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Campaña de la derecha cristiana contra el sexo en África

El trabajo del Diablo

Fuentes: Counterpunch

Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.

El pecado es el mal que seduce a la mayoría y a lo que más se teme… y la mayor amenaza que disfrutan los demás. En la larga y problemática historia de la cristiandad occidental, particularmente en los EE.UU., el mal que más se teme es el placer sexual. No es de extrañar que se haya identificado al diablo con las tentaciones de la carne. Este miedo a veces se externaliza en otros, los pecadores considerados a menudo pervertidos o desviados.

Hace un siglo, las mujeres usaban corsés y vestidos hasta los tobillos, se condenaba la masturbación, la relación sexual era para la procreación y no para el placer, el control de la natalidad prohibido, el aborto un crimen, el sexo interracial un delito con pena de horca, las relaciones premaritales prohibidas, la pornografía se consideraba una obscenidad y la homosexualidad un pecado. Durante el último siglo, estos y otros valores sexuales han cambiado. Sí, la sexualidad hoy en día en Estados Unidos se ha transformado irreversiblemente… y no hay vuelta atrás.

Los moralistas religiosos estadounidenses, ante el fracaso para suprimir la sexualidad en los EE.UU., han decidido llevar su campaña allende los mares. Sin embargo, son lo suficientemente inteligentes para saber que no deben desafiar a la sociedad secular en su corazón, en la Europa educada en el cristianismo. La derecha estadounidense sabe que esta es la misma Europa que expulsó en el siglo XVII a los fundamentalistas protestantes y que el cristianismo de hoy se encuentra en su lecho de muerte. Luchar por la moral sexual en Europa es una batalla que no vale la pena librar.

Internacionalizar una campaña moralista cristiana plantea todavía otros retos importantes. El Medio Oriente es mayoritariamente musulmán, Asia es abrumadoramente comunista, budista e hindú, y América Latina es mayoritariamente católica. En estos territorios, los misioneros cristianos evangélicos persisten en arar los campos estériles.

Sin embargo, el África subsahariana es otra historia. Los moralistas cristianos han tomado como blanco a algunos de los países más débiles del continente más débil para imponer su orden moral. Hace cuatro siglos, los puritanos fundamentalistas trataron de fundar un nuevo mundo donde encarnar la ciudad de Jesús en la colina. Citando a Mateo 5:14, ellos invocaron el llamado de Jesús: «Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder». Hoy en día en África, los fundamentalistas cristianos están promoviendo una guerra de represión moral, la ciudad de colina se ha convertido en una celda de la cárcel.

Al igual que Kurtz y los colonialistas de África de finales del siglo XIX se hicieron famosos por Joseph Conrad en El corazón de las tinieblas, estos conservadores cristianos de hoy en día son extranjeros en una tierra extranjera. Estos colonialistas africanos del siglo XXI son los misioneros posmodernos estadounidenses. Al igual que antaño los colonos, trabajan en estrecha colaboración con los elementos más reaccionarios de la autoridad gubernamental, militar y policial en los países que ocupan. Y al igual que los colonos de antaño, tratan de imponer sus propias prioridades, insensibles a las realidades locales. Han dado paso a una nueva era de la colonización africana.

El Political Research Associates (PRA), publicó recientemente un informe de un valor incalculable, » Colonizing African Values: How the U.S. Christian Right Is Transforming Sexual Politics in Africa». (Colonizar los valores africanos : El Derecho Cristiano de los EE.UU. está transformando la política sexual en África ). Allí se detalla que una red de grupos conservadores cristianos con sede en los EE.UU. busca activamente imponer sus valores en un puñado de países de África central. Lo más preocupante respecto a estos grupos es que buscan la promoción de políticas incompatibles con los valores aceptados en los Estados Unidos, socavando así los esfuerzos del Departamento de Estado de EE.UU. La derecha cristiana de los EE.UU. está en guerra contra su propia nación.

Otro valioso estudio, » Nowhere to Turn: Blackmails and Extortion of LGBT People in Sub-Saharan Africa » (Callejón sin salida: chantajes y extorsión a las personas LGBT en África subsahariana), fue lanzado en 2011 por la Comisión Internacional de Derechos Humanos de los Gays y Lesbianas (IGLHRC).

