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El objetivo sionista del apartheid es la extinción de prisioneros y prisioneras y la limpieza étnica

Fuentes: Rebelión

«Róssol confiaba en que, si lo ponían en libertad, si respiraba aire fresco y puro, bebía leche, permanecía en el campo, rodeado de verdor, lo cuidaban bien y tomaba el sol, se repondría y viviría mucho, hasta los cien años. Con toda la fuerza y pasión de que era capaz, Dzerzhinski sustentaba este sueño de […]

«Róssol confiaba en que, si lo ponían en libertad, si respiraba aire fresco y puro, bebía leche, permanecía en el campo, rodeado de verdor, lo cuidaban bien y tomaba el sol, se repondría y viviría mucho, hasta los cien años. Con toda la fuerza y pasión de que era capaz, Dzerzhinski sustentaba este sueño de Róssol en su restablecimiento, lo sustentaba con tanto fuego y tan en serio, que a veces él mismo creía que ambos vivirían muchos años y trabajarían largo tiempo hasta la revolución y después de ella, que lo cambiaría todo y haría el mundo mejor, más libre, más justo».

Del libro: «De la tempestad surgieron … Relatos de la Revolución rusa». Relato: » Dzerzhinski y Róssol». Autor: Yuri Guerman. Editorial Hiru. www. editorialhiru.com

Ocurre que los palestinos y palestinas en prisiones israelíes, 22 cárceles a las que los neocolonialistas han arrastrado a más de 850.000 palestinos desde 1967, al poco de salir en libertad, en número muy alto mueren. El caso de Mazen al Mograbi, exprisionero que se sumó en una carpa solidaria en las calles de Ramalla a la huelga de hambre por la Libertad y la Dignidad, es un ejemplo.

Organizaciones palestinas en defensa de los prisioneros y prisioneras han denunciado las torturas a las que son sometidos, los malos tratos, los encierros en celdas de castigo sin luz, húmedas y llenas de insectos, encerrados en jaulas al aire, además las comidas están en malas condiciones y se sospecha que contienen venenos o han sido radiadas, con lo que una vez que los prisioneros y prisioneras salen en libertad se encuentran en un estado tan delicado que, como decía antes, muchos, muchas, o están afectados para siempre o mueren al poco tiempo.

El objetivo sionista de saquear la tierra de Palestina lleva consigo el dominio de la población y, a su vez, su expulsión. Les dejo aquí unos párrafos del libro «Los palestinos olvidados», de Ilan Pappé, historiador israelí, donde narra el punto de partida del sionismo en Palestina:

«Sobre las cenizas de la Nakba. La tierra que fue Palestina, 1947:

Los informes sobre los pueblos palestinos que recopilaron los servicios de inteligencia de la Haganá, la resistencia clandestina judía, durante la época del Mandato Británico de Palestina, son una lectura fascinante. Los agentes de inteligencia de esta organización redactaron informes sobre cada uno de los pueblos palestinos, un millar en total. Este proceso de registro se puso en marcha en 1940 y se prolongó durante siete años. Cada uno de estos informes contenía la información más detallada que se pudiera recabar, desde los nombres de las familias más importantes a la profesión y la filiación política de la mayoría de los habitantes, desde la historia del pueblo a la calidad de la tierra; incluían descripciones de los edificios públicos y se especificaba incluso qué frutros daban los árboles de los huertos que se solían plantar en los alrededores de los pueblos.

Son una fuente de información muy valiosa, sobre todo porque demuestrran hasta qué punto los sionistas estaban preparados para apoderarse de Palestina. Los informes incluyen fotografías aéreas de cada población y de su entorno, e indican la ubicación de los puntos de acceso, además de evaluar la riqueza y el número de armas de que disponían los hombres y los jóvenes del lugar».

Y el 15 de Mayo de 1948 las bandas terroristas que unidas forman el ejército del recien nombrado Israel, asaltan el territorio de Palestina y emprende la limpieza étnica de su población, expulsan al 78 %, con el consentimiento de quienes aprobaron en la ONU la entrega al sionismo de la mayor parte del país, cuyo pueblo y gobernantes esperaban, del organismo internacional de reciente creación, tras la suspensión del Mandato Colonial Británico, aprobase su independencia. Año tras año el pueblo palestino conmemora el 15 de Mayo como aniversario de la Nakba, la Destrucción , el D esastre . Como hemos visto, los sionistas que tomarían el nombre de Israel lo tenían todo estudiado, lo tenían todo preparado. Su objetivo principal era la expulsión de la población autóctona, el racismo como principio, y el robo; aún hoy siguen en esa tarea.

