Las cosas están cambiando rápidamente en África Occidental y las repercusiones se sentirán en todo el continente y en buena parte del planeta. El corazón de las tinieblas ha decidido latir por sí y para sí.
Níger, el cuarto país del Sahel con un golpe de Estado anti-occidental
El levantamiento militar ocurrido en Níger el pasado 26 de julio sigue la estela de otros similares ocurridos en (agosto 2020 y mayo 2021), Burkina Faso (enero y septiembre de 2022) y Guinea (septiembre de 2021). Estos golpes de estado, a diferencia de los que ocurren con frecuencia en éstos y otros países africanos que sirven para intensificar el saqueo neocolonial o deponer a líderes no lo suficientemente dóciles a sus intereses, han señalado a las potencias occidentales – sobre todo a Francia y EEUU – como responsables de la sangrienta presencia de grupos islamistas y del pillaje de sus recursos.
Después de siglos de colonialismo, de esclavitud, de saqueo de las materias primas de un país inmensamente rico, de miseria de su pueblo, de asesinato de líderes antiimperialistas, de gobiernos títeres y de ocupación militar, el nuevo Gobierno de Níger – el país del mundo con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) más bajo y que empeora cada año y el cuarto con más elevada mortalidad infantil – ha dicho basta. Níger fue colonia de Francia de 1922 a 1960, país que impuso su dominio a sangre y fuego. Desde su independencia se han sucedido los golpes de estado, mientras sus recursos eran explotados por empresas extranjeras, sobre todo por la francesa Areva – Orano. El uranio de Níger abastece cerca del 40% de la electricidad de Francia, mientras el 89% de su población carece de ella.
El gobierno del derrocado general Bazoum, que ganó las elecciones en 2021 en medio de acusaciones de fraude, además de exportar a Francia y otras potencias occidentales uranio y oro a precios irrisorios, malversar masivamente fondos públicos y aumentar la influencia de Francia y EEUU en su país, ejercía una función central: era el coordinador de políticas de seguridad y control migratorio del Sahel para la UE.
El nuevo gobierno, firmemente apoyado por su pueblo, decidió suspender las exportaciones de uranio y oro a Francia, que se han multiplicado en las últimas décadas al tiempo que su pueblo se hundía cada vez más en la miseria. Se ha unido así a las decisiones de los gobiernos de Mali y Burkina Faso de expulsar al embajador de Francia y a las tropas de ese país, a las que han seguido las del resto de países occidentales.
El saqueo de recursos
naturales africanos por parte de las potencias
coloniales vino acompañado en la última década de un reforzamiento de la presencia
militar de los países de la
UE y de EEUU. Tras la destrucción a manos de la OTAN de Libia, el país con el
IDH más alto de África y que
impulsaba importantes proyectos de soberanía africana, y el asesinato de Gadafi en 2011, la estrategia del
imperialismo occidental fue sembrar a los países del África subsahariana con los mismos
yihadistas subcontratados que habían arrasado
Libia, con su
cortejo de caos, robos, violaciones y masacres. Sus débiles gobiernos eran inducidos a “pedir ayuda” a las ex-potencias coloniales que reforzaron su presencia militar sin exterminar, obviamente, a sus criaturas.
Las migraciones, amenaza a la seguridad de la OTAN. Las políticas criminales de la UE.
En la Cumbre de la OTAN celebrada en Madrid en julio de 2022, con el gobierno PSOE-IU- Podemos como anfitrión, se definió a África del Norte y el Sahel, este último incluido a propuesta de España, como “zonas de interés estratégico”, identificando como “desafíos a la seguridad, el terrorismo y los flujos migratorios”. Hay que recordar que desde la Cumbre de Washington de 1999, la OTAN identifica como motivo de intervención militar la inmigración “incontrolada”.
El creciente papel de la OTAN en el norte de África, ha recibido un impulso de decisivo con la alianza económica y militar entre Marruecos e Israel, que incluye la cesión de derechos de exploración a empresas de la entidad sionista en aguas saharahuis y la instalación de bases militares en el país alauita.
