La princesa Yennenga era muy querida por los guerreros de los reinos Mosi, ya que siempre que combatía con ellos salían victoriosos. Su padre, el rey, no quería oír hablar de casarla ya que su intención era seguir ganando guerras y para ello la necesitaba a su lado. Pero Yennenga harta de la guerra y […]
La princesa Yennenga era muy querida por los guerreros de los reinos Mosi, ya que siempre que combatía con ellos salían victoriosos. Su padre, el rey, no quería oír hablar de casarla ya que su intención era seguir ganando guerras y para ello la necesitaba a su lado. Pero Yennenga harta de la guerra y de las ansias de poder de su reino, decidió escapar en busca del amor. A lomos de su caballo llegó a la geografía de los bosques donde encontró a un cazador con el que se casó y se hizo madre de un niño. Llamaron al niño Ouedraogo, que significa semental, en honor al caballo que le ayudó a conseguir la libertad y a conocer el amor.
Ouedraogo es hoy uno de los apellidos más comunes de Burkina Faso, país en la que ha trabajado como periodista independiente durante los últimos siete meses nuestra entrevistada en esta ocasión, María Rodríguez. María llegó a Dakar en Senegal, donde trabajó haciendo reportajes sobre la labor que realizaba en el país la ONG Alianza por la Solidaridad. Su trabajo correspondía a las prácticas del máster que había realizado en Madrid. La experiencia le sirvió para conocer el país y aprender a moverse por él. Le llamó la atención como las casitas de la costa se parecían al paisaje de Almería. «Todo es muy similar, sólo que parece ser como la época de mi abuela, dos generaciones atrás«. Cuando dejó Senegal se interesó por otros países vecinos como Ghana, donde pretendía visitar el vertedero tecnológico de Agbogbloshie, uno de los más grandes del continente y también por Níger, el país más pobre del mundo según la ONU, con grandes minas de uranio y destino principal de los desplazados por el fenómeno de Boko Haram en Nigeria.
La educación prohibida de Boko Haram
Esta organización radical islámica tiene su origen en Nigeria. «Hablamos de un país enorme, con unas profundas desigualdades que se distinguen geográficamente en un sur con costa y rico y un norte lleno de carencias. Antes de la colonización Nigeria era un territorio dividido en varios estados que los ingleses decidieron unir para poder administrarlo más cómodamente.» Así unieron un sur animista y cristiano con un norte musulmán. Con la creación del país, los ingleses crearon su desigualdad; se dedicaron a la explotación de recursos que llevar a la metrópoli donde pudo llevarse a acabo la famosa Revolución Industrial. Nigeria se independiza en 1960 y desde el norte se empieza a reclamar una mayor atención a sus necesidades. «Hasta 1999 hay una sucesión de golpes de estado que culminan con la llegada de una democracia a principios del nuevo siglo. Es entonces cuando empieza a pedirse una mejor distribución de la riqueza del país y una descentralización política tan arraigada en el sur.»
En 2002 Mohamed Yusuf crea un grupo en el norte del país, donde se utiliza la religión para intervenir en política. «Al principio Boko Haram no nace como una organización terrorista como es ahora, si bien parten de ideas bastante extremistas. El nombre originario de la organización es mucho más largo y complejo que por el que se le conoce ahora. Boko Haram es el nombre popular que se le ha dado a la organización. Haram significa prohibido mientras que Boko es un vocablo con una significación muy amplia que puede traducirse por «cultura» o «educación occidental». Su educación consiste básicamente en la repetición y memorización de pasajes del Corán, la influencia occidental se ve como perniciosa y por tanto, según su filosofía, debe ser prohibida. En 2008 Abubakar Shekau toma el poder de la organización. Comienza entonces a convertirse en un grupo sanguinario, matando cristianos pero también a musulmanes moderados, atacando incluso a imanes en las mezquitas y en las escuelas coránicas. Ya no se sabe cuál son sus objetivos.»
