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¡Es hora de devolver Guantánamo a Cuba!

Fuentes: Progreso Semanal

Por años hemos apoyado decididamente el pleno restablecimiento de las relaciones entre EE.UU. y Cuba para un mejor e integral desarrollo de la isla en el cual el tema de Guantánamo es un elemento esencial. Además, dado los vaivenes de la política interna estadounidense, la administración Obama constituye una oportunidad excepcional, realmente inimaginable en los […]

Por años hemos apoyado decididamente el pleno restablecimiento de las relaciones entre EE.UU. y Cuba para un mejor e integral desarrollo de la isla en el cual el tema de Guantánamo es un elemento esencial. Además, dado los vaivenes de la política interna estadounidense, la administración Obama constituye una oportunidad excepcional, realmente inimaginable en los años anteriores del presente siglo. Consideramos que el momento es oportuno y propicio para que la Base de Guantánamo sea devuelta a la nación cubana. Ello beneficiaría tanto a EE.UU. como a Cuba.

A EE.UU. le brindaría el prestigio político y diplomático de la adherencia y cumplimiento de sus nuevos planteamientos internacionales.

Cerrar el centro de detención en Guantánamo y devolver la base a Cuba, sería considerado internacionalmente como una acción fundamental de buena voluntad que sustentarían las promesas de la administración de Obama de un nuevo trato hacia Cuba y America Latina, y ayudaría a la vez a restaurar la imagen y credibilidad estadounidense ante la comunidad internacional tan erosionada por las deplorables prácticas de derechos civiles y humanos de la administración de George W. Bush.

Eliminaría la vergüenza colonialista de ocupar por la fuerza parte del territorio de un pequeño país vecino por más de un siglo con el pretexto de haberlo ayudado a lograr su independencia nacional.

La Bahía de Guantánamo ha estado en posesión de EE.UU. desde 1903, por la imposición a la nación cubana de la Enmienda Platt, una ley del Congreso de EE.UU. añadida a la 1ª Constitución Política cubana a principios del siglo XX, bajo la coerción que de no aceptarse la isla permanecería ocupada militarmente. También le dio a EE.UU. el derecho de intervenir políticamente y militarmente en los asuntos cubanos cuando lo estimara pertinente, como lo hizo errada y reiteradamente.

El territorio de la Bahía de Guantánamo fue transformado en la base naval de Guantánamo, la cual hoy día es la base militar más antigua que EE.UU. posee fuera de su territorio nacional. Su territorio de 117.6 kilómetros cuadrados es igual en tamaño al corazón de la ciudad de Nueva York en la isla de Manhattan.

Es importante destacar la tendencia global de respetar los derechos soberanos de las naciones y su integridad territorial, que EE.UU. lideró e impulsó decididamente después de la Segunda Guerra Mundial. Ejemplos recientes de dicha tendencia son que Inglaterra devolvió Hong Kong a China en 1997; Portugal, Macao a China en 1999; y EE.UU., el canal a Panamá en el 2000.

Asimismo, actualmente existe una clara predisposición en la política mundial de defender principios fundamentales y de resolver conflictos mediante la negociación y la diplomacia, lo cual permitiría optimizar las posibilidades de ponerle fin a este deshonroso episodio en la historia de las dos naciones.

También la Base está asociada mundialmente con reprobables actos de tortura, violaciones a los derechos humanos fundamentales y a los convenios internacionales sobre el trato de prisioneros políticos y de guerra que no hubieran sido tolerados en el territorio nacional estadounidense y cuya evidencia ha permanecido en secreto a pesar de las promesas hechas de divulgarlas por la nueva administración del presidente Obama.

El congresista John Murtha, demócrata por Pennsylvania, ha declarado que el centro de detención de Guantánamo no es simplemente una cuestión de tanques y artillería, sino un real desafío a la fibra moral y ética de la nación estadounidense.

El cierre del centro de detención en Guantánamo no es un tema partidista en EE.UU. Dos destacados y respetados políticos republicanos, el senador por Arizona y excandidato presidencial John McCain y el senador por South Carolina Lindsey Graham, han hecho público su apoyo al cierre del centro de detención de Guantánamo.

Según Fidel Castro, la base humilla a Cuba, como un cuchillo en el corazón de la dignidad y soberanía del pueblo cubano. Muchos compatriotas, incluso de la oposición, apoyan este punto de vista y sienten que el momento ha llegado de ejercer nuestro derecho moral y legal de demandar su devolución.

La nación cubana debe unirse decididamente para aprovechar esta ocasión histórica excepcional y fomentar la Unidad Nacional para la recuperación de lo que es nuestro. Esta postura facilitaría al presidente Barack Obama justificar la devolución de la base de Guantánamo a la nación cubana.

Devolverle a Cuba el territorio ocupado de Guantánamo, ofrece una oportunidad única para emprender un nuevo camino y reorientar la política exterior estadounidense. No se puede exigir a otros países lo que EE.UU. no está dispuesto a cumplir.

¡El momento es hoy, no mañana!

Lorenzo Cañizares es sindicalista cubano-americano. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA. Rolando Castañeda es economista cubano-americano. Funcionario retirado del Banco Interamericano del Desarrollo. Reside en Washington, D.C.