La traición al pueblo saharahui fue realizada por el gobierno español en junio de 2022, reconociendo la soberanía de Marruecos sobre el Sahara, vulnerando todo tipo de acuerdos y sentencias de tribunales internacionales. Tras ello se restablecieron las deterioradas relaciones entre España y Marruecos. Pocos días después, la bestial intervención de la policía marroquí por encargo del gobierno español, dejó decenas de muertos y 70 desaparecidos, que además impidió que las ambulancias atendieran a los heridos. El gobierno PSOE-IU-Podemos impidió cualquier investigación parlamentaria y calificó la intervención policial como “uso razonable de la fuerza”.
El despojo insaciable de los recursos de países enormemente ricos por parte del imperialismo, vendidos por cantidades miserables, que apenas alcanzan para pagar los sobornos de gobiernos títeres, ha estado empujando a centenares de miles de personas desesperadas a cruzar el Atlántico o el Mediterráneo para intentar escapar de la miseria, ellas y sus familias.
La respuesta criminal de la UE, y de manera destacada, del gobierno español la conocemos bien. En primer lugar la utilización de FRONTEX, cuyo presupuesto se ha quintuplicado en la última década, como policía de la fortaleza europea, que lejos de contribuir al salvamento de personas se ocupa directamente de devolver a sus países a la mayor parte de los supervivientes, vulnerando principios elementales del derecho internacional y de los derechos humanos. Según la Organización Internacional para las Migraciones, 30.000 personas han muerto ahogadas en el Mediterráneo desde 2014 intentando llegar a Europa. Otro tanto en el Atlántico. Muchas más han perecido en naufragios invisibles. Las devoluciones por la fuerza, “en caliente”, es decir, mediante la monstruosidad jurídica de la negación del ejercicio de acción legal alguna, se han multiplicado en España por ocho entre 2017 y 2022, año en el que se deportó a 4.000 personas, según datos oficiales.
Las condiciones de trabajo,
que ya han incrementado brutalmente la explotación al conjunto de la clase obrera, son mucho más duras para las trabajadoras y trabajadores inmigrantes. En la agricultura,
en las empresas cárnicas, en la atención domiciliaria y en el trabajo
domésticos, los salarios
míseros y las malas condiciones laborales, reproducen el hacinamiento, la desnutrición,
las enfermedades de todo tipo y los accidentes laborales, en situaciones de semiesclavitud.
El racismo y la xenofobia, antesala del fascismo, es la ideología que se instiga desde la burguesía para que la clase obrera autóctona no identifique a sus verdugos y busque en los sectores más explotados de su misma clase a los causantes de sus desgracias.
Un nuevo camino de soberanía parece abrirse en África
Los pueblos de África parecen decididos a ponerse en pie. La juventud africana parece determinada a impedir que su futuro dependa de “ayudas al desarrollo”, de la caridad de ONG al servicio de las grandes empresas que saquean sus países o de arriesgar la vida en terribles viajes a través del desierto y el mar. Y esa afirmación de dignidad y soberanía de los gobiernos de Níger, Mali y Burkina Faso, ampliamente respaldada por sus pueblos, puede recorrer otros países considerados vasallos de occidente como Senegal o Nigeria. Y es que las fronteras trazadas con escuadra y cartabón a la medida de las potencias coloniales, pueden saltar hechas añicos. La decisión del senado de Nigeria, contraria a la intervención militar en Níger, no es ajena al hecho de que en ambos países la etnia mayoritaria sean los hausas. La tierra de los hausas, cuyos habitantes comparten historia, lengua y también la religión musulmana, fue partido en dos por Francia y Gran Bretaña para repartirse respectivamente Níger y Nigeria.
