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El regalo que nos trajo Aminatu

Fuentes: Rebelión

La escalada de violencia ejercida desde el gobierno de Marruecos contra la población saharaui de los territorios ilegalmente ocupados no es una situación reciente. Desde hace ya varios meses, en un intento por bloquear las reuniones preparatorias de la próxima ronda de negociaciones con el Frente Polisario, la monarquía alauí ha recrudecido aún más las […]

La escalada de violencia ejercida desde el gobierno de Marruecos contra la población saharaui de los territorios ilegalmente ocupados no es una situación reciente. Desde hace ya varios meses, en un intento por bloquear las reuniones preparatorias de la próxima ronda de negociaciones con el Frente Polisario, la monarquía alauí ha recrudecido aún más las actividades de represión, las torturas y los encarcelamientos arbitrarios. De esta forma, la extrema situación de impune y permanente violación de derechos humanos que ya se vive desde el mismo inicio de la ocupación marroquí ha empeorado de manera alarmante.

Es en este contexto en el que ocurre el secuestro de los siete activistas de derechos humanos y la expulsión de Aminatu Haidar de territorio saharaui. El caso de Aminatu es particularmente representativo pues no se trata de un incidente aislado ni mucho menos del colofón de una lucha en solitario. Aminatu Haidar es, en estos momentos, la activista saharaui más conocida y reconocida a nivel mundial. Muchos años de lucha y padecimientos, así como también numerosos premios a su gran labor, múltiples participaciones en espacios públicos e importante presencia en medios de comunicación masiva avalan este calificativo. Hoy por hoy, ella es el símbolo más legítimo de la resistencia pacífica saharaui.

El gobierno alauí, con la ya habitual torpeza política a la que nos tiene acostumbrados, en el caso de Aminatu cometió otro gravísimo error. No se percató de que agrediéndola de la forma en que lo está haciendo podría desatar una fuerte corriente de solidaridad insospechada con la causa saharaui. Y eso es lo que está ocurriendo en estos momentos. Gracias a la expulsión de Haidar de territorio saharaui por parte de las autoridades ocupantes y con la vergonzosa complicidad del gobierno español, la causa saharaui tiene hoy un importante espacio en los telediarios de la península y del mundo entero. Mucha más gente se ha enterado del «problema» saharaui, se ha preocupado por ir más allá de la simple presentación de los hechos y ha indagado en torno a sus causas. Y mucha gente, realmente mucha, se ha escandalizado por la patética actuación de la mayor parte de los gobiernos europeos que apoyan la barbarie de la monarquía marroquí.

Lo más trascendental es que, gracias a este error, podríamos estar asistiendo al inicio de una de las batallas más importantes en el proceso de liberación del pueblo saharaui. Una batalla estratégica, en la línea de continuidad de la intifada pacífica iniciada en el año 2005 en los territorios ocupados. Una batalla que, en contra de la voluntad del monarca alauí, se impulsará desde las fuerzas vivas saharauis sin necesidad de disparar un solo tiro, ni de poner un solo tanque frente al muro de la vergüenza. Por esta razón y por el profundo compromiso de los que apoyamos la causa saharaui, hoy nos toca acompañar esta lucha, defender el derecho de Aminatu de volver con los suyos y permitirle que, a través de su valeroso ejemplo, nos posibilite seguir haciéndonos más humanos. Gracias Aminatu por tan preciado regalo.

José Antonio Monje es miembro de Mundubat http://www.mundubat.org/

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.