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El Saqueo del Congo II

Fuentes: Fundación Sur

(Continua de ‘El Saqueo del Congo I’)

Recientes intervenciones de la misión de los cascos azules de la ONU, MONUC, se han concentrado en desarmar o eliminar a las Fuerzas para la Liberación Democrática de Ruanda, FDLR, un grupo rebelde que se opone al Gobierno ruandés, y a las Fuerzas Democráticas Aliadas, ADF, un grupo rebelde que se opone al Gobierno de Uganda. (Fíjense en que el Ejército ruandés se ha asociado con sus antiguos enemigos, el FDLR, cuando fue necesario asegurar el botín de recursos naturales, mientras Uganda tiene su propio patrón de complicidad con sus enemigos rebeldes. Las alianzas entre rebeldes se suceden continuamente). La eliminación de estos grupos rebeldes despejará efectivamente el este del Congo para una futura explotación minera multinacional a gran escala. La milicia Mai-Mai, cuyo objetivo declarado es proteger al Congo de los invasores ruandeses y ugandeses, ha cometido abusos de los derechos humanos que están documentados, pero parece que todavía no entran en el orden del día de MONUC. Los Mai-Mai operan en el norte de la provincia de Shaba, Kananga, y en los Kivus.

Las milicias de Kananga y el chantaje sistematizado están conectadas con la red criminal de gente de negocios, entre los cuales están el Presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, Billy Rautenbach, John Bredenkamp y Marc Rich. El magnate de los diamantes en Estados Unidos, Maurice Tempelsman, ha obtenido beneficios con las concesiones de Kananga desde la era Kennedy. Lawrence Devlin, el jefe de la estación de la CIA de Lubumbashi con Eisenhower, mantenía la red criminal de Tempelsman en estrecho contacto con el antiguo Presidente de Zaire, Mobutu, y por tanto estaba empleado por Tempelsman.

El grupo Forrest tiene la historia más larga en cuanto a la explotación del Congo, al obtener su primera concesión de minería antes de que el Congo RDC declarase su independencia de Bélgica. El grupo Forrest, que incluye el grupo con sede en Ohio, OM, tiene numerosas concesiones en Kananga. El presidente, George Forrest es el antiguo director de la Compañía minera perteneciente al Estado de Congo, GEOCAMINES, y propietario de la compañía fabricante de armas New Lachaussee. Su imperio además incluye fábricas de armas y de municiones en Kenia y Tanzania.

El oro de coltan es muy utilizado en las industrias aeroespacial y electrónica para condensadores superconductotes, y transistores, después de que se refina para convertirlo en tántalo. Los Estados Unidos son completamente dependientes de fuentes extranjeras para el tántalo, y poder tener la tecnología para los condensadores esenciales para el armamento aeroespacial y para cada buscapersonas, teléfono móvil, ordenador, VCR, reproductor de CD, PDA y televisor. Las cifras de importaciones de los Estados Unidos muestran un espectacular salto en las compras a Ruanda y Uganda durante el tiempo en que estos países estaban pasando de contrabando el tántalo y el cobalto de la República Democrática del Congo.

Sony aumentó de manera espectacular su importación de coltan, nada más lanzar la PlayStation 2, mientras que Compaq, Microsoft, Dell, Ericsson, Hewlett-Packard, IBM, Nokia, Intel, Lucent y Motorota son también clientes a gran escala. El actual vicepresidente de Sony y Consejero General, Nicole Seligman, era una antigua asesora legal de Bill Clinton, a través de la compañía Williams & Connelly, entre cuyos clientes está también Oliver North. El vicepresidente ejecutivo de Sony y jefe de la oficina financiera, Robert Wiesenthal, es un antiguo banquero de First Boston, un partidario de la ayuda humanitaria internacional para los refugiados del campamento de refugiados rwandeses, en el este del Congo, justo antes de la caída de Mobutu, en 1995. Wiesenthal también era asesor financiero de Cox Comunicaciones, Grupo OM, Time Warner y el New York Times.

Walter Kansteiner, el hijo de un comerciante de coltan en Chicago, es el Ayudante del Secretario de Estado para África y antiguo miembro del destacamento del Departamento de Defensa de Minerales Estratégicos. El discurso de Kansteiner en el Foro para Política Internacional de octubre de 1996, defendía el partir el Congo (Zaire, entonces) en estados más pequeños basados en el linaje étnico. Irónicamente, mientras estaba pronunciando el discurso, Laurent Kabila y su ADFL, estaban empezando su marcha para derrocar a Mobutu con la ayuda de Ruanda, Uganda y los Estados Unidos. Kansteiner es un fideicomisario de la Fundación Vida Salvaje de África, otro frente eufemístico para la adquisición de materias primas en el Congo.

