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El panafricanismo y los 400 números de Pambazuka News

Fuentes: Oozebap

El panafricanismo del siglo XXI, que continúa reivindicando la autodeterminación y el antiimperialismo junto a la unidad consciente del continente africano, ya no se guía por ideologías dogmáticas. Es imprescindible trabajar en luchas concretas relacionadas con la íntima red de complejas situaciones globales, un trabajo encadenado y horizontal que se aleja de las directrices programáticas […]

El panafricanismo del siglo XXI, que continúa reivindicando la autodeterminación y el antiimperialismo junto a la unidad consciente del continente africano, ya no se guía por ideologías dogmáticas. Es imprescindible trabajar en luchas concretas relacionadas con la íntima red de complejas situaciones globales, un trabajo encadenado y horizontal que se aleja de las directrices programáticas de antaño. No es que el comunismo de estado, por ejemplo, esté desfasado, sino que nunca encajó en las realidades sociales de África. No se trata de rejuvenecer ni renovar, no es una operación estética ni un capricho generacional: simplemente no encajó. El modo de convertir cualquier modelo e iniciativa social al capitalismo, que es como mejor podemos definir el llamado «desarrollo», innegablemente, es uno de los cánceres de África. La desunión y el descrédito del panafricanismo, tan defendido en épocas anteriores, contribuyen a esa balcanización permeable a las incursiones neoliberales. Pero si bien el comunismo de estado, como posible freno a esta erosión socioeconómica, no se amoldó a las necesidades complejas y plurales de África, no debemos situar al panafricanismo en el mismo saco del descarte.

Es cierto que cualquier propuesta intelectual más o menos abstracta tiende a omitir el gran espectro de diversidad que suele frenar la puesta en práctica de esa misma propuesta. El panafricanismo en sí mismo ha conocido desde sus inicios las divergencias entre sus adeptos: la diáspora, especialmente en Estados Unidos e Inglaterra, forjaron un panafricanismo vivido de forma diferente a los residentes en el continente. De todo ello, con fracasos, logros y décadas de por medio, llegamos al siglo XXI con una propuesta menos ambiciosa a nivel abstracto, pero mucho más eficaz en la concreción del día a día.

Sobra enumerar los máximos problemas que padecen los africanos, quienes, como el resto del mundo, estamos inmersos en un sistema perversamente ilusorio. Ante tanto virulento magma, el panafricanismo se sitúa al lado de los que desean una reconstrucción eficaz. Por ello, aceptar las luchas locales y reforzarlas es el gran cambio de orientación estratégica que aplica.

En estos días se cumplieron 400 números de Pambazuka News, una herramienta de comunicación que va más allá del simple portal en internet. Fundada por panafricanistas del siglo XXI, Pambazuka se ha convertido en un lugar de referencia internacional para la justicia social en África. A lo largo de casi ocho años, más de mil colaboradores (especialmente activistas y académicos africanos) han elaborado un espacio de reflexión y denuncia imprescindible, valorado por más de medio millón de fieles lectores. Su capacidad de respuesta a determinadas crisis que sacuden al continente, junto a la permeabilidad de miras, está dando como resultado un trabajo polifacético que consigue, si es que eso es posible, captar momentos de resistencias en África.

Con versiones en inglés, francés y portugués, la edición semanal de Pambazuka (disponible en www.pambazuka.org y también a través del e-mail) es una fuente inagotable de opinión crítica y fundamentada muy difícil de encontrar, incluso en esta época de supuesta accesibilidad informativa. Sus editores y colaboradores son conscientes de que este nuevo panafricanismo resurge con mucha más fuerza al contar con el apoyo de redes regionales e internacionales de universitarios, movimientos sociales y personas a título individual.

Sin embargo, en su autocrítica para conmemorar estos 400 números, su director, Firoze Manji, escribe: «A pesar de contribuir a crear un espacio para que se escuchen aquellas voces ahogadas en la cacofonía del mercado, todavía existen muchas opiniones que permanecen sin representación en las páginas de Pambazuka, especialmente la que aquellos campesinos y movimientos obreros, los refugiados y desplazados, y las masas de desposeídos. Nuestro esfuerzo en la nueva etapa continuará promoviendo las políticas de emancipación». Un ejemplo más de este cambio de rumbo del panafricanismo, que, a diferencia de décadas anteriores, reconoce sus limitaciones y se esfuerza en adaptarse a quien lo necesita. Una invitación a entrar…