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Mucho más que una peineta a España

El tercer batacazo olímpico deprime a Madrid y golpea al PP

Fuentes: Gara

El COI descarta a la capital española ya en la primera votación y otorga a Tokio la organización de 2020. Mariano Rajoy había pedido expresamente la nominación para relanzar la economía, con expresiones como «nos merecemos una alegría». Felipe de Borbón quiere «seguir intentándolo». Pues a la tercera tampoco fue la vencida para Madrid. Los […]

El COI descarta a la capital española ya en la primera votación y otorga a Tokio la organización de 2020. Mariano Rajoy había pedido expresamente la nominación para relanzar la economía, con expresiones como «nos merecemos una alegría». Felipe de Borbón quiere «seguir intentándolo».

Pues a la tercera tampoco fue la vencida para Madrid. Los Juegos Olímpicos de 2020 serán organizados por Tokio, y ahora al Estado le queda pagar la factura económica y política de esta nueva frustración.

Tal sensación se reconocía anoche sin paños calientes. José Manuel García Margallo, ministro de Exteriores, apuntaba que «ha sido completamente inesperado, nadie preveía este escenario».

En realidad, Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, sí parecía contemplarlo, porque sus intervenciones durante la jornada de votaciones en Buenos Aires iban poniendo la venda antes que la herida: «Quiero pensar que la tercera es la vencida», «Sería muy bonito que esto saliera», «Nos merecemos tener una alegría»… Llamó la atención igualmente que destacara que, pasara lo que pasara, la alcaldesa de Madrid y el presidente de la Comunidad «han hecho un gran esfuerzo y tienen todo el apoyo del PP».

El líder del PP no traducía convencimiento alguno, pero sí lo hacían los medios estatales, para los que, sin discusión posible, Madrid era clara favorita por delante de Tokio y muy por delante de Estambul. Así que cuando llegó la primera de las votaciones, sus enviados especiales se quedaron helados: la capital japonesa tomaba la delantera con suficiencia mientras que la española y la turca empataban y quedaban así abocadas a otra votación solo entre ambas. Entonces se consumó el desastre para Madrid, ya que Estambul ganó el desempate. Tras los tropiezos de 20012 y 2016, este se ha tomado ya como un auténtico fiasco.

Economía y nacionalismo

El PP había puesto de nuevo todos los huevos en la cesta de los Juegos Olímpicos para varios objetivos: intentar remontar la crisis económica, reactivar el nacionalismo español, buscar un estímulo anímico para un país inmerso en una crisis a todos los niveles… De paso, Madrid 2020 habría permitido tender una cortina de humo sobre los problemas diarios.

Todo ello fue reconocido de modo explícito por Rajoy en sus intervenciones y declaraciones en Buenos Aires. Sostuvo que la candidatura «tiene ahora más sentido que nunca» porque permitiría acelerar la recuperación económica.

Así, Rajoy expuso ante el COI que su Estado lidera el crecimiento de exportaciones en la zona euro, con una expectativa del 4,1% frente al 2% de media. Lo hizo lógicamente sin citar que ello está ligado al desplome de la demanda interna de consumo en un contexto marcado por las bajadas de sueldos, pensiones y subsidios, los recortes en servicios sociales básicos…

Al contrario que Roma, que tras presentar inicialmente su candidatura para 2020 la retiró al considerar que la crisis obligaba a otras prioridades, Madrid había pisado el acelerador tratando de que estos Juegos fueran una tabla de salvación. Lo había hecho, eso sí, con una candidatura definida como «de bajo coste». Rajoy defendió en la reunión del COI que «el 80% de las inversiones ya están realizadas», pero obviamente con ello estaba reconociendo implícitamente que en términos económicos el Estado español no está para alegrías.

Se desconoce el peso que tuvo este factor en la votación secreta de los miembros del COI, pero por ese flanco atacó Alberto de Mónaco, bestia negra para los poderes españoles desde que en 2005 preguntara si Madrid era segura frente a las acciones de ETA (unas semanas antes, la organización vasca había provocado una explosión ante el estadio de La Peineta, proyectado como sede central del evento olímpico). Ayer el príncipe de Mónaco cuestionó que ese cambio de modelo, con unos Juegos baratos, fuera adecuado.

Entre las cuatro preguntas dirigidas por representantes del Comité Olímpico Internacional a los intervinientes -encabezados por Felipe de Borbón- afloró también otra cuestión espinosa: la tolerancia española ante el doping. Las leves condenas por la Operación Puerto fueron puestas sobre la mesa en dos de los cuatro interrogantes formulados.

Más surrealista resultó la intervención de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que incurrió en tópicos como este: «Madrid es divertido, nadie celebra la vida como lo hace el pueblo español». Calificó a su ciudad como «una de las más cómodas, simpáticas y abiertas del mundo». Y animó a los miembros del COI a «tomarse una taza de café con leche en la Plaza Mayor» o «celebrar una cena romántica en el Madrid de los Austrias». Va a ser que no.

Queda por saber si todavía habrá una cuarta intentona. «Hay que seguir, es solo un pequeño revés», se consoló el príncipe.

Mucho más que una peineta a España

La borrachera patriotera española con el tema olímpico vuelve a depararle otra terrible resaca. La Peineta seguirá en barbecho. La auténtica peineta, el corte de mangas brutal y a lo que se ve inesperado, se la hizo la mayoría del COI en la primera votación. Pero quedarse en el chiste fácil sería rebajar el alcance de una decisión que resulta muy significativa en términos geopolíticos. Porque esto es mucho más que una peineta a España.

Y es que en algo sí tienen razón los hooligans españoles que corrieron anoche a denunciar el habitual complot internacional en su contra. La decisión de otorgar los Juegos Olímpica es política, política pura, política de altísimo nivel. ¿Cómo no va a serlo si se trata de uno de los acontecimientos con más repercusión mundial, no solo en términos de réditos económicos o de difusión televisiva, sino sobre todo de proyección positiva para un país? ¿Cómo no va a ser política si quienes defienden la candidatura en Buenos Aires son el heredero del jefe de Estado y el presidente del Gobierno?

Si se quieren más pruebas, basta reparar en quiénes se han hecho con los ultimos Juegos: dos países emergentes como China (Pekín 2008) y Brasil (Río de Janeiro 2016) y uno de los estados europeos más fiables, Reino Unido (Londres 2012). Mirando más atrás, y obviando el mero guiño a la historia que supuso Atenas 2004, hay más ejemplos: Sidney, Seúl, Atlanta, Los Ángeles… El COI ha despertado al Estado español -¿o todavía no?- de su espejismo: ni es un Estado pujante ni ofrece la estabilidad requerida (la derrota en el desempate ante la «insegura» Estambul supone la evidencia palmaria). La depresión era insuperable anoche para todo un aparato estatal y un gobierno heredero de aquel que hace una década soñaba con tener asiento en el G-8.

Podrían consolarse con que lo malo siempre es susceptible de empeorar. Madrid seguirá lamiéndose esa doble herida de no haber acogido nunca unos Juegos Olímpicos mientras que sí lo ha hecho Barcelona, vista desde su atalaya mesetaria como si fuera la segunda ciudad de un mismo Estado. Y además esta tercera derrota olímpica acentúa las opciones de la candidatura de Barcelona para hacerse con la organización de los juegos de invierno de 2022, lo que hubiera resultado obviamente imposible en caso de que ayer hubiera ganado Madrid 2020.

Fuente: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130908/421440/es/El-tercer-batacazo-olimpico-deprime-Madrid-golpea-PP / http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130908/421441/es/Mucho-mas-que-una-peineta-Espana