Para materializar su propósito dejaron sin reconocimiento alguno a la población palestina que resistió, quedaron sin derechos y han debido de pelear para que hoy sean considerados población de 2º orden, no son plenamente reconocidos y sus condiciones de vida se someten a restricciones de vivienda, desplazamiento, movimientos familiares a la Cisjordania ocupada, a Gaza, tienen limitaciones en el empleo, en servicios de sanidad, de salario, se les ha impuesto la pobreza, el paro, las restricciones de agua y luz, prohibiciones en la participación política, son ilegales las organizaciones de identificación palestina, sus barrios y pueblos son acosados diariamente, sus casas son ocupadas por ultraderechistas, se les impide el paso a otras partes, y son asesinados impunemente por colonos o el ejército, o capturados y enviados a prisión.

En la Palestina ocupada desde 1967 la dictadura les ha impuesto localizaciones, vigilancia militar masiva, chek point para salir o entrar, salarios de miseria, prohibición de sus organizaciones, persecución y asesinato de todo resistente, sospecha generalizada y acoso, restricción de agua y luz, asalto continuo a las familias y detención de sus miembros, así sean mayores, jóvenes o niños y niñas, … de ahí que en todas las familias palestinas haya prisioneros.

Son capturados en los caminos, en las calles, en las mezquitas, en los hospitales, en el trabajo, en su casa, y llevados a prisión sin acusación, sin derecho a la defensa y sin juicio. El castigo es social y se dirige a la población palestina en su conjunto, la tortura psicológica que supone vivir bajo ese peligro es social, y busca el sometimiento, que a la población palestina se le haga inaguantable vivir en la tierra en que han nacido. No hay paz bajo el neocolonialismo. No hay paz bajo el Israel del apartheid.

El objetivo palestino es la defensa de su tierra, de su patria, de su cultura, de su pervivencia como pueblo, de su soberanía e independencia. ¿Puede ser más noble su causa?.

Por eso la huelga de hambre que han sostenido los prisioneros y las prisioneras palestinas, sólo a los niños y niñas se les ha excluido, ha sido una lección de valor incalculable. Alrededor de Palestina prisionera se ha unido todo el pueblo, todas sus organizaciones políticas, sindicales y sociales, y ha generado un movimiento de solidaridad entre los pueblos que ha defendido la causa política primera: la libertad y la dignidad de los prisioneros y las prisioneras de Palestina, sus derechos. Tras el Estado sionista del apartheid se esconden los gobiernos de Inglaterra, Francia, antiguos colonizadores que apoyan la nueva acción colonial, junto al resto de los gobiernos europeos, y el imperio estadounidense, principal implicado hoy en el sostenimiento con más armas y dinero que nadie. Pero la solidaridad con los prisioneros y prisioneras ha triunfado, la lucha por sus Derechos, con el fondo de la libertad de Palestina, por lo que el anticolonialismo y antiimperialismo ha vencido. ¿Puede haber una causa más justa?

A pesar de ésta victoria es necesario que no se olvide, que se subraye, que el objetivo sionista de robar Palestina alimenta el racismo con la limpieza étnica, ese objetivo conlleva la expulsión de la población nativa: debe saberse que el comienzo de Israel está basado en el robo de la tierra y la expulsión de la población, para eso se prepararon como cuenta el historiador Ilan Pappé, eso es lo que comenzaron aquél 15 de Mayo, la destrucción y el Crímen de Guerra y Lesa Humanidad, la Nakba.

Las sospechas de envenenamiento de los prisioneros y prisioneras tienen además fundamento en ese mismo principio: desde aquel 15 de Mayo de 1948 una de las armas que emplearon los sionistas del apartheid israelí para conseguir su propósito criminal fue el uso del cianuro, bacterias de tifus y otros venenos, que forzaban a los resistentes capturados a tragarlos y los echaban en las fuentes y depósitos de agua para matar a la población u obligarla a abandonar Palestina, por eso no es tan extraño que se extienda la sospecha de que envenenan a los prisioneros y las prisioneras para consiguir que mueran al poco de salir de la cárcel. En el documento que titulé «Congreso sobre la Historia de Oriente Próximo. Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid.

