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En el fallecimiento de la profesora, socióloga urbana y luchadora Anna Alabart

Fuentes: Rebelión

¡Arden las pérdidas!, siguen ardiendo las pérdidas. A las muertes de Francisco Fernández Buey y Pere de la Fuente, se han sumado muy recientemente el fallecimiento del médico y humanista republicano Moisès Broggi y el de la socióloga y luchadora de los barrios barceloneses Anna Alabart Vilà. Dos de sus compañeros y amigos, Antoni Doménech […]

¡Arden las pérdidas!, siguen ardiendo las pérdidas. A las muertes de Francisco Fernández Buey y Pere de la Fuente, se han sumado muy recientemente el fallecimiento del médico y humanista republicano Moisès Broggi y el de la socióloga y luchadora de los barrios barceloneses Anna Alabart Vilà. Dos de sus compañeros y amigos, Antoni Doménech [1] y Joaquim Sempere [2] han escrito sobre ella. Esta nota es deudora de sus sentidas e informadas aproximaciones.

Anna Alabart Vilà (27/V/1942-25/XII/2012), economista, urbanista, catedrática de sociología urbana en la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, falleció en la madrugada del pasado 25 de diciembre de 2012 a los setenta años de edad. Anna Alabart, ha escrito AD, «nuestra amiga, colega y compañera de combate político», fue una mujer «buena, indócil y ejemplarmente generosa. Segura de su bondad, no necesitaba calificar moralmente a los demás; acertado o no, su juicio solía ser objetivo y político, totalmente ajeno a la moralina, a las resabiadas patologías doctrinarias y a las amargas jeremiadas habituales de cierta izquierda universitaria a la que la derrota post-68 privó del buen humor y del sentido común, además del ridículo. Tal vez por eso logró en vida el milagro de no tener más enemigos que los estrictamente imprescindibles».

Sólidamente instalada en la tradición barcelonesa del urbanismo de izquierda, prosigue el editor general de sin permiso, heredera del ideario del GATCPAC (Grup d’Arquitectes i Tècnics Catalans per al Progrés de l’Arquitectura Contemporània) y del legado de los movimientos vecinales democratizadores barceloneses, «sabía tanto como humilde era, es decir, mucho. Feminista de temple, huyó siempre del papel de la femme d’esprit professionel, por decirlo con el sarcasmo gálico de Marx». Su tesis doctoral –Los barrios de Barcelona y el movimiento asociativo vecinal, 1982-, recuerda Joaquim Sempere, «ilustra la idea que defendía la Universidad como institución al servicio de la sociedad y, en particular, de los más vulnerables» [4].

Catedrática de Sociología Urbana, como se ha indicado, economista de formación, Sempere ha destacado que era poco partidaria de lo que ella misma llamaba «compartimentos estancos», manteniendo «una mirada transdisciplinar en su amplia actividad de investigación». Alabart Vilà «veía la ciudad como una realidad en que se anudan lo económico, lo político, lo arquitectónico, pero también las múltiples relaciones entre sus habitantes». Preocupada por las desigualdades sociales, «cuyo incremento reciente la obsesionaba», prosigue el amigo y discípulo de Manuel Sacristán, Anna Alabart «analizó y denunció los mecanismos por los que la construcción del espacio urbano genera dinámicas que las favorecen. Defendió un modelo de ciudad equilibrada y sostenible, que fuera a la vez urbs y civitas, es decir, espacio de ciudadanía».

Su actividad intelectual, ha recordado también Sempere, estuvo íntimamente relacionada con el activismo social. «Orientó su compromiso en la lucha antifranquista hacia el trabajo en los barrios. Militante del PSUC, fue la primera firmante de un escrito al Gobierno Civil solicitando en 1974, bajo la dictadura, la legalización de la Asociación de Vecinos Esquerra de l’Eixample». Tras las primeras elecciones municipales democráticas a finales de los años setenta del siglo XX, Alabart Vilà participó en la elaboración, «mediante un proceso participativo de las entidades de los barrios, del plano de los barrios de Barcelona, el primero que tuvo la ciudad, que fue determinante en la configuración de los nuevos distritos». Algunos años más tarde, en el contexto de los Juegos de 1992, encabezó igualmente «un equipo al servicio del movimiento vecinal para definir e impulsar «la Barcelona de los barrios», con miras a combatir desigualdades y desequilibrios, más allá de una visión de la ciudad como escaparate».

En su vertiente más académica, Sempere ha destacado el papel de Alabart «en la introducción de la Sociología Urbana como materia en la Universidad de Barcelona, sus numerosos estudios aplicados y la dirección de proyectos de investigación» y la constitución del «grupo de investigación Territori, Població i Ciutadania, del que fue directora entre 2005 y 2009». Su trayectoria universitaria estuvo presidida por un objetivo republicano esencial: esforzarse por mejorar la Universidad y por garantizar su calidad «como institución pública al servicio de lo público».

Miquel Caminal [5], esposo y compañero de Anna Alabart, recordó en la ceremonia de despedida que «sus fechas políticas estelares eran el 14 de julio de 1789 y el 14 de abril de 1931». Los próximos 14 de abril y 14 de julio de 2013 serán de nuevo excelentes momentos para recordar a esta gran intelectual comprometida, a esta gran luchadora democrática y popular cuya amplia trayectoria político-intelectual es un ejemplo para todos nosotros.

Notas:

[1] Antoni Domènech, nota de presentación: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5537

[2] Joaquim Sempere, «Fallece la socióloga Anna Alabart, luchadora de los barrios barceloneses». El País, 2 enero de 2013, p. 5 (Edición Catalunya).

[3] Sin permiso ha reproducido, en la anterior referencia, un antiguo artículo de Anna Alabart: «Retroceder 20 años por decreto-ley». El País, 24 julio 1996. Antoni Domènech lo presenta del modo siguiente: «Para honrar su memoria, reproducimos a continuación un artículo suyo publicado en El País hace 16 años contra el decreto-ley que prefiguraba la malhadada Ley Rato y lo que donosa y premonitoriamente llamó ya entonces Anna «los nuevos aires retroliberalizantes» en materia de suelo urbanizable». Quién dice, quién ha dicho, que «la catástrofe económica, social y política de la burbuja inmobiliaria española no podía anticiparse», pregunta finalmente el autor de El eclipse de la fraternidad.

[4] El trabajo le valió el Premio de Investigación Ciutat de Barcelona en 1983.

[5] Catedrático de Ciencias Políticas de la Facultad de Economía y Empresa de la UB, Miquel Caminal fue director del Memorial Democrático, ese intento de recuperación de la memoria histórica abortado mezquina, urgente e interesadamente por el gobierno convergente-unionista y, especialmente, por la vicepresidenta, casi licenciada, Joana Ortega, siguiendo con todo detalle las instrucciones del ultraconservador lobbista pronuclear Duran i Lleida.

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.