Un reporte reciente sobre las muertes de personas indocumentadas que cruzan la frontera entre México y Arizona encontró que el número de muertos se ha mantenido constante aun cuando el número de personas cruzando la frontera se ha reducido dramáticamente. Los investigadores determinaron que los migrantes de ahora enfrentan el mayor riesgo de muerte en […]
Un reporte reciente sobre las muertes de personas indocumentadas que cruzan la frontera entre México y Arizona encontró que el número de muertos se ha mantenido constante aun cuando el número de personas cruzando la frontera se ha reducido dramáticamente. Los investigadores determinaron que los migrantes de ahora enfrentan el mayor riesgo de muerte en la historia, basándose en un análisis de los restos de 2,238 migrantes que fueron descubiertos entre 1990 y 2012 y que fueron analizados por la oficina del examinador médico del condado de Pima.
El reporte titulado «La continua crisis humanitaria en la frontera: Muertes de personas indocumentadas que cruzan la frontera registradas por la oficina del examinador médico del condado de Pima, 1990-2012» del Instituto de Migración Binacional de la Universidad de Arizona está basado en datos de la oficina del examinador médico del condado de Pima. El equipo de ciencia forense del condado de Pima ha investigado más de 95% de todos los restos de migrantes que han sido descubiertos en Arizona desde el 2003.
El reporte se hace público en un momento crucial del debate sobre la reforma migratoria y la seguridad fronteriza. Como señalan los autores, «entender las causas y las soluciones de esta migración no autorizada y de las muertes de los migrantes requiere de un entendimiento del alcance de este fenómeno».
El estudio presenta evidencia empírica basada en datos que demuestra que las medidas de seguridad impuestas en los últimos años en la frontera son una causa directamente de la muerte de cientos de hombres, mujeres y niños cada año. Daniel Martínez, autor principal del estudio, menciona que 20% de los restos son identificados como mujeres y que 6% de los restos de los cuales se puede determinar la edad eran de menores de 18 años.
Cómo evitar estas muertes debe de ser parte central del debate actual, ya que es la responsabilidad no solo de los condados de la frontera donde los migrantes pierden la vida, sino, también, de la nación entera, crear normas que protegen la vida humana y los derechos humanos en todo momento.
«Estas personas que mueren son de países a los que consideramos ‘amigos’ no enemigos», señaló la autora Raquel Rubio Goldsmith. «Podemos ponerle fin a las muertes de miles de personas al adoptar un sistema de visas racional y renegociar el TLC y otros tratados de comercio, en lo que implementamos algún tipo de programa de desarrollo económico continental».
Goldsmith añade, «Las propuestas que están saliendo del senado no abordan esta problemática. Si estos temas no son parte de una discusión pública, no podremos ni acercarnos a resolver el problema de inmigración en la frontera sur».
El reporte de Arizona sobre las muertes de los que cruzan la frontera es un resultado de una colaboración entre el gobierno, académicos y organizaciones de derechos de base. La oficina del examinador médico del condado de Pima contribuyó con la información pública mientras que el equipo universitario analizó los datos con la ayuda de grupos comunitarios, en particular la Coalición de Derechos Humanos en Tucson.
El resultado es un reporte que debería de ser lectura obligada para los legisladores en la región de la frontera y en Washington, junto con un reporte similar producido por Houston Unido sobre el aumento súbito y repentino de muertes en la frontera en el sector de Rio Grande.
Abajo hay algunas selecciones del reporte y de sus mayores hallazgos. El reporte completo con citas en inglés se puede encontrar aquí.
Continúan muriendo cientos de migrantes indocumentados cada año a lo largo de la frontera entre E.E.U.U y México, a pesar de que hay evidencia reciente que demuestra que la migración proveniente de Méxicoha disminuido dramáticamente en los últimos 5 años. Esta crisis humanitaria es una consecuencia de múltiples factores interrelacionados y entrecruzados: 1)La larga historia y cultura de migración profundamente empotrada en la sociedad de muchas áreas de México; 2) la reforma económica neoliberal durante los 1990s que desplazó a cientos de miles de campesinos en todo el país; 3) las inadecuadas normas de inmigración a los E.E.U.U. que están mal equipadas para lidiar con la realidad de un mundo cada vez más globalizado; 4) la ejecución de leyes y prácticas de seguridad en la frontera, instituidas inicialmente a mediados de los años 90 que han sido muy eficaces en empujar a las personas que quieren migrar a las regiones más remotas, calientes y secas de las áreas desérticas de la frontera; y 5) la demanda estructural por mano de obra migrante en los Estados Unidos.