Bechtel, una compañía estadounidense de construcción y aeroespacial, proporciona mapas de satélite y fotos de reconocimiento de las tropas de Mobutu, cuando el ADFL invadió el Congo en 1996. También crearon mapas infrarrojos de los depósitos minerales del Congo. El Frente Patriótico de Ruanda, RPF, liderado por Paul Kagame, en actual presidente de Ruanda, y un graduado de las escuela de oficiales del Ejército estadounidense en Fort Leavenworth, utilizó los mapas de la NASA de Bechtel, para localizar a civiles ruandeses Hutu, que habían huido del cataclismo en Ruanda, en 1994. Unos 800.000 refugiados fueron cazados y asesinados en la selva de Congo RDC. Los amigos de Bechtel en las altas esferas, son entre otros el ex Secretario de Estado, George Shultz, (Junta Directiva), el ex Secretario de Defensa, Casper Weinberger (Consejero de Bechtel), y el General retirado de los Marines de los Estados Unidos, Jack Sheehan, (Vicepresidente primero), quien también es un miembro de la plana para la política de Defensa del Pentágono. Riley P. Bechtel está en la dirección de J. P. Morgan. La compañía Nexant de Bechtel es el principal contratista del proyecto de oleoducto entre Uganda y Kenia, del que últimamente se cree que facilita el transporte del petróleo fuera de la cuenca Semliki, del Lago Albert.

El panel de expertos de Naciones Unidas mencionó al nuevo Cabot Co con sede en Inglaterra por haber puesto en práctica negocios no éticos. Cabot es una de las mayores procesadoras de tántalo en el mundo. El actual subdirector del Tesoro de Estados Unidos, Samuel Bodman, fue CEO y directivo de la Junta de Cabot desde 1997 hasta 2001. El actual director, John H. McArthur es alto consejero de Paul Wolfowitz en el Banco Mundial.

Los contratistas militares privados, PMC, son también un gran negocio en África. Brown & Root, una empresa subsidiaria de Halliburton, ayudó a construir una base militar cerca de Cyangugu, en Ruanda, cerca de la frontera con el Congo. Oficialmente, Brown & Root estaba ahí para limpiar el campo de minas, pero en su lugar alojaba a mercenarios de la Fuerza Militar Profesional INC, MPRI, que entrenaba al RPF y al ADFL de Laurent Kabila para la invasión del Congo en 1996 y para la reinvasión del ejército ruandés en 1998, después de que el ADFL de Laurent Kabila rechazase a los ruandeses, ugandeses, Bechtel y al Fondo Monetario Internacional. Los servicios de inteligencia franceses informaron de que las Fuerzas Especiales estadounidenses, y mercenarios del MPRI, participaron en el asesinato de refugiados Hutu ruandeses, en el río Oso, cerca de Goma, en 1996, e incluso reclama haber dado la vuelta a dos cadáveres de soldados estadounidenses, muertos en combate, cerca de Goma. Las circunstancias que rodean la repatriación de los cuerpos de estos soldados siguen siendo un misterio.

El MPRI tiene su base en Arlington, Virginia, y allí trabajan 36 generales retirados de los Estados Unidos. Es contratada por el Pentágono para realizar el programa Iniciativa sensible con la Crisis Africana, ACRI. Este programa incluye al ejército ugandés y proporcionó entrenamiento militar a la guerrilla en la guerra contra los oficiales ugandeses en Fort Braga, Carolina del Norte en 1996. Durante la invasión del Congo en 1998, los soldados ugandeses fueron encontrados con el equipo de ACRI mientras que Human Right Watch y Amnistía Internacional han implicado a batallones ugandeses entrenados por ACRI, en violaciones, asesinatos, extorsiones, y apareamientos de civiles ugandeses.

El fundador de resultados ejecutivos, Tony Buckingham, ha establecido otro PMC en torno a África. La herencia de Buckingham. Oil & Gas, trabaja muy de cerca con su PMC ‘Sandline Internacional’, para manipular las opciones de petróleo en los alrededores del Lago Alberto y se cree que han firmado acuerdos y concesiones con ejércitos y Gobiernos beligerantes a ambos lados de la frontera, tanto el de Uganda como el del Congo. Otra compañía afiliada de Buckinham y que opera en los grandes lagos es Branch Energy.