La solución, «un Estado palestino libre, independiente y soberano», (se encuentra en el libro «Palestina. Crónicas de vida y Resistencia» ) indicaba varios documentos de organismos internacionales y de los propios sionistas del apartheid en los que el veneno había resultado el arma fundamental, los traigo aquí nuevamente:  

«Nail Giladi, judío iraquí, en 1950 pasó a formar parte del servicio secreto israeli, el Mossad, pero llegó un momento en que decidió abandonar semejante tarea y marcharse de Israel, emigró a EEUU. Una vez allí escribió en El Enlace, vol. 31. Número 2, Abril-Mayo 1998: «… Empecé a averiguar los métodos bárbaros que empleaba el Estado de Israel para librarse del mayor número posible de palestinos. … Fuerzas judías vaciaron aldeas árabes de su población matando a los hombres jóvenes y amenazando al resto para que huyesen y no regresasen. Los israelíes pusieron bacterias de tifus y disentería en los pozos de agua para evitar que los refugiados regresasen.» Confirmaba lo escrito por Ben-Gurion, pero añadiendo los envenenamientos que llevaban a cabo contra el pueblo palestino.

Este ejemplo de envenenamiento de la población palestina por el ejército israelí tiene muchos casos anteriores y posteriores.

El primer ministro de la entidad sionista David Ben-Gurion se encuentra fichado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) como responsable del ejército isralí en el uso de armas químicas para la matanza y expulsión del pueblo palestino. Algún detalle al respecto: el representante del Comité Internacional Sr. De Meuron en sus informes del 19 de Mayo de 1948 cuenta que en la ciudad de Acre surgió violentamente la fiebre tifoidea. Después informa que «el servicio médico inglés y la Cruz Roja Internacional han determinado que se ha transmitido por el agua. Cuando la resistencia de la ciudad estaba debilitada por el envenenamiento, las bandas terroristas israelíes entraron en la ciudad e hicieron una matanza en masa, fusilaron a 100 civiles escogidos, y a los prisioneros les hicieron tragar por la fuerza cianuro. «Shlaj Lach-mecha» es el nombre que le dieron al plan para realizar semejante crimen.» La información se encuentra en «La catástrofe palestina», de Michael Palumbo, y en «The Makers plaga: el mundo secreto de la guerra biológica», del historiador militar israelí Urin Milstein, editado en Londres, por Visión Paperbaks, 1997, páginas 114-116).

Ben Gurion también escribió sobre un ataque similar, por envenenamiento del agua con malaria en Gaza, en su libro «Diario de guerra» en el apartado del 27 de mayo de 1948. Yeruham Cohen lo cuenta en su libro «La luz del día y la oscuridad de la noche (Tel Aviv 1969, páginas 66-68).

Siguieron los ataques con agentes bactereológicos en poblaciones sirias y egipcias. La información se encuentra en libros y periódicos de la época como el New York Times el 22 de Diciembre de 1947.

Los israelíes han realizado ataques con armas químicas contra el pueblo palestino durante todos estos años y en todas las guerras, y han sido documentados y dados a conocer por diferentes laboratorios, por el Departamento de Estado de EEUU, por la misma CIA y hasta la BBC con el documental «El arma secreta de Israel» en marzo de 2003.

Esta información ha sido recogida por el Doctor Elías Akle y publicada en Global Research bajo el título «Historia de las armas químicas de Israel», el 29 de Septiembre de 2013″.

Además de éstos ejemplos, es bien conocido el magnicidio que cometieron en la persona del Presidente de la OLP, YasirArafat al que envenenaron con polonio, dos semanas antes de su muerte, el 11 de Noviembre de 2004, había sido trasladado a París al hospital Percy.

También es conocido por todos los gobiernos y por todo el mundo el envenenamiento que llevan a cabo desde aviones de los campos agrícolas de Gaza, prácticamente el único medio propio de disponer de alimentos, sin hablar aquí de la destrucción de las conducciones de agua con lo que han conseguido que el 95% del agua de que podría disponer la población palestina hoy es agua no potable.

La solidaridad internacional tiene una tarea fundamental, ayudar a conseguir que los prisioneros y prisioneras palestinos sean liberados, y más en lo inmediato, qué el ente sionista de ocupación cumpla con los compromisos adquiridos con Palestina Prisionera.

Ramón Pedregal Casanova, los dos últimos libros «Gaza 51 días» y «Palestina. Crónicas de vida y Resistencia» pueden bajarse de internet. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE. Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.