de Israel en Madrid, justo el mismo día que el portavoz de Rumbo a Gaza, Manuel Tapial, intervenía en la sede del parlamento europeo para explicar la misión ante los europarlamentarios y recabar apoyos.

Ese día la web del Ministerio de Asuntos Exteriores, en su apartado de recomendaciones para viajar, publicó la siguiente información, aún visible: «Se desaconseja encarecidamente embarcar en cualquier buque de la iniciativa Rumbo a Gaza por el grave peligro que puede entrañar para los participantes en dicha flotilla». Esas recomendaciones pedían que se enviara la ayuda humanitaria a Gaza «por vía terrestre y respetando los canales autorizados».

Presiones de Israel Pero la presión no paró. El 18 de mayo el embajador israelí en España, Raphael Schutz fue recibido por la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez a petición del representante israelí, para, de nuevo, pedir al Gobierno que no permita la salida del barco español con destino a Gaza. Schutz, es el mismo que tildó de «terroristas» a los integrantes de la primera Flotilla de la Libertad, en junio pasado, y que llegó a comparar públicamente los asesinados de la flotilla por el ejército de su país con los fallecidos en accidentes de tráfico durante los fines de semana.

Para Tapial es «significativo que la ministra no se haya querido reunir con nosotros, siendo ciudadanos españoles que vamos a llevar a cabo una misión humanitaria, y que sí lo haga con el embajador de Israel».

Jiménez derivó a los representantes de la flotilla al director de política exterior en el Mediterráneo, Zagreb y Oriente Próximo, Juan González-Barba, quien «en ningún momento mostró un compromiso de garantizar nuestra seguridad», afirman desde la organización de la Flotilla.

Policía secreta del CNI Los miembros de la Campaña Rumbo a Gaza han sufrido todo tipo de presiones por parte del Gobierno español: pinchazos telefónicos, registros, grabaciones en las conferencias e incluso seguimiento de miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). «El 27 de enero estábamos preparando una charla de la campaña Rumbo a Gaza, en Zamora para explicar la situación del pueblo palestino y la recogida de material escolar que se estaba llevando a cabo en todo el Estado español. Entonces aparecieron dos hombres y se dirigieron a nosotros diciendo: ‘Buenas tardes, somos policías y venimos para ver qué se dice aquí’. Se sentaron y permanecieron allí hasta el final de la charla. Como Zamora es un lugar pequeño, unos compañeros nos confirmaron que efectivamente eran policías». Pero no es el único caso, como relatan los miembros de la campaña: «Unos días después se hizo otro acto similar en Ávila. Como en la mayoría de las presentaciones de la campaña tomamos fotos generales en las que aparece el público. Nos dimos cuenta de que dos de las personas que estaban allí se tapaban la cara. Cuando acabamos el acto y volvimos a Valladolid, los vimos introducirse en un coche y nos siguieron durante 30 kilómetros. La matrícula delantera era blanca, no tenía numeración. He preguntado y los únicos coches a los que se les permite no llevar identificación son los de policía», dice A.P. integrante de la campaña Rumbo a Gaza en Castilla y León.

Estas intimidaciones no han sido las únicas. Manuel Espinar coordinador de la campaña en Madrid fue retenido por la policía el 21 de abril, casi una hora, cuando salía de un café en Majadahonda en el que se había reunido con otros tres activistas para diseñar la recogida de material que irá en la flotilla. «Salí de la cafetería y cogí la furgoneta. Cuando iba coger la M50, dos coches de la Guardia Civil me echaron el alto. Me hicieron bajar y me apartaron de mi vehículo. Un policía de paisano daba órdenes a los guardias civiles. Vi que estaban sacando mis papeles de una carpeta y fotografiándolos, entonces traté de dirigirme a ellos, pero me retuvieron otros dos guardias civiles. Siguieron haciendo fotos de mi agenda de teléfonos. A mis compañeros les sucedió lo mismo unos minutos después. Está claro que los teléfonos están pinchados, porque esa cita nos la dimos por teléfono», relata a DIAGONAL Espinar. Los miembros de la flotilla han presentado una denuncia ante la Fiscalía general del Estado por estos hechos.

