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Palestina 2017

Es hora de decir adiós a Washington y abrazar al mundo

Fuentes: Counterpunch

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

No hay duda de que la condena a Israel por parte del Consejo de Seguridad de la ONU el viernes 23 de diciembre fue un hecho importante y digno de atención.

Es cierto que las principales cámaras de la ONU (el Consejo de Seguridad y la Asamblea Nacional) y sus diferentes instituciones, desde la Corte Internacional de Justicia hasta la agencia cultural de la ONU, la UNESCO, han condenado reiteradamente la ocupación israelí, las ilegales colonias judías y el maltrato que sufren los palestinos.

De hecho, a diferencia de la resolución 2334 del 23 de diciembre, las condenas anteriores de la ONU fueron mucho más duras ya que algunas resoluciones no solo exigían que se detuviera inmediatamente la ilegal construcción de colonias judías sino también que se eliminaran las colonias existentes.

Hay unas 196 colonias ilegales en tierra palestina ocupada, además de cientos de puestos avanzados de colonos. En estas colonias viven unos 600.000 colonos judíos, que fueron trasladados a ellas en violación del derecho internacional y en particular de la Cuarta Convención de Ginebra.

Pero, ¿qué hace que esta resolución sea tan importante?

En primer lugar, Estados Unidos no vetó la resolución ni amenazó con utilizar su derecho a veto, ni presionó seriamente, como suele hacer para suavizar antes el texto.

En segundo lugar, es la primera condena a Israel clara y decisiva por parte del Consejo de Seguridad en casi ocho años, prácticamente los años de la presidencia de Barack Obama.

En tercer lugar, la votación tuvo lugar a pesar de la extraordinaria presión israelí al actual gobierno estadounidenses y al futuro gobierno de Donald Trump, y a pesar de haber logrado presionar con éxito al presidente egipcio, Abdul Fatah al-Sisi. De hecho, Egipto atrasó la votación, que estaba programada para el día anterior, antes de que Nueva Zelanda, Senegal, Malaisia y Venezuela intervinieran y llevaran la resolución a votación, un día después.

Sin lugar a dudas, esta resolución de la ONU, como todas las demás, sigue siendo bastante simbólica mientras no haya mecanismos prácticos para garantizar que se respeta el derecho internacional.

Israel no solo no respetará la voluntad de la ONU sino que de hecho está acelerando la construcción de colonias en la zona de Jerusalén y desafiando de esta voluntad.

El ayuntamiento de Jerusalén anunció la construcción de 300 viviendas en las ilegales colonias de Ramat Shlomo, Ramot y Bit Hanina mientras los miembros del Consejo de Seguridad preparaban la votación sobre la «falta de validez legal» de las colonias judías.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP), por otra parte, ya está celebrando otra «victoria» simbólica, que ya vende a los palestinos como un paso fundamental hacia su libertad y su Estado independiente.

En efecto, la resolución de la ONU anhelaba asegurar que se perpetúa aún más la ilusión de dos Estados, que es todo lo que el liderazgo de Mahmoud Abbas necesita para seguir presionando por un espejismo inalcanzable.

Teniendo todo esto en cuenta, en este momento hay que constatar una lección y una lección valiosa: a pesar de todo su poderío, Israel es bastante vulnerable y está bastante aislado en el escenario internacional sin el respaldo de Estados Unidos.

El resultado de la votación fue bastante elocuente: 14 miembros del Consejo de Seguridad votaron a favor, mientras que Estados Unidos se abstenía. Después de la votación se produjo algo que se ve poco en estas reuniones, un largo aplauso en el que países que apenas están de acuerdo en muchas cosas, estaban totalmente de acuerdo en que las aspiraciones palestinas son justas y en rechazar las prácticas israelíes.

Piensen un momento en lo siguiente: están fracasando totalmente los implacables esfuerzos de Israel y Estados Unidos tanto para intimidar, coaccionar y sobornar a los miembros de la ONU como para hacer que la comunidad internacional permanezca al margen del conflicto israelo-palestino.

