Cuando hace unas semanas el secretario de estado yanqui fingió no haberse enterado de los muchos años que han pasado y de los grandes cambios ocurridos en Nuestra América, entre ellos la Revolución Cubana, las luchas de los movimientos de liberación nacional, y más recientemente los cambios ocurridos en un grupo de países de este […]
Cuando hace unas semanas el secretario de estado yanqui fingió no haberse enterado de los muchos años que han pasado y de los grandes cambios ocurridos en Nuestra América, entre ellos la Revolución Cubana, las luchas de los movimientos de liberación nacional, y más recientemente los cambios ocurridos en un grupo de países de este hemisferio como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina y Nicaragua, que persiguen consolidar su soberanía e independencia con respecto a Washington.
Como si fueran pocos los escándalos que aquejan a su Presidente, como el de los maltratos a los reclusos en huelga de hambre en la Base naval de Guantánamo -cuya eliminación prometió desde el inicio de su primer mandato-, el incremento de los criminales aviones no tripulados llamados drones que recorren los cielos lanzando bombas indiscriminadamente, el espionaje contra los periodistas de la agencia AP, además de los graves asuntos internos como el de la ley de inmigración entre otros.
John Kerry osó decir ante el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes que América Latina era el patio trasero de su país, demostró haberse retrotraído a siglos atrás cuando adoptaron La Doctrina Monroe , sintetizada en la frase «América para los americanos», elaborada por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe (quinto presidente norteamericano) en el año 1823. Solo que cuando en Washington dicen «americanos» no se refieren a todos los pueblos latinos de Centroamérica y El Caribe, solo a Estados Unidos.
Argumentaron entonces que se referían a cualquier intromisión de estados europeos en este hemisferio. Sin embargo, con su anuencia Londres ocupó las Isla Malvinas en 1833, el bloqueo de barcos franceses a los puertos argentinos entre 1839 y 1840, la invasión española a República Dominicana entre 1861 y 1865, la intervención francesa en México entre 1862 y 1865, la ocupación inglesa de la costa de los Mosquitos (Nicaragua) y la ocupación de la Guayana , por Inglaterra en 1855.
Posteriormente, al comienzo del siglo xx Estados Unidos afirmó su Doctrina Monroe y el presidente Theodore Roosevelt emitió el Corolario de 1904 (Corolario Roosevelt) estableciendo que, si un país americano amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno de Washington estaba obligado a intervenir en los asuntos de ese país para «reordenarlo», restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas. Con este corolario quedaba clarísimo que Estados Unidos podía entrometerse cuando quisiera en los asuntos de América Latina y el Caribe.
Cuando la primera ocupación militar estadounidense en Cuba (1899-1902) le agregaron un apéndice a nuestra constitución- la Enmienda Platt -, que respondía, por supuesto a los intereses de Estados Unidos en la Isla. Con ella se arrogaban el derecho de intervenir en todos los asuntos internos, incluyendo el arrendamiento de bases militares y carboneras. Fue el desenlace de la guerra entre España, Estados Unidos y Cuba, conllevó a la obtención por el gobierno norteamericano de varias colonias españolas, entre ellas Cuba, que cambió de manos con la firma del Tratado de París en 1898. El primer presidente después de la ocupación militar, Tomás Estrada Palma, fortaleció la Enmienda Platt aprobando tres tratados, entre los cuales estaba el arrendamiento perpetuo de la base naval de Guantánamo, sobre la que Cuba mantiene su soberanía y la considera territorio ocupado.
Años después redactaron documentos como «La Alianza para el Progreso» durante el mandato de Kennedy que perseguía contrarrestar la influencia y el ejemplo de la Revolución Cubana hacia los pueblos latinoamericanos. Siguieron otros como la Ley Helms Burton, la Torricelli , todas contra Cuba. Además de las intervenciones militares en Latinoamérica.
Otra iniciativa para inmiscuirse en los asuntos internos de nuestros países fue el Área de libre comercio de las Américas o ALCA, nombre que le pusieron a la expansión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Estados Unidos, México y Canadá) al resto de los estados del continente americano, excluyendo Cuba. Uno de los principales crítico del ALCA fue Hugo Chávez, quien lo calificó como un tratado de adhesión y una herramienta más del imperialismo para la explotación de Latinoamérica. Fue por eso que el fallecido presidente venezolano fomentó la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América ALBA. A partir de entonces, se consolidaron la Unasur , Mercosur y Petrocaribe.
Nuestra América ha cambiado mucho, señor Kerry. No haga más el ridículo. Tráguese sus palabras y actualícese.
Fuente: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2013/05/29/el-patio-de-tu-casa-ya-no-es-particular/