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El régimen de Somalia contrata grupos mercenarios enraizados en el Apartheid

Fuentes: Black Agenda Report

Traducido para Rebelion por Mariola y Jesús María García Pedrajas

Incluso el parlamento títere de lo que queda del Estado somalí se rebeló contra la asociación con mercenarios de la infame corporación Saracen International, cuyos líderes aprendieron el oficio en los escuadrones de la muerte del Apartheid. El parlamento exigió la ruptura del contrato con los soldados de fortuna. El mini-Estado somalí, apoyado por EEUU, depende de las tropas ugandesas para su supervivencia. «Los estadounidenses y sus marionetas han sido derrotados por algunas de las guerrilas más pobres del planeta.»

«Los soldados de fortuna de Saracen han sido empleados para derrocar o apuntalar gobiernos en todo el continente.»

Aunque es difícil creerlo posible, la política de EEUU en Somalia está empujando al país de África Oriental más profundamente en el abismo. El régimen marioneta, apoyado por EEUU, que controla sólo algunos barrios de la capital, Mogadiscio, y que no podría sobrevivir ni un día sin la protección de los soldados ugandeses, ha contratado además hasta cinco organizaciones mercenarias extranjeras para hacer la guerra contra su propio pueblo. Tan profundo es el hedor de esta situación, que el parlamento marioneta ha reculado en su decisión. La pasada semana los legisladores exigieron que los restos del Estado somalí finalizaran tratos secretos con los mercenarios, que se piensa que están acuartelados en el aeropuerto de Mogadisicio.

Los mercenarios contratistas incluyen a la infame corporación Saracen International, cuyos orígenes se remontan a los criminales escuadrones de la muerte organizados por el régimen de la minoría blanca en Sudáfrica. Los soldados de fortuna de Saracen han sido empleados para derrocar o apuntalar gobiernos en todo el continente. Sus servicios tienen un alto precio -y no sólo se trata de las vidas de los africanos que asesinan-. La operación Somalí se cree que está financiada en parte por el ala derecha del gobierno de los emiratos Árabes y por el sultán de Omán, que derrocó a su propio padre con la ayuda de mercenarios blancos. La implicación del Estado rico en petróleo del Golfo ha sido confirmada por las notas de prensa del propio régimen de Mogadiscio, en las que se dice que el dinero para los contratistas ha sido «proporcionado por algunos países musulmanes.»

Cuando no se dispone de dinero en metálico, se dice que Saracen International también acepta el pago en recursos nacionales, como derechos de explotación de pesca o petróleo. Los mercenarios privados también tienen contratos con el gobierno separatista de la región de Puntland, en Somalia.

«Se dice que Saracen International también acepta el pago en recursos nacionales, como derechos de explotación de pesca o petróleo.»

EEUU ha expresado un tibio desagrado diplomático por los contratos de servicios de seguridad hechos por el régimen marioneta. Tal vez esto sea porque Saracen no está en la lista del Departamento de Estado de EEUU de sus corporaciones de mercenarios más favorecidas, de las cuales hay muchas que tienen su cuartel general en el área de Washington, D.C. Pero lo que sí es cierto es que Uganda está preocupada por estos contratos con mercenarios. Al ejército ugandés se le han pagado muchos millones de dólares para mantener la carretera entre el aeropuerto y el enclave del pequeño gobierno somalí en la ciudad abierta. El comportamiento del ejército ugandés ha sido precisamente el de un mercenario, y no le gusta la competencia privada.

Etiopía, que invadió Somalia en 2006, instigada por EEUU, está también entrenando a jóvenes somalíes para que actúen como milicias progubernamentales, como ha hecho el régimen de Kenia, apoyado por EEUU. La Administración Obama, como la banda de Bush antes que ella, está decidida a que ningún gobierno islamista llegue al poder en Somalia. Pero es tan profundo el nacionalismo somalí y su odio a las injerencias extranjeras, que los estadounidenses y sus marionetas han sido derrotados por algunas de las guerrillas más pobres del planeta.

Si hubiera una gota de sentimiento humanitario en el corazón del presidente Obama por el bienestar del pueblo de Somalia, acabaría con esta tortura cruel de una nación entera. Pero Obama coincide con décadas de política de EE.UU. en África, que pueden resumirse en una frase. Lo que EEUU no puede controlar, hay que sumirlo en el caos.

Fuente: http://www.blackagendareport.com/?q=content/somali-regime-hires-mercenary-outfit-rooted-apartheid

rCR