A partir del año pasado, Boko Haram amenazó a los países fronterizos que brindan su apoyo a Nigeria para combatirlos. Camerún es atacado a finales de 2014, Chad este año y Níger fue atacado el pasado febrero. «Estos países han tratado de formar un ejército para combatir a Boko Haram. Este ejército se concentraba en Yamena, capital de Chad y Boko Haram atacó allí, era la primera vez que atacaba la capital de un país.»
Amnistía Internacional publicó un informe sobre varios casos de torturas indiscriminadas por parte del ejército de Nigeria contra supuestos miembros de Boko Haram. Hubo ejecuciones sin juicios, ni pruebas donde se enterraba a la gente en las inmediaciones de la prisión; las cifras son sobrecogedoras. Desde 2013 está llegando gente huyendo a la frontera con Níger al norte de Nigeria. María se desplazó hasta la capital donde visitó una prisión en la que le mostraron unos 300 presos supuestamente vinculados a Boko Haram. «Un activista me comentó que si hubiera tanta gente de esta organización junta en prisión se hubieran dado motines. Uno de los presos con quien hablé era profesor de escuela, por tanto es imposible que perteneciera a esta organización. Otro de los reclusos me comentó que su padre fue asesinado por Boko Haram por ayudar a la policía a distinguir quien era terrorista y quién no. Él había huyó con miedo hasta Níger y en una redada lo detuvieron por pertenencia a Boko Haram. Parece que la gente que está huyendo de Nigeria a Níger es detenida por la policía simplemente porque relacionan llegar de Nigeria con ser terrorista.»
Otro de los hechos excepcionales que ha provocado esta situación, es el que se produjo en Nigeria cuando el gobierno recurrió a una antigua tradición, la de levantar el Corán. «Se trata de un acto en el que se debe decir la verdad bajo el riesgo de que una maldición caiga sobre quien no lo haga. Se pretendía con esto descubrir al mayor número posible de integrantes de Boko Haram. Sin embargo mucha gente utilizó la situación para saldar rendecillas personales, deshacerse de acreedores con quienes tenían deudas o aprovechar para quitarse de en medio a alguien con quien se llevan mal. El ambiente es de psicosis.» Níger tiene ya un problema de yihadismo en el norte, donde Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), campa a sus anchas en una zona desértica y no quieren que pase lo mismo en el sur. Problemas similares tienen Chad y Camerún. «Son países con recursos MILITARES limitados que hacen lo que pueden para controlar estos problemas. Tienen fallos, en muchos aspectos están desorganizados pero intentan solucionarlos dentro de sus posibilidades. Por su parte Nigeria, que es de donde se origina el problema, no ha hecho más que alimentar el monstruo, ahora ha habido un cambio de gobierno, veremos a ver qué pasa.»
Burkina y la historia de Thomas Sankara
Tras viajar por Senegal, Ghana y Níger, nuestra compañera establece definitivamente su base en Burkina Faso, un país naranja. «Es un país naranja, la tierra es de ese color y lo invade todo. Alguien escrupuloso con la limpieza lo tendría difícil para vivir allí. Por mucho que cierres los armarios o mantengas la pulcritud del baño, siempre encontrarás motas de tierra en la ropa y polvo naranja en las baldosas blancas del aseo. Lo que barras en la mañana estará de vuelta por la tarde.»
Situado en el áfrica Occidental, este pequeño país donde viven alrededor de 13,5 millones de personas, hace frontera con Nigeria, Ghana, Benín, Mali, Togo y Costa de Marfil. «Es un país muy cómodo, con gente acogedora y de mentalidad abierta. En otros lugares tienes que tener recato con la vestimenta pero allí puedes salir a la calle en tirantes sin problema.» Para hacerse una idea de cómo está la economía del país, nuestra compañera visita los mercados, siempre con el recelo de que le apliquen el precio Tubab (blanco) ya que la piel de este color suele indicar riqueza. «En la mayoría de los países que he visitado las mujeres trabajan en los mercados vendiendo fruta, siempre colocada en montones de forma muy ordenada. Se trata de un país principalmente agrícola a pesar de tener importantes exportaciones de oro y algodón.» Estas industrias están en manos de multinacionales que utilizan maquinaria para su explotación y dan muy poco trabajo para la gente de Burkina. La capital, Uagadugú, es como un pueblo grande, el centro está asfaltado pero las afueras como el resto del país, tiene un aspecto humilde y rural.
