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El mundo se despierta ante el genocidio en Sudán

Fuentes: CTXT

El país se enfrenta a una guerra librada por naciones extranjeras que buscan colonizar las vastas reservas de oro, las tierras cultivables y los puertos marítimos del Mar Rojo

 [Este es un artículo escrito por Mo Seifeldein, abogado sudanés-estadounidense afincado en Virginia. En 1997, Seifeldein y su familia huyeron del régimen autoritario de Omar al-Bashir y llegaron a Estados Unidos como refugiados sudaneses. Desde entonces, ha servido al pueblo estadounidense como fiscal federal, concejal de la ciudad de Alexandria y ahora se presenta como candidato al Congreso de los Estados Unidos por el estado de Virginia. El artículo se recoge en el blog de Quasim Rashid, abogado experto en derechos humanos e impulsor del blog Let’s Address This with Qasim Rashid]

El 26 de octubre de 2025, el mundo pareció despertar por fin ante el genocidio que se estaba produciendo en Sudán, cuando los satélites captaron imágenes de las arenas ensangrentadas que rodeaban El-Fashir, la ciudad más grande de Darfur.

Tras un asedio de siete meses, las RSF (Fuerzas de Apoyo Rápido) tomaron El-Fashir para poner toda la región de Darfur bajo su control. Los soldados de las RSF, respaldados por los Emiratos Árabes Unidos, se grabaron matando a miles de personas: enterrando vivas a algunas, torturando y ahorcando a otras. Los vídeos de las redes sociales muestran a las RSF asaltando un hospital para masacrar a los pacientes y sus familias.

Sudán se enfrenta a una guerra mortal de poder (proxy war), librada por naciones extranjeras que buscan colonizar las vastas reservas de oro, las tierras cultivables y los puertos marítimos del Mar Rojo de Sudán.

Después de que la revolución de abril de 2019 derrocara pacíficamente 30 años de dictadura violenta bajo Omar al-Bashir, dos líderes militares dieron un golpe de Estado. En 2023, el general Abdel Fattah al-Burhan, jefe de las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF), y Mohamed Hamdan ‘Hemedti’ Dagalo, comandante de las RSF, se enfrentaron entre sí, librando una guerra devastadora que hasta la fecha ha causado cientos de miles de muertos, más de 10 millones de desplazados y ha sumido a Sudán en la mayor crisis alimentaria del mundo:

Según la ONU, 24,6 millones de personas se enfrentan a una hambruna aguda; otros 2 millones están sufriendo o corren el riesgo de sufrir una hambruna (la más alta del mundo), uno de cada tres niños sufre malnutrición aguda y 11 millones de personas necesitan atención sanitaria urgente.

La RSF, el grupo paramilitar renombrado (antes conocido como Janjaweed) responsable del genocidio de Darfur en la década de 2000, cuenta con el respaldo de los Emiratos Árabes Unidos. Este aliado de Estados Unidos ha estado inundando Sudán con armas, en violación de la legislación estadounidense e internacional, tal y como confirman un informe independiente del panel de la ONU, la inteligencia estadounidense y el Laboratorio de Investigación Humanitaria de Yale. Los EAU quieren convertir Sudán en un estado satélite, utilizarlo para controlar rutas comerciales esenciales, como trampolín para extender su influencia militar por África y como medio para enriquecerse con el oro de Sudán. Este país busca expandir su imperio, tras haber desestabilizado ya Libia y Yemen.

El Gobierno de Estados Unidos permanece en silencio incluso mientras sigue enviando armas que permiten el genocidio

Cabría pensar que, después de que Estados Unidos reconociera oficialmente el primer genocidio de Darfur en 2003, dejaríamos de armar a los autores de esa crisis humanitaria. Al fin y al cabo, tanto la Administración Biden como la Trump han determinado formalmente que la RSF está cometiendo actualmente un genocidio en Sudán. Y, sin embargo, Estados Unidos sigue vendiendo armas a los EAU.

