Los demócratas ganarán el voto popular otra vez. Pero las elecciones presidenciales en EE.UU. se deciden por un sistema de colegio electoral, no por voto directo.
Los votos directos favorecen a Trump, por lo que se deberá esperar a contar los votos por correo que favorecen a Biden por amplio margen (la mayoría de los republicanos votará en su districto; la mayoría de los demócratas ya ha votado por correo). Combinación perfecta para que Trump alegue fraude. El 4 de noviembre habrá disputa en Pennsylvania y Florida, lo que calentará el ambiente. Esos estados decidirán la elección y al menos uno de ellos irá para los demócratas. El más probable es Pennsylvania. Como siempre, Florida será la manzana de la disputa.
De cualquier forma, y sin ningún lugar a dudas, los demócratas ganarán el voto popular otra vez. De no ser por el sistema electoral heredado del sistema esclavista, hoy no se estaría contando con la fuerza de los electores de estados despoblados -en su abrumadora mayoría- y desde el siglo XIX, conservadores.
Si Trump pierde, el muro de naipes que lo protege se derrumbará. Deberá enfrentar varios juicios, al menos que renuncie y se haga perdonar por su vice, Mike Pence. La opción de huir del país, como el rey de España, es menos probable.