Investigaciones sobre venta ilegal de armas a Ruanda el año pasado, violando el embargo de armas de las Naciones Unidas sobre la región, han sido obstaculizados por la negativa del Gobierno rwandés a dar una lista de números de serie de los 5.000 ‘AK-47’ que fueron distribuidos allí. El país de envío, Bulgaria, también se negó a dar los números de serie y sólo confirmó que las armas fueron vendidas legalmente a un país que no formaba parte del embargo, Nigeria, en mitad de la ruta hacia Ruanda y Congo RDC. Los Gobiernos de Uganda, Congo, Suráfrica y Guinea Ecuatorial, un protectorado petrolero importante de los Estados Unidos, son igualmente culpables por apoyar el tráfico clandestino de armas a la región.

El transporte de armas que llega por barco a Congo RDC, desde Tanzania y el rol de Tanzania en apoyar la guerra en Congo RDC nunca han sido cuestionados. Esto puede tener algo que ver con las licencias de minería de Barrick Gold en los territorios Masai de Tanzania. Aviones que vuelan entre Tanzania, la República Democrática del Congo y Kenia, tienen permiso para hacerlo sin la documentación apropiada, actas de vuelo o supervisión de los pasajeros.

Otro vendedor de armas intocable, que operara por detrás de toda esta escena en al región es un indio americano, llamado Kotecha. El interés de Kotecha en el sur del Kivu es sustancial y está abiertamente acusado de blanqueo de dinero, armas, coltan y diamantes. Tras la primera invasión del Congo, patrocinada por los Estados Unidos, en 1996, Kotecha es conocido por haber alardeado repetidamente de ser el consulado de Estados Unidos en el sur de Kibu. Kotecha tiene pasaporte estadounidense y posee una mansión en California.

Cuando un defensor de Derechos Humanos local, que trabajaba para una ONG pequeña, (Pascal Kabungulu, de Herederos de la Justicia) que hablaba de manera muy franca, fue asesinado en el verano de 2005 en Bukavu, los supuestos asesinos, entre los que se encontraba un comandante del ejército congoleño, fueron identificados, pero MONUC y la Comunidad Internacional no han hecho nada al respecto. El asesinato giró en torno a su papel en la denuncia de la implicación de los comandantes congoleños en contrabando y tráfico ilegal a través de la frontera (situación que aún hoy existe).

Un grupo de expertos de Naciones Unidas, en un informe reciente cuestionaba a muchas compañías de vuelo por realizar vuelos ilegales (ilegales, secretos, y sin registrar o falsamente registrados) hacia y desde el Congo RDC. Una de las muchas compañías importantes aparentemente esta conectada con la red de tráfico de armas de Victor Bout, que es Simax, una empresa con sede en Oregón, que tiene oficinas en Sierra Leona. De todos modos el panel de expertos de la ONU ha ignorado una vez más ciertas agencias occidentales, con historiales de actividades ilícitas, cuyos vuelos constan igualmente subrepticios e incontrolados. El primero de la lista es el Comité de Rescate Internacional, IRC, entre cuyos directores está Henry Kissinger y cuyos vuelos hacia y desde el Congo RDC, además de los vuelos internos, entre aeropuertos aislados en el este del Congo, no son monitorizados en absoluto por las inspecciones de MONUC por el embargo de armas, En Bukavu, por ejemplo, todos los aviones ligeros pueden ser objeto de inspecciones por parte del embargo de armas de MONUC, peor este tipo de vuelos, los de IRC, no están bajo el mandato de MONUC.

De igual manera, mientras que el panel de expertos de la ONU han investigado e informado sobre ciertas actividades en el Congo RDC de redes criminales e ilegales, nunca le han prestado atención a los tratos a alta escala, hechos bajo puertas cerradas por ejecutivos de Adastra, Anglo-Américan, las compañías del sueco Adolph Lundin (un amigo íntimo de George H. W. Bush), que tiene el control de las minas en las zonas de Lubumbashi, Kolwezi y Mbuji Mayi, en las provincias de Kananga y Kasai. Phelps Dogge, con sede en Estados Unidos, está asociado con proyectos de minería de cobre y cobalto, en Kananga, con la compañía de Lundin, Tenke Mining. El director de Phelps Dodge, Douglas C. Yearly, es también el director de Lockheed Martin, y el Fondo Mundial de Vida Salvaje, asociado con USAID y CARE en proyectos de conservación (lease adquisición) por todo el Congo, mientras la agenda humanitaria de CARE, está también fundada por Lockheed Martin.

