Abdeslam Omar Lahsen, presidente de la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis (AFAPREDESA), hizo pública una extensa carta abierta a Rima Hassan. En ella denuncia con contundencia que la jurista palestina habría adoptado sin reservas la retórica colonial marroquí sobre el Sáhara Occidental. Sus palabras, difundidas desde Chahid El Hafed, constituyen un alegato en defensa del derecho internacional y de la memoria de las víctimas saharauis.
“Por sorprendente y grave que pueda parecer, la militante y jurista en derecho internacional que usted es, acaba de hacer suyas, tal cual, las tesis coloniales marroquíes sobre el Sáhara Occidental”, escribe Lahsen. Y añade con dureza que el discurso de Hassan “parece dictado por un miembro de los servicios secretos marroquíes”, lo que para él representa una contradicción flagrante con la trayectoria de una mujer conocida por su compromiso anticolonialista.
La trampa de «la disputa regional entre Marruecos y Argelia”
Uno de los puntos medulares de la réplica de AFAPREDESA es la denuncia de la manipulación que reduce la cuestión del Sáhara Occidental a una “disputa bilateral entre Marruecos y Argelia”. Según Lahsen, esta idea, repetida por Hassan, “vacía la cuestión saharaui de su naturaleza de descolonización, reconocida por la ONU desde 1963”.
El dirigente recuerda que la Cuarta Comisión de Naciones Unidas inscribió el Sáhara Occidental en la lista de territorios no autónomos, bajo el artículo 73 de la Carta de la ONU, lo que obliga a la potencia administradora a acompañar el proceso de descolonización. Marruecos no es la potencia administradora, sino la fuerza ocupante.
De ahí la contundencia de su afirmación:
“En el Sáhara Occidental no se trata de un conflicto de delimitación de fronteras, sino de extraer las consecuencias jurídicas del estatus del Sáhara como territorio no autónomo”.
Lahsen recuerda además que todas las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), desde 2015 hasta las recientes de octubre de 2024 y enero de 2025, han confirmado que el Sáhara Occidental posee un estatus “separado y distinto” respecto a Marruecos. Dicho de otra forma: ni jurídicamente ni políticamente puede presentarse como un simple contencioso regional.
Palestina y Sáhara: dos ocupaciones con similitudes evidentes
La carta también responde a la exigencia de Hassan de no comparar el caso saharaui con el palestino. Para Lahsen, negar esos paralelismos es un error grave: “Aunque le desagrade, las dos cuestiones tienen similitudes sorprendentes”.
Ambos pueblos sufren ocupaciones coloniales que buscan negar su existencia y apropiarse de sus tierras. En el caso saharaui, la resolución 34/37 de la ONU (1979) ya “deploraba profundamente la ocupación persistente por Marruecos” y exigía el fin de esa presencia militar. Desde entonces, la Asamblea General ha reiterado en numerosas ocasiones la obligación de respetar el derecho a la autodeterminación.
Además, Lahsen subraya que tanto en Palestina como en el Sáhara las potencias ocupantes han recurrido a colonias de poblamiento para alterar la composición demográfica. El propio TJUE ha constatado que solo un 25% de la población residente en los territorios ocupados es de origen saharaui, frente a un 75% desplazado desde 1975. Este dato, recogido en los puntos 127 y 156 de las sentencias europeas de 2024 y 2025, confirma la magnitud de la deportación.
En cuanto a los muros coloniales, el paralelismo es aún más evidente. El muro israelí en Cisjordania y el muro marroquí en el Sáhara Occidental responden a la misma lógica: dividir poblaciones, confiscar tierras y obstaculizar la autodeterminación. Lahsen denuncia que el muro saharaui, de más de 2.700 kilómetros, “permanece olvidado a pesar de estar plagado de minas y de impedir desde hace 50 años la libre circulación de los saharauis”.
Crímenes de guerra y genocidio documentado
El presidente de AFAPREDESA sostiene que lo ocurrido en el Sáhara Occidental desde 1975 constituye un genocidio probado. Y lo argumenta con documentos sólidos.
