Recomiendo:
0

Miles de personas deben recurrir a comedores sociales

El hambre aumenta un 8 % con respecto al año anterior en Nueva York

Fuentes: La Prensa

Abatido por problemas personales y económicos, José Veve, de 45 años de edad, hace tres meses que se refugia en la Misión de Rescate de Nueva York, para no padecer hambre, donde trabaja como voluntario en el puesto de chef de cocina. «Aquí, en la Misión, personas hambrientas de Nueva York vienen de todos los […]

Abatido por problemas personales y económicos, José Veve, de 45 años de edad, hace tres meses que se refugia en la Misión de Rescate de Nueva York, para no padecer hambre, donde trabaja como voluntario en el puesto de chef de cocina.

«Aquí, en la Misión, personas hambrientas de Nueva York vienen de todos los lugares, y damos de comer de 125 a 200 personas, dos veces al día, el desayuno y la cena», dijo Veve.

«Aquí, si usted tiene hambre, viene y come, no le preguntamos nada, no tiene que mostrar ningún papel. Si tiene hambre, aquí puede comer sin problemas», agregó.

Veve es una de las miles de nuevas personas que tienen que valerse de los comedores comunitarios para no padecer hambre en la ciudad de Nueva York, donde este problema aumentó en un 8%, de julio a octubre del año pasado, con relación al año anterior, según un informe presentado ayer por el congresista Anthony Weiner.

En rueda de prensa ayer frente a la New York Rescue Mission, localizada en el 90 de la calle Lafayette de Manhattan, Weiner reveló que entre julio y octubre del año que acaba de concluir, se sirvieron 3,550,837 raciones de comida en los comedores comunitarios de Nueva York (Food pantries y Soup Kitchens), lo que equivale a un 8% de incremento con relación al mismo período del año 2004.

Pese al incremento, Weiner dijo que la ciudad no aprovechó un estimado de 739 millones de dólares disponibles en fondos federales contra el hambre, dejando con ello a más de medio millón de neoyorquinos elegibles sin cupones de alimento, «por su incapacidad de enrolar a dichos participantes».

Weiner indicó que existe ayuda federal que permite que más trabajadores pobres reciban cupones de alimento, pero Nueva York nunca la ha autorizado totalmente.

Además, Nueva York es uno de sólo cuatro estados que exige huellas digitales a los solicitantes, y las oficinas de la Administración de Recursos Humanos de la ciudad (HRA) raras veces permite a los solicitantes de esta ayuda entrevistas cara a cara.

Entre las soluciones, Weiner recomendó que la ciudad acepte esta ayuda federal disponible, que extienda el horario de las oficinas de HRA, y ofrezca más entrevistas telefónicas a fin de asegurar un incremento en la participación de trabajadores pobres en Nueva York.

Weiner anunció que presentará un proyecto para crear un programa de ayuda federal que permitirá que organizaciones comunitarias y religiosas puedan coordinar enrolamientos de miembros de la comunidad elegibles para recibir asistencia.

«Esto no es sólo acerca de una burocracia gubernamental ineficiente. Esto es un tema sobre la moral de todos nosotros. Nosotros tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para eliminar el hambre en la ciudad de Nueva York», dijo Weiner.

Por otro lado, Robert Martínez, de 43 años, es otro de los participantes en programas de la misión que -por razones personales y económicas- tuvo que valerse de los comedores comunitarios para evitar el hambre.

«Mi deseo este año es conseguir un lugar para vivir y un trabajo», dijo Martínez, mientras almorzaba ayer en la Misión de Rescate .