Para los pueblos de África que, desde su independencia persiguen fórmulas de unidad africana que fortalezcan su soberanía, sistemáticamente frustradas por el imperialismo euro- estadounidense, favoreciendo golpes de estado con gobiernos vasallos o asesinando a sus líderes como Patrice Lumumba (Congo 1961), Amílcar Cabral (Cabo Verde y Guinea 1973) o Thomas Sankara (Burkina Faso 1987), entre otros, no es difícil reconocer a sus enemigos y aprovechar coyunturas internacionales, como la que ofrece la multipolaridad; situación ésta, que sin significar revoluciones socialistas, las únicas capaces de garantizar una soberanía popular real, si pueden servir, y de hecho sirven, para impedir que la omnipotencia criminal impune del imperialismo decida todo.
Y curiosamente, aunque el gobierno de Níger se ha entrevistado con representantes de los Wagner en Mali y sus habitantes se manifiestan con banderas de Rusia, es muy difícil argüir la “conspiración moscovita”, por cuanto este país no tiene intereses económicos, ni siquiera embajada, en el país africano.
Ante la amenaza de agresión promovida por el imperialismo, inequívoca solidaridad internacionalista.
Sin que se pueda garantizar que el nuevo gobierno de Níger resista las enormes presiones que está sufriendo, incluida la agresión militar, o las decisiones políticas que pueda adoptar, desde un estado del centro del imperialismo como el Estado español, que además es responsable directo de políticas migratorias criminales, no cabe duda de que debemos desarrollar toda la solidaridad internacionalista con los intentos de los pueblos de África de recuperar la soberanía y la independencia.
Las recientes palabras del presidente de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, muestran un difícil camino, pero lleno de esperanza: “Necesitamos líderes africanos que dejen de comportarse como marionetas que bailan cada vez que los imperialistas tocan el instrumento”, parafraseando a Thomás Sankara “Un esclavo que no se rebela no merece piedad”, o el inequívoco “Patria o muerte, venceremos”.
Por todo ello, la Coordinación Estatal contra la OTAN y las Bases:
1. Defiende inequívocamente el derecho del pueblo de Níger y de todos los pueblos de África a apropiarse de sus recursos y a defender su soberanía por los medios que estime oportunos frente a las potencias neocoloniales.
2. Denuncia las políticas criminales de saqueo de las riquezas del pueblo de Níger y demás países africanos por parte de las diferentes potencias neo-coloniales de la UE y de EEUU y de sus empresas multinacionales, mantenidas durante décadas mediante la violencia, la extorsión y el soborno. Esas políticas son las responsables directas de la muerte prematura de millones de personas, de la miseria, la desnutrición y el analfabetismo; situación de la que huyen quienes buscan una esperanza de futuro en Europa.
3. Acusa a la UE de crímenes contra la humanidad por las decenas de miles de personas ahogadas en sus aguas, por la sistemática denegación de auxilio y devoluciones “en caliente” perpetradas por FRONTEX, con el apoyo directo del gobierno y los tribunales de justicia españoles.
4. Imputa al Gobierno español como responsable de la matanza de decenas de personas perpetrada el 24 de junio de 2022 en la valla de Melilla, ejecutada por la policía marroquí por encargo suyo, así como a las fuerzas políticas institucionales que han permitido que tan monstruoso crimen permanezca impune.
Ante la posibilidad de que el imperialismo euro-estadounidense, directamente o a través de sus esbirros en la región, intente – una vez más – anegar en sangre los deseos de soberanía e independencia real del pueblo de Níger y de otros pueblos africanos, la Coordinación Estatal Contra la OTAN y las Bases hace un llamamiento a todo tipo de organizaciones que preconicen la solidaridad internacionalista para convocar conjuntamente movilizaciones para impedirlo.
– Viva la lucha anticolonial y antiimperialista de los pueblos de África.
– Nativa o extranjera, la misma clase obrera.
– OTAN NO, BASES FUERA
11 de Agosto de 2023
Coordinación Estatal Contra la OTAN y las Bases
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