Los intereses de conservación proporciona la vanguardia de occidente para penetrar en África Central. USAID, WWF, AWF y Conservación Internacional dirigen la carga. Evidencias de casos de USAID por todo el Congo enseguida contradicen todas las fanfarrias sobre esta organización llevando a cabo proyectos de Desarrollo sostenible o comunitario. Los más notorios son Asociación para el Medioambiente en la Región de África Central, CARPE, y Asociación de la Cuenca Forestal del Congo, CBFP, dos programas con una apretada agenda oculta militar, de inteligencia y económica. Una de las organizaciones más inexplicables que trabajan en el este del Congo y oeste de Ruanda es la Fundación Internacional de Gorilas DIAN Fossey, DFGFI, aliada con los intereses del Departamento de Estado y que nunca pide fondos para la conservación de los gorilas.

Soluciones sugeridas

Algunas personas han sugerido que la razón de que no haya más conciencia y una intervención equitativa en el Congo es porque «simplemente no sabemos qué hacer para remediar la situación». Sin embargo, está bastante claro qué hay que hacer, occidente no está dispuesto a hacerlo, por razones poderosas económicas y geopolíticas. He aquí algunas sugerencias:

Los programas de entrenamiento militar de Estados Unidos tienen que tener un comité de supervisión y transparencia total. Los Gobiernos occidentales deber terminar su estancia hipócrita y asegurarse de que no entrenan a ningún rebelde o grupo disidente.

Paralelamente con la primera sugerencia, debe establecerse un comité que se asegure de que las compañías militares privadas no son afectadas.

En el campo de las armas, se deben crear más esfuerzos sustanciales para interceptar y perseguir a los que incumplen embargos, corredores ilegales y los que venden armas. Es más, aquellos que venden, transportan, ofrecen, financian o traman transacciones de armas específicamente destinadas a los niños deberían recibir los castigos más duros.

El alivio de la deuda es esencial, pero se deben encontrar maneras de proteger los préstamos del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial de ser utilizados para gastos militares.

El dinero del préstamo debería ser utilizado en las áreas que más necesitan desarrollo. Por ejemplo, en Uganda, Museveni ha usado el dinero prestado para desarrollo sólo en el sur, en Kampala, la capital, y en Mbarra, la ciudad donde nació. Mientras tanto, los Acholi, que siempre votan en contra del partido de Museveni en las elecciones, son ignorados y la situación en los distritos de Lira, Gulu y Kitgum continua deteriorándose. Además, los países individuales deben examinar la ayuda que dan a algunos países que gastan un alto porcentaje del capital en lo militar, y cometen abusos de los derechos humanos. Últimamente, debería señalarse que el alivio de la deuda no ha perjudicado a los bancos que dieron los préstamos en primer lugar y recaudaron los intereses después, por no mencionar las empresas de Estados Unidos que se benefician de la privatización de empresas como parte del acuerdo de préstamo, mientras la deuda es eventualmente transferida a los contribuyentes. Así, la transferencia es necesaria para asegurar que los costes son asumidos por las firmas que dan los créditos (Si quieren crédito para su «humanitario» alivio de la deuda).

Los países occidentales deben poner fin a la impunidad de que gozan los responsables de saquear los minerales del Congo.

El Tribunal Internacional y el Tribunal Penal Internacional debe detener a todos los líderes militares y civiles culpables de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, tanto africanos, como estadounidenses, como europeos, que sean responsables de sus actos. No debería permitirse a Occidente proteger a los criminales de los procesos.

Las fuerzas de mantenimiento de la Paz, en particular MONUC, deben ser examinadas para asegurarse de que la misión se está llevando a cabo con el interés de promover la estabilidad en el país.

Los medios de comunicación internacionales muestran una absoluto silencio sobre prácticamente cada cuestión importante con respecto a la guerra en la República Democrática del Congo, y las redes internacionales y criminales que están detrás de ellos. Debería hacerse un boycott a las publicaciones clave como las más ofensivas: Boston Globe, Washington Post, Newsweek, Time, USNews & world Report, USA Today, New Cork Times, the New Yorker (Conde Nast Publications), Harper’s, Atlantic Monthly (fuertemente subvencionada por Lockheed Martin y Northrup Grumman) y, sobre todo a Nacional Geographic.

Este artículo fue publicado en Business in Africa Magazine (Edición Internacional), en agosto de 2006 cortesía de Keith Harmon Snow & David Barouski: www.allthingspass.com, zmagsite.zmag.org

Ha sido traducido por Rosa Moro, del Departamento África de la Fundación SUR