En primer lugar, recuerda la primera misión de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), que ya en 1976 documentó víctimas de bombardeos con napalm y fósforo blanco. Más tarde, la Audiencia Nacional española, bajo la instrucción del juez Pablo Ruz, dictó la sentencia 1/2015, en la que se afirma:
“Desde noviembre de 1975 y hasta 1991, un ataque sistemático y generalizado fue llevado a cabo contra la población civil saharaui por las fuerzas marroquíes: bombardeos, desplazamientos forzados, asesinatos, detenciones y desapariciones, todo con el fin de destruir total o parcialmente a ese grupo de población y ocupar el territorio”.
Estas pruebas, insiste Lahsen, desmienten cualquier intento de minimizar la violencia de la ocupación. La represión contra civiles, la existencia de cientos de desaparecidos y los largos años de prisión sin juicio para militantes saharauis constituyen, en su opinión, un caso claro de crímenes de lesa humanidad.
La Marcha Verde: mito pacífico y realidad militar
Otro de los apartados de la carta está dedicado a desmontar el mito de la Marcha Verde. Hassan la habría presentado como una movilización pacífica. Lahsen aclara que en realidad se trató de una operación militar encubierta.
La llamada Operación Oubou, iniciada el 31 de octubre de 1975, precedió a la entrada de civiles en el territorio. Más de 20.000 soldados marroquíes ocuparon puestos que España abandonó tras negociaciones secretas con Rabat. Esa invasión marcó el inicio de desapariciones forzadas y ejecuciones sumarias.
Además, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 380 (1975), condenando expresamente la Marcha Verde. “Lejos de ser un gesto pacífico, fue una maniobra militar y política para imponer un hecho consumado”, denuncia Lahsen.
El dictamen de la CIJ y la legalidad internacional
La carta también se detiene en el valor jurídico del dictamen de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de octubre de 1975. Lahsen acusa a Rima Hassan de omitir elementos fundamentales:
1. La CIJ rechazó la tesis de la terra nullius, reconociendo que existía un pueblo saharaui con organización propia.
2. Rechazó los argumentos de soberanía territorial de Marruecos y Mauritania.
3. Reafirmó que el principio de autodeterminación de los pueblos, consagrado en la resolución 1514 (XV) de 1960, es la vía para resolver la cuestión.
Para AFAPREDESA, manipular ese dictamen es “servir al Makhzen” y desnaturalizar la esencia del derecho internacional.
Incoherencias en el discurso de Hassan
En su conclusión, Lahsen cuestiona la coherencia de Rima Hassan. Mientras en Palestina defiende la creación de un Estado democrático binacional, en el Sáhara adopta una narrativa que niega la autodeterminación.
Además, recuerda la alianza militar entre Marruecos e Israel, consolidada con los Acuerdos de Abraham en 2023. Israel ha suministrado armamento al ejército marroquí utilizado contra los saharauis, lo que vincula aún más las luchas de Palestina y Sáhara.
“Su defensa de un Estado binacional en Palestina plantea serias dudas sobre su coherencia cuando parece alinearse con las tesis marroquíes sobre el Sáhara Occidental”, afirma Lahsen.
El dirigente saharaui concluye con un tono abierto pero firme: se declara dispuesto al diálogo, pero exige claridad y respeto al derecho internacional.
Epílogo: la voz de las víctimas saharauis
Esta carta no es solo una polémica personal. Es también, como subraya AFAPREDESA, un recordatorio de que detrás del discurso político hay víctimas concretas: desaparecidos, presos de conciencia, familias divididas por el muro, refugiados condenados al exilio.
La defensa militante de Abdeslam Omar Lahsen reafirma que el Sáhara Occidental no es un diferendo regional ni una cuestión de rivalidades diplomáticas. Es una descolonización inconclusa en la que el pueblo saharaui mantiene intacto su derecho a decidir su futuro.
Referencia principal: Carta abierta de Abdeslam Omar Lahsen, presidente de AFAPREDESA, “Lettre ouverte à Mme Rima Hassan sur son soutien aux thèses coloniales du Makhzen”, Chahid El Hafed, 21 de agosto de 2025.
Origen: AFAPREDESA: Lettre ouverte à Mme Rima HASSAN sur son soutien aux thèses coloniales du Makhzen. Abdeslam Omar Lahsen, AFAPREDESA