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Senegal

El papel de los movimientos sociales en la recuperación de la democracia

Fuentes: Viento sur

Senegal vive un momento decisivo. El aplazamiento por diez meses de las elecciones presidenciales, previstas para el 25 de febrero, han hundido al país de la Teranga en la rabia y la indignación. En juego está el futuro del país, pieza central de un tablero regional que escapa a marchas forzadas de las lógicas neocoloniales impuestas por las antiguas metrópolis desde el día siguiente de las independencias.

En un movimiento inesperado, el primer golpe de estado en la historia republicana de Senegal, Macky Sall anunció el retraso de las elecciones al mes de diciembre para lanzar un supuesto “diálogo nacional”. Esta decisión, refrendada algunos días después en una esperpéntica sesión de un Parlamento tomado por fuerzas policiales en la que los representantes de la oposición fueron expulsados, ha quebrado la tradición de estabilidad institucional que ha caracterizado Senegal y que permitía, aún con muchas deficiencias, dirimir las diferencias políticas en un marco de diálogo pacífico.

Esta huida hacia delante del todavía presidente Sall se ha visto precedida por el intento de presentarse a un inconstitucional tercer mandato. La protesta social y el rechazo que se expresó en las calles de Dakar y de las principales ciudades del país en los primeros meses de 2023, encabezada por la juventud, mayoritaria en la sociedad senegalesa, y que cuenta con un alto nivel cultural y formación política, demostró la incapacidad del poder para imponer su agenda y perpetuarse en una magistratura de aires jacobinos en la que se concentra una capacidad legislativa y ejecutiva casi absoluta.

El rechazo a este tercer mandato ha desencadenado una serie de represalias por parte del poder ejecutivo para garantizar la continuidad de un proyecto político y económico funcional a los intereses de la élite dirigente, en alianza declarada con los intereses europeos y, específicamente, franceses. Sin embargo, la limitación del número de candidaturas habilitadas para concurrir a las elecciones, el encarcelamiento de los principales líderes políticos y sociales (Ousmane Sonko de PASTEF, Aliou Sané, del movimiento Y’en A Marre), la ilegalización de PASTEF o, entre otras, el cierre de las universidades, no ha sido suficiente para garantizar la victoria de Amadou Ba, delfín de Macky Sall.

En este contexto, el aplazamiento de las elecciones tiene como objetivo ganar tiempo para consolidar tres procesos en marcha. El primero es la profundización de la represión de un movimiento popular presente de norte a sur que no se limita a una lógica reactiva, sino que es capaz de liderar la iniciativa política y plantear una alternativa creíble para el país. Esta articulación política y social mayoritaria en el país, pone como eje central de su proyecto la reconfiguración de las relaciones con el exterior, lo que provoca pánico en las delegaciones europeas en Dakar. El extraordinario balance comercial en favor de los países europeos, el dominio financiero ejercido desde París a través del Franco CFA y el control de las migraciones a través de la externalización de las fronteras europeas, con la presencia de Frontex y de patrullas conjuntas de las Fuerzas de Seguridad españolas en el país, están en riesgo.

El segundo proceso en marcha es la consolidación de las condiciones políticas, sociales, institucionales y mediáticas que hagan inevitable la victoria del candidato de Alianza por la República, artefacto partidista de Macky Sall. Experimentado político senegalés, Amadou Ba ha sido un miembro destacado de los diferentes gobiernos de Sall desde 2013, desempeñándose como máximo responsable de exteriores, economía y, recientemente, como primer ministro. Ba representa, así, la continuidad de un modelo basado en la restricción del espacio cívico y en la aplicación de una política económica de corte neoliberal.

Un tercer elemento, que no puede ser obviado, es la disciplina crematística. El arte de hacerse rico que describió Tales de Mileto, explica en buena medida la insistencia del actual presidente por prolongar su estancia en las fastuosas salas del Palais de la République del vibrante barrio dakaroi de Plateau. El descubrimiento en 2014 de grandes yacimientos de petróleo, unido a los de gas en 2017, pusieron a Senegal en la mira de las grandes compañías extractivas mundiales. Los beneficios esperados a partir de la explotación a pleno rendimiento de estos yacimientos situarán a Senegal entre los diez principales productores de hidrocarburos del continente africano. Como diría Sabina, nos sobran los motivos…

Frente a estos tres elementos, el fortalecimiento de la unidad del movimiento social en torno a un frente democrático (Plataforma F24) se ha revelado como un instrumento central para articular al conjunto de las fuerzas políticas, sindicales y populares. Esta fuerza social de naturaleza democrática ha empujado a la CEDEAO, a Estados Unidos y a la Unión Europea, a través de su Alto Representante de Exteriores y Seguridad, a pronunciarse públicamente en contra del aplazamiento y exigiendo la celebración de las elecciones. Desde el Palacio del Elíseo, aunque no quiere quedar pegada a la figura desprestigiada de Macky Sall, la respuesta es mucho más tibia. Su reducto más importante de poder neocolonial en África Occidental se tambalea, tras perder el hilo directo con el poder en Burkina Faso, Mali, Níger y Guinea, donde la oficialidad de vocación antimperialista y panafricanista, con el apoyo de sectores mayoritarios de sus respectivas sociedades, han mostrado su rechazo a las estrategias de dominación e injerencia de la antigua metrópoli.

Los próximos días serán cruciales para Senegal. La solidaridad internacionalista tiene que estar con el movimiento popular senegalés y con la diáspora que convive con nosotras en las plazas y los pueblos de Euskal Herria, organizada e implicada en la lucha política en Senegal, apoyando sus justas reivindicaciones de libertad y su derecho a construir una sociedad libre de injerencias neocoloniales.

Paul Nicholson y Antonio José Montoro Carmona forman parte de la Fundación Mundubat

Fuente: https://vientosur.info/senegal-el-papel-de-los-movimientos-sociales-en-la-recuperacion-de-la-democracia/