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España incrementa el saqueo de África

Fuentes: Rebelión

“Lo peor es que ante esta terrible política reaccionaria y colonialista del gobierno español, ciertos “progresistas” están guardando un extraño y aterrador silencio”

Mientras la prensa nos bombardea hablándonos diariamente de una “crisis migratoria sin precedentes” utilizando términos sesgados como “invasión” o “avalancha”el Gobierno español no cesa de invadir y saquear el continente africano, algo que, curiosamente, pasa prácticamente inadvertido en la prensa. Se ve que sobre esto no hay motivaciones para dedicarle grandes portadas en prensa. Era mejor reservarlas a los migrantes, en su mayoría menores, que cruzaron el 18 de mayo desde Marruecos a Ceuta.

Mientras la prensa nos habla continuamente de la crisis diplomática entre España y Marruecos, “nuestro” país se dedica a gritar a cuatro vientos que de la crisis covid 19 se va a salir hundiendo las economías africanas para el interés de nuestra querida oligarquía.

Podríamos decir que todo empezó el 8 de abril, cuando el presidente Pedro Sánchez anunció una gira africana por varios países para llevar a cabo el denominado “Plan Foco África 2023”, en el que España establece las relaciones estratégicas con el continente en los campos económicos, de paz y estabilidad, gestión migratoria, lucha contra el cambio climático o igualdad de género y desarrollo. Durante la presentación de la gira Sánchez declaró, textualmente, que “esta será la década de España en África”. Esta década consistirá, como fácilmente puede deducirse, en el saqueo puro y duro del continente. Es decir, el plan consiste esencialmente en incrementar las inversiones de las grandes empresas españolas en el continente negro. Según adelantó el presidente, la idea es que las economías africanas jueguen, en el PIB español, un papel mayor que las economías de América Latina, donde ya hay muchísimas empresas españolas invirtiendo. Esto quiere decir que España va a recrudecer significativamente el saqueo del continente africano en apenas unos años. Concretamente, se llevarán a cabo más de 250 acciones para construir en el continente africano un tejido español de influencia política y económica. Y ya sabemos a qué llama esta gente influencia política (a tener gobiernos títeres y defensores de sus intereses, por si había dudas) y a qué llaman “influencia económica” (a explotar a las clases obreras africanas y a extraer rentas coloniales, materias primas, etc., por si es necesario aclararlo).

Pero eso no es todo. Se habló también de la necesidad de incrementar la presencia militar española en África. Por si acaso se tuerce la situación, claro. Y esto viene gestándose incluso desde antes de que Sánchez anunciara su plan África.

El día 28 de mayo Margarita Robles, la ministra de Defensa, reafirmó el compromiso militar de España en su misión en Malí y otros países como Libia o Mozambique. El argumento de la ministra, ojo al dato, es que la invasión militar española de Malí, Mozambique y Libia (sí, amigos periodistas, aquí sí que hay que hablar de invasión) “permitirá reforzar la industria europea y crear empleo”. Así de claro. El bienestar, el desempleo y la mejora de la industria de los europeos va a crecer gracias a la invasión militar de países africanos. Política colonialista pura y dura.

Lo peor es que ya se han realizado acciones que confirman el plan colonialista del gobierno español. En Libia el gobierno “progresista” español incrementó la presencia militar y diplomática desde diciembre de 2020. Según leemos en esta noticia de La Vanguardia, la idea es que la recolonización de Libia (en la que España participará y cogerá su trozo del pastel, pues por algo España participó en la invasión de Libia bajo la presidencia de Zapatero) permita a la burguesía española hacer negocio energético, tanto con los hidrocarburos como con las energías alternativas, así como con la reconstrucción del país norteafricano.

Libia, el país más estable y rico de todo el continente, fue convertido en un Estado fallido a golpe de bombas de la OTAN y las acciones armadas de las múltiples milicias yihadistas (entrenadas, armadas, financiadas y apoyadas logísticamente por las potencias occidentales) para luego ser reducido, como país, a simple botín colonial a repartirse entre los yanquis, los turcos y los europeos (incluidos los españoles, como se ve). La degradación de la sociedad libia es tan brutal que incluso hay mercados de esclavos negros y las mujeres que, a lo largo de su ruta migratoria pasan por allí, son sometidas a todo tipo de brutalidades. Lo peor es que ante esta terrible política reaccionaria y colonialista del gobierno español, ciertos “progresistas” están guardando un extraño y aterrador silencio. Al parecer en las filas de los “asaltadores de cielos” (UP, es decir, IU, PCE, Podemos) nadie tiene absolutamente nada que decir sobre la política colonialista que lleva a cabo el gobierno del que forman parte. Personalmente no me sorprende, pues como decía Lenin, el reformismo se beneficia indirectamente de la política imperialista, por eso la defiende (o, como en este caso, no la condena ni exige la inmediata retirada española de África, el fin inmediato de la política de saqueo, etc.).

Por otra parte, en Malí España no ha dejado de aumentar su presencia militar desde el año 2012 con el gobierno del PP. Para sorpresa de algunos, con el “gobierno más progresista” la presencia militar no se redujo, como se creía que ocurriría, sino que se disparó. Y, además, Sánchez ha anunciado un viaje a Libia recordando que España será un socio clave en la reconstrucción del país.

Luego alguno se sorprende al ver africanos saliendo de sus países, cuando resulta que las potencias europeas (¡España incluida!) les invaden militarmente; o financian grupos yihadistas que desestabilizan vastas regiones o estados africanos completos; les saquean, y empobrecen; les imponen políticas neoliberales que destruyen sectores económicos fundamentales para sus economías; firman acuerdos pesqueros, agrícolas o comerciales que benefician a Europa y empobrecen aún más a los africanos, etc.

Lo más triste es que esos progresistas que prometían cambiarlo todo, resulta que no ven mal que su país invada, saquee, desestabilice y empobrezca a otros países. Se ve que no se entiende que se puede ser antiimperialista sin ser progresista, pero que no se puede ser progresista sin ser antiimperialista.

Que España saque sus sucias manos de África, incluidas Canarias, Ceuta y Melilla.