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5º aniversario de las Torres Gemelas

El monstruoso terrorismo

Fuentes: Rebelión

Este once de septiembre se cumple el quinto aniversario del monstruoso atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, que causara la muerte de casi tres mil personas inocentes. Esa pérdida de vidas irresponsables causó un repudio generalizado a los métodos terroristas. El atentado del 11-S marcó el inicio de una nueva era. Los noticieros […]

Este once de septiembre se cumple el quinto aniversario del monstruoso atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, que causara la muerte de casi tres mil personas inocentes. Esa pérdida de vidas irresponsables causó un repudio generalizado a los métodos terroristas. El atentado del 11-S marcó el inicio de una nueva era.
Los noticieros internacionales ofrecieron imágenes del pánico colectivo, de la histeria, el desorden, la angustia causados en la población por los estremecedores atentados. Los símbolos más sagrados del imperio, de su poderío económico y militar fueron vulnerados. Más grave aún fue el terrorismo de estado con el cual el brutal Bush respondió a la masacre. Las invasiones de Afganistán e Irak, el arrasamiento de los testimonios de la cultura mesopotámica, los asesinatos de dirigentes y periodistas, fueron el resultado cruento, la represalia atroz de la Casa Blanca.
Desde entonces se lanzó una cruzada verbal contra el terrorismo para justificar esas acciones. Bush lo menciona en cada uno de sus discursos como uno de los objetivos centrales de Estados Unidos. Lo cierto es que el gobierno de Estados Unido ha sido uno de los promotores principales del terrorismo en el mundo y ha reforzado aún más estas actividades criminales en la era de Bush. Han sido los inventores de muchos procedimientos delictivos en las luchas políticas, como los magnicidios y los secuestros de aviones, que luego se volvieron contra ellos. La vinculación de la Agencia Central de Inteligencia con el crimen organizado, las mafias y sus cómplices, ha quedado demostrada más allá de toda duda.
Thierry Meissan en su libro «La gran impostura» proclamó que muchos análisis permiten llegar a la conclusión que los atentados del 11 de septiembre fueron patrocinados desde el interior del aparato del Estado norteamericano. El gran beneficiario de esta conjura fue el lobby militar industrial que desde ese momento está viendo satisfechas sus más exageradas aspiraciones.
El objetivo principal de las acciones en el Oriente Medio sería garantizar a largo plazo la explotación de los recursos petroleros del Mar Caspio que, según los expertos, son los yacimientos que tienen garantizada una mayor durabilidad, frente a los casi agotados pozos actuales y las reservas próximas a extinguirse de Estados Unidos. Un oleoducto que comunique el Caspio con el Mediterráneo, atravesando Azerbaiyán, Georgia y Turquía, no tendría que negociar el acceso con Rusia ni con Turquía. Otro oleoducto debe enlazar el Caspio con el Océano Índico atravesando Afganistán. De ahí la necesidad de una guerra.
El terrorismo contemporáneo ha sido alentado y adiestrado por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos. Los secuestros de aviones fueron inventados por la contrarrevolución cubana, incitados por la CIA desde Estados Unidos. Los intentos de liberación nacional en América Central recibieron la respuesta de los contras que en Nicaragua y El Salvador asesinaron, dinamitaron y destruyeron la estabilidad política en nombre de la lucha anticomunista.
Osama Bin Laden fue entrenado y armado por la CIA para que se opusiera a la invasión soviética en Afganistán. Los talibanes fanáticos son hijos del gobierno estadounidense, fueron empollados y azuzados por los servicios de inteligencia occidentales. Osama Bin Laden ha sido siempre un hombre de los servicios secretos occidentales, otrora amigo de Donald Rumsfeld y de Bush padre. En 1979 fue requerido por el director de la inteligencia saudita para que coordinara las operaciones secretas de la CIA en Afganistán. En los años siguientes la Agencia invirtió dos mil millones de dólares para lograr el fracaso de la ocupación soviética. Utilizaron a los fundamentalistas islámicos a los cuales entrenaron y armaron y cuando esa fuerza hubo logrado su propósito Bin Laden trató de poner a sus huestes más cercanas a disposición de Estados Unidos para el derrocamiento de Sadam Hussein durante la Guerra del Golfo.
Otro resultado del 11 de septiembre ha sido el cercenamiento de las libertades civiles en Estados Unidos lo cual ha permitido que Bush gobierne con poderes de facto y facultades de guerra, al margen de las garantías constitucionales. La Casa Blanca comenzó a utilizar la fuerza necesaria para neutralizar los mecanismos tradicionales de impartir justicia. Se ha implantado una velada censura de prensa que con el pretexto de evitar la fuga de información. Además, la suspensión al derecho de habeas corpus para defenderse, la realización de arrestos e interrogatorios sin pruebas, espiar y grabar conversaciones privadas, el sometimiento a juicio por tribunales militares, la mano abierta a los servicios policíacos más drásticos además de usar todos los métodos de represión posibles han sido las facultades totalitarias que actualmente emplea la Casa Blanca.
Bush es un capítulo sanguinario en la historia de la infamia. La toma de conciencia, cada día más extendida, de esta siniestra conspiración de rufianes para abatir la igualdad entre los hombres finalmente logrará vencerlos.