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España se juega en Cuba 900 millones de euros en exportaciones y 418 en inversiones

Fuentes: Info Libre

Cuba irrumpe con fuerza en la vida política española. La derecha ha visto en la crisis cubana la oportunidad perfecta para explotar las diferencias que sobre este asunto existen en el seno del Ejecutivo de Pedro Sánchez. De ahí, que lleve horas exigiendo a Moncloa que condene de manera «rotunda» la represión y rompa «con los dictadores». Pero lo que plantea no es tan sencillo. España lleva manteniendo relaciones diplomáticas ininterrumpidas con el país caribeño desde 1902. Ningún Gobierno, hasta el momento, se ha atrevido a cortar con la isla. Ni a derecha ni a izquierda. Cuba es también una fuente de ingresos. Cada vez más empresas españolas hacen negocio en o con la isla. Con más de 900 millones de euros, España es el tercer principal exportador a suelo cubano. Y sus compañías lideran la inversión extranjera en el sector turístico.

La Habana y Madrid siempre han mantenido estrechas relaciones. Eso no quita, no obstante, que se hayan producido momentos de máxima tensión. Uno de los más preocupantes se produjo en enero de 1960, cuando Fidel Castro afirmó en televisión que desde la embajada española se estaba apoyando a los movimientos contrarrevolucionarios. El entonces embajador, Juan Pablo Lojendio, se dirigió como un rayo hacia los estudios, donde confrontó en directo al líder cubano. Horas después, era expulsado del país. A pesar de ello, el dictador Francisco Franco dio la orden de no romper relaciones diplomáticas. Una máxima que se ha mantenido hasta nuestros días. «España siempre ha deseado mantener una relación constructiva, amistosa y de mutua cooperación con Cuba», señala el Ministerio de Asuntos Exteriores. Y lo ha deseado por los lazos que unen a ambos Estados en materia histórica, cultural, migratoria y, por supuesto, comercial. De ahí, las continuas visitas de reyes, presidentes del Gobierno –José María Aznar incluido– y ministros a la isla.

«Ahora mismo, no estamos para perder ninguna plaza», dice al otro lado del teléfono Érika Rodríguez, coordinadora de América Latina en la Fundación Alternativas. Es cierto, como señala Carlos Malamud, investigador principal de América Latina del Real Instituto Elcano, que el montante de negocio «es mínimo». Sobre todo, si se compara con el volumen de otros Estados como Francia o Italia, los principales clientes españoles según los informes de comercio exterior del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. De todos modos, eso no quiere decir que la isla no tenga a nivel económico cierta relevancia. En 2019, último año prepandemia, se exportó al país caribeño por valor de 908 millones de euros, según los últimos datos ofrecidos por la entidad pública ICEX, adscrita a la cartera que dirige Reyes Maroto. En 2018 y 2017, la cifra se situó en los 971 millones y 899 millones de euros, respectivamente. Según Asuntos Exteriores, «las empresas exportadoras son en su mayoría pymes».

Cuba no es el principal mercado para las ventas nacionales. Sin embargo, España sí que ocupa un papel clave a nivel comercial para la isla. En 2019, fuimos el tercer proveedor del país caribeño, solo por detrás de Venezuela y China y a bastante distancia de otros Estados como Rusia, México, Italia o Argentina, según las cifras que ofrece la Oficina Nacional de Estadísticas cubana. No hay un solo sector que interese. Se manda de todo al otro lado del Atlántico. Desde máquinas y repuestos hasta alimentos pasando por equipamientos eléctricos, suministros para agricultura, materiales de construcción o productos relacionados con la hostelería. «Está muy diversificada», afirma Rodríguez. Al mismo tiempo, somos el cuarto destino de las ventas de Cuba hacia el mundo, por detrás de Canadá, China y Venezuela. A pesar de lo reducido del montante: en el año prepandemia importamos de la isla por valor de 117 millones. La balanza comercial con el país caribeño es, por tanto, positiva para España en 791 millones de euros, según los datos del ICEX.

«Principal inversor junto con Canadá»

Otro aspecto importante a tener en cuenta son las inversiones. «En términos generales, se coincide en señalar la importancia de la región como palanca transformadora en la dimensión y el grado de internacionalización de numerosas empresas españolas», apunta el investigador del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona (CIDOB) Eloi Serrano en «Breve análisis de las relaciones comerciales entre Cuba y España». La presencia de firmas nacionales en la isla ha estado condicionada por su grado de apertura y la predisposición del sistema cubano a incorporar a la iniciativa privada y extranjera en su economía. «En cada periodo en el que el Gobierno cubano ha acometido reformas orientadas a dicha incorporación, las empresas han tenido un protagonismo significativo«, señala Serrano. De hecho, recuerda el investigador, fue español «el primer socio comercial» que logró un contrato de asociación económica internacional en la isla a raíz de la apertura al capital extranjero impulsada a finales de la década de los ochenta.

Tal es la importancia de la inversión en suelo cubano que la única asociación de empresarios extranjeros autorizada por las autoridades del país caribeño es la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba (AEEC), puesta en marcha en 1994. «No es un gran comprador, pero sí que es un lugar de inversión», explica la coordinadora de América Latina de la Fundación Alternativas. «España es el principal inversor en la isla junto con Canadá», completa Malamud. No obstante, recuerda que la legislación cubana sigue siendo «restrictiva» respecto a lo que tiene que ver con las empresas extranjeras y que el flujo de inversión en la isla es «limitado». Los últimos datos disponibles de la Secretaría de Estado de Comercio situaba a Cuba en el 55 puesto de la clasificación por Posición Inversora de España en el Exterior, mientras que la isla figuraba en el lugar 67 de los inversores extranjeros en suelo español.

A lo largo de 2018, últimas cifras oficiales, el stock de inversiones españolas en el país caribeño ascendía a 418 millones de euros, un incremento del 16% respecto al ejercicio anterior. Destaca, con 189,5 millones, la industria del tabaco. Le siguen los servicios de alojamiento, con 104,7 millones de euros. «Es sector turístico es de lo más relevante», coinciden ambos expertos. España, de hecho, se sitúa en la primera posición de los países involucrados en la industria turística en la isla. De las gerencias extranjeras, una decena son de origen español, gestionando unos 80 contratos de administración y alrededor de un 70% de las habitaciones manejadas por cadenas foráneas. Tienen intereses en suelo cubano Meliá, Iberostar, Be Live, H10, Barceló, Roc, NH, Blau, Valentín o Sirenis. Y, vinculadas con el sector, destacan también aerolíneas como IAG o promotoras de viajes como Amadeus o Viajes El Corte Inglés.

Actualmente, los datos del ICEX sitúan con presencia en territorio cubano a 285 empresas españolas. Algunas de ellas, pesos pesados del Ibex 35. En el sector de los servicios financieros, con un stock de inversiones que ronda los 25 millones de euros, destacan firmas como BBVA o Banco Sabadell. No obstante, el músculo de ambos gigantes en la isla es bastante limitado. El primero, reflejaba en sus últimas cuentas que su presencia en la isla se limitaba a una participación del 49% sobre la inmobiliaria Aurea. El segundo, declaraba tener en 2019 unos beneficios de 1,49 millones de euros. Otras firmas financieras como Bankia también han estado en la isla. Sin embargo, la entidad anunció el pasado mes de marzo que abandonaba el país. Lo hizo al mismo tiempo que Meliá anunciaba su intención de rebajar su presencia en el país caribeño.

Fuente: https://www.infolibre.es/noticias/politica/2021/07/15/espana_cuba_una_relacion_prueba_crisis_valorada_mas_900_millones_anuales_122735_1012.html