Se han demostrado extensivamente los vínculos que hay entre el aumento en la seguridad de la frontera y la muerte de migrantes. En los años 1990s y 2000s se puede ver que el aumento dramático de la fortificación de la frontera entre E.E.U.U. y México coincide con el aumento simultáneo de muertes de migrantes reportadas. La militarización segmentada de la frontera ha resultado en un «efecto embudo», que significa que el flujo migratorio se ha redistribuido a áreas remotas y peligrosas, como el área del sur de Arizona.
La oficina del examinador médico del condado de Pima (PCOME, por sus siglas en inglés) en Tucson, Arizona, continua siendo la oficina que investiga el mayor número de muertes de migrantes en el país, y, como consecuencia, ahora lidia con más restos no identificados per cápita que cualquier otra oficina del examinador médico de todo los Estados Unidos. Arizona se clasifica en el tercer lugar en toda la nación, después de California y Nueva York, en cuanto al número de restos no identificados ingresados en el Sistema Nacional de Personas Desaparecidas o No Identificadas (NamUs, por sus siglas en inglés), pero es el estado con más restos de migrantes probables o migrantes desparecidos identificados.
El «efecto embudo» ha hecho que el sector Tucson sea el cruce más utilizado a lo largo de toda la frontera EE.UU.-México. En el ejercicio fiscal (FY, por siglas en inglés) 2012, más de 33% de todos los arrestos realizados por la Patrulla Fronteriza ocurrieron en el sector Tucson, mientras que entre 1993 y 1996 los arrestos en este mismo sector solo representaban el 15%. Esta redistribución del flujo de migración hacia el sur de Arizona es precisamente lo que ha hecho que aumenteel número de restos de migrantes que investiga la PCOME.
Número estimado de muertos
Entre los FY1990 y 2012, la PCOME examinó los restos de 2.238 migrantes. Más de un tercio de los fallecidos, o 761 casos, permanecieron sin ser identificados en el momento de publicación de este reporte por lo que se puede predecir que su estatus es de migrantes no autorizados pero no se sabe con certeza. A principios del 2001, la PCOME empezó a clasificar a los fallecidos que se creían eran migrantes no autorizados, hayan sido identificados o no, como «Foráneos Indocumentados» (UDAs, por siglas en inglés). Pero después cambiaron la terminología y empezaron a utilizar «Personas no autorizadas que cruzan la frontera» (UBCs, por sus siglas en inglés).
Las UBCs son definidos por la antropóloga forense y ex-examinadora medica principal como «individuos de nacionalidad extranjera que murieron mientras cruzaban la frontera clandestinamente». Los factores que contribuyen a la determinación de una UBC incluyen el lugar geográfico donde se encontraron los restos, su ropa o pertenencias personales (como moneda extranjera y credencial de elector de México), su asociación con un grupo de migrantes no autorizados y características fenotípicas consistentes con un linaje hispano.
El Instituto de Migración Binacional produjo un reporte similar a éste en el 2006, titulado «El efecto embudo», que demostraba que las estrategias de reglamentación en la frontera que se asumieron a finales de los 90s y principios de los años 2000, empujaban eficazmente a los posibles migrantes a áreas extremadamente remotas de la frontera de Arizona con México donde morían en grandes números. Los datos actuales que tiene la PCOME indican que el número de muertes no ha disminuido.
Figura 1 muestra que el efecto embudo continua sin cesar, con un promedio de casi 163 muertes en cada año desde 1999, mientras que un promedio de 12 ocurrió anualmente entre 1990 y 1999.
Índice aproximado de muertes
Uno podría argumentar que el aumento de muertes en el sur de Arizona se debe simplemente a un aumento en el número de UBCs cruzando por esa área. Sin embargo, cuando se toman en cuenta las estadísticas de detenciones realizadas por la patrulla fronteriza, una medida que se usa regularmente para representar el flujo de migración no autorizada, se puede ver que el índice de muertes ha aumentado exponencialmente desde 1999.
Figura 2 muestra el número de muertes de migrantes por año por cada 100,000 arrestos que realiza la patrulla fronteriza cada año. Aunque no es una medida precisa de cruces no autorizados, las investigaciones previas han demostrado que las estadísticas de arrestos están altamente correlacionadas y fluyen con los flujos de migración no autorizada reales.