 

El estudio del PRA » Colonizing African Values», (C olonizar los valores africanos) es un seguimiento de un valioso informe de estudio de 2009, «Globalizing the Culture Wars: U.S. Conservatives, African Churches, and Homophobia» (La globalización de las guerras de la cultura: los conservadores de los EE.UU., iglesias de África y la homofobia). El muy bien informado reverendo John Kapya Kaoma es el autor de ambos estudios. El nuevo volumen en realidad son dos estudios en uno, uno sobre África y cómo funciona el colonialismo religioso, el otro sobre los EE.UU. y cómo funciona la perniciosa derecha cristiana.

La guerra al sexo de la derecha cristiana en África subsahariana se está librando en dos frentes, contra la homosexualidad y contra el derecho de la mujer al control de sus embarazos. Está encabezada por una coalición informal de la derecha católica, mormona y grupos protestantes evangélicos de los cuales pocos han oído hablar.

El principal es el Centro Americano para la Ley y Justicia (ACLJ), originalmente fundado por Pat Robertson, liderado por el ala derecha evangélica, que opera dos centros en Kenya y Zimbabwe. El presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, alentó al ACLJ a abrir una oficina y asistir en la redacción de la constitución para reflejar los «valores cristianos».

Otros grupos que promueven la intolerancia cristiana en África son Family Watch International (dirigido por la activista mormona Sharon Slater), Human Life International (un grupo católico romano) y World Congress of Families ( Congreso Mundial de las Familias, que agrupa y promueve los valores «pro familia»).

Documentos filtrados de la Organización Nacional para el Matrimonio revelan cuán perniciosos pueden llegar a ser estos colonialistas cristianos de derecha cristiana. En los documentos se delinea una estrategia bien concebida para movilizar a los ministros y feligreses afroamericanos de los Estados Unidos contra de los derechos civiles de personas LGBT en los EE.UU. y África.

Estos grupos integran una amplia red de cristianos llamados carismáticos en lo que se conoce como el movimiento de transformación o Nueva Reforma Apostólica.

En 2009, el Parlamento de Uganda comenzó a debatir un proyecto de ley contra la homosexualidad. Frente a las crecientes críticas de los líderes políticos de todo el mundo, incluyendo al presidente Obama, el proyecto de ley que convierte la homosexualidad en un delito y que violarla implica los castigos más extremos, como la cadena perpetua y la pena de muerte, fue retirado. Más recientemente, el gobierno de Uganda anunció planes para prohibir al menos 38 organismos no gubernamentales que dice que están promoviendo los derechos de los gays… y enganchando niños en la homosexualidad. Uno de estos grupos es la Red de Derechos Humanos de Uganda.

Desde 2009, la guerra contra la homosexualidad en África se intensificó. Como documenta el informe de DRP, las protestas y las políticas contra los homosexuales se acrecentaron, la incidencia de detenciones y violencia homófoba aumentó en Zimbabue, así como en Senegal, Malawi, Liberia y Ghana; legislaciones antigay se adoptaron en la República Democrática del Congo, Malawi, Nigeria, Zambia y Zimbabue. En diciembre de 2010, el Parlamento de Malawi modificó el Código Penal del país declarando ilegales las relaciones homosexuales entre mujeres (el nuevo presidente del país, Joyce Banda, se ha negado a honrar la ley) y en enero de 2011 el activista de derechos humanos de Uganda David Kato apareció asesinado en su casa de Kampala.

Las leyes contra la homosexualidad están en los libros de más de 35 países africanos. Se prohíbe el «conocimiento carnal contra el orden de la naturaleza», de vuelta al puritanismo del siglo XVII. En febrero de 2012, un nuevo proyecto de ley «Matar a los gays» fue presentado en Uganda. Proyectos similares se han introducido en otros países y medidas antigay fueron aprobadas en Burundi en 2009, en Malawi en 2010 y en Nigeria en 2011.

En segundo lugar, el aborto se considera un error entre una mayoría significativa de personas en todo el África subsahariana. Mientras que está fuera de la ley en muchos países, hay un buen número de excepciones. Como lo presentan estudios del PRA, Uganda, Malawi, Nigeria y Tanzania permiten el aborto para salvar la vida de la mujer; Kenia y Zimbabue también lo permiten para la salud de la mujer, en sentido amplio, y Liberia especifica la salud mental de la mujer como una razón para el aborto. Se trata de una campaña paralela a la llevada a cabo por los conservadores cristianos en los EE.UU., pero con dientes vengativos.

