Una nueva Ley de EEUU nos retrotrae al Gran Garrote
Nuevamente la prepotencia de la política internacional de EEUU, amplía su capacidad intervencionista, no solo las agresiones contra Venezuela, en la aplicación del Decreto Obama, por considerar a Venezuela como una amenaza, además de volver a ratificarlo en este año 2016, como el viraje de las relaciones con Cuba, al volver a endurecer el bloqueo económico, y Obama lavarse las manos al mejor estilo de Poncio Pilatos. La misma presencia de 2 bases militares de Estados Unidos en la Patagonia y el la triple frontera, entre esta nación con Paraguay y Brasil, hablan de la presencia militar estadounidense, creando una peligrosa dependencia y el posible retorno a un nuevo Plan Cóndor, como se manifiesta en el intento, de no entregar la presidencia a Venezuela, como parte de la nueva estrategia de las derechas latinoamericanas.
Nuevamente bajo el argumento de enfrentar a los carteles de la droga, surge una nueva Ley aprobada en el Congreso de EE.UU, que teóricamente busca perseguir la producción y tráfico de droga que tiene lugar fuera del país, y que tiene como «probable» el destino el territorio estadounidense. Es bueno señalar una declaración del fundador de WikiLeaks, Julián Assange, que el Congreso de EEUU, «exige que la leyes de EEUU, se apliquen de manera extraterritorial, como obtener el control de los ciudadanos del país, que es lo mismo que la anexión de un país»
Además todos los acuerdo con países como Colombia y Paraguay, han firmado acuerdos con EEUU, el plan Colombia para la instalación de bases militares en ambas naciones, para combatir a los carteles de la droga, 7 legales en Colombia y 3 en Paraguay, con acuerdos con la DEA, luego de varios años de este plan militar. Estos países generan la mayor producción de estupefacientes, como Cocaína y Marihuana, junto a México el otro socio de EEUU, lo que demuestra que no ha existido ningún plan efectivo, solo el control geopolítico del Complejo Militar industrial de EEUU.
Una nueva Ley de EEUU nos retrotrae al Gran Garrote
Bajo el eufemismo esta Ley se denomina contra el Tráfico de Droga Transnacional, auspiciada en el Senado por la legisladora californiana demócrata Dianne Feinstein, con el apoyo del republicano por Iowa Chuck Grassley, El objetivo de la misma, como según explicó la propia Feinstein, esta ley «le da a las fuerzas del orden las herramientas necesarias para reducir el volumen de droga que cruza nuestras fronteras». Además autoriza la persecución del crimen transnacional «para reducir el flujo de drogas ilegales que llegan a EE.UU. desde terceros países».
Más específico fue el comunicado emitido por el Senado, donde se señaló que la legislación ayudará «específicamente al Departamento de Justicia a preparar casos de extradición contra capos de la droga de la región andina». Tal como puntualizó la televisora BBC, la norma «no solo apunta a los que comercializan narcóticos, sino también a aquellos que hacen de proveedores de insumos químicos para la elaboración de drogas» y a productores de sustancias consideradas como controladas en EE.UU.
Entre las sustancias controladas tipo 1 y 2 que son las que la ley prohíbe figura la hoja de coca. Este producto, consumido hace siglos por las poblaciones de Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, es además sustento de muchos productores campesinos de esos países, que se han puesto en alerta ante esta medida del Gobierno estadounidense. Ante esta realidad lo productores de Coca manifestaron que «Nosotros repudiamos esa intención. Ellos no son los dueños del mundo para pretender hacer eso», afirmó la dirigente cocalera boliviana Leonilda Zurita.
Las leyes extraterritoriales, una costumbre de EE.UU.
Es necesario que esta no es la primera ley sancionada por Washington que viola la soberanía de otros Estados. El bloqueo contra Cuba es su caso más paradigmático ya que no solo afecta a la isla caribeña si no a cualquier otro país o entidad que intente comerciar con ella.
La política del Gran Garrote, denominada así por el presidente de EEUU Teodoro Roosevelt del 1901 al 1909, apodada así porque se utiliza la fuerza como mecanismo de dominación. La cual se generó en un proceso de expansión en el Caribe, desplazando a sus rivales: España e Inglaterra. A la primera le arrebató Cuba y Puerto Rico en la guerra de 1898; con la segunda firmó el Tratado Hay-Pauncefote en 1901, por el cual se reconocía la preeminencia estadounidense en la futura construcción de un canal por el istmo centroamericano.
El canal era una necesidad del desarrollo capitalista de EE.UU., ya que era la única forma de comunicar e integrar las costas atlántica y pacífica. La aplicación de esta política se dio cuando el Gobierno de Estados Unidos y el de Colombia firmaron el Tratado Hay-Herrán, para iniciar la construcción del canal. Este documento no fue ratificado por el senado colombiano.
Frente a este hecho, Estados Unidos apoyó a los ‘independentistas’ con el objetivo de separar al istmo -que formaba parte de la República de Colombia- para poder reiniciar la construcción del canal, puesto que la empresa francesa que inició los trabajos había quebrado. Theodore Roosevelt estaba muy consciente de la importancia estratégica de la obra, porque permitiría a Estados Unidos controlar el comercio marítimo entre el Atlántico y el Pacífico.
Theodore Roosevelt reafirmó la doctrina del Gran Garrote que se sustentó en una reinterpretación de la Doctrina Monroe, reservando a su país el derecho a mantener el ‘orden’ en el hemisferio occidental. Fue una política exterior agresiva e intervencionista, que tuvo como objetivo principal la consolidación de la hegemonía estadounidense. Como consecuencia de lo anterior, se dio inicio a una escalada de intervenciones.
El pretexto fue, según Roosevelt, «la incapacidad de los países centroamericanos, latinoamericanos y caribeños para gobernarse a sí mismos y a la falta de responsabilidad de estos ante sus compromisos internacionales». Ayer, la intervención fue por el buen negocio del canal. Hoy, las intervenciones son por los buenos negocios que representan el petróleo y el gas. Mañana, las nuevas intervenciones podrían ser por las reservas de agua dulce.
Hoy nuevamente América Latina sufre los embates de la política imperialista de EEUU, luego de crear miles de muertos en Medio Oriente, millones de desplazados, Barak Obama cerrando su legado intervencionista, apuesta a retomar la ocupación de su patio trasero, al mejor estilo de la otra filosofía intervencionista, de la doctrina Monroe, resumida en la popular frase de «América para los americanos», ha sido una pieza fundamental de la política exterior de Estados Unidos en relación a Latinoamérica.
Además nuevamente nuestro continente, vuelve a las traiciones de las derechas cipayos del continente, que han vendido a nuestras naciones a EEUU y Europa, como ejemplo más entreguista surge la Argentina de Macri, al desconocer su fecha patria y traer al Rey español, para pedir perdón por la independencia.
De la misma manera Colombia, México han jugado el papel de sicarios, para crear violencia en sus pueblos, paramilitares, desparecidos, entre otros países Centroamérica, de la misma manera la guerra contra Venezuela, contra Brasil, han sido parte del Plan Cóndor, ahora disfrazado de golpe blandos, pero siempre con el síndrome de la intervención militar de EEUU y los monopolios que son los verdaderos dueños del Mundo.