La capacidad de los medios para confundir las «noticias» de los famosos con la guerra y el desastre económico es cada vez mayor. «Mientras Corea del Norte arreciaba sus amenazas de atacar a Sudcorea, CNN aseguró a sus televidentes que una guerra nuclear en la península coreana «no tendría ningún efecto» en su cobertura de […]
La capacidad de los medios para confundir las «noticias» de los famosos con la guerra y el desastre económico es cada vez mayor.
«Mientras Corea del Norte arreciaba sus amenazas de atacar a Sudcorea, CNN aseguró a sus televidentes que una guerra nuclear en la península coreana «no tendría ningún efecto» en su cobertura de Whitney Houston. (El Informe Borowitz.)
Whitney, aún después de fallecida, es más importante que la lucha en Siria, donde quiera que esté eso. Los predicadores derechistas distraen a su electorado (congregaciones) vinculando a Dios con los temas políticos.
Los llamados en TV por parte de Pat Robertson y Jerry Falwell chuparon millones de dólares de los bolsillos de sus rebaños. Dios habló con ellos, dijeron. «Dios puede que haya permitido lo que la nación se merece debido a la descomposición moral», advirtió Falwell. «Dios quiere que ustedes tengan éxito en los negocios», predicó. (La búsqueda del poder: los orígenes de la Nueva Derecha norteamericana, un filme de Saul Landau y Frank Diamand, 1982.)
Robertson y Falwell culparon del 11/9 a la ACLU, los partidarios del aborto, las feministas, los gays y a Pueblo a Favor del Modo Norteamericano. Ocasionalmente, la postura de autoridad moral de la derecha queda socavada. Los principales protagonistas morales son atrapados en devaneos (Swaggart, dos veces con prostitutas; el predicador de la Iglesia de la Nueva Vida de Colorado, Ted Haggard, cuyo masajista masculino le metía anfetaminas por el recto antes de entrar él mismo; Jim Baker, con una mujer y niños, además de robar dinero). El moral e incondicional derechista senador federal Strom Thurmond embarazó a una muchacha negra de 15 años.
A los leales republicanos que acuden regularmente a la iglesia, muchos de ellos pobres, no parecen importarles mucho esos escándalos rutinarios. El aspirante presidencial Rick Santorum, fanático de la Biblia -¡Aleluya! – asegura que él tiene vínculos más estrechos con dos del trío sagrado que sus rivales.
El personal de campaña de Santorum debe haber pegado esa cita en los monitores de sus computadoras cuando escribe sus discursos. El 16 de febrero él dijo al Club Económico de Detroit : «No estoy a favor de la igualdad de resultados cuando se trata de desigualdad de los ingresos. Hay desigualdad de ingresos en Estados Unidos. Siempre la ha habido, y tengo la esperanza de que siempre la haya».
¿Una retórica tal le hace perder votos de los pobres? En 2010, aquellos que vivían en los 10 estados «más conservadores» (Gallup) «recibieron el 21,2% de sus ingresos en transferencias del gobierno, mientras que en los 10 estados más liberales era solo de 17,1%. Como los estados conservadores también son pobres, sus habitantes tienen menos fuentes de ingreso y dependen de programas gubernamentales. (Estudio por Aaron Carroll, de la Universidad de Indiana, citado por Paul Krugman, NY Times, 17 de febrero.)
Lo que es sorprendente es que muchos de estos beneficiados no admiten que el gobierno administre la Seguridad Social, Medicare y Medicaid; en su lugar, «no quieren al gobierno en su vida». (En una de sus columnas Paul Krugman escribió que Suzanne Mettler, de la Universidad Cornell, descubrió que «44% de los beneficiados por la Seguridad Social, 43% de los que reciben beneficios de desempleo, y 40% de los beneficiados por Medicare dicen que «no han utilizado un programa gubernamental».)
Santorum acusa a Obama de expandir sin medida la red de seguridad del gobierno (¿llevando más gente a prisión?), sin mencionar la recesión de la era de Bush que produjo enormes incrementos en el desempleo y en las ejecuciones de hipotecas. «La red de seguridad es la misma, pero más gente cae en ella», termina Krugman.
Al igual que la jerarquía célibe católica, Santorum nos alertó acerca de los «peligros de la contracepción en este país… Eso no está bien. Es una licencia para hacer cosas en una zona del sexo que es contraria a cómo deben ser las cosas». ¿Usaron protección Swaggart y Baker? Strom Thurmond no.
El Tribunal Supremo decidió que podemos practicar el sexo de la manera que queramos en nuestro hogar. Santorum lloriqueó. «Entonces hay derecho a practicar la bigamia, el derecho a la poligamia… incesto… adulterio… el derecho a cualquier cosa».
La Biblia está llena de lo anterior, así que Santorum apeló a una fuente más alta. «Este derecho a la privacidad, en mi opinión no existe en la Constitución de Estados Unidos».
¿Fanático? Escuchen su queja del Obamacare: «Una de las cosas que ustedes no saben del ObamaCare es que en uno de sus mandatos se requiere pruebas gratuitas prenatales… porque las pruebas gratuitas prenatales provocan más abortos y, por lo tanto, menos atención que hay que dar después, porque sacrificamos a los minusválidos en nuestra sociedad… otro mensaje oculto de lo que el presidente Obama piensa de aquellos menos capaces que las élites que quieren gobernar a nuestro país». La hija minusválida de Santorum ha tenido complicaciones de salud.
Los médicos consideran que las pruebas prenatales pueden detectar problemas y preparar a los padres y a los médicos para una atención apropiada a los recién nacidos. (Andrew Rafferty y Domenico Montanaro, MSNBC, 18 de febrero.)
Para Santorum no siquiera la violencia y el embarazo resultante justifican el aborto. «El enfoque adecuado es aceptar este regalo de vida creado horriblemente, en el sentido de la violación… y aceptar lo que Dios nos da». Uno solo «saca partido de una mala situación».
Acerca del cambio climático. «Eso no existe», dice Santorum. Obama tiene ideas «medioambientalistas radicales». Él no quiere que usemos más recursos naturales de nuestro país porque Obama cree que «el hombre existe para servir a la Tierra». Coincidentemente, en 2010 Consol Energy pagó al «asesor» Santorum $142 500 para que intentara impedir que la administración Obama pusiera límites más estrictos a las emisiones de gases con efecto de invernadero.
«Satanás tiene puesta su mira en Estados Unidos», dijo Santorum al público de la Universidad Ave María en 2008. Una victoria de Santorum restauraría los «derechos concedidos por Dios» y eliminaría a un gobierno que «nos diría quiénes somos, qué haríamos y cuándo lo haríamos».
Imaginen las interminables historias acerca de la compasiva familia de Santorum y su hija minusválida. Imaginen a muchos electores demócratas quedándose en casa porque Obama los ha defraudado. Así que piénsenlo dos veces antes de dejar de votar. Como nos recuerda H.L. Mencken: «el demagogo es aquel que predica una doctrina que él sabe que no es cierta a hombres que él sabe que son idiotas».