Las conferencias del portavoz de Rumbo a Gaza, tampoco han pasado desapercibidas. El 10 de octubre, Amnistía Internacional invitó a Tapial a un ciclo de cine y derechos humanos que se desarrolló en Almería, para dar una charla y relatar su experiencia en la I Flotilla de la Libertad. Tapial viajaba en el Mavi Mármara cuando Israel asaltó el barco. Unas horas antes de su intervención, un palestino, con nacionalidad sueca que participaba en un master, financiado por la Universidad de Estocolmo, en esa ciudad andaluza fue interrogado en la habitación del hotel donde se alojaba. La policía quería saber si tenía relación con la flotilla.

Además, aunque la campaña de recogida de material escolar ha sido un éxito, también ha sufrido el boicot de determinados sectores políticos. Una web de extrema derecha colgó una información en la que acusaba a los miembros de la plataforma de «estar adoctrinando a chavales menores de edad con proclamas del ‘ideario Jijadista’ (sic.), en los colegios públicos españoles, más concretamente en Leganés, arropados por el Ayuntamiento», decían. Incluso se puso en marcha una campaña de recogida de firmas dirigida a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid para que prohibiera la entrada en los colegios a los miembros de Rumbo a Gaza. La campaña Un Cuaderno, un Lápiz y un Euro para los niños de Gaza, a pesar de todo, ha sido un éxito.

Movilización ciudadana La preparación de la II Flotilla de la Libertad ha supuesto una movilización ciudadana importante. En menos de un año se han organizado conferencias, conciertos, concentraciones y recogida de fondos y material humanitario. De esas campañas han salido varias toneladas de ayuda humanitaria, material escolar y quirúrgico para hospitales, que se llevará en dos contenedores en un carguero escoltado por la coalición internacional de la Flotilla.

Se han recaudado 300.000 euros, de ellos 200.000 han servido para comprar el barco de pasajeros en el que se embarcarán, entre otros, los actores Willy Toledo, Alberto San Juan, la exdiputada Ines Sabanés, el eurodiputado Willy Meyer (Izquierda Unida), el exsenador de Esquerra Unida, Joan Josep Nuet, el irlandés Paul Murphy, del grupo Izquierda Unitaria Europea-Los Verdes, junto a otros tantos activistas de derechos humanos.

Desde que Israel impuso de forma ilegal en 2006 el bloqueo a la Franja de Gaza, la situación entre la población ya empobrecida, es extrema. Un millón y medio de personas no tienen agua potable, carecen de medicinas básicas, leche para los bebés y los alimentos escasean. Tampoco es posible hacerse con materiales de construcción para rehabilitar las casas tras los bombardeos israelíes. Los barcos ya están preparados y es muy posible que Israel actúe igual que el año pasado. «No tenemos ningún compromiso por parte del Gobierno para protegernos. No nos han dado ninguna garantía», asegura Tapial.


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Consecuencias del bloqueo y de los bombardeos israelíes

Desde la operación Plomo Fundido, en la que más de 1.400 palestinos murieron a consecuencia de los bombardeos israelíes, la situación humanitaria se ha agravado. Más de un millón de personas dependen de la ayuda internacional para sobrevivir, unas condiciones que podrían mejorar con la apertura de la frontera con Egipto. El 70% de las familias palestinas viven con menos de un dólar al día . Las casas no han podido ser reconstruidas por falta de material de construcción, desde el bloqueo impuesto por Israel en 2006 tras las elecciones democráticas en las que Hamas fue elegido. El desempleo afecta a más de la mitad de la población en Gaza. Los problemas psicológicos, consecuencia de esta situación de violencia y pobreza afectan a más de 50.000 personas. La producción agraria ha caído a casi la mitad y el 90% del agua suministrada en la franja de Gaza no es potable. Mientras, niños y mayores sufren enfermedades y mueren por falta de medicinas básicas.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/El-Gobierno-cede-al-chantaje-de.html