El gobierno de Zimbabue ha ordenado que todas las escuelas estatales reduzcan sus cuotas mientras lucha desesperadamente contra la crisis económica y pide una enorme ayuda internacional, según el diario estatal, Sunday Mail. El primer ministro, Morgan Tsvangirai, dijo en un mitin con motivo del primero de mayo, que el nuevo gobierno de unidad que […]
El gobierno de Zimbabue ha ordenado que todas las escuelas estatales reduzcan sus cuotas mientras lucha desesperadamente contra la crisis económica y pide una enorme ayuda internacional, según el diario estatal, Sunday Mail.
El primer ministro, Morgan Tsvangirai, dijo en un mitin con motivo del primero de mayo, que el nuevo gobierno de unidad que él formó con su rival, el presidente Robert Mugabe, en febrero, se ha roto y que no puede cumplir con las demandas de los sindicatos de unos salarios más altos.
El periódico asegura que el ministro de Educación, David Coltart, ha recomendado que las escuelas estatales que acogen a la mayoría de los alumnos zimbabuenses recorten sus honorarios cuando abran sus puertas para el nuevo curso, el día 5 de mayo, porque muchos padres no pueden permitirse estos pagos. El Sunday Mail asegura que el ministro está solicitante la reducción de sus cuotas porque Zimbabue todavía no ha logrado recibir la enorme ayuda que necesita para reparar la destrozada economía, con un índice de desempleo del 90 %.
El gobierno de Zimbabue estableció que las cuotas escolares oscilasen entre los 20 y los 280 dólares, por trimestre, hace dos meses, pero muchos padres no han podido pagar en el trimestre anterior, por los bajos salarios y el alto coste de vida.
«cuando se fijaron las cuotas escolares, hace dos meses, se suponía que ya habríamos recibido ayuda para equilibrar los pagos y relanzar la economía, pero esto no se ha materializado todavía y los padres están ahora peor que entonces», aseguró el ministro.
El día 1, Tsvangirai aseguró que la administración de reparto de poder que su partido ha formado con el Zanu PF de Mugabe, está en la bancarrota y que no puede hacer frente ni siquiera al salario de 100 dólares que estaba pagando, cuanto más los 454 dólares que piden los sindicatos como salario mínimo.