Muchas veces al pensar en África tenemos la idea de que es un continente donde no existe más historia que la del colonialismo. » La gente cree que antes sólo se daba de comer a las cabras, se recogía el agua y no pasaba más nada.» En Burkina como en gran parte del continente la historia se recoge de forma oral, como la leyenda de la princesa Yennenga que contábamos al principio de este artículo. «La tradición oral es una forma de registrar y trasmitir la historia y la cultura de un pueblo, a nosotros no nos llega precisamente porque su forma es hablada pero eso no significa que no sea importante y útil para su gente.»
Sin embargo la historia reciente del continente está marcada por el colonialismo europeo. Así, durante los años 60, Francia divide su zona de influencia sobre varios países a pesar de la independencia. Al igual que contábamos de Nigeria, en Burkina se suceden los golpes de estado durante décadas. En 1984 el levantamiento militar tiene un carácter especial, está encabezado por un joven general, Thomas Sankara. Junto a su mejor amigo Blaise Compaoré establecen un régimen de ideología marxista. «Sankara era panafricanista, defiende la idea de la unión y la solidaridad de los pueblos africanos para deshacerse del imperialismo. Tras la descolonización surgió un sentimiento común que no existía antes en el continente. Sankara era un tipo bromista, honesto, inteligente, con una fuerte personalidad, lo llamaban el Che Guevara africano. Consideraba que para el desarrollo del país era necesario producir y consumir de forma local. Así a pesar de vestir con su uniforme militar, alternaba su vestimenta con trajes de algodón fabricados en Burkina. Muy admirado por la juventud, era ecologista y feminista, ideas avanzadas para su época.» Trabajó por el reconocimiento de la mujer en la sociedad, decía cosas como esta: La revolución y la liberación de la mujer van unidas. No hablamos de la emancipación de la mujer como un acto de caridad o por una oleada de compasión humana, es una necesidad básica para el triunfo de la revolución.
Para acercarse a los problemas de la gente, creó comités que trabajaban en los barrios y las aldeas informando sobre los problemas del campo y de los trabajadores. » Estos comités de defensa locales sirvieron para que algunos de sus dirigentes se corrompieran y asumieran la autoridad de forma despótica.» Se creó un gran problema de abuso de poder y la revolución empezó a ser fallida. Sankara asume los fallos y comienza el periodo llamado de rectificación. Esto sucedió hacia el final de su etapa en el poder, para entonces Sankara tenía ya varios enemigos. Había roto todos los esquemas, es famoso su discurso en Addis Abeba frente a la Unión Africana en julio de 1987. » Afirmó ante los líderes de los demás países que fueron los colonizadores quienes endeudaron África con sus prestamistas y que esas deudas eran ajenas a ellos y por tato no tenían por qué pagarla. Muchos se rieron de él pero todos sabían que tenía razón.» Ante el peligro de que pudiera extenderse una revolución Francia se asustó. El 15 de octubre del mismo año, mientras estaba reunido con su gobierno, Tomas Sankara es asaltado y asesinado junto a otros 12 compañeros. Quien sube al poder es su amigo Compaoré que se plegó a los intereses franceses y traicionó a su compañero poniendo fin a un efímero mandato de 3 años. Sin embargo la huella de Sankara sigue viva. » A día de hoy todavía se habla de él en Burkina y se le recuerda pese a la censura impuesta por Compaoré durante 27 años.»
La caída de Blaise Compaoré
Con Compaoré Burkina volvió a ser un país títere de Francia, plegado a los intereses del FMI y el Banco Mundial. Se instaura un periodo marcado por la desigualdad donde las pequeñas élites se enriquecen a costa del pueblo. También ha habido asesinatos políticos y de periodistas que han denunciado la corrupción.
«El pasado mes de octubre, Compaoré se disponía a arreglar las leyes para prolongar 5 años su mandato a los 27 que ya estaba sentado en el poder. Pero la gente estaba ya harta y quería un cambio. Ya en 2013 surgen movimientos ciudadanos como Le Balai Citoyen (la Escoba Ciudadana) que pretendía barrer todo lo que no funcionaba en Burkina.»
