Entre el 50 y el 70% del Ejército de Marruecos está desplegado en Sáhara Occidental y los altos mandos militares del Reino alauí destinados en la antigua colonia española se aprovechan de su posición para «desviar fondos» procedentes de los contratos. Asimismo, otro documento indica que la corrupción se ha «institucionalizado» con Mohamed VI y […]
Entre el 50 y el 70% del Ejército de Marruecos está desplegado en Sáhara Occidental y los altos mandos militares del Reino alauí destinados en la antigua colonia española se aprovechan de su posición para «desviar fondos» procedentes de los contratos.
Asimismo, otro documento indica que la corrupción se ha «institucionalizado» con Mohamed VI y que todas las inversiones extranjeras en Marruecos dependen de la decisión de «tres individuos» que tienen «influencia e intereses comerciales en todos los proyectos estatales importantes», entre los que destaca «el propio Rey».
Uno de los puntos más duros del cable se refiere a la corrupción, que «es prevalente en todos los niveles de la sociedad marroquí y en el Ejército», en especial «en sus más altos rangos».
«Informaciones creíbles» indican que el teniente general Abdelaziz Benanni -al que se menciona como «inspector general del Mando Militar» y de quien se dice que probablemente sea retirado «pronto» a causa de las «sospechas de corrupción»– «está utilizando su posición como comandante del Sector Sur -donde se encuentra el Sáhara Occidental- para desviar fondos procedentes de los contratos militares y para influir en las decisiones empresariales», asegura el cable.
«Hay numerosos rumores según los cuales tiene una gran participación en las pesquerías del Sáhara Occidental», prosigue. «Benanni, al igual que muchos altos mandos militares, tiene una lujosa vivienda familiar que probablemente fue construida con fondos obtenidos mediante sobornos», añade.
El ejército y el Sáhara
Un cable calificado como «secreto» y remitido por la Embajada de Estados Unidos en Rabat a la Secretaría de Estado en Washington en agosto de 2008 indica que el Ejército de Marruecos se caracteriza por «la corrupción, la ineficacia burocrática, el bajo nivel de formación de los mandos, la amenaza periódica de radicalización de sus soldados, la marginación política y el despliegue de la mayoría de sus efectivos en el Sáhara Occidental».
Según el cable, «clasificado por el embajador Thomas T. Riley», el Ejército marroquí, que contaba por entonces con alrededor de 200.000 efectivos, es una institución «excesivamente gravosa» que destina entre el 50 y el 70% de sus efectivos al Sáhara Occidental. Por las fechas en que se emitió el cable, solo estaba operativo «el 40% de estos efectivos», añade el documento.
El informe secreto indica también que «Marruecos no considera que el Frente Polisario sea una amenaza militar convencional» y que «por lo general se ha abstenido de cometer los clásicos atentados terroristas con bomba». Asimismo, precisa que, «pese a que el espectro ha surgido en algunas ocasiones, no hay indicios de ninguna actividad salafista entre la población indígena saharaui».
«Tres individuos»
Por otra parte, Wikileaks ha hecho público en las últimas horas otro cable secreto, fechado en diciembre de 2009 y remitido por el Consulado de Estados Unidos en Casablanca a la Secretaría de Estado, en el que se asegura que cualquier decisión sobre inversiones extranjeras en Marruecos depende de «tres individuos».
Estos «tres individuos» son un ex viceministro y actual dirigente del gubernamental Partido de la Autenticidad y la Modernidad (PAM), Fouad el Himma, amigo personal del monarca; el jefe de la secretaría privada del Rey y principal asesor financiero de éste, Mohamed Munir al Mayidi, y «el propio Rey», Mohamed VI.
«Durante el reinado de Hassan II había prácticas de corrupción, pero ésta se ha vuelto mucho más institucionalizada con el Rey Mohamed VI», añade el cable. «El único tema sobre el que la mayoría de los marroquíes se atreven a rumorear es el referente a la influencia y los intereses comerciales del Rey y de algunos de sus asesores en todos los proyectos estatales importantes», indica el Consulado norteamericano en Casablanca.