Ya estaba vacunado contra el engaño deliberado de las encuestadoras (http://goo.gl/NakHSG), por lo que nunca tomé en serio el supuesto aplastante triunfo de Hillary. Mucho menos después de los escalofriantes fracasos de las encuestas en México -cuando los presstitutes/loro-cutores abultaron el apretado triunfo de Peña-, del Brexit -en el cual todo el mundo se equivocó, […]
Ya estaba vacunado contra el engaño deliberado de las encuestadoras (http://goo.gl/NakHSG), por lo que nunca tomé en serio el supuesto aplastante triunfo de Hillary. Mucho menos después de los escalofriantes fracasos de las encuestas en México -cuando los presstitutes/loro-cutores abultaron el apretado triunfo de Peña-, del Brexit -en el cual todo el mundo se equivocó, con la notable excepción de la reina de Inglaterra y el tabloide The Sun- y de Colombia, donde el domingo futbolero, el huracán Mathew y el voto de castigo a Santos desecharon el loable acuerdo de paz con las FARC.
En la radio me atreví a rechazar, a contracorriente, el veredicto adelantado, con la frase del poeta español García Lorca: «Los muertos que vos matáis gozan de cabal salud», aplicado al trumpismo (http://goo.gl/8PLjky) y sugerí en mis redes sociales seguir el tracking poll de Los Angeles Times (feudo mexicano de Hillary) que resultó el único acertado sobre el triunfo tectónico de Trump en el océano de las encuestas tradicionales: exageradamente distorsionadas, debido a las lubricaciones pecuniarias de la triada de Wall Street de Goldman Sachs/los Rothschild/George Soros, cuyos palafreneros en EU/Europa/México rechazan los resultados e incitan a una revuelta, que incluya el magnicidio.
Lo grave y antidemocrático de los engaños de las encuestadoras, desde Estados Unidos hasta México, es la creación de una falsa realidad que propicia una ambientación de linchamiento contra cualquier contrapunto despreciado como políticamente incorrecto, por lo que existió 20 por ciento de indecisos, que en una atípica elección tan polarizada era aberrante, pero que refleja(ba) la proclividad hierática por el supremacismo populista WASP y ocultaba su verdadera decisión, incluso, al momento de salida de los cada vez más inexactos exit polls, que a las 17 horas daban como triunfadora a la derrotada Hillary: trampa en la que cayó la aplastante mayoría de los desinformadores aquende y allende el río Bravo, como Televisa y Univision.
Will Gore (WG), de The Independent (que se equivocó en forma grotesca con el Brexit y Hillary), acepta que la victoria de Trump colocó el último clavo en el féretro de los principales multimedia anglosajones, el «MSM: Main Stream Media (http://goo.gl/yaVuB5)». Tales equivocaciones constituyen una evidencia más del grado en el que el MSM está fuera de la realidad que experimenta la gente ordinaria, cuando hoy «la verdad (sic) se encuentra en los foros online; en los tuits de los trolls que odian al MSM; en comentarios bajo la línea; en las llamadas de los radioescuchas; en las características de los medios sobre la declinación de las comunidades industriales; en los análisis académicos (nota: como el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM (http://goo.gl/ekHqnj) y Casa Lamm, donde un día antes, con datos duros, exhibí el ascenso irresistible del trumpismo)».
Nadie de los MSM detectó la angustia y frustración de los furibundos desempleados WASP, sólo se (en)cargó de promocionar los desvaríos eróticos de Trump en lugar de concentrarse en la fractura de la sociedad en todos sus segmentos, lo cual se reflejó en el apabullante triunfo de Trump en el Colegio Electoral: 306 votos (30 estados) frente a 232 de Hillary (20 + Washington DC).
Daily Mail, portal del MI6, siempre tuvo en el radar el triunfo tectónico de Trump y se dio el lujo de ser el primero en el mundo en dar la primicia.