Lo único que se necesitó fue la simple abstención estadounidense en la votación para sacar a la luz el todavía firme consenso internacional acerca de las acciones ilegales de Israel en Palestina.

En una emblemática señal de esperanza esta votación pone fin al año 2016, que ha sido un año duro para los palestinos. Cientos de palestinos han sido asesinados este año en enfrentamientos en Jerusalén, Cisjordania y Gaza, se han demolido o dañado parcial o totalmente cientos de hogares, Israel han confiscado miles de hectáreas de tierra y arrancado incontables olivos.

El año que viene no promete ser mejor ya que el nuevo gobierno estadounidense bajo Trump exhibe todos los indicios que sugieren que el apoyo estadounidense a Israel seguirá siendo inquebrantable, si es que no adopta aun giro aún más oscuro. No sería de extrañar, ya que el nombramiento del defensor a ultranza de las colonias David Friedman como nuevo embajador estadounidense en Israel implica unas perspectivas aterradoras. Friedman y las personas de ese tipo no tienen consideración alguna por el derecho internacional ni respeto alguno por la actual política exterior estadounidense referente a la ocupación israelí, la ilegalidad de las colonias (que varios gobiernos han considerado «un obstáculo para la paz») y está impaciente por trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén.

Todo esto no presagia en absoluto nada bueno y la recién aprobada resolución no debe fomentar la ilusión de que las cosas están cambiando.

No obstante, hay una esperanza.

La resolución reafirma que la comunidad internacional está de lado de los palestinos de manera incondicional y, a pesar de todos los fracasos en el pasado, sigue defendiendo que se respete el derecho internacional.

Este recordatorio tiene lugar en el momento en el que el movimiento de boicot, desinversión y sanciones [a Israel] (BDS) está teniendo un éxito tras otro, está incitando a las sociedades civiles, a los campus universitarios y sindicatos de todo el mundo a tomar postura en contra de la ocupación israelí.

Aunque los derechos de los palestinos no tiene la menor importancia para los intereses de la política exterior estadounidense (que considera que su alianza con un Israel fuerte es mucho más importante que las necesidades de los desunidos países árabes), los palestinos todavía pueden forjar una nueva estrategia basada en el firme apoyo que siguen recibiendo del resto del mundo.

Israel es culpable de muchas cosas, pero los palestinos también tiene gran parte de la culpa debido a su propia desunión, sus luchas internas y su corrupción. No deben esperar que sus esfuerzos, por sinceros que sean, lleven a la libertad y la liberación cuando son incapaces de formar un frente unido. Esto se debería hacer reconsiderando la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y uniendo a todas las facciones palestinas bajo una plataforma única que satisfaga las aspiraciones de todos los palestinos, tanto en casa como en la «shattat» (la diáspora).

Los dirigentes palestinos tienen que entender que la época del inútil liderazgo estadounidense ha terminado. Se acabó la palabrería vacía sobre la paz y el dar dádivas a la AP mientras se financia al ejército israelí y se respalda políticamente a Israel. El próximo gobierno [estadounidense] es un gobierno proisraelí, sin lugar a dudas.

Puede que esto sea la claridad que necesitan los palestinos para entender que mendigar y suplicar la compasión estadounidense no será suficiente.

Si un liderazgo unido palestino no aprovecha la oportunidad y recupera la iniciativa 2017 todos los palestinos sufrirán.

Es el momento de alejarse de Washington y abrazar al resto del mundo. 

 

Dr. Ramzy Baroud lleva 20 años escribiendo sobre Oriente Próximo. Es un columnista internacional, asesor de medios de comunicación, autor de varios libros y cofundador de PalestineChronicle.com. Su último libro es My Father Was a Freedom Fighter: Gaza’s Untold Story (Pluto Press, London). His website is: ramzybaroud.net

Fuente: http://www.counterpunch.org/2016/12/28/palestine-2017-time-to-bid-farewell-to-washington-and-embrace-the-globe/

 

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.