Nuestros hallazgos son congruentes con los de la ONG Coalición de Derechos Humanos, y sugieren que el índice de muertes de UBCs ha aumentado en el sur de Arizona y que, de hecho, se ha duplicado entre 2009 y 2011. En el ejercicio fiscal 2009, la PCOME determinó que 190 de los muertos eran UBCs mientras que la patrulla fronteriza del sector Tucson reporto 241.673 arrestos. En otras palabras, hubo 79 muertes clasificadas por la PCOME como UBCs por cada 100,000 arrestos de la patrulla fronteriza durante 2009.
Aunque el número de UBCs que investigó la PCOME disminuyó de 190 en 2009 a 183 en el 2011, el número de arrestos en el sector Tucson también disminuyó, y aun en un mayor índice, de 241.673 a 123.285 durante este mismo periodo. De cualquier forma, los restos de casi 147 migrantes fueron examinados por la PCOME por cada 100,000 arrestos de la patrulla fronteriza durante FY 2011 -un índice de casi el doble de lo que fue en 2009.
La militarización de la frontera causa un alto índice de muertes
El número de restos de personas no autorizadas que cruzan la frontera que fueron examinados por la oficina del examinador médico del condado de Pima ha aumentado sustancialmente desde al año fiscal 2009 y se ha mantenido en más o menos 150 difuntos por año desde el 2004. Este aumento ha coincidido con una intensificación de labores policiacas a lo largo de la frontera, y muestra, apoyando aun más los resultados de estudios previos, que la militarización de la frontera ha redistribuido el flujo migratorio hacia las áreas remotas, aumentando así el riesgo de muertes asociadas con intentar cruzar la frontera sin autorización.
El aumento en el número de restos de migrantes que fueron examinados por la PCOME no es simplemente una consecuencia de que haya habido más migrantes cruzando la frontera sur de Arizona, ya que los arrestos por la patrulla fronteriza han disminuido a lo largo de varios años en el sector Tucson. Esto sugiere que, para esquivar a las autoridades norteamericanas, los migrantes están cruzando por periodos más largos de tiempo a través de áreas más remotas, y que esto está causando que aumente la probabilidad de que mueran.
Hubo más muertes de migrantes en las áreas remotas de la frontera California-Baja California cuando se iniciaron los esfuerzos para controlar la frontera a principios de los 90s. La incidencia de muertes de migrantes parece haberse desplazado al este, hacia el sur de Arizona, a principios y mediados de los años 2000.Esta afirmación se apoya en el hecho de que el número de muertes de migrantes investigadas por la PCOME aumentó por casi el doble entre los años fiscales del 2001 y el 2002. Aun cuando el número de muertes de migrantes y el índice de muerte en el sur de Arizona se mantienen en los niveles más altos de la historia, los condados que están cerca de la frontera entre el sur de Texas y Tamaulipas han empezado a reportar un número impresionante de muertes de migrantes, lo que es particularmente sorprendente dado el tamaño de estos condados. Por ejemplo, el condado de Brooks que es casi 10 veces más pequeño que el condado de Pima en términos de área geográfica, reportó 129 muertes en el año del 2012 comparado con solo 20 en el 2010.
En este momento no se sabe cuántas personas pierden la vida cruzándola frontera anualmente. Sin embargo, la oficina del examinador médico del condado de Pima continua recopilando información valida y fiable sobre el número aproximado de muertes de personas que cruzan la frontera en el sur de Arizona y, sobre todo, se compromete a identificar exitosamente a los difuntos. Ambas tareas son de suprema importancia. La primer tarea debe de ayudar a informar a los legisladores sobre las consecuencias de las normas actuales de inmigración y control de la frontera, mientras que la segunda tarea le ofrece una sensación de culminación a las familias que perdieron a sus seres queridos, cuando éstos trataron de cruzar la frontera Sonora-Arizona en busca de una mejor vida.
Es nuestra esperanza que los legisladores consideren la información y datos presentados en este reporte cuando estén debatiendo lo que es, sin lugar a dudas, la ley de inmigración más importante en casi tres décadas. Tener acceso a datos concretos es crucial cuando se están tomando decisiones de este calibre.
Editora: Laura Carlen
Autores del reporte: Daniel E. Martinez, Robin C. Reineke, Raquel Rubio-Goldsmith, Bruce E. Anderson, Gregory L. Hess, Bruce O. Parks
Traducción: Miriam Lara-Meloy
– Para más información en inglés vea: http://www.cipamericas.org/archives/10148#sthash.x665t8wc.dpuf