Quartz dictamina la defunción de las encuestas políticas (http://goo.gl/lj8bpL ) y reconoce que existe un giro cultural y tecnológico que no miden las encuestas, las cuales, a mi juicio, deben ser abolidas, ya que sólo sirven para engañar y ajustar sus imaginarios hallazgos a los intereses del cliente.
Hasta el otrora legendario NYT, insensatamente pro Hillary, pidió disculpas por su pésimo manejo de la elección (http://goo.gl/DpnEZ9), mientras el consagrado encuestador Nate Silver, muy abultado por el NYT y quien se autodenomina medio judío (sic), fue vapuleado por la cruda realidad.
El anterior parlamentario británico George Galloway se burla de los expertos en encuestas -como el neoconservador straussiano israelí-estadunidense Bill Kristol, editor de Weekly Standard, quien se la pasa día y noche en la televisión (¡para lo que sirvió!)-, quienes fueron humillados, como en el Brexit (http://goo.gl/9rSmWZ).
Todo el veneno vertido por los gurús de pacotilla, desde Estados Unidos pasando por la anglosfera hasta el «México neoliberal itamita», no pudo desactivar la furia supremacista populista del trumpismo.
Con todos sus consustanciales defectos racistas, DEBKA Weekly (No. 731; 11/11/16), portal del Mossad, planteó el escenario del triunfo tectónico del trumpismo; hoy sentencia la muerte de las encuestas tradicionales y catapulta la prospectiva basada en la fuente de inteligencia abierta (Osint, por sus siglas en ingles) que toma en cuenta a los usuarios de Internet y las redes sociales, que definen nuevos algoritmos, como el que realizó Sanjiv Rai, de MogIA (http://goo.gl/YthkZq), que usa la inteligencia artificial on line para analizar y evaluar frases comunes y palabras recolectadas en motores de búsqueda; la frecuencia y la naturaleza del contenido en las cadenas de los tuits y los posteos en las redes sociales; como los comentarios sobre artículos en los sitios de noticias; y el nivel del compromiso de usuarios de Internet respecto al tema de su encuesta».
Tendencias, de Infobae, analiza «Cómo funciona el software inteligente MogIA que predijo el triunfo de Trump (http://goo.gl/I9VO7K)».
Más que de un racismo, para Breitbart (portal pro-Trump) se trata de un «movimiento económico nacionalista, tan excitante como el de la década de los 30 y mayor a la revolución de Reagan (http://goo.gl/P6Ocj5)», en lo que concuerda Robert Gibbs, anterior secretario de prensa de Obama (http://goo.gl/EVjExc).
Los engaños de las encuestadoras globales -con sus caricaturas locales que el sarcasmo popular denigra de para mi tía/»mientofsky»/mi lana- ascienden a crímenes de desinformación todavía no punibles que afectan la vida de los ciudadanos.
Sobre el decadente «México neoliberal itamita», vacunado contra la autocrítica, no haré leña del bosque derrumbado de sus encuestadoras y sus gurús de pacotilla.
Más allá de la inaceptable frivolidad aventurera e infantiloide del esquizofrénico Senado -que parece más un manicomio para la subasta colectiva de la idea más insensata, como la amenaza de abolición del Tratado de Guadalupe Hidalgo y el porte de camisetas de la derrotada Hillary ante el letrero: La Patria (sic) es Primero-, prolifera e intoxica en forma preocupante el grave primitivismo/aldeanismo en un ambiente de maniqueo linchamiento cacofónico de tiránico pensamiento único sin pluralidad dialéctica, ausente de crítica cartesiana y kantiana: dos pilares del pensamiento occidental, hoy huérfano de verdaderos intelectuales -que confunden con vulgares publicistas- y contaminado de mercaderes de la noticia y, peor aún, carente de sindéresis epistemológica.
http://alfredojalife.com
Twitter: @AlfredoJalifeR_
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/11/21/opinion/016o1pol