Compaoré había convocado un referéndum para modificar a su favor la constitución pero ante la más que posible oposición de la gente, el gobierno acordó reunirse previamente para crear un anteproyecto de ley que permitiera que su propuesta saliera adelante. Este anteproyecto debía votarse en la Asamblea Nacional donde Compaoré tenía la mayoría. «Durante toda la semana previa la gente salió a manifestarse contra el gobierno, sobre todo mucha gente joven que sólo habían conocido a Compaoré como presidente. Hablamos de un país con mucho paro y una población muy joven. Muchos de ellos se pasan el día mirando cómo trabaja en el taller mecánico el único de sus amigos que tiene empleo. No tenían mucho que perder.» El día antes de la votación, los diputados hicieron noche en un hotel cercano a la Asamblea por miedo a que la gente no les permitiera salir de sus casas y llegar a votar. «Pero una vez que estos lograron llegar a la Asamblea el pueblo prendió fuego al edificio e impidió la votación. Se dice que incluso los militares dejaron hacer a la gente, también el ejército quería un cambio. Compaoré huyó al exilio. Fue un hito en la historia de Burkina.»
Después se estableció un gobierno repartido entre militares y civiles. «Mucha gente es escéptica y afirma que los militares han robado la revolución a la gente.» Le Balai Citoyen no se ha disuelto, dicen que son centinelas, vigilantes con el nuevo gobierno al que van a dejar hacer pero atentos a salir a las calles si la situación lo requiere. «En general la gente en Burkina está muy politizada, todo el mundo habla de política, incluso el que vende mangos en el mercado. Con todo existe cierta tensión, hay expectación y duda, cualquier cosa puede pasar pero sin duda la caída de Compaoré ha sido un paso importante.» También Senegal echó antes a su presidente y convocó elecciones y ese sentimiento de renovación se ha trasladado a otros países. «Ha pasado en Gabón, República Democrática del Congo, en Togo donde todavía hay miedo al cambio, incluso en Burundi que no aparece en los grandes medios y donde un proceso similar al de Burkina ha desembocado en una importante crisis. Ruanda también vive una se deja entrever que se quiere un cambio de régimen. Todos, cada uno según circunstancias, pero todos estos pueblos están luchando por cambios.»
En Burkina quienes encabezaron las movilizaciones fueron las mujeres que empujaron a todos los demás. «Si ellas salen por qué no nosotros pensó la gente. Por lo que he podido ver en muchos países africanos son las mujeres las que mueven este continente, siempre son ellas las que están detrás de los trabajos más duros. He fotografiado mujeres que parecen viejas y al preguntarles después la edad me he dado cuenta de que son jóvenes que trabajan de forma dura y constante. Por eso incluso a día de hoy el discurso igualitario de Sankara para con las mujeres sigue siendo revolucionario. Ellas están todavía en un segundo plano y sus formas de feminismo no son como las de aquí pero sí hay una importante toma de conciencia.»
La transición política en Burkina ha puesto sobre la mesa la intención de resolver el asesinato de Thomas Sankara para que se haga justicia a su figura casi 30 años después.
En Burkina quienes encabezaron las movilizaciones fueron las mujeres que empujaron a todos los demás. «Si ellas salen por qué no nosotros pensó la gente. Por lo que he podido ver en muchos países africanos son las mujeres las que mueven este continente, siempre son ellas las que están detrás de los trabajos más duros. He fotografiado mujeres que parecen viejas y al preguntarles después la edad me he dado cuenta de que son jóvenes que trabajan de forma dura y constante. Por eso incluso a día de hoy el discurso igualitario de Sankara para con las mujeres sigue siendo revolucionario. Ellas están todavía en un segundo plano y sus formas de feminismo no son como las de aquí pero sí hay una importante toma de conciencia.»
La transición política en Burkina ha puesto sobre la mesa la intención de resolver el asesinato de Thomas Sankara para que se haga justicia a su figura casi 30 años después.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.