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El humo que todo lo envuelve

Fuentes: El Correo Vasco

¿Qué viento dominante orienta el curso de navegación del mundo y pasa desapercibido? Una primera respuesta salta como un resorte: la economía con -precisamente- la mano invisible del mercado que dicen la regula. La mano que autoriza la circulación de los bienes y amiga a los gobiernos si de intercambiarlos hablamos. Las manos que se […]

¿Qué viento dominante orienta el curso de navegación del mundo y pasa desapercibido? Una primera respuesta salta como un resorte: la economía con -precisamente- la mano invisible del mercado que dicen la regula. La mano que autoriza la circulación de los bienes y amiga a los gobiernos si de intercambiarlos hablamos. Las manos que se estrechan si de negocios se trata, como entre España y Marruecos. La misma mano que detiene las gestiones que deberían darse para rescatar a la activista Aminetu Haidar. Si cincuenta años atrás el psicoterapeuta Erich Fromm decía: «¿Es necesario producir seres humanos enfermos para tener una economía sana?», hoy nos podemos preguntar: ¿Es necesario dejar morir a Aminetu para mantener nuestros intereses económicos (pesca, agricultura, energía, etcétera) en Marruecos y también en el mismo Sáhara Occidental? Las corrientes capitalistas ya vemos hacia dónde nos conducen.

Pero existe una segunda respuesta, todavía más intangible, pero igual de presente. Hablo de «una estructura no escrita pero inscrita en la sociedad (.) de lo contrario funcionaría como un estatuto, una constitución, o el propio Decálogo del cristianismo. Tendríamos a la vista -explica Victoria Sau- su articulado para ser sometido a posibles revisiones, cambios o sustitución por otro. Si estuviera escrito, quizá hace mucho tiempo que lo habríamos suprimido y sustituido por otro orden de cosas. Pero no lo está; es una institución flotante, algo así como un humo que lo envuelve todo pero que no se deja aprehender. De ahí que sea importante analizarlo, desglosarlo, captarlo en toda su medida; en una palabra: escribirlo. Para que así pueda ser leído una y otra vez, comentado, criticado y descalificado hasta su extinción. No se trata únicamente de estar anotado o apuntado».

Es la mano que castiga, la mano que oprime, la mano que discrimina. Son las manos del patriarcado que universalizado ahoga los derechos de la mitad del mundo. Un poder oscuro que como afirma Dolors Reguant está «basado en la idea de autoridad y liderazgo del varón, en la que se da el predominio de los hombres sobre las mujeres». Por todo eso, unos días después del aniversario de la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es necesario destacar iniciativas como el Proyecto Patriarcado (www.proyectopatriarcado.com) que pretende, por un lado, visibilizar y reconocer definitivamente la existencia de un orden patriarcal, y por otro, sabiendo que su existencia infringe esta Declaración, que se realice «un acto de perdón por los agravios sufridos por las mujeres de todos los tiempos y lugares hasta el día de hoy y demandemos su inminente abolición». Empecemos ya: Aminetu, nuestras manos.