Durante cuatro siglos, Estados Unidos ha sido un campo de batalla sobre los límites del placer sexual aceptable. Las fuerzas de la rectitud moral, lideradas por los conservadores cristianos, han luchado -y perdieron en varias ocasiones- las guerras de placer sexual. La gente ha luchado con éxito por una sexualidad más agradable y sensual.

Y con sus derrotas, los límites del placer han cambiado fundamentalmente; lo que fueron alguna vez indulgencias vergonzosas, se han convertido en parte del vocabulario sexual contemporáneo. Simplemente en términos de dólares y centavos, la pornografía es una industria de 14.000 millones de dólares y las ventas de juguetes sexuales suponen 15 billones de dólares al año. Sin embargo, las tentaciones de la carne siguen siendo tan amenazantes para algunos que persisten en sus campañas para reprimirse sexualmente a sí mismos y a los demás.

(The Other Sex War: Porn, Sex Toys & Consensual Adult Get-Togethers , CounterPunch, junio 15-17, 2012).

Los conservadores cristianos han perdido las guerras históricas contra el placer sexual. Sin embargo, persisten en sus campañas represivas en dos frentes, el derecho de la mujer para decidir sobre su embarazo y las intimidades entre personas del mismo sexo. Hoy en día los «guerreros» cristianos luchan denodadamente para aferrarse a los jirones de un sistema de valores muerto hace mucho tiempo, anclado en las ficciones alegóricas bíblicas antiguas.

A raíz del fracaso de los conservadores cristianos para lograr la victoria mediante la persuasión moral, la verdad de su mensaje, se han dirigido a la tiranía de Estado para imponer sus valores. A diferencia del sobrio movimiento de comienzos del siglo XX que culminó en la prohibición, los conservadores cristianos de hoy en día están librando batallas desesperadas sobre el aborto y la homosexualidad. A diferencia de los movimientos religiosos fundamentalistas de todo el mundo, estos guerreros santos representan un esfuerzo de retaguardia, mediante una campaña para preservar la autoridad del patriarcado, una autoridad moral que es opresiva, dañino pero que aún es muy poderosa.

La incapacidad de los conservadores cristianos en los EE.UU. para reprimir la sexualidad moderna, una sexualidad impulsada por el capitalismo y deformada por los activos del sistema, ha llevado a muchos moralistas a internacionalizar su campaña. Los astutos conservadores cristianos reconocen su papel como siervos del capitalismo. Saben que su batalla interna contra el placer sexual está condenada al fracaso, siempre y cuando el gasto de consumo está ligado al espectáculo de los productos básicos, la venta del sexo.

Los conservadores cristianos tratan de contener las tensiones entre dos de las fuerzas más poderosas de la vida moderna: el sexo y el dinero. Su puritanismo posmoderno se ha actualizado por el evangelio de la prosperidad, la creencia de que la fe en Jesús traerá la riqueza personal y la salvación. En esta revisión del mito de Jesús, este se convierte en el empresario, dando la bienvenida a los prestamistas en la sinagoga.

El estudio del PRA «Colonizing African Values» es sobrio. Antiguamente los colonos pudieron ser inmortalizados por la historia como exploradores. Stanley H., se hizo conocido la pregunta tantas veces citada, «doctor Livingstone, ¿estoy presumiendo?» Incluso tan tarde como Camelot, el presidente Kennedy podría promover el trabajo misionero de la Corporación de la Paz, como la buena conciencia del Estado militar-industrial.

Esos días han terminado. Hoy en día, los mitos de mejorar a los «primitivos» pueblos de África pueden enmascarar el imperialismo moral en el corazón de los colonos americanos cristianos con sus campañas contra el sexo. Son moralmente corruptos… y lo saben.

David Rosen es autor de Sex Scandal America: Politics & the Ritual of Public Shaming; y escribe el blog Media Current blog for Filmmaker. Ver en www.DavidRosenWrites.com. Se ubica en [email protected].

 

Fuente: http://www.counterpunch.org/2012/08/03/the-christian-rights-anti-sex-campaign-in-africa/