Las administraciones de Biden y Trump han aprobado conjuntamente la venta de 23.000 millones de dólares en armas a los EAU como condición para su compromiso con los Acuerdos de Abraham, que normalizaron las relaciones entre los principales Estados árabes e Israel. Esto se produce a pesar de que Estados Unidos es consciente de que los EAU han enviado anteriormente armas estadounidenses a Yemen y Sudán, violando la Ley de Control de Exportación de Armas.

Lo peor es que la mayoría de los miembros del Congreso ni siquiera han reconocido la crisis humanitaria en Sudán.

El Gobierno de Estados Unidos tiene el poder de bloquear estas ventas de armas y detener el genocidio en Sudán.

En marzo, la diputada Sara Jacobs y el senador Chris Van Hollen presentaron la Ley Stand Up for Sudan para aumentar la supervisión y la rendición de cuentas sobre las ventas de armas estadounidenses a los EAU. Pero, hasta ahora, el proyecto de ley no prohíbe explícitamente la venta de armas a los EAU, ni impone consecuencias significativas por su incumplimiento. En cambio, simplemente se hace eco de una disposición de la Ley de Control de Exportaciones de Armas, según la cual los EAU deben certificar que no enviarán las armas a otros lugares.

Lo que podemos y debemos hacer ahora

Si los EAU y otras potencias regionales dejaran de suministrar armas, la máquina de matar de las RSF se derrumbaría. La ayuda podría llegar a la región y se podrían salvar millones de vidas.

Hoy en día, Estados Unidos está financiando dos genocidios distintos, incluso cuando los estadounidenses en su país se ven incapaces de costearse las necesidades básicas: alimentos, seguro médico, vivienda y cuidado de los niños.

No podemos permitir que se utilicen así los dólares de nuestros impuestos. El pueblo estadounidense debe exigir al Congreso que sancione a los Emiratos Árabes Unidos y a sus líderes.

Haga una donación a las organizaciones que están sobre el terreno entregando alimentos y ayuda vital:

SAPA, Asociación de Médicos Sudaneses Americanos.

SCC, Colectivo de Solidaridad con Sudán.

Boicot a los EAU: Le animamos a boicotear

– Todos los viajes relacionados con los EAU (Emirates, Etihad Airlines).

– Todos los productos de los EAU (incluido el oro).

– Todos los equipos deportivos propiedad de los EAU (Manchester City) o respaldados por ellos (Arsenal, Real Madrid).

Pedir a las organizaciones internacionales que tomen medidas:

– La Corte Penal Internacional (CPI) debe procesar a los líderes de las RSF y al gobernante de los EAU, Mohammed bin Zayed Al Nahyan.

– La ONU debe presionar al Gobierno sudanés para que realice una transición hacia un auténtico régimen civil.

Comentario de cierre de Qasim Rashid

Como abogado especializado en derechos humanos, he dedicado mi carrera a documentar atrocidades, abogar por la rendición de cuentas y hablar directamente sobre los problemas a los que nos enfrentamos. Así que permítanme hablar con claridad una vez más y afirmar de manera inequívoca: lo que está ocurriendo en Sudán no es un “conflicto”, no es una “guerra civil” y, desde luego, no es una crisis lejana que podamos permitirnos ignorar. Es un genocidio alimentado por el poder global, el lucro y la cobardía política, y el silencio de nuestro Gobierno y la venta continuada de armas nos convierten en cómplices. Esto debe cambiar.

Cuando Estados Unidos afirma defender la libertad y, sin embargo, financia a regímenes que entierran vivos a madres y niños, nuestros valores suenan huecos. La historia demuestra que la justicia no llega por casualidad, sino porque la gente común se niega a mirar hacia otro lado. Las vidas sudanesas no son desechables. Debemos alzar la voz, exigir sanciones, poner fin a las transferencias de armas, apoyar la ayuda humanitaria independiente y elegir a líderes que antepongan la humanidad a los cálculos geopolíticos. Apoyemos a Sudán. Apoyemos la justicia. Y únete a mí para seguir denunciando estos crímenes y luchando por la rendición de cuentas, porque el silencio no es neutralidad, es complicidad.

El artículo se publicó originalmente en Substack.

Fuente: https://ctxt.es/es/20251101/Politica/50873/Mo-Seifeldein-Qasim-Rashid-Sudan-genocidio-EEUU-RSF.htm