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Elegía para el renacimiento de Oozebap

Fuentes: Rebelión

«¿Oozebap? Es un juego de palabras entre ooze (en inglés rezumar, rebosar) y bap (umbral en árabe): un símbolo de aquellos mundos que queremos promover/vivir, donde cada palabra cuenta y se enriquece con nuevas procedencias, donde las confluencias rezuman y fluyen por umbrales donde transcurrir, sin entrar ni salir, sencillamente circulando. Estando. ¡Abrazando!». Dídac P. […]

«¿Oozebap? Es un juego de palabras entre ooze (en inglés rezumar, rebosar) y bap (umbral en árabe): un símbolo de aquellos mundos que queremos promover/vivir, donde cada palabra cuenta y se enriquece con nuevas procedencias, donde las confluencias rezuman y fluyen por umbrales donde transcurrir, sin entrar ni salir, sencillamente circulando. Estando. ¡Abrazando!». Dídac P. Lagarriga.

De la definición de «oozebap», símbolo humanista y luminoso, emanan dos cualidades principales: lucidez y dedicación. Sin el ejercicio constante de ambas, hubiese sido imposible mantener vivo un proyecto único de promoción y difusión de la realidad africana y del mundo islámico en español. Cuando, allá por el 2005, el fundador de oozebap, Dídac P. Lagarriga, se embarcaba en esta extraordinaria y arriesgada aventura, no imaginaba que hoy se encontraría seriamente amenazado por falta de financiación. Durante estos siete años de vida, se han ido añadiendo colaboradores, conscientes de ser parte de un cometido mayor de comunicación global en el que el conocimiento del «otro» es ya una realidad. En este trayecto común ligaron su existencia al surgimiento de las TIC, abiertas y democráticas. La viabilidad de su sueño reposaba en su empleo y en las reconocidas virtudes de la era de Gutenberg. Internet se aliaba con el papel para que las palabras de aquellos que hablan a través de oozebap irradien desde los máximos formatos y materiales posibles, alcanzando a un público sediento de historias, voces, reflexiones y discursos africanos, prácticamente inaccesibles para los hablantes hispanos para, según oozebap: «abrir ventanas y construir puentes, practicar la hospitalidad en nuestras mentes y en nuestros corazones.»

Las palabras, patrimonio compartido de todos los hombres y mujeres, son, por naturaleza, altruistas. Esas mismas palabras que se han utilizado para ocultar o desfigurar la realidad y a sus protagonistas sirven, a su vez, en las manos de escritores, artistas, filósofos y pensadores visionarios y comprometidos, para desenmascarar traiciones, revelando simultáneamente una realidad compleja y amordazada por los discursos generalistas conservadores. Las palabras que crean y comunican mundos han sido la herramienta de trabajo del colectivo oozebap. La misión de liberación del pensamiento a través de la verdad y la reflexión obligaba a que autores y obras se mantuviesen independientes de los intereses del capital y sus patronos. Por ello nacieron libres y así han permanecido, alzándose contra los elementos que desafían la existencia de alternativas culturales y políticas no partidistas y/o institucionalizadas. Sin ataduras que coartasen un trabajo plenamente independiente y autónomo, oozebap se ha convertido en uno de los espacios de difusión de mayor diversidad y calidad sobre el pensamiento proveniente de África desde los más diversos flancos.

