La voluntad solidaria de Cuba y Venezuela permite hoy que germine en las arenas del desierto un proyecto de colaboración triangular para aplicar el principio martiano de estudio-trabajo a adolescentes saharauíes refugiados aquí. La iniciativa es impulsada por los Gobiernos cubano y venezolano, que aportan asesoría y financiamiento, respectivamente, y deberá rendir sus primeros frutos […]
La voluntad solidaria de Cuba y Venezuela permite hoy que germine en las arenas del desierto un proyecto de colaboración triangular para aplicar el principio martiano de estudio-trabajo a adolescentes saharauíes refugiados aquí.
La iniciativa es impulsada por los Gobiernos cubano y venezolano, que aportan asesoría y financiamiento, respectivamente, y deberá rendir sus primeros frutos en septiembre de este año, cuando inicie el primer curso escolar con 360 estudiantes del nivel secundario.
El especialista del Ministerio de Educación de Cuba Carlos Antonio Rivero ofreció pormenores a Prensa Latina en este campamento de la República Árabe Saharauí Democrática (RASD) que lleva el mismo nombre de la provincia del Sahara Occidental ocupado por Marruecos.
«La idea es construir con la asesoría de un arquitecto cubano una escuela secundaria básica en la wilaya de Smara» que acogerá a alumnos de los demás campamentos-provincias de la RASD (Dahla, El Aaiún y Auserd, y la escuela-campamento 27 de Febrero), explicó Rivero.
Tras recibir el visto bueno del Gobierno saharauí en el exilio en este territorio desértico de Argelia, se trabaja para instaurar el modelo de escuela cubana y un plan de estudio argelino-cubano que ya está diseñado y para el cual se prepara al personal docente.
El proyecto se realiza en su fase actual (para 360 alumnos) con una inversión de un millón de dólares aportados por Venezuela y en el próximo curso se ampliará con otro monto similar para dar cobertura a un total de 600 pupilos de séptimo a noveno grados.
De acuerdo con el funcionario, será una escuela de «formación integral» que pretende inculcar valores con el mismo grado de prioridad del sistema de enseñanza en la isla caribeña.
«Es una aspiración del Gobierno saharauí formar jóvenes de forma similar a como formamos en Cuba a los que han ido a estudiar allá», destacó en una plática marcada por una fría y arenosa brisa.
El Ministerio cubano de Educación (MINED) se encarga de la parte técnica con un arquitecto (Gabriel Peña) a pie de obra para velar por la calidad de los trabajos y también del aspecto docente, que asume el propio Rivero.
Dentro del ámbito meramente docente, el especialista perfila currículos, plan de estudio, fuerza laboral y el asesoramiento que darán a maestros este año, en dependencia de la cobertura laboral y las necesidades académicas que tengan para aplicar el método cubano.
«Será una escuela grande, hablamos de un módulo de autoconsumo que se lo fundamentamos al ministerio aquí y están entusiasmados con la idea de tener el autoconsumo de cabras, ovejas, y un pequeño organopónico y parcelas», apuntó el entrevistado.
Agregó que de esa forma, como en Cuba, los estudiantes podrán materializar el principio martiano de estudio-trabajo, pues dispondrán también de talleres de educación laboral, y laboratorios de biología, química, física y computación.
El plantel tendrá un régimen interno -similar a las becas cubanas- para los estudiantes de los demás campamentos y sólo seminterno para los de Smara, que almorzarían en la escuela y en la tarde irían para sus «haimas» (casas rústicas o de campaña).
Actualmente, el Ministerio saharauí de Educación está en el proceso de búsqueda de los maestros, fundamentalmente los formados en Cuba porque al ser un modelo donde se adoptará el plan de estudio cubano, las asignaturas se van a impartir en idioma español.
Dado que es el único pueblo árabe de habla hispana (fue colonia de España hasta 1975), el plan incluye asignaturas en árabe, incluidas las de educación cívica y musical, y en español (matemáticas, ciencias naturales, educación laboral, educación física y lengua española).
Se trabajarán dos idiomas en lo fundamental en el currículo de todas las asignaturas, además de que se impartirá inglés y francés durante los tres años.
Así, valoró el funcionario del MINED, el egresado de esta escuela podrá cursar estudios -como tradicionlamente lo vienen haciendo los saharauíes formados en Cuba- en cualquier país de África, Europa u otro lugar, porque sale con un dominio elemental de cuatro idiomas.
Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=252979&Itemid=1