Dídac P. Lagarriga lanzó oozebap como proyecto personal que se ha enriquecido con diversos colaboradores. Tras publicar una novela sobre la guerra de Irak en 2004 (Hablarlo, ed. H20), la web era el medio idóneo para empezar su andadura, y el salto a la publicación tradicional en papel siguió a su obra en catalán Afroresistències, afrorresonàncies (2006),según su autor: «un libro muy poliédrico, con un contenido fragmentado y diverso y que repasaba algunas iniciativas y personajes del continente africano del siglo XX-XXI: anarquismo, sufismo, literatura, filosofía, cine, revistas culturales, política… » Desde ahí el salto a la colección Pescando husmeos, centrada en África, parecía natural. Los volúmenes allí incluidos se convirtieron en un ejercicio de profundización de los temas tratados en su obra ensayística más reciente. Escritores de la talla de Boubacar Boris Diop, Jacques Deplechin, Ousmane Kane o Patrick Chabal, entre otros, conforman una biblioteca imprescindible sobre temas africanos, a las que tanto especialistas como lectores menos informados nos acercamos ávidos de conocimiento.

 

La cronología de las actuaciones de oozebap demuestra la intención de continuidad y la dedicación al proyecto; a su biblioteca virtual y directorio de artículos desde su web le siguió la publicación de una quincena de libros coeditados con entidades internacionales de gran prestigio como CODESRIA y Pambazuka/Fahamu. En la misma línea de difusión y compromiso intelectual, nacía en 2010 la revista gratuita y trimestral online Africaneando, que ya va por el número 10. En su conjunto, oozebap da cobijo a una nómina de pensadores y proyectos señeros sobre cuestiones políticas, sociales, culturales, artísticas o espirituales provenientes de un África plural y desconocida para los lectores en español, tarea realizada por un grupo de personas motivadas cuya máxima es que «el concepto de acogida se ha de ampliar también al ámbito intelectual, y la acogida no debe haber condiciones».

Desprotegidos a causa de las ávidas actuaciones de especuladores, la crisis ha tocado con fuerza a los más desfavorecidos y, siguiendo una dinámica habitual en el mundo moderno, viene arrasando, enérgica, el ámbito de la cultura. En un momento en el que las obras sociales y culturales de entidades privadas y organismos públicos recortan sus presupuestos, y mientras la compra privada de arte (mercado negro) no hace sino crecer favorecida por las guerras en países de África y Oriente Medio de gran patrimonio artístico y cultural, el abismo que separa la cultura de las élites económicas y la de las clases populares sólo puede ser superado por iniciativas de la sociedad civil, quienes han de crear alianzas estables y duraderas para contrarrestar la volatilidad narcisista del mercado y las inclinaciones de los políticos acomodados en el poder.

 

Los problemas a los que se está enfrentando oozebap en la actualidad se deben, por tanto, al contexto socioeconómico en el que vivimos, en el que, a pesar de la facilidad de la comunicación a través de las TIC, peligra la subsistencia de propuestas independientes y críticas sin el apoyo ciudadano. La tarea de los intelectuales de posicionarse como creadores y vocales de la cultura y el arte crítico tiene en oozebap uno de sus más notables ejemplos en el mundo hispanohablante sobre África y el Islam. Si dejamos que desaparezca, su pérdida se hará notar en los lectores actuales y en las generaciones futuras, a los que se privará del derecho a acercarse y acoger a esas otras voces que nos llegan, gracias a la mediación respetuosa de oozebap, desde otros ámbitos…

Titulaba este artículo «Elegía para el renacimiento de oozebap», queriendo provocar sirviéndome de su sentido paradójico. La narración de su labor hasta la fecha no deja dudas sobre la urgencia de su permanencia y los terribles efectos que tendría su desaparición. Hace unos años, Dídac asistió a un foro de ONG’s, donde un joven senegalés al que no conocía se le acercó contento y exclamó: «»¡oozebap! Vosotros no sois africanistas, sois africanos!». Palabras directas y sentidas que transmiten sin florituras cómo el arte y la cultura tienen la obligación y la virtud de acoger y tender puentes entre hombres y mujeres allí donde estemos…

Para conseguir mantenerse a flote, oozebap ha lanzado una petición de colaboración, a la que puedes acceder desde Rebelión: http://www.rebelion.org/noticias/africa/2012/10/campana-de-apoyo-a-la-asociacion-cultural-africanista-oozebap-157302